El bien público está formado por un buen número de males particulares.
Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales.
La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia.
El arte de la guerra consiste en ordenar las fuerzas de tal modo que no puedan huir.
Juzgamos las acciones humanas no por lo que son, sino por el disgusto o el placer que lo causan.
La timidez es un gran pecado contra el amor.
Un buen crítico es aquel que narra las aventuras de su propia alma entre las obras maestras.
En el arte como en el amor, basta con el instinto.
El cristianismo ha hecho mucho por el amor convirtiéndolo en pecado.
No seas jamás humilde con los soberbios, ni soberbio con los humildes.
Observamos que en francia, casi siempre, los críticos musicales son sordos y los críticos de arte ciegos. Eso les permite el recogimiento que necesitan las ideas estéticas.
La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.
Las verdades que revela la inteligencia permanecen estériles. Solo el corazón es capaz de fecundar los sueños.
La vida nos enseña que solo somos felices a costa de alguna ignorancia.
Sabiendo sufrir se sufre menos.
De todos los vicios que pueden malograr a un estadista, la virtud es la más funesta: empuja al crimen.
Cuando se alza un poder ilegítimo, para legitimarlo basta reconocerlo.
Los católicos masacraron a los reformados ; los reformados masacraron a los católicos: en eso consistieron los primeros progresos de la libertad de pensamiento.
Cada cual tiene la edad de sus emociones.
No se ama verdaderamente sino cuando se ama sin razón.