Al son que me toquen bailo
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No desearlo todo para sí; quitarse algo de sí para que toquen a igual parte todos, es valor que parece heroico, a juzgar por el escaso número de los que dan prueba de él.
José MartÃ
Me acuso de morirme sin tu boca, confieso que desde que te has marchado solo bailo en las fiestas donde tocan
JoaquÃn Sabina
La lucha se gana o se pierde lejos de testigos - en la retaguardia, en el gimnasio, y por ahí en el camino, mucho antes de que yo bailo bajo esas luces.
Muhammad AlÃ
Yo no espero que seas nadie para mí no es importante, yo no bailo con princesas pero te haré reina del baile (En la planta de tus pies)
Alejandro Sanz
En ocasiones, cuando bailo, siento que algo sagrado se apodera de mí. En esos momentos, mi espíritu es uno con la Creación
Michael Jackson
Me convierto en las estrellas y en la Luna, en el amante y el amado, en el cantante y la canción. Bailo la danza de la Creación. El Creador y la Creación se unen en la plenitud. Y yo sigo danzando, danzando, danzando hasta que...solo queda la danza
Michael Jackson
Yo no amenazo, no acostumbro amenazar. Solo advierto una vez. El día que me toquen a alguno de mis hombres se acabó el estado de derecho.
Augusto Pinochet
Devocionario
I
La paz no necesita de los héroes.
el heroísmo de la paz es otro.
Es un sereno paso sin angustia
por aquel campo en que acechaban minas.
Y es sobre todo ese convivio afable
de la diversidad de los anónimos.
II
La paz cierra la cripta de los mártires
y los deja dormir, para que olviden
que la tierra es el sitio pavoroso
donde todos los miedos son posibles
Bien se merecen su corona de oro,
bajo la condición de que se duerman.
III
La paz no la hace nadie. Se hace sola.
Lo importante es sembrar una semilla.
La gente piensa que la guerra es fuerte:
!Qué va! La guerra es solo un aneurisma.
Alguien la pincha, y se desangra toda.
La paz en cambio es la verdad de un árbol.
IV
No me pregunten por qué soy pacífico.
Es algo natural, quizás congénito.
Esto es lo que tal vez muchos no entienden
que no todo poeta es un revólver.
Por mí, que los revólveres se esfumen.
Eso sí: No me toquen a la rosa.
"Doy fe de la esperanza" 1985 - 1992
I
La paz no necesita de los héroes.
el heroísmo de la paz es otro.
Es un sereno paso sin angustia
por aquel campo en que acechaban minas.
Y es sobre todo ese convivio afable
de la diversidad de los anónimos.
II
La paz cierra la cripta de los mártires
y los deja dormir, para que olviden
que la tierra es el sitio pavoroso
donde todos los miedos son posibles
Bien se merecen su corona de oro,
bajo la condición de que se duerman.
III
La paz no la hace nadie. Se hace sola.
Lo importante es sembrar una semilla.
La gente piensa que la guerra es fuerte:
!Qué va! La guerra es solo un aneurisma.
Alguien la pincha, y se desangra toda.
La paz en cambio es la verdad de un árbol.
IV
No me pregunten por qué soy pacífico.
Es algo natural, quizás congénito.
Esto es lo que tal vez muchos no entienden
que no todo poeta es un revólver.
Por mí, que los revólveres se esfumen.
Eso sí: No me toquen a la rosa.
"Doy fe de la esperanza" 1985 - 1992
David Escobar Galindo
Hola mi sol. Alumbra mi vida con tu amor y permite que tus rayos toquen mi piel como lo haces cada ma~ana.
