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Abeja

Abeja. Encuentra docenas de abeja con fotos para copiar y compartir.


La abeja de todas las flores se aprovecha.


Refrán


Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.


Marco Aurelio




A la brisa, a la abeja, a la hermosa el rosal puede dedicar la rosa.


Gerardo Diego


Una abeja no hace colmena.


Refrán


Vuelo como una mariposa, pico como una abeja


Muhammad Ali


La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.


William Blake




Si muere la abeja reina, al ser humano le quedan 4 horas de vida


Albert Einstein


La Eulogia es una santa. No como mi cuñada que sufre el Síndrome de la Abeja Reina. Se cree una reina y es un bicho.


Roberto Fontanarrosa


El dicho Sufi es: ?Dios, para una abeja, es algo que tiene DOS aguijones.


Idries Shah




¡Qué esfuerzo! ¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro! ¡Qué esfuerzo del perro por ser golondrina! ¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja!


Federico García Lorca


Diez negritos se fueron a cenar;
uno se asfixió y quedaron nueve.

Nueve negritos estuvieron despiertos hasta muy tarde;
uno se quedó dormido y entonces quedaron ocho.

Ocho negritos viajaron por Devon;
uno dijo que se quedaría allí y quedaron siete.

Siete negritos cortaron leña;
uno se cortó en dos y quedaron seis.

Seis negritos jugaron con una colmena;
una abeja picó a uno de ellos y quedaron cinco.

Cinco negritos estudiaron Derecho;
uno se hizo magistrado y quedaron cuatro.

Cuatro negritos fueron al mar;
un arenque rojo se tragó a uno y quedaron tres.

Tres negritos pasearon por el zoo;
un gran oso atacó a uno y quedaron dos.

Dos negritos se sentaron al sol;
uno de ellos se tostó y sólo quedó uno.

Un negrito quedó sólo;
se ahorcó y no quedó? ¡ninguno!


Agatha Christie


Murió de Nuevo Un Día...

Murió de nuevo un día... yo la amaba,
mas sin remedio se murió ese día...
-¡Vuelve, Rabino, vuelve!... - yo clamaba -
pero el Rabino rubio no volvía.

Pasó la niña veinte siglos muerta,
murió Cafarnaún de Palestina
y el alma mía, inútil y desierta,
lloraba de inmortal sobre las ruinas.

¡Y la amaba, la amaba... Su blancura
la buscaba en la blanca nebulosa,
su cabellera entre la noche oscura
y en el Poniente su color de rosa...

Y al fin la hallé... Escondida entre los tules
de una puesta de sol, estaba Ella;
su carne inmóvil entre dos azules
inauguraba la primera estrella...

Y la encontré más blanca todavía,
flotando en el azul, sin vestidura,
¡qué blanca estaba así!... la niña mía
tenía veinte siglos de blancura...

Clamé al Amor entonces... Voces buenas
dijeron a lo lejos: - Te ha escuchado! -
clamé al eterno Amor... y a mi lado
la blanca niña era una nube apenas...

Llegó el Amor. Los cielos fueron mudos,
su leve paso silenció la esfera,
llegó el eterno amor de pies desnudos,
maduro el trigo de la cabellera...

"No es muerta... duerme!... y le ordenó:
-¡Levanta!
y Ella se alzó, delgada de martirio,
y una voz le subió por la garganta
como una abeja que abandona un lirio.

Y ha vuelto a mí... su cabellera oscura,
su misma voz... pero en la mano fría
con veinte siglos de amasar blancura,
persiste el miedo de morirse un día....


Andrés Eloy Blanco


Óyeme ahora: mira en tu soledad una abeja dormida, que elabora en el sueño su miel sin alegría.


Sara De Ibáñez




Tú, Esperando Mi Sombra

Ahora que oyes tu sangre
me has oído.
Ahora que te has quedado dueño del universo,
la más desamparada criatura del tiempo.

Ahora que te has quedado
solo y solo.
En este instante puro para mirar la muerte
puede mi sombra amiga reconquistar tu frente.

