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Aguarda

Aguarda. Encuentra docenas de aguarda con fotos para copiar y compartir.


Regreso a la Casa Blanca más decidido y más inspirado que nunca sobre la tarea que nos aguarda y el futuro que tenemos por delante


Barack Obama


¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.


Henrik Johan Ibsen




El que aguarda para hacer mucho de una sola vez, nunca hará nada.


Samuel Johnson


Nada hay tan semejante como los huevos, pero nadie, en virtud de esta aparente semejanza, aguarda el mismo gusto y sabor en todos ellos.


David Hume


¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.


Amado Nervo


Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente; escudo, espada y maza llevar bajo la frente; porque el valor honrado de todas armas viste: no solo para, hiere, y más que aguarda, embiste.


Antonio Machado




La Cita

¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!

Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!

¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!

¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!

¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!

¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!


Salvador Díaz Mirón


Predestinada A La Tristeza

Ya no soy yo amado,
y no sé quién soy, si todavía permanezco,
si estoy aquí y lo que toco está.
Las palabras me caen como agua fresca,
la tristeza se riega en mi música ensangrentada.
En mi corazón se anida un animal herido
y mis versos preferidos los dije a la noche
que aguarda el beso caliente del amante
y el rumor perecedero de la piedra.
Ya no soy yo amado,
y no sé si estoy aquí, si mis miembros se cierran
o se abren,
si la muerte es un mal sueño dilatándose en mis venas,
recordando como una voz antigua,
mi no permanecer, ni fugaz sentir, mi antiguo malestar
caído de la duda.


Orietta Lozano


Sin Querer

Sin querer,
sin encontrar una niebla de olvido
que me haga extraviarme en mi presente,
que no recuerdo
porque la luz es excesiva;

sin querer,
sin desaprender esa música
lejana -y conseguir,
en el día brumoso,
escuchar al silencio lleno de alas.

Sin querer
-nunca queréis, no quiero-,
vamos impulsados por remos
de una leña que no consume
el fuego que nos arde.

Sin querer,
caminamos hacia un final
que nos aguarda indiferente
-no es cazador- con su sima de olas
sin sal y sin espumas.

Sin querer,
ignoro si es posible
recobrar el aquí que ignoro,
o, ciego y en silencio,
sumergirme en el río
que me niegue a vosotros,
sin querer.


Ángel Crespo




La Cita

Me he ceñido toda con un manto negro.
Estoy toda pálida, la mirada extática.
Y en los ojos tengo partida una estrella.
¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!

Ya ves que no luzco siquiera una joya,
ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias.
Y hasta me he quitado las hebillas ricas
de las correhuelas de mis dos sandalias.

Mas soy esta noche, sin oros ni sedas,
esbelta y morena como un lirio vivo.
Y estoy toda ungida de esencias de nardos,
y soy toda suave bajo el manto esquivo.

Y en mi boca pálida florece ya el trémulo
clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Y a mis manos largas se enrosca el deseo
como una invisible serpentina loca.

¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante!
Bajo tu mirada surgiré como una
estatua vibrante sobre un plinto negro
hasta el que se arrastra, como un can, la luna.


Juana de Ibarbourou


Y los ojos prometen mientras la boca aguarda.


Jorge Guillén


Nadie conoce toda la amargura de lo que aguarda en el futuro. Y si de pronto apareciera como en un sueño, la negaríamos apartando los ojos de ella. A esto le llamamos esperanza.


Elias Canetti


Entre La Fronda

Junto a la clara linfa, bajo la luz radiosa
del sol, como un prodigio de viviente escultura,
nieve y rosa su cuerpo, su rostro nieve y rosa
y sobre rosa y nieve su cabellera oscura.

No altera una sonrisa su majestad de diosa,
ni la mancha el deseo con su mirada impura;
en el lago profundo de sus ojos reposa
su espíritu que aguarda la dicha y la amargura.

Sueño del mármol. Sueño del arte excelso, digno
de Escopas o de Fidias, que sorprende en un signo,
una actitud, un gesto, la suprema hermosura.

Y la ve destacarse, soberbia y armoniosa,
junto a la clara linfa, bajo la luz radiosa
del sol, como un prodigio de viviente escultura.


Ricardo Jaimes Freyre




Yo Soy La Que Os Escribe...

Yo soy la que os escribe.
Mi luz es un antílope que pace
entre las ruinas del misterio.
El espino que sangra,
el surco desde dentro
que nunca cicatriza.
El manantial sonoro
que se expande en el sueño.

Yo soy la que os escribe.
La lámpara que arde.
La boca movediza que os senda con su luz,
que os conduce a la sombra,
que os aguarda y os hunde
en la profundidad de la caverna.
La luz que os encamina en su ceguera,
la lámpara que os salva.
La claridad que os funda,
la pared que os desnuda,
os alimenta,
os finge y os codicia
y sin embargo,
miente.
La lámpara de arena.

De "Lámparas de arena" 2000


Rosana Acquaroni


No Son Para La Lira...

No son para la Lira manos que odian la calma;
¡para cantarte me he pulsado el alma!
Con un temblor de novia que se inicia,
con un azoramiento de novicia,
el candor de las páginas, rebaño de gacelas,
aguarda ante mis ojos la llegada del Cántico,
virgen como la espuma del Atlántico
antes del paso de las carabelas...


Andrés Eloy Blanco


Xxvi

Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No podía ser!

Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!
¡No podía ser!

Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podía ser!


Gustavo Adolfo Becquer


Ayer todo era oscuridad tan oscuro como la noche;yo resistìa a ella "esperanza";hoy volvi a ver la luz y después de todo debo agradecerte...gracias noche porque eres mi complice en todas mis locuras...ooo noche no se que aria sin ti...mi amor aguarda la noche.


Hayde Vila


«Ningún ser humano es consultado por nadie para nacer y recorrer, forzosamente, un túnel obscuro en cuyo final la Muerte aguarda»


Alberto Jiménez Ure


La partida

El tren de la partida
aguarda porfiada
su marcha en busca de lo eterno,
buscando un dantesco infierno,
a la llegada del invierno,
en su primera madrugada.

Espera impaciente
que el otoño naciente
camine raudo a su ciclo final
y entonces la vida vanal:
termine,culmine,
pero espera impaciente
el tren de la partida.

Un pasajero,sólo uno
cabe en su interior,
él o ninguno,
cual prior sin compañía,
pero espera impaciente
el tren de la partida.

Un adios para tí
en otoño desfigurado,
adios vacío,frío,indiferente.


Miguel Visurraga Sosa


El amor todo lo soporta porque persevera y permanece honrado hasta el final, siempre confía, siempre aguarda esperanzado.


Jonathan Colina


en aquel campo sombrio
donde la tristeza aguarda;
existio un buen amigo
con cabeza de balon y sus ojos de plumon.
con su mal melancolia
solo se sentia;
pues un día encontro a su alma querida. como todo lo que empieza tiene que acabar,
su almaa querida la luna
le dejo de hablar.
solo en su soledad
el espantapajaros de pena morira.


maria fernanda sotelo maya


«Hubo un tiempo en el que a nadie aterró la posibilidad expirar y a cada cual otro semejante aguarda»


Alberto Jiménez Ure


Nadie escucharía si no fuera porque aguarda su turno para hablar.


Edgar Howe


Quien quiere acertar, aguarda.


Antonio García Gutiérrez


Peca de grosero,quien aguarda que le digan,que se vaya.


Tirso de Molina


Para poco ha nacido quien aguarda el reconocimiento de sus contemporáneos.


Lucio Anneo Seneca




Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...


Rubén Darío


a ti también, en otras playas de oro,
te aguarda incorruptible tu tesoro:
la vasta y vaga y necesaria muerte.


Jorge Luis Borges


Se sentirá orgullosa de que su hija abandone por un momento su vida íntima, personal y limitada. Y de paso vence mágicamente por unos instantes la desolación chilena, esa desolación, aquella que nunca más nos abandonó, la que aguarda pendenciera y sin lenguaje detrás de nuestra eficiencia, de nuestra civilidad, de nuestro pragmatismo. La que nos dejó para siempre sin calor. ¿Por qué hemos llegado a ser un pueblo tan triste, o es que lo fuimos siempre y no nos dimos cuenta? ¿Cuándo, cuándo perdimos el alma?


Marcela Serrano


Entre los gestos del mundo
recibí el que me dan las puertas.
En la luz yo las he visto
o selladas o entreabiertas
y volviendo sus espaldas
del color de la vulpeja.
¿Por qué fue que las hicimos
para ser sus prisioneras?

Del gran fruto de la casa
son la cáscara avarienta.
El fuego amigo que gozan
a la ruta no lo prestan.
Canto que adentro cantamos
lo sofocan sus maderas
y a su dicha no convidan
como la granada abierta:
¡Sibilas llenas de polvo,
nunca mozas, nacidas viejas!

Parecen tristes moluscos
sin marea y sin arenas.
Parecen, en lo ceñudo,
la nube de la tormenta.
A las sayas verticales
de la Muerte se asemejan
y yo las abro y las paso
como la caña que tiembla.

«¡No!», dicen a las mañanas
aunque las bañen, las tiernas.
Dicen «¡No!» al viento marino
que en su frente palmotea
y al olor de pinos nuevos
que se viene por la Sierra.
Y lo mismo que Casandra,
no salvan aunque bien sepan:
porque mi duro destino
él también pasó mi puerta.

Cuando golpeo me turban
igual que la vez primera.
El seco dintel da luces
como la espada despierta
y los batientes se avivan
en escapadas gacelas.
Entro como quien levanta
paño de cara encubierta,
sin saber lo que me tiene
mi casa de angosta almendra
y pregunto si me aguarda
mi salvación o mi pérdida.

Ya quiero irme y dejar
el sobrehaz de la Tierra,
el horizonte que acaba
como un ciervo, de tristeza,
y las puertas de los hombres
selladas como cisternas.
Por no voltear en la mano
sus llaves de anguilas muertas
y no oírles más el crótalo
que me sigue la carrera.

Voy a cruzar sin gemido
la última vez por ellas
y a alejarme tan gloriosa
como la esclava liberta,
siguiendo el cardumen vivo
de mis muertos que me llevan.
No estarán allá rayados
por cubo y cubo de puertas
ni ofendidos por sus muros
como el herido en sus vendas.

Vendrán a mí sin embozo,
oreados de luz eterna.
Cantaremos a mitad
de los cielos y la tierra.
Con el canto apasionado
heriremos puerta y puerta
y saldrán de ellas los hombres
como niños que despiertan
al oír que se descuajan
y que van cayendo muertas.


Gabriela Mistral