Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo.
Mario Benedetti
El monarca quiere dominar a muchos; el anarca, solo a sí mismo.
La fama es efímera.
Juventud y adolescencia no son sino exceso e ignorancia.
El tiempo se vuelve sigiloso cuando se le reclama por los vestigios que deja a su paso.