Ajeno ( 3 )
Ajeno. Encuentra docenas de ajeno con fotos para copiar y compartir.
Nos glorificamos al Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, de la convicción de que Él no está separado de la naturaleza divina, porque lo que es ajeno por naturaleza no compartir los mismos honores.
Saint Basil
La primera vez que vine a Londres por mi cuenta, yo tenía 15 años. Yo estaba absolutamente ajeno a muchas cosas. No tenía expectativas, sin miedos. Acabo de hacer una temporada National Youth Theatre, un verano. Fue simplemente genial.
Gina McKee
La mayoría de las visiones de la vida extraterrestre en realidad están impregnados de arrogancia humana. Los extraterrestres de ficción de 'Star Trek' o un centenar de óperas espaciales son menos ajeno que muchos de mis vecinos. Y divertido, los que maneja el lugar son en su mayoría hombres irascible.
Nathan Myhrvold
Los celos sería mucho menos tortuoso si entendiéramos que el amor es una pasión del todo ajeno a nuestros méritos.
Paul Eldridge
A menudo son los primeros estudiantes en su família en ir a la universidad y la idea misma de la educación superior seguía siendo ajeno a ellos. Tenían que tomar una decisión consciente y con frecuencia difícil llegar a la universidad.
Michael N. Castle
El suicida es el antípoda del mártir. El mártir es un hombre que se preocupa a tal punto por lo ajeno, que olvida su propia existencia. El suicida se preocupa tan poco de todo lo que no sea él mismo, que desea el aniquilamiento general.
Gilbert Keith Chesterton
Yo siempre digo que David Bowie, que es algo así como mi respuesta estándar a todas las preguntas con respecto a quién me gustaría haber llegado en el programa, que me gustaría cantar nuestra canción, que me gustaría tomar un café en un ambiente totalmente ajeno no 'Psych'. No es más que el Dios, que es el hombre, y creo que probablemente podría hacer muy buen uso de él en nuestro programa.
James Roday
La esencia del periodismo es dramática. El periodista auténtico oculta lo suyo y revela lo ajeno; reúne en sí las vibraciones dispersas y las transmite; semejante al cómico, desaparece bajo la realidad que nos transfiere.
Rafael Barrett
El hombre guarda mejor el secreto ajeno que el suyo; la mujer, por el contrario, guarda mejor su secreto que el ajeno.
Jean de la Bruyere
Raro don es la justicia. Todo hombre tiene un poco de león, y quiere para sí en la vida la parte del león. Se queja de la opresión ajena; pero apenas puede oprimir, oprime. Clama contra el monopolio ajeno; pero apenas puede monopolizar, monopoliza: No en balde, cuando el libro de los hebreos quería dar nombre a un varón admirable lo llamaba un justo
José MartÃ
España es un país necrófilo. No se reconoce el mérito ajeno y solamente se ensalza a los muertos.
José MarÃa Aznar
Yo mismo ignoraba como había solventado las dificultades que ahora veía resueltas en el cuadro. Me asombraba de mi propia maestría. Tan ajeno me sentía que de esas obras solía decir que las habían pintado los ángeles, que mi mano solo había cernido de instrumento, de médium.
Miguel Delibes
Poco a poco me convertí en persuadidos de que los sujetos, sin querer, me había revelado una verdad básica acerca de los mercados de que era ajeno a la literatura de la economía.
Vernon L. Smith
Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que solo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco.
Gabriel GarcÃa Márquez
Conocerás por experiencia lo salado del pan ajeno, y cuán triste es subir y bajar las escaleras en un piso ajeno
Dante Alighieri
He pedido a no tener funeral, y no hay servicio memorial. Odio ajeno y sin duda no apreciar mi propia.
Charles Saatchi
El cine tiene pares siempre involucrados: un director, junto con un productor, un director, además de un editor... La noción de parejas no es ajeno al cine.
Luc Dardenne
El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno
Karl Marx
Así como la naturaleza no ha hecho provisión alguna para que mi cuerpo tolere el dolor, tampoco ha hecho provisión para que mi vida sufra el fracaso. El fracaso, como el dolor, es ajeno a mi vida.
Og Mandino
Yo diría que el machismo, tanto en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho ajeno. Así de simple
Gabriel GarcÃa Márquez
Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.
Lenin
Conserva bien lo tuyo y no codicies lo ajeno. Si tal haces, nada podrá impedirte el ser dichoso
Epicteto
El llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía
Juan de la Cruz
El poder. El hombre es un yo puedo, un conjunto de capacidades sensomotrices o intelectuales. El mundo deja de serme ajeno, e incluso hostil, cuando lo domino. Sin embargo, nuestra libertad choca con otras libertades y creemos que nuestra elección se limita a someter a estar sometidos. La servidumbre de algunos de nuestros semejantes nos afianzaría en nuestro poder
Pierre Sansot
Pensamos que pensamos con nuestros cerebros, pero personalmente yo pienso con mis pies. Esa es la única manera por la que puedo entrar en contacto con algo sólido. En ocasiones pienso con mi cabeza, como cuando choco con algo. Pero he visto suficientes encefalogramas para saber que no hay indicios de pensamiento en el cerebro", irónica respuesta de Lacan a Noan Chomsky (la ironía tiene un claro significado: Lacan pese a su manejo del lenguaje se maneja con lo concreto mientras que muchos que suponen pensar por "sí mismos", en lo real están masificados, reproduciendo un discurso ajeno con que son instruidos o adoctrinados).
Jacques Lacan
Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodíaco.
Gabriel GarcÃa Márquez
Mujer negra
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.
Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.
Anduve.
Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.
Me sublevé.
En esta tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camin a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a
Madagascar? ¿O a Cabo Verde?
Trabajé mucho más.
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.
Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña.
Bajé de la Sierra
Para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena.
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.
Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.
Anduve.
Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.
Me sublevé.
En esta tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camin a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a
Madagascar? ¿O a Cabo Verde?
Trabajé mucho más.
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.
Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña.
Bajé de la Sierra
Para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena.
Nancy Morejón
Una cosa es posicionarse en contra DEL FENÓMENO de la inmigración sin control de ninguna clase,(...), y otra, acometer a un semejante. Los inmigrantes no tiene la culpa de nada. Ellos, como nosotros, son las víctimas de este sistema y de las mafias que juegan con sus ahorros, sus esperanzas y sus vidas para forrarse a cuenta del dolor ajeno.
Ricardo Sáenz de Ynestrillas Pérez