Nietzsche vejez. Encuentra docenas de nietzsche vejez con fotos para copiar y compartir.
Un filósofo es alguien que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos lo golpean como desde fuera, como desde arriba y desde...
¿Humillarse uno para herir su soberbia?.
Los grandes intelectos son escépticos.
Sin música la vida sería un error.
Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.
Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo con mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo con mi locura.
Desde que me cansé de buscar he aprendido a hallar.
Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.
Quien se permite hablar en público tiene el deber, tan pronto modifique sus opiniones, de contradecirse también en público.
Las mujeres se ponen pálidas ante la idea de que su amado no sea digno de ellas; y los hombres, ante la idea de no ser dignos de sus amadas. Estamos hablando aquí de mujeres cabales, de hombres caba...
Solo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
Mas todos los poetas creen que quién tendido en el pasto aguza el oído se entera un poco de las cosas que existen entre el cielo y la tierra.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
La envidia silenciosa crece en el silencio.
Nuestra fe en otros revela en qué quisiéramos creer en nosotros mismos.
El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido solo por los elogios o por la crítica.
En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.
El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.
El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.
Cuando trates con una mujer no olvides el látigo.
La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.
Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.
Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.
No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? de lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sóla criat...
No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior.
Toda convicción es una cárcel.
Siempre habíais sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso tuvisteis que morir prematuramente.
Fe: no querer saber la verdad.
Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.
La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.
Dos cosas quiere el hombre de verdad: el peligro y el juego. Por eso quiere la mujer, que es el juguete más peligroso.
En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos.
La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.