Maraji
VUELVE EL TABACO DE CONTRABANDO
Si ya me parecía a mí que no todo podía ser malas noticias, que si sube la luz, que si el butano, que si la gasolina, que si la precampaña y a aguantar a estos paisas de medio pelo y muchas pelas, que… y en medio de estas tristezas económicas y sociales, que ya estaba yo así como apenado, tirando a lánguido, como ovejilla prematadero… de repente algo maravilloso, pero maravilloso: ¡¡¡ Vuelve el tabaco de contrabando !!!, ¡¡¡ sí, el de siempre, el auténtico, el americano !!! y de forma más rápida, en vez de en barco… ¡¡¡¡ en avión !!!!, joé el día que venga en una carpeta de Windows al escritorio y saques el paquete por la disquetera…
Que guay, poder adentrarte de nuevo en la ilegalidad sin que te pille el radar; alucinante volver a recordar aquellos tiempos subversivos, cuando ibas a un bar y decías: «¿Tiene winston?», y tras unos intensos segundos, mirada frente a mirada, decías: «del otro»; y entonces el camarero/infiltrado, como por arte de magia sacaba el tabaco de debajo de la barra o, como sucedía en un bareto que había en Vigo, te decía: «En la máquina, donde pone ducados, ahí lo tienes».
Dios qué placer defraudar a Hacienda sin que te multen, (porque al fumador no lo sancionan) mientras el ministro habla de economía sumergida (que le importa a él la economía sumergida tanto como a ti cómo funciona un fonendoscopio) y tú echando humillo ilegal al televisor, a su cara, en sus narices… buah, qué gustazo da lo prohibido.
Y es que el tabaco de contrabando siempre ha sido, además de barato, bueno, pero realmente bueno; cómo no iba a ser bueno si era lo que fumaban muchos políticos gallegos hace años cuando en las ruedas de prensa se permitía dar unas caladas, que no saben estos vividores lo que es o no de calidad… joé que si lo saben, tu y yo no, pero ellos… todo lo que sea placer…
Además, qué importará ahora unas cajetillitas que compras así de remanguillé cuando te enteras que el 80% de las empresas más importantes de España que cotizan en el Ibex 35 escaquean sus ingresos sin pagar impuestos colocando los beneficios en paraísos fiscales… nada hombre, nada, que te van a hacer, nada.
¿Es que te van a detener por unos cartoncillos, que además con suerte un día hay un envenenamiento masivo y baja el paro?, ¿acaso se va a crear una coalición internacional made in Gadafi para lanzar un misil tierra-aire mesilla de noche-cenicero para fastidiarte el pitillito?, ¿van a detener a los colegas/contrabandistas, que van a tener más ayuda por parte de los fumadores que un testigo protegido?
Venga ya, que aquí no conocemos todos, que presionarán algo por aparentar porque el negocio de todo esto, el auténtico negocio lo manejan los de siempre, no el del bar o el del chiringuito de la playa, ultramarinos Marimar… Esto del tabaco es un detallito, que a estos lo que les va es el petróleo, ese es el punto, destruir países, naciones y nociones y si pudieran civilizaciones, con tal de que no se toquen los paraísos fiscales, sus paraísos… bueno hombre, van a discutir ahora por unos cigarrillitos, mientras tengan su dinerillo, también de contrabando, a buen recaudo… Ellos los euros, nosotros el winston ¿no?. La verdad que a veces hay noticias que levantan el ánimo, pero mucho mucho.
Si ya me parecía a mí que no todo podía ser malas noticias, que si sube la luz, que si el butano, que si la gasolina, que si la precampaña y a aguantar a estos paisas de medio pelo y muchas pelas, que… y en medio de estas tristezas económicas y sociales, que ya estaba yo así como apenado, tirando a lánguido, como ovejilla prematadero… de repente algo maravilloso, pero maravilloso: ¡¡¡ Vuelve el tabaco de contrabando !!!, ¡¡¡ sí, el de siempre, el auténtico, el americano !!! y de forma más rápida, en vez de en barco… ¡¡¡¡ en avión !!!!, joé el día que venga en una carpeta de Windows al escritorio y saques el paquete por la disquetera…
Que guay, poder adentrarte de nuevo en la ilegalidad sin que te pille el radar; alucinante volver a recordar aquellos tiempos subversivos, cuando ibas a un bar y decías: «¿Tiene winston?», y tras unos intensos segundos, mirada frente a mirada, decías: «del otro»; y entonces el camarero/infiltrado, como por arte de magia sacaba el tabaco de debajo de la barra o, como sucedía en un bareto que había en Vigo, te decía: «En la máquina, donde pone ducados, ahí lo tienes».
