La mejor manera que encontré de iniciar mi jornada, es animándome a confesarte que solo tú haces latir mi corazón.
Buen día para ti. Gracias por recordarme que todavía creo en el amor y que solo tú eres la causa de eso.
Si lo puedes soñar, lo puedes hacer
Nunca, nunca, nunca te rindas.
Mi vida es mi mensaje.