La paz reside en la buena voluntad.
El que no tiene celos no está enamorado.
Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche.
Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no querais más. Lo que pasa de ahi, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.
Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos.
No se accede a la verdad sino a través del amor.
No hay riqueza más peligrosa que una pobreza presuntuosa.
Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean.
El mundo no fue hecho en el tiempo, sino con el tiempo.
Conviene matar el error, pero salvar a los que van errados.
No digas que el tiempo pasado fue mejor que el presente; las virtudes son las que hacen los buenos tiempos y los vicios los que los vuelven malos.
En el jardín de la Iglesia se cultivan: Las rosas de los mártires, los lirios de las vírgenes, las yedras de los casados, las violetas de las viudas.
Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula.
Da lo que mandas y manda lo que quieras.
Existirá la verdad aunque el mundo perezca.
Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado.
Donde no hay caridad no puede haber justicia.
Cuanto mejor es el bueno, tanto más molesto es para el malo.
La Ley ha sido dada para que se implore la gracia; la gracia ha sido dada para que se observe la ley.