¡Despertaos! Nunca seáis negligentes. Seguid la ley de la virtud. El que practica la virtud vive felizmente en este mundo y en el próximo
Buda
Dos clases de hombres: Los reacios a la confesión y los confesantes apasionados.
¿Cómo lo has adivinado? -Si presto oído, capto lo que deseas. Si aguzo la vista, veo lo que deseas.
Cuando uno escribe, el lector es uno.
Me he convertido en intrigado con la combinación de ideas o imágenes aparentemente inconexas, o el dibujo sobre los muchos, a veces disímiles, los significados de una palabra puede tener.