A largos días, largos trabajos.
Refrán
El auténtico observador contempla tranquila y despreocupadamente los nuevos tiempos revolucionarios.
Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.
El terrible engaño del amor consiste en que empieza haciéndonos jugar, no con una mujer del mundo exterior, sino con una muñeca interior a nuestro cerebro.
¡Mi único deseo es conocer el mundo y las comedias que en él se representan!.