Advertir
Advertir. Encuentra docenas de advertir con fotos para copiar y compartir.
¿Estupidez? ¿Ingenuidad? ¿PolÃtica?... Seamos argentinos, gritan algunos... Sin advertir que la nacionalidad es algo tan fatal como la conformación de nuestro esqueleto.
Oliverio Girondo
Un sacerdote dejarÃa de ser sacerdote si dejara de advertir a sus fieles qué es lo bueno y qué es lo malo.
James Joyce
(..) En Sicilia, de donde vienen sus padres, la ley no es una idea agradable desde que los griegos fueron derrotados. Tiendo a advertir las ruinas en las cosas, quizás porque nacà en Italia...
Arthur Miller
¿Quién ha mirado mi oculto llanto? / ¿Quién mis amores pudo advertir? / padezco a solas y sufro tanto / que, de callarlo, voy a morir.
Alfred de Musset
En el amor es donde menos existe la piedad: en el amor cuenta siempre lo más pequeño,lo insignificante: esa precisión minuciosa le otorga su ser. Nada se olvida. Si uno dice: quiero todo, hay que entenderlo asÃ: todo. Acaso solo un canÃbal podrÃa ser aquà consecuente. Sin embargo, el canibalismo anÃmico es mucho más complicado: hay que advertir que se trata de dos canÃbales que se devoran al mismo tiempo.
Elias Canetti
Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ése es su arte.
Doménico Cieri Estrada
Antes...
Antes,
nunca hubo el silencio necesario entre abrazo y abrazo
para advertir el parpadeo de esta guillotina
que hoy,
al rozar por sorpresa mi nuca con sus manos de lejÃa
me ha puesto los ojos amargos.
Yo misma no me oigo cuando grito.
QuerrÃa huir. Pero ya es tarde:
las sábanas se han convertido en agua cenagosa mezclada
con pegamento.
Y dentro de poco,
como esa cosa horrible siga detrás de mÃ
y usted continúe dormido,
me moriré de risa ante el retrato de Leonardo que tengo
enfrente de mi cadáver.
Antes,
nunca hubo el silencio necesario entre abrazo y abrazo
para advertir el parpadeo de esta guillotina
que hoy,
al rozar por sorpresa mi nuca con sus manos de lejÃa
me ha puesto los ojos amargos.
Yo misma no me oigo cuando grito.
QuerrÃa huir. Pero ya es tarde:
las sábanas se han convertido en agua cenagosa mezclada
con pegamento.
Y dentro de poco,
como esa cosa horrible siga detrás de mÃ
y usted continúe dormido,
me moriré de risa ante el retrato de Leonardo que tengo
enfrente de mi cadáver.
Almudena Guzmán
Ver es algo más que mirar. Ver consiste en advertir los detalles. Para ver bien una flor se ha de mirar con lupa, por dentro.
Émile-Auguste Chartier
Virginal
Te vi en el vórtice del remolino
de luz, ceñido en torno a tus caderas,
la túnica arrancada por el viento,
sobre fondo de estrellas,
rebaños de centauros
chapoteando en juego en la ribera.
ProtegÃas los senos descubiertos
con ambas manos, y la cabellera
larga, sedosa,
flotaba al aire suelta.
Qué contraste de labios y mirada,
sedientos y sensuales, con la entera
actitud de tu cuerpo,
de virgen indefensa.
Te vi como surgiendo de las olas,
aunque los pies se anclaban en la tierra,
y desaté el deseo en mis entrañas,
y le envié a enroscarse entre tus piernas,
sin advertir que en torno a los tobillos
arqueaba su lomo la pantera.
Y me quedé perdido en mi distancia,
y tú quedaste en permanente ofrenda.
Te vi en el vórtice del remolino
de luz, ceñido en torno a tus caderas,
la túnica arrancada por el viento,
sobre fondo de estrellas,
rebaños de centauros
chapoteando en juego en la ribera.
ProtegÃas los senos descubiertos
con ambas manos, y la cabellera
larga, sedosa,
flotaba al aire suelta.
Qué contraste de labios y mirada,
sedientos y sensuales, con la entera
actitud de tu cuerpo,
de virgen indefensa.
Te vi como surgiendo de las olas,
aunque los pies se anclaban en la tierra,
y desaté el deseo en mis entrañas,
y le envié a enroscarse entre tus piernas,
sin advertir que en torno a los tobillos
arqueaba su lomo la pantera.
Y me quedé perdido en mi distancia,
y tú quedaste en permanente ofrenda.
Francisco Alvarez
Felizmente terminaba por advertir que todo eso era imaginario y que al menos seguia quedando la posibilidad real.
