La envidia como la ictericia se conoce en el color de los ojos y en el de la piel
Ignacio Manuel Altamirano
El poder cree que las convulsiones de sus víctimas son de ingratitud
Me preocuparía si no iba a venir con ideas, si no me inspiré.
Sin embargo, me resisto cinismo y sigo creyendo en las posibilidades de una verdadera democracia.
(...) En París es distinto. La gente se aleja, la gente se va empequeñeciendo, y uno tiene tiempo, aunque no quiera, de decirle adiós. En África no, allí la gente habla, te cuenta sus problemas, ...