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Amarga ( 2 )

Amarga. Encuentra docenas de amarga con fotos para copiar y compartir.


Pasan Los Días

Pasan los días
El vidrio de la luz se desvanece
No hay espejo capaz de verle el polvo
No hay ojo que lo pesque entrando en la otra orilla
filtrándose en la sombra

Pasan los días
Se entume el dedo el lápiz el verbo la memoria
Piedra redonda dura el pensamiento
Esfera de vacío la palabra

Pasan los días

¿Qué hice ayer?
¿Dónde estuve?

Y este olor Esta mano
Este grito atorado en la garganta
como una nuez amarga.

"Ciudad bajo el relámpago" 1983


Efraín Bartolomé


La Flor Blanca

Entraban en silencio el invitado,
la mujer de su amigo y la flor blanca.
Estaban en silencio. Y el espacio
de su amor era blanco y silencioso,
como la flor que lo representaba.
Y aquel silencio era deseo y culpa,
traición amarga, dulce desafío,
y había en él angustia y esperanza,
y era la plenitud, y el desengaño.

"El hacha y la rosa" 1993


Luis Alberto de Cuenca




Una Sorpresa

Hoy recibí tu carta. La he leído
con asombro, pues dices que regresas,
y aún de la sorpresa no he salido...
¡Hace tanto que vivo sin sorpresas!

«Que por fin vas a verme..., que tan larga
fue la separación...» Te lo aconsejo,
no vengas, sufrirías una amarga
desilusión: me encontrarías viejo.

Y como un viejo, ahora, me he llamado
a quietud, y a excepción -¡siempre e! pasado!
de uno que otro recuerdo que en la frente

me pone alguna arruga de tristeza,
no me puedo quejar: tranquilamente
fumo mi pipa y bebo mi cerveza.


Evaristo Carriego


Destierro

Yo no soy de esta tierra.
Era ya extranjera en la distancia
del vientre de mi madre
y todo, de los pies a la alcoba me anunciaba
destierro.
Busqué de las palmeras
mi voz entre sus signos
y perforé de hachones
encendidos la amarga
región del azabache. Yo no sé
qué vuelo de planetas torcería
mi suerte.
Sobre el mudo desvío, sé que voy,
como víbora en celo, persiguiendo
el rastro de mi exilio.

No encontrará mi alma su reposo
hasta que en ti penetre
y me amanezca
y ría.

De No temerás, Torremozas, Madrid 1994


Juana Castro


Bobby

No era el amor y se llamaba Antonio.
Hablaba como un indio del Far- West:
«hombre alto», «boca larga». Era de Fuengirola.
y siempre había un teléfono donde llamarlo cuando
-y reía-
la noche era más larga, más amarga, más lenta.
Por las villas de canos jubilados de Holanda,
por la «suite» de la vieja dama inglesa,
la viuda o divorciada más allá de los ácidos,
por el apartamento oscuro del borracho,
surgía su desnudo auroral como Jonia.
Era animal de dicha y entraba fiel, ruidoso,
un grueso calabrote de plata por el cuello...
Sobre muebles de Herraiz o lacas chinas,
biombo bermellón de zancudas doradas,
o en raída moqueta o taquillones
de castellano en serie,
iba dejando las botas deportivas,
los calcetines rojos,
el pequeño taparrabos celeste,
la camiseta como broquel de un pecho
sin defensa. Portador de alegría,
tal un dios de tobillos alados que bajara
a los orcos humanos
ahuyentaba la lágrima, la carta, los somníferos,
la desesperación y su lívida mecha.
Y una noche me dijo, su lengua por mi oído,
«Quisiera haberme muerto».


Pablo García Baena


Quizá

Percibo tu presencia sin estar a mi lado,
y oigo tu breve paso hallándote tan lejos;
siento tu escalofrío sin haberte tocado,
y aún cerrando los ojos me ciegan tus reflejos.

Veo pasar las sombras y en ellas te adivino;
cuando me roza el aire sé que son tus cabellos;
si me azota la lluvia, tus besos imagino,
y por ti son mis sueños inmensamente bellos.

Pero no reconozco tu risa entre las risas,
porque amarga tristeza te cubre con su manto;
y en el tropel de gentes ruidosas y con prisas
no estás, porque te encuentras en soledad y llanto.

Un aura te rodea solemne y misteriosa
que fascina mis ojos aunque nunca te han visto;
es quizá la nostalgia gentil y silenciosa
que permea tu vida y en que yo mismo existo.

No obstante, ambos sabemos que ha de llegar el día
en que la luz disipe la sombra en que vivimos;
y al resurgir pujante nuestra innata alegría,
hemos de ser de nuevo como otro tiempo fuimos.

