Aborrecer
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Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de bueno en mí. Infames pensamientos convirtiéronse en mis íntimos. Los más sombríos, los más malignos de todos los pensamientos eran acariciados por mi mente. La tristeza de mi humor de costumbre se acrecentó hasta hacerme aborrecer a todas las cosas y a la humanidad entera.
Edgar Allan Poe
El suicidio, lejos de negar la voluntad, la afirma enérgicamente. Pues la negación no consiste en aborrecer el dolor, sino los goces de la vida. El suicida ama la vida; lo único que pasa es que no acepta las condiciones en que se le ofrece.
Arthur Schopenhauer
No me harás aborrecer la guerra. Se dice que aniquilamos a los débiles, pero la paz hace lo mismo
Bertolt Brecht
El misántropo es la más de las veces un malvado que, no sabiendo hacerse amar de ninguno, toma el partido de aborrecer a todo el mundo
Barón de Holbach
Para llegar a aborrecer a los conquistadores, habría que saber todos los males que causan; habría que ser testigo de la indiferencia con la que se les sacrifican las más inofensivas criaturas en algún rincón del globo en el que ellos jamás han puesto los pies.
François René De Chateaubriand
Para ser un verdadero filósofo todo lo que es necesario es aborrecer el tipo de pensamiento de alguien más.
William James
Que no hay peor odio que el de la misma sangre, [... ], porque a nadie se odia más con más intensos bríos que a aquello a que uno se parece y uno llega a aborrecer el parecido.
Camilo José Cela
CORRESPONDENCIAS ENTRE AMAR O ABORRECER
Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
pues ambos atormentan mi sentido:
aqueste con pedir lo que no tengo,
y aquél con no tener lo que le pido.
Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
pues ambos atormentan mi sentido:
aqueste con pedir lo que no tengo,
y aquél con no tener lo que le pido.
Sor Juana Inés de la Cruz
No hay quien sea enteramente inaccesible a la adulación, porque el hombre mismo que manifieste aborrecerla, en alabándole de esto es adulado con placer suyo.
William Shakespeare