El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Pablo de Tarso
La riqueza, aun sin merecimientos, inspira reverencia hasta a gentes desinteresadas, porque acaso les sugiere la idea de los grandes proyectos que permite realizar.
Ningún país puede actuar con prudencia al mismo tiempo en todas las partes del mundo en cada momento del tiempo.
Vamos a andar en verso y vida atentos, levantando el recinto del pan y la verdad. Vamos a andar matando el egoísmo, para que por lo mismo reviva la amistad
La ambición no es en sí mismo un mal, ni él a sentencia cuyo espíritu le lleva a buscar fama maneras dignas y honorables.