Ernesto Sabato
En todo lo que nos rodea y en todo lo que nos mueve debemos advertir que interviene en algo la casualidad.
Anatole France
Nuestro objetivo en estos comentarios ha sido no solo para dar cuenta de la lentitud con la que todavÃa no se ha hecho por la economÃa polÃtica, y sugerir medios por los que su avance se puede acelerar, sino también para advertir al lector de la naturaleza de la siguiente Tratado .
Nassau William Senior
Quiero advertir a cualquiera que vea el Cuerpo de Paz como una alternativa al proyecto de que la vida podrÃa ser más fácil en el Fuerte Dix o al apost en Alemania que va a estar con nosotros.
Sargent Shriver
Si las obras de Jesús eran mucho más maravilloso que el hombre podÃa realizar como para merecer ser llamados milagros, ¿no es absurdo advertir a sus discÃpulos con tanta fuerza para no ser engañados por las obras de los demás?
Lysander Spooner
Quiero advertir que yo no atribuyo a la naturaleza ya sea de belleza o deformidad, orden o confusión. Solo en relación con la imaginación las cosas pueden ser llamados bello o feo, bien ordenada o confundidos.
Baruch Spinoza
Si usted desea tener éxito en la vida, hacer la perseverancia su amigo del alma, la experiencia de su sabio consejero, advertir a su hermano mayor, y esperamos que su genio guardián.
Joseph Addison
Cuando advirtió en su cordial semblante una cierta, aunque reprimida sonrisa, que le pareció advertir por primera vez. Apenas vio aquella sonrisa, en cierto modo burlona u hostil pese a su apariencia amistosa, recordó inmediatamente lo que estuvo buscando infructuosamente en su memoria...
Hermann Hesse
Con las palabras y los gestos, el querido Juan Pablo II no se cansó de advertir al mundo que si el hombre se deja abrazar por Cristo, no menoscaba la riqueza de su humanidad; si se adhiere a él con todo su corazón, no le falta nada. Al contrario, el encuentro con Cristo hace nuestra vida más apasionante.
Benedicto XVI
la admiración por el Padre, sÃmbolo de lo cerrado y agresivo, capaz de chingar y abrir, se transparenta en una expresión que empleamos cuando queremos imponer a otro nuestra superioridad: "Yo soy tu padre" [?] No es el fundador de un pueblo; no es el patriarca que ejerce la patria protestad; no es rey, juez, jefe de clan. Es el poder, aislado en su misma potencia, sin relación ni compromiso con el mundo exterior. Es la incomunicación pura, la soledad que se devora a sà misma y devora lo que toca. No pertenece a nuestro mundo; no es de nuestra ciudad; no vive en nuestro barrio. Viene de lejos, está lejos siempre. Es el extraño. Es imposible no advertir la semejanza que guarda la figura del "macho" con la del conquistador español. Ése es el modelo ?más mÃtico que real? que rige las representaciones que el pueblo mexicano se ha hecho de los poderosos: caciques, señores feudales, hacendados, polÃticos, generales, capitanes de industria. Todos ellos son "machos, "chingones".
Octavio Paz
Es curioso advertir con qué eficacia operan las cosas cuando uno las reconoce.
Es curioso observar hasta qué punto es incómodo el regalo del mando.
Es curioso observar hasta qué punto es incómodo el regalo del mando.
Thomas Harris
El sufrir es muy largo y no puede dividirse por los estaciones del año. Sólo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: gira. Parece formar un cÃrculo alrededor de este eje: el dolor. La paralizadora inmovilidad de una vida regulada, hasta en sus más Ãnfimos detalles, por una rutina inmutable, de suerte que conforme, bebemos, nos paseamos, dormimos y rezamos ? o por lo menos, nos arrodillamos para rezar ? conforme a los inflexibles dictados de un reglamento de hierro; esa inmovilidad que hace que cada dÃa sea, con todos sus horrores, y hasta en sus más pequeños detalles, idéntico a sus hermanos, parece comunicarse a aquellas fuerzas exteriores, cuya existencia es una perpetua variación. Nada sabemos de la siembra ni de las cosechas, de los segadores doblados sobre las espigas o de los vendimiadores deslizándose entre las vides; de la hierba del jardÃn, ornada con el blanco manto de las flores caÃdas, sobre la cual se hallan esparcidos los frutos maduros. Nada sabemos, nada podemos saber.
Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el dÃa con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mÃsera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.
Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el dÃa con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mÃsera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.
Oscar Wilde
Pero era evidente que le habÃa dolido. Le habÃa dolido antes, de la peor manera, al advertir que el dejarÃa de existir mientras el universo seguirÃa girando igual que siempre, intacto e insensible.
Richard Bachman
La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; solo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.
Joseph Joubert