Tú encontrarás un hombre que te bese y te cante,
y no habrá en vuestra entrega ni exigencia ni ruego;
yo volveré a mis sueños, inventando una amante
y escribiéndola versos, sentado junto al fuego.

Y al mirar al pasado desde el nuevo presente
de ilusiones azules y de esperanzas verdes,
una estrella en el cielo y una luz en tu mente
musitarás mi nombre… y quizá me recuerdes.


Francisco Alvarez




Galán

Aquí está ya el amor.
La luna crece en el espacio virgen.
Desnudo, el desvelado hacia la aurora siente
resbalar por su cuerpo un agua de sonrisas.
Los álamos palpitan de finos corazones
y lento va el cortejo de los enamorados suspirante
en la noche,
deshojando el jazmín de las vihuelas.
Una mano enjoyada de anillos y serpientes
hunde sus uñas sabias de placer en los durmientes núbiles
y fría en su belleza la alta madrugada respira
en las glicinas.

Él piensa:
"Ah, caminar a solas bebiendo tu embeleso
por el vientre sombrío de la playa
donde el mar, a nuestros pies descalzos,
rompe en astros su voz amarga y su desdén.
Un rumor de guitarras perezosas
en los puertos azules donde la palma florecida mece,
ebria, su danza lánguida
nos dirá que el amor es tan solo un sorbo de verano.
Viviremos bajo un dolmen de yedras y de lluvias
en las suaves colinas enrojecidas de frutos
y la dicha fugaz apartará sumisa para vernos
los pámpanos silvestres dorados por el ala de
los abejarucos.
Ah, morir, quiero morir con tu nombre en mis labios."

La noche unge con sus sacros óleos los ojos del amante.
Juglares y doncellas
que ofrecían manzanas de amor entre columnas
duermen bajo una brisa de besos que deshace sus
cabellos floridos
y solo el ruiseñor, el príncipe nocturno,
asciende por las altas graderías de la luna
y en su pluma suave
una rosa de láudano crece esparciendo olvido.

El piensa entre los sueños:

"Quiero morir cantando junto al mar".


Pablo García Baena


Muerto de Amor

A Margarita Manso

¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mío,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
Será que la gente aquella
estará fregando el cobre.

Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.
La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
y un olor de vino y ámbar
viene de los corredores.

Brisas de caña mojada
y rumor de viejas voces,
resonaban por el arco
roto de la media noche.
Bueyes y rosas dormían.
Solo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.

Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.
Viejas mujeres del río
lloraban al pie del monte,
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.
Fachadas de cal, ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.
Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los señores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.
Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles,
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.
Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba, no sé donde.
Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.


Federico García Lorca


Árbol de Sangre

Esta herida me duele con dolor deleitoso.
Abierta como un surco, en su fondo germina
semilla amarga y dulce que ha de erguirse, callada,
en el tronco de fuerza y en la rama florida.

Árbol gigante y bello que juega con las nubes:
su cabellera densa, peinada por la brisa,
esconderá el arrullo de la paloma viuda
y el primor delicado de la frágil orquídea.

Llegarán en bandadas mariposas de junio,
han de libar sus mieles abejas bailarinas
y en la quietud nocturna, luciérnagas fugaces
mecerán en las hojas sus tenues candelitas.

Será la casa oculta del animal huraño,
ha de lamer la bestia su raíz retorcida
y quebrando jornadas el viajero del mundo
apoyará en su tronco la carga de fatiga.

Rumoroso de trinos y adornado de gajos,
meciendo bajo el sol frescura de caricia,
con sus ventanas verdes por donde el cielo pasa
y en la corteza dura cicatrices perdidas;

recogerá los ecos de músicas errantes,
vibrando como un arpa que se toca a sordina;
y cuando suene el grito de la tormenta loca
abrigará los miedos que en soledad palpitan.

Su savia de dolor, potente y victoriosa,
multiplicada en cantos, trocada en gallardía,
empinada al azul y en el lodo sembrada,
ha de ofrendarse a todos en dádiva sencilla.

Y tal vez una tarde, cuando estés viejo y solo,
y en el recuerdo se abran puertas de lejanía,
te ha de llegar un soplo de fragancia olvidada...
¡Sangre transfigurada en florescencia viva!


Claudia Lars




Desvelado Amor

Cayó desnuda, virgen, la palabra;
cayó la virgen desnudada
bajo mi cuerpo, trémulo latir
que hoy apenas si me pertenece
y me embriaga con cálido rumor,
rodea mi epidermis,
se introduce letal bajo mi lengua,
y mis párpados no lo miran
pero lo sienten desalado,
desolado que busca entre la noche
la amarga conjunción
de dos manos eternamente unidas
en el estrecho abrazo de la muerte.