Dios qué placer defraudar a Hacienda sin que te multen, (porque al fumador no lo sancionan) mientras el ministro habla de economía sumergida (que le importa a él la economía sumergida tanto como a ti cómo funciona un fonendoscopio) y tú echando humillo ilegal al televisor, a su cara, en sus narices… buah, qué gustazo da lo prohibido.
Y es que el tabaco de contrabando siempre ha sido, además de barato, bueno, pero realmente bueno; cómo no iba a ser bueno si era lo que fumaban muchos políticos gallegos hace años cuando en las ruedas de prensa se permitía dar unas caladas, que no saben estos vividores lo que es o no de calidad… joé que si lo saben, tu y yo no, pero ellos… todo lo que sea placer…
Además, qué importará ahora unas cajetillitas que compras así de remanguillé cuando te enteras que el 80% de las empresas más importantes de España que cotizan en el Ibex 35 escaquean sus ingresos sin pagar impuestos colocando los beneficios en paraísos fiscales… nada hombre, nada, que te van a hacer, nada.
¿Es que te van a detener por unos cartoncillos, que además con suerte un día hay un envenenamiento masivo y baja el paro?, ¿acaso se va a crear una coalición internacional made in Gadafi para lanzar un misil tierra-aire mesilla de noche-cenicero para fastidiarte el pitillito?, ¿van a detener a los colegas/contrabandistas, que van a tener más ayuda por parte de los fumadores que un testigo protegido?
Venga ya, que aquí no conocemos todos, que presionarán algo por aparentar porque el negocio de todo esto, el auténtico negocio lo manejan los de siempre, no el del bar o el del chiringuito de la playa, ultramarinos Marimar… Esto del tabaco es un detallito, que a estos lo que les va es el petróleo, ese es el punto, destruir países, naciones y nociones y si pudieran civilizaciones, con tal de que no se toquen los paraísos fiscales, sus paraísos… bueno hombre, van a discutir ahora por unos cigarrillitos, mientras tengan su dinerillo, también de contrabando, a buen recaudo… Ellos los euros, nosotros el winston ¿no?. La verdad que a veces hay noticias que levantan el ánimo, pero mucho mucho.
Manuel Guisande
Pétalos de rosas
Oeste que mar acaricias,
desvélate en inmensas fragancias,
calma las olas de tu mar
haciéndo pétalos de rosas
que toquen
el corazón
de aquella bella mujer,
a quien flores entrego
en señal de amor.
Oeste que mar acaricias,
desvélate en inmensas fragancias,
calma las olas de tu mar
haciéndo pétalos de rosas
que toquen
el corazón
de aquella bella mujer,
a quien flores entrego
en señal de amor.
Miguel Visurraga Sosa
hermano en tu camino sufriras caidas hay de ti ke te puedas levantar solo porque tu compañera no estara ahy ya sabeis
ke hay de aquel que se callera el otro le ayudara a le vantarse pero de ty no habra nadie ke te ayude,toma pues tu tiempo
pero apresuralo pues esperar la yuda de alguien es esperar el que un rayo de luz tibia bañe tu rostro marchito y tus
manos toquen la brisa del amanecer
ke hay de aquel que se callera el otro le ayudara a le vantarse pero de ty no habra nadie ke te ayude,toma pues tu tiempo
pero apresuralo pues esperar la yuda de alguien es esperar el que un rayo de luz tibia bañe tu rostro marchito y tus
manos toquen la brisa del amanecer
aztrasoft
Semántica del amor cardinal
Este,de nueva luz
del sol esparciéndose,
seres arrodillados
con rezos de agradecimientos
a la vida,al amor que se siembra
para cultivarlo con el corazón,
esperando querer y amar sin perder la razón.
