Algunos pensamientos de duarte ( 2 )
Algunos pensamientos de duarte. Encuentra docenas de algunos pensamientos de duarte con fotos para copiar y compartir.
¿Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo, pero si justiciero.
Juan Pablo Duarte
Ninguno podrá ser juzgado en causas civiles y criminales por ninguna comisión, sino por el Tribunal competente determinado con anterioridad.
Juan Pablo Duarte
Sonó la hora de la gran traición y sonó también para mí la hora de la vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos.
Juan Pablo Duarte
Si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia, ha sido para servirla con alma vida y corazón, siendo cual siempre fui, motivo de amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de escándalo, ni manzana de la discordia.
Juan Pablo Duarte
No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, mas de lo que puedo; y si no he hecho ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos.
Juan Pablo Duarte
La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica, Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad evangélica.
Juan Pablo Duarte
El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes.
Juan Pablo Duarte
Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos con esa disposición, sin hacerla servir para un fín positivo, práctico y trascendental.
Juan Pablo Duarte
Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en obsequio de una Patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte, no dejará de tener imitadores; y este consuelo nos acompañará en la tumba.
Juan Pablo Duarte
No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza ajena; mientras que ellos, son los hombres honrados y virtuosos pues han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero; muestra inequívoca de lo muy amado que serán por la justicia con que han procedido y procederán para con Dios y la patria y la libertad del dominicano.
Juan Pablo Duarte
Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la suya francesa; si hasta los haitianos han constituido la República Haitiana, ¿por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a España, ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los demás?.
Juan Pablo Duarte
En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera.
Juan Pablo Duarte
Dominicanas y Dominicanos, es hora de que despierten del letargo que los tiene dormidos.
Juan Pablo Duarte
Demos juntos un salto gigantesco hacia el progreso sostenido, hacia la verdadera Democracia.
Juan Pablo Duarte
Debemos elegir funcionarios que realmente representen a nuestro país y que luchen por la patria que tanto nos costó recuperar.
Juan Pablo Duarte
Nuestra sociedad se llamará La Trinitaria porque se compondrá de grupos de tres y la pondremos bajo el amparo de la Santísima Trinidad.
Juan Pablo Duarte
Nuestros negocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentirnos de habernos mostrado dignos hijos de la patria.
Juan Pablo Duarte
Los sufrimientos de mis hermanos me eran sumamente sensibles, pero más dolorosa me era ver que el fruto de tantos sacrificios, tantos sufrimientos, era la pérdida de la independencia de esa Patria.
Juan Pablo Duarte
Existen derrotas, pero nadie está a salvo de ellas. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotados sin siquiera saber por qué se está luchando.
Paulo Coelho
Las Mujeres de Antes
En los Paseos junto al mar
en las sillas de mimbre de los bares
reclinadas en suaves chaises-longues de terciopelo
fumando cigarrillos atrevidos y exóticos
vestidas de colores muy decentes
o en lugares cerrados y más íntimos
mirándose al espejo
retocando sus labios y empolvándose
las mujeres de antes parecían irreales
eran como otra cosa algo distinto
pero cuando nos daban caramelos
o las fotografiaban de perfil
todos todos sabíamos que aquello se acababa
que no podía ser
que la hermosa película no iba a continuar siempre
y que la extraña joya que al parecer tenían
escondida en los pliegues del escote
o quizás entre las piernas
iba a volverse pronto mercancía barata
que ellas eran como nosotros
con sus deseos y melancolías
con sus trabajos y su desengaño.
Y entonces ¿para qué fingirse diosas
si ni ellas lo querían
y para qué tanto suspiro absurdo
tanta mano bellísima frotando en solitario
tanto dedo en saliva
si de la fiesta aquella solo iban a quedar
algunos viejos cuadros y montones de cajas de sombreros
llenas de fotos ocres junto a discos partidos?
En los Paseos junto al mar
en las sillas de mimbre de los bares
reclinadas en suaves chaises-longues de terciopelo
fumando cigarrillos atrevidos y exóticos
vestidas de colores muy decentes
o en lugares cerrados y más íntimos
mirándose al espejo
retocando sus labios y empolvándose
las mujeres de antes parecían irreales
eran como otra cosa algo distinto
pero cuando nos daban caramelos
o las fotografiaban de perfil
todos todos sabíamos que aquello se acababa
que no podía ser
que la hermosa película no iba a continuar siempre
y que la extraña joya que al parecer tenían
escondida en los pliegues del escote
o quizás entre las piernas
iba a volverse pronto mercancía barata
que ellas eran como nosotros
con sus deseos y melancolías
con sus trabajos y su desengaño.
Y entonces ¿para qué fingirse diosas
si ni ellas lo querían
y para qué tanto suspiro absurdo
tanta mano bellísima frotando en solitario
tanto dedo en saliva
si de la fiesta aquella solo iban a quedar
algunos viejos cuadros y montones de cajas de sombreros
llenas de fotos ocres junto a discos partidos?
José AgustÃn Goytisolo
En Filosofía habíamos hecho una cosa que llamábamos "tomas de cátedra" ... Intentábamos convencer a algunos catedráticos y claro, unos se dejaban y otros no. Algunos se fueron y a otros los echamos... El radicalismo siempre me ha fascinado. La agresividad verbal, las explosiones excesivas, todo eso me encantaba.
Fernando Savater
Desagradables y deformes, algunos artistas son como las conchas babosas de moluscos, en las que nacen perlas.
Valeriu Butulescu
Imbecilidad. La propiedad de algunos cerebros de no dejarse contaminar por ninguna idea.
Valeriu Butulescu
Algunos aman las flores y los animales porque son incapaces de entenderse con sus semejantes.
Sigrid Undset
Hay algunos hombres que no dicen lo que piensan y otros que piensan demasiado lo que dicen.
Mariano José De Larra
Algunos pueden argumentar que los regímenes militares brindan estabilidad y predecibilidad, que ayudan al desarrollo económico. Ese es un engaño.
Kofi Annan
Mi placer de crear era ilimitado. El talento productivo no me abandonó ni un instante durante algunos años; lo que se me ocurría durante el día y en estado de vela, se iba a menudo elaborando de noche, en ordenados sueños.
Johann Wolfgang Von Goethe
Cuando El Tiempo Ya Es Ido
Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.
Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.
Fina GarcÃa Marruz