Calló la voz. Mudos los labios
ciñéronse a la sombra
incendiando el incienso de su caída flor;
tan quietos como el sueño que también esperaban
con ansiedad de ciego sobre el tacto;
descansando angustiosos como el árbol sin fruto
bajo la primavera. Y mi cuerpo cayó
a un desesperado cuerpo,
y desde entonces siente
cómo crecen sus nervios en una dura ruina
hecha de sombra y voz estremecidas
por el vivo temor de estrecharse a la noche,
como el mar a las aguas que lo nutren
o la voz a los labios, fuente muda;
y en la quietud nacida
de este limpio silencio que por mi cuerpo corre,
destrozados los labios, la voz y la palabra,
anclado entre mí mismo,
el fuego de mi tacto se adormece
en esta soledad bajo la flor del sueño.


Alí Chumacero


TU ME QUIERES BLANCA

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.


Alfonsina Storni


Despedida

Se iba el tren, y quedaba,
en el aire una mancha
no sé si negra o blanca
de tu brazo...

¡Ay distancia
floridamente amarga!
que tajaba y borraba
aquella línea larga
Y corta y hielo y ascua
que era tu brazo...

Estaba
yo en el andén, sin alma,
y una saliva áspera,
fiera, me apretujaba
la tímida garganta
¡y la brisa borraba
tu brazo!

¡Ay fragancia
a brazo que se escapa
en la noche pintada!
Y qué hondo panorama
en esta vida ácida
de tu brazo...

¡Almohada
de mis noches infaustas,
y nivel de mi agua,
y escaparate para
mi pobre vida lacia,
y soporte de plata
de mi cansancio, y vara
de azucenas nevadas
en mi mortaja árida!...
¡Ay, tu brazo!

¡La traílla
del potro de mis ansias
y el estribo que alza
mi vida de la charca!
Pero se fue...

Clamaba
un resuello de máquina
y un arrastrarse, áspera-
mente, desigualmente
de madera compacta
y de muebles sin alma...
Y se perdió tu brazo...
¿Hasta cuándo? ¿Di?

¿Hasta cuándo?
Que caiga
de esta gran noche alta
toda una lluvia blanca
de estrellas de esperanza,
-¡estación negra y mala
reverso de estas ansias!
Sí: que caiga y que caiga
un estrellón de plata
para que mi esperanza
espere brava y ancha,
tu vuelta. ¡Tú! Mi almohada
y mi espuela y mi daga,
que hoy te vas, en la marcha
de un jardín que se acaba!


Rafael de León


La tristeza es amarga poreso solo pienso en ti y solo pensando en ti me desbelo y después puedo conciliar mis sueños eSTAS SIEMPRE EN MI VIDA SEÑOR JESUS


DESBELOS




Asegúrense de que a nadie le falte el amor de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause problemas y envenene a muchos. hechos12:15


Jesús Cristo


la voz indica un sonido, el azúcar indica dulzura, pero el exceso mal habido es como la mentira que con el tiempo se vuelve amarga.


Hersson Piratoba


Si prueba el agua amarga, reconoce que lo hiciste y este no es el sabor que necesitan tus labios, así que observa con tu mirara ese vaso que viene de otras manos, el reflejo en sus ojos que es lo que transmiten y dan.


Aibarreto


Triste soledad que amarga
tristeza que cada vez es mas larga
días oscuros sin sol brillante
noches alborotadas por el llanto de una estudiante

Hay sufrimiento en el ambiente
Incomprensión de una adolescente
mirada apagada por la vida
un rostro marchitado de una chica incomprendida

Gotas cristalinas le caen por la mejilla
una mirada lejana que no brilla
en su interior todo es sufrimiento
su exterior es solo lamento

Cabellos rizados que ya no son peinados
manos asperas,dedos agrietados
piernas que se mueven al son de su llanto
labios secos que murmuran un canto

Su cuerpo entero esta dañado
su alma,su corazón esta olvidado
suspiro por una vida mejor
esperanza arrancada por el dolor

Agotamiento de seguir luchando
dolor que no se va abandonando
olvido que no tiene lugar en su mente
recuerdos que en su interior los tiene presente

Poder ser feliz es su deseo
olvidar el pasado su anelo
obtener amor su propósito
acabar con el dolor es su intento.


larisa maria


A veces es mejor un cruel verdad...que una amarga agonia de mentiras...


yazmin


Acabose

Cual saetas crepitantes
Un recuerdo latente
De aquellos instantes
En el que las palabras nos destruyeron
Y cual viento…
Mis versos se perdieron
En la inmensidad del cielo
Todo ahogado, embotado, hastiado
Como una pesadilla…obnubilado
Despejando estas dudas
Muriendo las esperanzas
Ante el indolente palpitar del tiempo
Que atropella y no perdona
Y que solo hace sentir su silencio
Y te resistes…Y callas
Y finges más… ¿hipocresía?
Un torrente
Una arteria que revienta
Cataratas incontenibles
Agua amarga desenfrenada
Buscas el olvido, hallas el vacío
Tu droga es el recuerdo
La noche tu martirio
Eres el remedio
Yo herida abierta
Y nosotros un “simple sueño”


Diego E. Loayza G.