Oeste,que mar acaricias,
desvélate en inmensas fragancias,
calma las olas de tu mar
convirtiéndolos en pétalos de rosas
que toquen los labios de esa mujer
como si fueran besos del más tierno enamorado.
Norte,marcando rumbos
en caminos trazados
en senderos ocultos,
teniendo cuidado como soporte
avistando estrella conductora
dando amor a toda hora.
Sur,en reverso
en apariencia,
dando del amor su esencia:
un beso marcando una cruz,
de la constelación iluminada
en noche clara y serena.
Este,de nueva luz
del sol esparciéndose,
seres arrodillados
con rezos de agradecimientos
a la vida,al amor que se siembra
para cultivarlo con el corazón,
esperando querer y amar sin perder la razón.
Oeste,que mar acaricias,
desvélate en inmensas fragancias,
calma las olas de tu mar
convirtiéndolos en pétalos de rosas
que toquen los labios de esa mujer
como si fueran besos del más tierno enamorado.
Norte,marcando rumbos
en caminos trazados
en senderos ocultos,
teniendo cuidado como soporte
avistando estrella conductora
dando amor a toda hora.
Sur,en reverso
en apariencia,
dando del amor su esencia:
un beso marcando una cruz,
de la constelación iluminada
en noche clara y serena.
Miguel Visurraga Sosa
Me siento seguro, me siento confiado, y es que al mirar tus ojos o que mis labios toquen tu piel hace que me sienta soñado, porque cada acción tuya logra que me sienta único en el mundo con un ser maravilloso, Solos Tu Y Yo, Mirando al futuro, mirando que podemos enfrentar cualquier cosa y salir adelante juntos, tomados de la mano, victoriosos y alegres. Porque eso es lo que quiero a tu lado un mundo lleno de alegría.
Aldana
El Señor no le gusta que estemos muertos. Ser vivo. A veces bailo para la gloria del Señor, porque Él lo dijo.
Mahalia Jackson
Toquen el violín. Bailen la danza del vientre delante de velas rosas. Maten a su perro. Preséntense al Alcalde. Vivan en un barril. Pártanse la cabeza con un hacha. Planten tulipanes bajo la lluvia. Pero no escriban poesía.
Charles Bukowski
Dado que Imre era un refugio para la música y el teatro, quizá penséis que yo pasaba mucho tiempo allí, pero nada podría estar más lejos de la verdad. Solo había estado en Imre una vez. Wilem y Simmon me habían llevado a una posada donde tocaba un trío de hábiles músicos: laúd, flauta y tambor. Pedí una jarra de cerveza pequeña que me costó medio penique y me relajé, dispuesto a disfrutar de una velada con mis amigos?
Pero no pude. Apenas unos minutos después de que empezara a sonar la música, casi salí corriendo del local. Dudo mucho que podáis entender por qué, pero supongo que si quiero que esto tenga algún sentido, tendré que explicároslo.
No soportaba oír música y no formar parte de ella. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro hombre. No. No es eso. Era como?
Era como los consumidores de resina que había visto en Tarbean. La resina de denner era ilegal, por supuesto, pero había partes de la ciudad en que eso no importaba. La resina se vendía envuelta en papel encerado, como los pirulís o los tofes. Mascarla te llenaba de euforia. De felicidad. De satisfacción.
Pero pasadas unas horas estabas temblando, dominado por una desesperada necesidad de consumir más, y esa ansia empeoraba cuanto más tiempo llevabas consumiéndola. Una vez, en Tarbean, vi a una joven de no más de dieciséis años con los reveladores ojos hundidos y los dientes exageradamente blancos de los adictos perdidos. Le estaba pidiendo un «caramelo» de resina a un marinero, que lo sostenía fuera de su alcance, burlándose de ella. Le decía a la chica que se lo daría si se desnudaba y bailaba para él allí mismo, en medio de la calle.
