Todos o casi todos distinguen el alma por tres de sus atributos: el movimiento, la sensación y la incorporeidad.
Aristóteles
Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros, los que pueblan el mundo y se llaman humanos: siempre el beso en el labio, ocultando los hechos y al final... el lavarse tan tranquilos las manos.
El rocío se dispersa. Hoy una vez más sembraré granos de infierno!.
La felicidad depende, como muestra la naturaleza, menos de las cosas exteriores y más de las interiores.
No hay ricos malos. Hay ricos y eso es todo.