Amoroso
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La revolución no es hecha para el pueblo por el liderazgo ni por el liderazgo para el pueblo sino por ambos, en una solidaridad inquebrantable. Esta solidaridad solo nace del testimonio que el liderazgo dé al pueblo, en el encuentro humilde, amoroso y valeroso con él.
Paulo Freire
Mas he aquí que en el fondo del abismo se encuentran la desesperación sentimental y volitiva y el escepticismo racional frente a frente, y se abrazan como hermanos. Y va a ser de este abrazo, un abrazo trágico, es decir, entrañadamente amoroso de donde va a brotar el manantial de la vida, de una vida seria y terrible
Miguel de Unamuno
Mi sueño es vivir una buena vida y ser amoroso, estar cerca de Dios y ser un buen ser humano y traer paz a la gente.
Ziggy Marley
En estrecha relación con el desarrollo de la capacidad de amar está la evolución del objeto amoroso. En los primeros meses y años de la vida, la relación más estrecha del niño es la que tiene con la madre.
Erich Fromm
El Dios Todo Amoroso creó al hombre para que irradie la luz divina e ilumine al mundo por sus palabras, su acción y su vida.
Abdu'l-Bahá
Uno no busca el amor, el amor lo busca a uno. Uno no fuerza el amor, el amor lo fuerza a uno.
Amoroso
No sé qué luz, de dentro, de quién, iba naciendo, iba envolviendo tu desnudo amoroso, oh aire, oh mar desnudo.
Blas De Otero
Angustia
Yo me lleno de angustia mirándote la frente
porque estás más lejana cuando estás más presente.
Para que yo no pueda llegar hasta tu alma
tú me miras a veces con esa misma calma
con que miran los lagos una noche estrellada:
la miran hasta el alba y no le dicen nada.
Espadas de silencio guardan tu pensamiento
y yo me estoy muriendo de sentir lo que siento:
angustia de no verte los labios apretados
cuando nombro la historia de los besos robados,
angustia de mirarte las pestañas caídas
indiferentemente, como flores vencidas,
cuando me entrego y hablo de la virtud del trigo
y te pido amoroso que te vengas conmigo.
Nada te transparenta, hasta tu misma risa
relieva tus perfiles de mujer imprecisa.
Todos tus actos tienen profundidad de arcano,
hasta el acto sencillo de levantar la mano.
Me nombras y te salen despacio los sonidos,
como si no quisieran llegar a mis oídos.
En ti misma te escondes, yo te busco y el llanto
muchas veces me inunda y es de buscarte tanto.
Te fugas hacia adentro de ti misma obstinada
y yo sufro mirándote con la boca cerrada.
Tus dos labios sin música de palabras ardidas
se me antojan dos flautas por ti misma vencidas.
Vives en mi tan honda, desde hace tantos meses,
que si ahora muriera moriría dos veces.
Angustia de mis manos buscando en el vacío
tu corazón que ignora la soledad del mío.
Angustia de tus trenzas, que recortaste un día
y que tenían la forma de la tristeza mía.
Yo me lleno de angustia mirándote la frente
porque estás más lejana cuando estás más presente.
Para que yo no pueda llegar hasta tu alma
tú me miras a veces con esa misma calma
con que miran los lagos una noche estrellada:
la miran hasta el alba y no le dicen nada.
Espadas de silencio guardan tu pensamiento
y yo me estoy muriendo de sentir lo que siento:
angustia de no verte los labios apretados
cuando nombro la historia de los besos robados,
angustia de mirarte las pestañas caídas
indiferentemente, como flores vencidas,
cuando me entrego y hablo de la virtud del trigo
y te pido amoroso que te vengas conmigo.
Nada te transparenta, hasta tu misma risa
relieva tus perfiles de mujer imprecisa.
Todos tus actos tienen profundidad de arcano,
hasta el acto sencillo de levantar la mano.
Me nombras y te salen despacio los sonidos,
como si no quisieran llegar a mis oídos.
En ti misma te escondes, yo te busco y el llanto
muchas veces me inunda y es de buscarte tanto.
Te fugas hacia adentro de ti misma obstinada
y yo sufro mirándote con la boca cerrada.