La chica lo hizo, sin importarle quién pudiera estar mirando, sin importarle que fuera casi el Solsticio de Invierno y que en la calle hubiera diez centímetros de nieve. Se quitó la ropa y bailó desenfrenadamente; le temblaban las pálidas extremidades, y sus movimientos eran patéticos y espasmódicos. Entonces, cuando el marinero rio y negó con la cabeza, ella cayó de rodillas en la nieve, suplicando y sollozando, agarrándose desesperadamente a las piernas del marinero, prometiéndole que haría cualquier cosa que le pidiera, cualquier cosa?
Así era como me sentía yo cuando oía tocar a unos músicos. No podía soportarlo. La ausencia diaria de mi música era como un dolor de muelas al que me había acostumbrado. Podía vivir con ello. Pero no soportaba ver cómo agitaban delante de mí el objeto de mi deseo.
Pero no pude. Apenas unos minutos después de que empezara a sonar la música, casi salí corriendo del local. Dudo mucho que podáis entender por qué, pero supongo que si quiero que esto tenga algún sentido, tendré que explicároslo.
No soportaba oír música y no formar parte de ella. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro hombre. No. No es eso. Era como?
Era como los consumidores de resina que había visto en Tarbean. La resina de denner era ilegal, por supuesto, pero había partes de la ciudad en que eso no importaba. La resina se vendía envuelta en papel encerado, como los pirulís o los tofes. Mascarla te llenaba de euforia. De felicidad. De satisfacción.
Pero pasadas unas horas estabas temblando, dominado por una desesperada necesidad de consumir más, y esa ansia empeoraba cuanto más tiempo llevabas consumiéndola. Una vez, en Tarbean, vi a una joven de no más de dieciséis años con los reveladores ojos hundidos y los dientes exageradamente blancos de los adictos perdidos. Le estaba pidiendo un «caramelo» de resina a un marinero, que lo sostenía fuera de su alcance, burlándose de ella. Le decía a la chica que se lo daría si se desnudaba y bailaba para él allí mismo, en medio de la calle.
La chica lo hizo, sin importarle quién pudiera estar mirando, sin importarle que fuera casi el Solsticio de Invierno y que en la calle hubiera diez centímetros de nieve. Se quitó la ropa y bailó desenfrenadamente; le temblaban las pálidas extremidades, y sus movimientos eran patéticos y espasmódicos. Entonces, cuando el marinero rio y negó con la cabeza, ella cayó de rodillas en la nieve, suplicando y sollozando, agarrándose desesperadamente a las piernas del marinero, prometiéndole que haría cualquier cosa que le pidiera, cualquier cosa?
Así era como me sentía yo cuando oía tocar a unos músicos. No podía soportarlo. La ausencia diaria de mi música era como un dolor de muelas al que me había acostumbrado. Podía vivir con ello. Pero no soportaba ver cómo agitaban delante de mí el objeto de mi deseo.
Patrick Rothfuss
Simón el bobito llamó al pastelero:
¡a ver los pasteles, los quiero probar!
-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero
ver ese cuartillo con que has de pagar.
Buscó en los bolsillos el buen Simoncito
y dijo: ¡de veras! no tengo ni unito.
A Simón el bobito le gusta el pescado
Y quiere volverse también pescador,
Y pasa las horas sentado, sentado,
Pescando en el balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito un pastel de nieve
Y a asar en las brasas hambriento lo echó,
Pero el pastelito se deshizo en breve,
Y apagó las brasas y nada comió.
Simón vio unos cardos cargando viruelas
Y dijo: -¡qué bueno! las voy a coger.
Pero peor que agujas y puntas de espuelas
Le hicieron brincar y silbar y morder.
Se lavó con negro de embolar zapatos
Porque su mamita no le dio jabón,
Y cuando cazaban ratones los gatos
Espantaba al gato gritando: ¡ratón!
Ordeñando un día la vaca pintada
Le apretó la cola en vez del pezón;
Y ¡aquí de la vaca! le dio tal patada
Que como un trompito bailó don Simón.
Y cayó montado sobre la ternera
Y doña ternera se enojó también
Y ahí va otro brinco y otra pateadera
Y dos revolcadas en un santiamén.
Se montó en un burro que halló en el mercado
Y a cazar venados alegre partió,
Voló por las calles sin ver un venado,
Rodó por las piedras y el asno se huyó.
