Y yo, ciego y mortal, hacia tu carne, hacia las soledades de tu pecho pongo mi corazón y escucho.
Carlos Sahagún
Patria, te doy de tu dicha la clave: se siempre igual, fiel a tu espejo diario.
Lo escrito permanece.
Arrojo nos da la ira.
Ha llegado la hora de buscar a los perdidos.