Tus dos labios sin música de palabras ardidas
se me antojan dos flautas por ti misma vencidas.
Vives en mi tan honda, desde hace tantos meses,
que si ahora muriera moriría dos veces.
Angustia de mis manos buscando en el vacío
tu corazón que ignora la soledad del mío.
Angustia de tus trenzas, que recortaste un día
y que tenían la forma de la tristeza mía.
Carlos Castro Saavedra
El agua, como un tálamo amoroso, te ofrece sus cristales movedizos donde tiendes tu cuerpo luminoso.
Salvador Rueda
Jardín
La sonrisa apagada y el jardín en la sombra.
Un mundo entre los labios que se aprietan en lucha.
Bajo mi boca seca que la tuya aprisiona
siento los dientes fuertes de tu fiel calavera.
Hay un rumor de alas por el jardín. Ya lejos,
canta el cuco y otoño oscurece la tarde.
En el cielo, una luna menos blanca que el seno
adolescente y frágil que cautivo en mis brazos.
Mis manos, que no saben, moldean asombradas
el mármol desmayado de tu cintura esquiva;
donde naufraga el lirio, y las suaves plumas
tiemblan estremecidas a la amante caricia.
Sopla un viento amoroso el agua de la fuente...
Balbuceo palabras y rozo con mis labios
el caracol marino de tu pequeño oído,
húmedo como rosa que la aurora regase.
Cerca ya de la reja donde el jardín acaba
me vuelvo para verte última y silenciosa,
y de nuevo mi boca adivina en la niebla
el panal de tus labios que enamora sin verlo,
mientras tus manos buscan amapolas de mayo
en el prado enlutado de mi corbata negra.
La sonrisa apagada y el jardín en la sombra.
Un mundo entre los labios que se aprietan en lucha.
Bajo mi boca seca que la tuya aprisiona
siento los dientes fuertes de tu fiel calavera.
Hay un rumor de alas por el jardín. Ya lejos,
canta el cuco y otoño oscurece la tarde.
En el cielo, una luna menos blanca que el seno
adolescente y frágil que cautivo en mis brazos.
Mis manos, que no saben, moldean asombradas
el mármol desmayado de tu cintura esquiva;
donde naufraga el lirio, y las suaves plumas
tiemblan estremecidas a la amante caricia.
Sopla un viento amoroso el agua de la fuente...
Balbuceo palabras y rozo con mis labios
el caracol marino de tu pequeño oído,
húmedo como rosa que la aurora regase.
Cerca ya de la reja donde el jardín acaba
me vuelvo para verte última y silenciosa,
y de nuevo mi boca adivina en la niebla
el panal de tus labios que enamora sin verlo,
mientras tus manos buscan amapolas de mayo
en el prado enlutado de mi corbata negra.
Pablo GarcÃa Baena
Celestial mirada, Amoroso semblante, Rocío de la mañana, Ojos de vida y Linda figura, son algunas de tus características…
Edvin Roberto Us De Paz
Acto Amoroso
: dos se miran uno al otro
hasta que son irreales
entonces
cierran los ojos
y se tocan uno al otro
hasta que son irreales
entonces
guardan los cuerpos,
y se sueñan uno al otro
hasta que son tan reales
que despiertan
dos se miran
: dos se miran uno al otro
hasta que son irreales
entonces
cierran los ojos
y se tocan uno al otro
hasta que son irreales
entonces
guardan los cuerpos,
y se sueñan uno al otro
hasta que son tan reales
que despiertan
dos se miran
Ulalume González de León
Sin Nadie La Mirada
Lo que cambia es el rostro,
la hondura de unos ojos,
la luz de una mirada;
la penumbra indiscreta
de confidencias íntimas,
la ternura, los besos,
los cuerpos y las almas.
El amor es el mismo;
busca formas distintas:
a veces una frente
de curvas sosegadas,
otras la boca roja,
quizá una boca pálida;
unos brazos ardientes
de tibias manos largas;
el instante amoroso,
la amorosa distancia.
Cambian tan solo el rostro,
los luceros, el alba;
el palor de la luna
detrás de una ventana;
la lluvia que solloza
con sus gotas que cantan;
el fulgor que nos junta
la luz que nos separa,
las llamas que calientan
los muros de la casa,
las cortinas de sombra,
el temblor de una lámpara.
