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Amargo ( 3 )

Amargo. Encuentra docenas de amargo con fotos para copiar y compartir.


La verdad es que la vida es deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amargo, y eso es todo.


Anatole France


Es irónico que la única cosa que todas las religiones reconocen como que nos separa de nuestro creador, nuestro autoconciencia, es también el único que nos separa de nuestros semejantes. Fue un amargo regalo de cumpleaños de la evolución.


Annie Dillard




Un amigo herido es más amargo que los enemigos.


Thomas Jefferson


Lo dulce no puede ser más dulce sin probar lo amargo.




Esta es la regla para recordar en el futuro, cuando todo lo que tienta a ser amargo: no, 'Esto es una desgracia ', sino' tener esto dignamente es buena suerte. '


Marcus Aurelius


Es amargo de perder un amigo al mal, antes de que uno lo pierde a la muerte.


Mary Renault




Me atrevo a profetizar que yace ante nosotros un amargo y el tiempo malo.


Auberon Herbert


Dios está en la tristeza y la risa, en el amargo y el dulce.


Neale Donald Walsch


La Serie Mundial se juega en mi imaginación, sin duda, demasiado nostálgico en algún tipo de luz de la tarde de otoño, y verlo exclusivamente en el amargo frío de la medianoche rompe el hechizo de incluso los mejores de los juegos.


Adam Gopnik




Soy una persona que lleva todo lo que me ha pasado en mi pasado, conmigo en el futuro. Me niego a dejar que se me hace amargo. Yo todavía creo en el amor por completo y me mantengo abierto a cualquier cosa que me va a pasar.


Nicole Kidman


Odio lo difícil es la transformación espiritual y el tiempo que tarda. Odio pensar en la cantidad de personas han asistido a la iglesia por décadas y permanecer sin alegría o de juicio o amargo o superior.


John Ortberg


Déjame te, la adversidad amargo abrazo, para los hombres sabios dicen que es lo más prudente.


William Shakespeare


Puedes tenerlo todo en el mundo y seguir siendo el hombre más solitario, y ese es el tipo más amargo de soledad. El éxito me ha traído la idolatría del mundo y millones de libras, pero me ha impedido tener la única cosa que todos necesitamos: una relación amorosa duradera


Freddie Mercury




¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡viva el pueblo!, ¡vivan los trabajadores!


Salvador Allende


Lo esencial para ser feliz es mantener siempre bien colmado el corazón, incluso de dolor. Sí; incluso de dolor, y aun el dolor más amargo.


Auguste Comte


Haber creido ver a la maga era menos amargo que la certidumbre de que un deseo incontrolable la había arrancado del fondo de eso que definian como subconsciencia y proyectado contra la silueta.


Julio Cortázar


Si pasa el tiempo y la amistad se olvida, aunque coincidas con algunos la movida no es la misma, y el silencio sabe amargo


ZPU


Había recorrido un largo camino para llegar allí. Estaba muy lejos del adolescente amargo y enfadado que había sido en Brooklyn, antes de que empezara todo, y gracias a Dios por eso. Pero lo curioso era que después de todo ese tiempo seguía sin pensar que ese adolescente miserable se hubiera equivocado. No estaba en desacuerdo con él; todavía se sentía solidario con él en los puntos principales. El mundo era espantoso. Era un lugar desdichado, desolado, un desierto sin sentido y despiadado, donde ocurrían cosas horribles todo el tiempo y no podías confiar en que nada durara. Había tenido razón sobre el mundo, pero se equivocaba sobre él mismo. El mundo era un desierto, pero él era un mago, y ser un mago era ser una primavera secreta, un oasis en movimiento. Él no estaba desolado y no estaba vacío. Estaba lleno de emoción, lleno de sentimientos, rebosante de ellos, y en el fondo ser mago se trataba de eso. No eran sentimientos ordinarios, no eran de los mansos y domesticados. La magia era sentimientos salvajes, de los que escapaban de ti al mundo y cambiaban las cosas. Había mucho de talento en ello, y mucho que aprender, y mucho que trabajar, pero era donde empezaba el poder: el poder de encantar el mundo.


Lev Grossman


Sonrieron. Se entendían bien. No sólo los unía la carne, el pensamiento, el amor; además, habían nacido en el mismo puerto de Crimea, hablaban la misma lengua, se sentían hermanos. Habían bebido en la misma fuente, compartido un pan amargo.


Irène Némirovsky


Sevilla es una torre
llena de arqueros finos.

Sevilla para herir.
Córdoba para morir.

Una ciudad que acecha
largos ritmos,
y los enrosca
como laberintos.
Como tallos de parra
encendidos.

¡Sevilla para herir!

Bajo el arco del cielo,
sobre su llano limpio,
dispara la constante
saeta de su río.

¡Córdoba para morir!

Y loca de horizonte,
mezcla en su vino
lo amargo de Don Juan
y lo perfecto de Dioniso.

Sevilla para herir.
¡Siempre Sevilla para herir!


Federico García Lorca


Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspea
la ceniza precoz de la muerte. En mis días,
como la lluvia eterna de los polos, gotea
la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría.

Mientras arde la llama del pino, sosegada,
mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido
un hijo mío, infante con mi boca cansada,
mi amargo corazón y mi voz de vencido.

Y con tu corazón, el fruto de veneno,
y tus labios que hubieran otra vez renegado.
Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,
que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado.

Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrientes
lavara, en primavera, su sangre de mi pena,
si fui triste en las landas y en las tierras clementes,
y en toda tarde mística hablaría en sus venas.

Y el horror de que un día, con la boca quemante
de rencor, me dijera lo que dije a mi padre:
«¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante
y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?»

Siento el amargo goce de que duermas abajo
en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera
mi mano, por dormir yo también sin trabajos
y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.

Porque yo no cerrara los párpados, y loca
escuchase a través de la muerte, y me hincara,
deshechas las rodillas, retorcida la boca,
si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.

Y la tregua de Dios a mí no descendiera:
en la carne inocente me hirieran los malvados,
y por la eternidad mis venas exprimieran
sobre mis hijos de ojos y de frente extasiados.

¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo
y bendito mi vientre en que mi raza muere!
¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo
ni su voz sobre el viento, trocada en miserere!

La selva hecha cenizas retoñará cien veces
y caerá cien veces, bajo el hacha, madura.
Caeré para no alzarme en el mes de las mieses;
conmigo entran los míos a la noche que dura.

Y como si pagara la deuda de una raza,
taladran los dolores mi pecho cual colmena.
Vivo una vida entera en cada hora que pasa;
como el río hacia el mar, van amargas mis venas.

Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.
Se me cansan los labios de las preces fervientes
que antes que yo enmudezca por mi canción entregan.

No sembré por mi troje, no enseñé para hacerme
un brazo con amor para la hora postrera,
cuando mi cuello roto no pueda sostenerme
y mi mano tantee la sábana ligera.

Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje
con los trigos divinos, y sólo a Ti espero,
¡Padre nuestro que estás en los cielos!, recoge
mi cabeza mendiga, si en esta noche muero.


Gabriela Mistral