Amor
fruta prohibida
consumida por error,
ahora
bebida amarga,
veneno
con aspid de serpiente.


Miguel Visurraga Sosa


Es un anhelo
se convirtió sin querer
en un apego a muerte.
Salvación
ya no es el eco del ayer
es trinar y convivir,
es indiferencia
a la vida.
Es pensar
es esperar,
partir
y sentir
la amarga muerte.


Miguel Visurraga Sosa


te amo a ti..? o a ti..? no lo se también esta el.. a cual amo, cual es el correcto, siento amarga esta miel,como es que no e muerto..?


Jas


Ella renunció a la belleza en su tierna juventud, dio toda su esperanza y la alegría y maneras agradables, se cubrió los ojos para que no se deben contemplar la vanidad, y optó por la amarga verdad.


Christina Rossetti


Ver el 'On the Road' que salió en 1957 fue censurado. Gran parte de la honestidad de la misma, la amarga honestidad, está en la versión de desplazamiento original que salió en 2007 en el 50 º aniversario. En aquel entonces, no había mucho después de la Segunda Guerra Mundial que el miedo se impuso a todo el mundo - 'Usted debe vivir la vida así' - y estos chicos se aburren.


Garrett Hedlund


Una cultura corporativa amarga realidad puede hacer que toda una sociedad infeliz. Esto significa que una fuerte cultura corporativa puede tener un impacto positivo en la sociedad.


Simon Sinek


Gran parte de su dolor es la poción amarga por el cual el médico dentro de ti cura tu ser enfermo.


Khalil Gibran




Así que en lugar de enfrentar la amarga verdad, China ha puesto severas restricciones a la Internet y se alistó empresas de alta tecnología de Estados Unidos como la policía de Internet.


Tom Lantos


Sin embargo, cada hombre mata lo que ama para que todos oigan esto. Algunos lo hacen con una mirada amarga, algunos con una palabra halagadora. El cobarde lo hace con un beso, el hombre valiente con la espada.


Oscar Wilde


Hay algo de interés personal detrás de cada amistad. No hay amistad sin intereses propios. Esta es una amarga verdad.


Chanakya


Repetido y a la larga, lo más dulce amarga.




Sería una broma cósmica amarga si nos destruimos a nosotros mismos debido a la atrofia de la imaginación.


Martha Gellhorn


He aprendido que una amarga experiencia puede hacerte más fuerte. Ahora jactancia decir que tengo una piel como un rinoceronte... y estoy sonriendo. Es una cosa interesante.


Mel Gibson


El remordimiento duerme durante el progreso, pero la conciencia amarga se despierta durante la adversidad.


Jean-Jacques Rousseau


Hay sitios de la película que les gusta las películas y hay sitios de la película que son gente amarga que solo odian las películas. Me parece Movieline a ser en este último. El tono es extraño odio.


Todd Phillips


La vida es solo un suicidio larga y amarga, y solo la fe puede transformar este suicidio en un sacrificio.


Franz Liszt


No tengo hijos que he perdido en una amarga disputa por la custodia. Pero veo una enorme herida en los niños debido a la ausencia de sus padres.


Warren Farrell


La palabra que salir desde este momento y lugar, a amigos y enemigos por igual, que la antorcha ha pasado a una nueva generación de estadounidenses - nacido en este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una paz dura y amarga.


John F. Kennedy


¿No estás emocionado hasta las lágrimas y amarga compasión, cuando contemplas el único Hijo de Dios, tomado por la más impía, arrastrado, escarnecido, azotado, golpeado, escupido, coronado de espinas, colgado en la cruz infame entre dos ladrones, finalmente, una muerte que sufren de manera tan horrible y execrable, para su salvación y la del mundo?


Peter Abelard


La envidia es proteiforme. Sus manifestaciones más comunes son la crítica amarga, la sátira, la diatriba, la injuria, la calumnia, la insinuación pérfida, la compasión fingida, pero su forma más peligrosa es la adulación servil


Ignacio Manuel Altamirano


El estado natural del fanático del fútbol es amarga decepción, no importa lo que la puntuación.


Nick Hornby