A comprar un lomo lo envió taita Lucio,
Y él lo trajo a casa con gran precaución
Colgado del rabo de un caballo rucio
Para que llegase limpio y sabrosón.
Empezando apenas a cuajarse el hielo
Simón el bobito se fue a patinar,
Cuando de repente se le rompe el suelo
Y grita: ¡me ahogo! ¡vénganme a sacar!
Trepándose a un árbol a robarse un nido,
La pobre casita de un mirlo cantor,
Desgájase el árbol, Simón da un chillido,
Y cayó en un pozo de pésimo olor
Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco:
Y volviendo a casa le dijo a papá:
Taita yo no puedo matar pajaruco
Porque cuando tiro se espanta y se va.
Viendo una salsera llena de mostaza
Se tomó un buen trago creyéndola miel,
Y estuvo rabiando y echando babaza
Con tamaña lengua y ojos de clavel.
Vio un montón de tierra que estorbaba el paso
Y unos preguntaban ¿qué haremos aquí?
Bobos dijo el niño resolviendo el caso;
Que abran un grande hoyo y la echen allí
Lo enviaron por agua, y él fue volandito
Llevando el cedazo para echarla en él
Así que la traiga el buen Simoncito
Seguirá su historia pintoresca y fiel.
¡a ver los pasteles, los quiero probar!
-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero
ver ese cuartillo con que has de pagar.
Buscó en los bolsillos el buen Simoncito
y dijo: ¡de veras! no tengo ni unito.
A Simón el bobito le gusta el pescado
Y quiere volverse también pescador,
Y pasa las horas sentado, sentado,
Pescando en el balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito un pastel de nieve
Y a asar en las brasas hambriento lo echó,
Pero el pastelito se deshizo en breve,
Y apagó las brasas y nada comió.
Simón vio unos cardos cargando viruelas
Y dijo: -¡qué bueno! las voy a coger.
Pero peor que agujas y puntas de espuelas
Le hicieron brincar y silbar y morder.
Se lavó con negro de embolar zapatos
Porque su mamita no le dio jabón,
Y cuando cazaban ratones los gatos
Espantaba al gato gritando: ¡ratón!
Ordeñando un día la vaca pintada
Le apretó la cola en vez del pezón;
Y ¡aquí de la vaca! le dio tal patada
Que como un trompito bailó don Simón.
Y cayó montado sobre la ternera
Y doña ternera se enojó también
Y ahí va otro brinco y otra pateadera
Y dos revolcadas en un santiamén.
Se montó en un burro que halló en el mercado
Y a cazar venados alegre partió,
Voló por las calles sin ver un venado,
Rodó por las piedras y el asno se huyó.
A comprar un lomo lo envió taita Lucio,
Y él lo trajo a casa con gran precaución
Colgado del rabo de un caballo rucio
Para que llegase limpio y sabrosón.
Empezando apenas a cuajarse el hielo
Simón el bobito se fue a patinar,
Cuando de repente se le rompe el suelo
Y grita: ¡me ahogo! ¡vénganme a sacar!
Trepándose a un árbol a robarse un nido,
La pobre casita de un mirlo cantor,
Desgájase el árbol, Simón da un chillido,
Y cayó en un pozo de pésimo olor
Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco:
Y volviendo a casa le dijo a papá:
Taita yo no puedo matar pajaruco
Porque cuando tiro se espanta y se va.
Viendo una salsera llena de mostaza
Se tomó un buen trago creyéndola miel,
Y estuvo rabiando y echando babaza
Con tamaña lengua y ojos de clavel.
Vio un montón de tierra que estorbaba el paso
Y unos preguntaban ¿qué haremos aquí?
Bobos dijo el niño resolviendo el caso;
Que abran un grande hoyo y la echen allí
Lo enviaron por agua, y él fue volandito
Llevando el cedazo para echarla en él
Así que la traiga el buen Simoncito
Seguirá su historia pintoresca y fiel.
Rafael Pombo