Todo lo imperecedero es mera alegoría. Y los poetas mienten demasiado.
Friedrich Nietzsche
Un hombre absurdo es el que nunca cambia.
Primero es la obligación que la devoción.
El reino de la verdad se divide, objetivamente, en distintas esferas. No está en nuestro albedrío el modo y el punto de deslinde entre las esferas de la verdad.
La tos ronca del abad. El canto del hototogisu.