Los niños son como las estrellas. Nunca hay demasiados.
Tenemos que encontrar a Dios, y él no se puede encontrar en el ruido y la inquietud. Dios es el amigo del silencio. Ver cómo la naturaleza - árboles, flores, hierba crece en silencio, ver las estre...
Empieza transformando todo lo que haces en algo bello para dios.
Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza.
Dondequiera que vayas, busca siempre la belleza y la inmensa bondad de dios.
El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.
La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allí, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz.
Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
Debemos amar la oración. La oración dilata el corazón hasta el punto de hacerlo capaz de contener el don que dios nos hace de sí mismo.
La paz comienza con una sonrisa.
No hay mayor pobreza que la soledad.
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio.
El sufrimiento de unos puede ser provocado por la ambición de otros.
La alegría es oración, la señal de nuestra generosidad, de nuestro desprendimiento y de nuestra unión interior con dios.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Cuanto menos poseemos, más podemos poseer.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.