Frases de André Maurois

¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu.

Lo bello es aquello que es inteligible sin reflexión.

Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa.

Las mujeres son como los caballos: hay que hablarles antes de ponerles las bridas.

No se deben juzgar los síntomas como si fueran causas

Solo la incertidumbre mata los celos.

La acción es lo único que tiene valor. Soñar que se juega al tenis no es nada. Leer libros de tenis no es nada. Jugar al tenis es un gran placer.

No siempre es la multitud la poseedora de la verdad absoluta.

La ley registra las costumbres.

Un matrimonio exitoso es un edificio que se debe reconstruir diariamente.

Un libro es un regalo estupendo, porque muchas personas solo leen para no tener que pensar.

La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta.

Es difícil crear ideas y fácil crear palabras; de ahí el éxito de los filósofos.

Compartir sin reserva alguna la fe de aquel que se ama, es una certidumbre de dicha.

Con frecuencia el hombre busca una diversión y encuentra una compañera.

El amor físico es un instinto natural, como el hambre y la sed; pero la permanencia del amor no es un instinto.

En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla.

Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.

El milagro del amor humano, es que, sobre un instinto muy simple, el deseo, se construyen edificios de los más complejos a los más delicados sentimientos.

Todo deseo estancado es un veneno.