¿Has buscado en el agua
mi sonrisa?
¿Te has inclinado a veces para tocar la tierra
donde el musgo defiende las flores más pequeñas?

¿Has mirado la nube
sin descanso ?
¿Has tomado del viento las semillas secretas?
¿Has tocado las locas manos de la tormenta?

¿No me has reconocido?
Óyeme ahora:
mira en tu soledad una abeja dormida,
que elabora en el sueño su miel sin alegría.


Sara de Ibáñez


Pasión Y Muerte de La Luz

VIII
Mi entraña mereció, panal mestizo,
la incorruptible ley de tu voluta.
En cada nervio de clavel o fruta
un embozado arroyo de granizo.

La abeja por mi sangre se deshizo.
Vi las raíces de tu isla enjuta,
y el atisbo tenaz de la cicuta
mezcló a tu piel su aroma fronterizo.

Tiendo la mano para recogerla
y el lento cáliz de una llaga fría
estanca el iris de tu simple perla.

Me ciño a su enlutada melodía
quemándome sin fin por retenerla
en el doble rumor de mi agonía.

X
El verano se agota en el racimo.
Ni avena, ni cigarra, ni amapola.
Ni el alga haciendo venas en la ola,
ni las tímidas ranas en el limo.

Ni la corteza que hasta el llanto oprimo
entre la tierna muchedumbre, sola,
hecha de sangre y labios la aureola
donde me corroboro y me lastimo.

Ni la centella que la liebre rubia
mueve entre los primores del rocío,
ni la humilde fragancia de la alubia.

Ni el caballo de sal que adiestra el río;
ni la múltiple espada de la lluvia,
dirán tu arisca huella, idioma frío.


Sara de Ibáñez


La inversión en conocimiento paga el mejor interés.


Benjamin Franklin


Si cada vez que pienso en ti se apagara una estrella, el universo quedaría vacío.
Cuando estas entre mis brazos es como tener el mundo entre ellos.
Tus ojos, como de un relámpago me deslumbran, de su radiante belleza.
Si tus ojos solo vieran el fuego de este planeta, difícil que en mi te fijes hasta que la ceniza encienda y de negro te tizne.
El amor es como una abeja, primero te pica y luego te deja.
Si te tengo que regalar algo, te regalaría un espejo porque lo más bonito después de ti, es tu reflejo.
Si fueras una lágrima no lloraría, por miedo a perderte.
Te quiero y no te quiero son dos palabras iguales, te quiero, para ti y no te quiero, para nadie.
Si paso por tu lado y no te saludo no lo tomes como enojo que los amores que se quieren se saludan con los ojos.
Me gusta tu sonrisa, me gusta tu mirada, me gusta reconocer, que de mí estas enamorada.
La noche que voy a verte siempre voy con alegría, porque voy con la esperanza que tú tienes que ser mía.
Le pregunte a un ángel cual es el peor castigo y él respondió: amar y no ser correspondido.


Pacoyo


Esquivando una abeja de la flor, incliné mi cabeza y, cogiéndola luego por el tallo, escuché y oí, clara, la palabra... ¿Pronunciaste mi nombre? ¿O bien dijiste...? Sí, alguien dijo: ¡Ven!, mientras yo me inclinaba. Si acaso lo pensaba, no lo dije en voz alta... por eso regresé.


Robert Frost


Despojada

Dónde despertar, en qué momento,
lo inmediato duele, quema,
explota bruscamente entre mis cejas.
La búsqueda se ha perdido,
el tiempo cayó goteando por tus ojos
todo crimen quedó estático en mis sienes,
yo me hundo en cada flor como la abeja
y ningún fruto se perfila.
Me he despojado de todo encuentro,
sobre mi hombro se posa el pájaro del silencio
y a veces, solo a veces, la carcajada del delirio,
viene a perforar los huesos a mi hastío.


Orietta Lozano


La Musa

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
en su boca, una fruta perfumada y bermeja
que destile más miel que los rubios panales.

A veces nos asalte un aguijón de abeja:
úna raptos feroces a gestos imperiales
y sorprenda en tu risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!

Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
y sea águila, tigre, paloma en un instante,
que el Universo quepa en sus ansias divinas.

Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
y una frente que, erguida, su corona reclame
¡de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!


Delmira Agustini


Normas

I
Norma de ayer encontrada
sobre mi noche presente;
resplandor adolescente
que se opone a la nevada.
No pueden darte posada
mis dos niñas de sigilo,
morenas de luna en vilo
con el corazón abierto;
pero mi amor busca el huerto
donde no muere tu estilo.


II
Norma de seno y cadera
baja la rama tendida;
antigua y muy bien nacida
virtud de la primavera.
Ya mi desnudo quisiera
ser dalia de tu destino,
abeja, rumor o vino
de tu número y locura;
pero mi amor busca pura
locura de brisa y trino.


Federico García Lorca


Gesto

A la brisa, a la abeja, a la hermosa
el rosal puede dedicar la rosa.

Al poeta, al grumete, a la doncella
la noche puede dedicar la estrella.
Si eres tú misma el rosal y las rosas,
la noche de mi verso y sus estrellas,
¿a quién dedicaré este breve cielo,
este arbusto, esta fuente, este desvelo?


Gerardo Diego


Rosa

Color redondo, carne dulce y fina,
abierto corazón de primavera;
llama fugaz en tierra pajarera,
columna de evidencia matutina.

Goce de abril, inútil bailarina
de la sangre y la luz en la frontera,
comunicada con la vida entera
por el silencio amargo de la espina.

Externa y pura, mas del lodo alzada.
En el cristal cautiva y condenada
sin alarde se dobla o se refleja.

Basura de agonía cuando acabe...
¡Y mi lengua extraviada que no sabe
el idioma del duende y de la abeja!


Claudia Lars


La Inquietud Fugaz

He mordido manzanas y he besado tus labios.
Me he abrazado a los pinos olorosos y negros.
Hundí, inquieta, mis manos en el agua que corre.
He huroneado en la selva milenaria de cedros
que cruza la pradera como una serpie grave,
y he corrido por todos los pedrosos caminos
que ciñen como fajas la ventruda montaña.

¡Oh amado, no te irrites por mi inquietud sin tregua!
¡Oh amado, no me riñas porque cante y me ría!
Ha de llegar un día en que he de estarme quieta,
¡ay, por siempre, por siempre!
con las manos cruzadas y apagados los ojos;
con los oídos sordos y con la boca muda,
y los pies andariegos en reposo perpetuo
sobre la tierra negra.
¡Y estará roto el vaso de cristal de mi risa
En la grieta obstinada de mis labios cerrados!

Entonces, aunque digas: -¡Anda!, ya no andaré.
Y aunque me digas: -¡Canta!, no volveré a cantar.
Me iré desmenuzando en quietud y en silencio
bajo la tierra negra,
mientras encima mío se oirá zumbar la vida
como una abeja ebria.

¡Oh, déjame que guste el dulzor del momento
fugitivo e inquieto!

¡Oh, deja que la rosa desnuda de mi boca
se te oprima a los labios!

Después será ceniza sobre la tierra negra.


