La verdadera hermandad no requiere lazos de sangre.
José Narosky
Me preparo bien. Sé lo que puedo hacer antes de jugar. Estoy siempre seguro.
Oh santo temeroso ¡anímate!, las nubes que tanto temes, llenas de misericordia están y sobre ti bendiciones derramarán.
Hay momentos en la vida que valen años.
Mi existencia entera es un verso oscuro.