El amor es el mismo,
no declina, no cambia;
existe en nuestro pecho
desde lejana infancia;
nos saca de la cuna,
nos hiere con su espada,
nos da siempre el veneno
que vivifica y mata;
zumo que nos agobia,
licor que nos exalta;
el ardor que consume,
la ceniza que apaga.
El amor es el mismo,
sólo busca una cara.
siempre es lo mismo
lo que esperas;
siempre es lo mismo
lo que amas.
Tú estás en ti y eres el mismo,
es lo de fuera lo que cambia.
Tu amor existe
y busca siempre
un pretexto para sus ansias.
Primero un nombre: Luz, Elvira,
Diego, Alejandro,
Helena, Clara;
después del nombre algo infinito
que en nuestros brazos se quedara
y un rostro, un rostro,
cualquier rostro
que no nos deje ningún día
llevar sin nadie la mirada.
Lo que cambia es el rostro,
la hondura de unos ojos,
la luz de una mirada;
la penumbra indiscreta
de confidencias íntimas,
la ternura, los besos,
los cuerpos y las almas.
El amor es el mismo;
busca formas distintas:
a veces una frente
de curvas sosegadas,
otras la boca roja,
quizá una boca pálida;
unos brazos ardientes
de tibias manos largas;
el instante amoroso,
la amorosa distancia.
Cambian tan solo el rostro,
los luceros, el alba;
el palor de la luna
detrás de una ventana;
la lluvia que solloza
con sus gotas que cantan;
el fulgor que nos junta
la luz que nos separa,
las llamas que calientan
los muros de la casa,
las cortinas de sombra,
el temblor de una lámpara.
El amor es el mismo,
no declina, no cambia;
existe en nuestro pecho
desde lejana infancia;
nos saca de la cuna,
nos hiere con su espada,
nos da siempre el veneno
que vivifica y mata;
zumo que nos agobia,
licor que nos exalta;
el ardor que consume,
la ceniza que apaga.
El amor es el mismo,
sólo busca una cara.
siempre es lo mismo
lo que esperas;
siempre es lo mismo
lo que amas.
Tú estás en ti y eres el mismo,
es lo de fuera lo que cambia.
Tu amor existe
y busca siempre
un pretexto para sus ansias.
Primero un nombre: Luz, Elvira,
Diego, Alejandro,
Helena, Clara;
después del nombre algo infinito
que en nuestros brazos se quedara
y un rostro, un rostro,
cualquier rostro
que no nos deje ningún día
llevar sin nadie la mirada.
Dora Castellanos
Introducción
Ya todo está inventado, descubierto;
llego tarde, muy tarde, a vuestro lado;
por eso no me inquieta lo remoto
y voy tras lo sencillo y cotidiano,
llamándole al pan, pan, y al vino, vino...
Aunque no suene bien, ¡es tan humano!
Miro el jardín y digo: «¡Primavera!»
Y al extender los brazos
con tímido ademán hacia las cosas,
siento un tibio aleteo en cada hallazgo:
un compás repetido,
algo que va, que viene, que es alado.
Siempre será mañana la mañana
y más árbol, el árbol.
No quiero ya en el alma nada nuevo,
que todo esté estrenado.
Acaso la que ansío
es caminar segura
por las antiguas huellas de otros pasos,
o quedarme tranquila aquí, en mi huerto;
saber que ya está todo sosegado:
el corazón, la casa, los recuerdos...
Sentir la azada fiel del hortelano
remover, amoroso, los terrones,
como hicieron en tiempo sus hermanos.
Ya está todo gastado bajo el sol,
a fuerza de pasar de mano en mano.
Ya todo está inventado, descubierto;
llego tarde, muy tarde, a vuestro lado;
por eso no me inquieta lo remoto
y voy tras lo sencillo y cotidiano,
llamándole al pan, pan, y al vino, vino...
Aunque no suene bien, ¡es tan humano!
Miro el jardín y digo: «¡Primavera!»
Y al extender los brazos
con tímido ademán hacia las cosas,
siento un tibio aleteo en cada hallazgo:
un compás repetido,
algo que va, que viene, que es alado.
Siempre será mañana la mañana
y más árbol, el árbol.