Juana de Ibarbourou


Siento un gran vacío en mi, pues me hace falta el aire para respirar, me haces falta tu, como le hace falta el agua a los peces para vivir, como le hace falta tierra y agua a la flor para crecer, como le hace falta la luna y las estrellas a la noche para existir, como le hace falta un árbol a un pájaro para posar, como le hace falta el sol a cada día que transcurre y en donde dejo atrás todos esos bellos recuerdos que quedarán por siempre grabados en mi alma! Esta alma destrozada, que necesita consuelo y que solo tus caricias, tu ternura y tus besos la pueden sanar!
A veces me pregunto por qué se atravesaron nuestros destinos, si cada quien tiene marcado su propio camino, un rumbo completamente diferente, erróneo tal vez pero destino al fin. Solo Dios sabe por qué suceden estas cosas, me pregunto, a caso es una señal para recordar que aun sigo estando vivo?, que siento que puedo llorar, reír, gritar y cantar y que la vida es tan corta como para malgastarla o tal vez para valorar lo que aun me queda!
De lo que si estoy seguro es de que en todo momento estas en mi pensamiento……, cuando veo la imagen de un niño que llora por su juguete favorito, cuando escucho una canción que habla de amor, cuando veo una rosa en mi jardín, cuando una abeja posa en una flor, cuando veo el atardecer desde mi balcón, cuando cierro mis ojos , ahí estas tu, con esa sonrisa cautivadora, con esos labios tan deseados, pero inalcanzables, como cuando se quiere atrapar una estrella en una noche iluminada y guardarla en el buro, como cuando se quiere atrapar una nube desde el cielo y tenerla como almohada en esa noche tibia, como cuando se quiere atrapar el más hermoso arcoíris en un día de lluvia y sol, como cuando sientes ganas de cobijarte con la noche.
¿Qué hago para dejar de pensar en ti? Te necesito tanto que con solo escuchar tu voz, mirar tu foto, estrechar tu mano, contemplarte a lo lejos, borraría de mi por un momento este sufrimiento y dejaría liberar una lagrima, solo una, conmovido por la felicidad!
Estas líneas sirven para desahogar mis penas, estos pensamientos necios que se aferran y se doblegan ante el corazón, que aunque se les ordene lo contario no se detienen y me traicionan haciéndome vibrar cuando recuerdo el sabor a ti y me hacen percibir tu aroma, que recorre todas mis venas, y este amor que siento por ti es tan fuerte que este corazón, fuente interminable de sensaciones, poco apoco y pesadamente deja de latir por no tenerte, se niega a dar más, resignado a querer ser solo un órgano mas, necesario para existir!

Porque cada suspiro en ti, es un latido en mi………..

Atentamente!
Un ser que anhela tus besos. IMZ


Israel Marin


Síndrome de la Abeja :
Se cree reina, & solo es un bicho .


Flavia Caetano




El clavel de tus labios
brindaba miel de besos
y fue mi boca ardiente
abeja de sus pétalos...


Jackselins Arteaga


Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres


Albert Einstein


La felicidad de la abeja y el delfín es existir. Porque el hombre es saber que ya se preguntan en ella.


Jacques Yves Cousteau


La gente habla de mumblecore pero prefiero bumblecore películas, abeja hiper-realistas acerca de cómo las abejas son en realidad.


Mindy Kaling


La abeja y la avispa liban las mismas flores; pero no logran la misma miel.


Joseph Joubert


Es todo acerca de cómo trabajar duro y demostrar a la gente que usted es serio al respecto, y se extiende a sí mismo y el aprendizaje. El error que muchos de los actores hacen, sobre todo los más jóvenes, está dejándose sentir que son los artículos acabados, las rodillas de la abeja, y no es cierto.


Daniel Radcliffe


Nunca me he convertido en una abeja - Nunca he sido perseguido por una momia o conocido a un fantasma. Pero muchas de las ideas de mis libros son sugeridas por la vida real.


R. L. Stine


Todas las lecciones de la historia en cuatro frases: quien los dioses quieren destruir, primero enloquecen con el poder. Los molinos de Dios muelen despacio, pero muelen sumamente pequeños. La abeja fertiliza la flor roba. Cuando es bastante oscuro usted puede ver las estrellas.


Charles A. Beard


Para hacer una pradera que se necesita un trébol y una abeja, un trébol y una abeja, y ensueño. El ensueño solo va a hacer, si las abejas son pocos.


Emily Dickinson


...Otros los repetiran ¿Y qué quedará de todos mis decires? (...) acaso sean como la abeja fosilizada en el ámbar, de ella podemos tener la imagen pero nunca sabremos de su vuelo (Del prefacio escrito por Lacan en el libro Lacan de Anika Rifflet-Lemaire).


Jacques Lacan


En materia social, las convenciones sin sentido no son más que la picadura de abeja de la etiqueta, pero la mordedura de la serpiente del orden moral.


Florence King


La esperanza es la única abeja que hace miel sin flores.


Robert Green Ingersoll


Cuando salté de un techo en Cannes en un traje de la abeja, miré ridículo. Pero esta es mi negocio, tengo que humillarme.


Jerry Seinfeld



Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.


Pablo Neruda