Las penas y privaciones agudizan la inteligencia y fortalecen la prudencia.
Confucio
Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un malentendido.
En la mujer, verdaderamente mujer, no hay nada que no esté en relación con su marido, con su hijo o con su amante.
Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.
Es preciso que los hombres conozcan el mal para poder evitarlo y entregarse a la práctica del bien.