No quiero ya en el alma nada nuevo,
que todo esté estrenado.
Acaso la que ansío
es caminar segura
por las antiguas huellas de otros pasos,
o quedarme tranquila aquí, en mi huerto;
saber que ya está todo sosegado:
el corazón, la casa, los recuerdos...
Sentir la azada fiel del hortelano
remover, amoroso, los terrones,
como hicieron en tiempo sus hermanos.
Ya está todo gastado bajo el sol,
a fuerza de pasar de mano en mano.
Concha Lagos
La Tarde Es Una Lágrima
Te veo sentada frente al horizonte
un cárdeno perfil de cicatrices,
el encinar herido por heridas,
el tomillo que embriaga los sentidos
y una flauta que suena interminable.
No volverá, no volverá, lo dice
la lágrima que cae de tu ojo, el dolor
musical, luminoso de tus huesos.
Se deshará tu brava cabellera;
se pudrirán tus manos
y el recuerdo amoroso que contienen,
mas la lágrima de la tarde,
eterna durará para negaros,
para negaros.
Te veo sentada frente al horizonte
un cárdeno perfil de cicatrices,
el encinar herido por heridas,
el tomillo que embriaga los sentidos
y una flauta que suena interminable.
No volverá, no volverá, lo dice
la lágrima que cae de tu ojo, el dolor
musical, luminoso de tus huesos.
Se deshará tu brava cabellera;
se pudrirán tus manos
y el recuerdo amoroso que contienen,
mas la lágrima de la tarde,
eterna durará para negaros,
para negaros.
Antonio Colinas
Un adios amoroso es el principio de un regreso anhelado, la soledad es su fiel compañía..
Johan S. Forero
oh, amoroso Cristo, llevame
una persona debil detras de ti;
en el caso de que no me lleves
no puedo seguirte.
Dame un espíritu valiente
que este preparado y alerta.
si la carne es debil,
quiza tu gracia me preceda
venga junto a mi y me siga;
porque sin ti
no puedo ir a la muerte.
Concédeme un espíritu listo
un corazón valiente
una verdadera fe
una firme esperanza
y un perfecto amor
de modo que por causa de ti
pueda rendir mi vida
con paciencia y gozo.
una persona debil detras de ti;
en el caso de que no me lleves
no puedo seguirte.
Dame un espíritu valiente
que este preparado y alerta.
si la carne es debil,
quiza tu gracia me preceda
venga junto a mi y me siga;
porque sin ti
no puedo ir a la muerte.
Concédeme un espíritu listo
un corazón valiente
una verdadera fe
una firme esperanza
y un perfecto amor
de modo que por causa de ti
pueda rendir mi vida
con paciencia y gozo.
Ewolf
... nombre celestial, maravilloso, amoroso y lleno de gracia, eres el rocío de la mañana, estrella de los deseos, cautivas a todo ser, nada en este mundo se resistiría a admirar tan escultural silueta...
Edvin Roberto Us De Paz
La Casa Del Silencio
La casa del silencio
se yergue en un rincón de la montaña,
con el capuz de tejas carcomido.
Y parece tan dócil
que apenas se conmueve con el ruido
de algún árbol cercano, donde sueña
el amoroso cónclave de un nido.
Tal vez nadie la habita
ni la quiere,
Y acaso nunca la vivieron hombres;
pero su lento corazón palpita
con un profundo latir de resignando,
cuando el rumor la hiere
y la sangra del trémulo costado.
Imagino, en la casa del silencio,
un patio luminoso, decorado
por la hierba que roe las canales
y un muro despintado
al caer de las lluvias torrenciales.
Y en las noches azules,
la pienso conturbada si adivina
un balbucir de luz en sus escaños,
y la oigo verter con un ruido
ya casi imperceptible, contenido,
su lor paternal de tres mil años.
La casa del silencio
se yergue en un rincón de la montaña,
con el capuz de tejas carcomido.
Y parece tan dócil
que apenas se conmueve con el ruido
de algún árbol cercano, donde sueña
el amoroso cónclave de un nido.
Tal vez nadie la habita
ni la quiere,
Y acaso nunca la vivieron hombres;
pero su lento corazón palpita
con un profundo latir de resignando,
cuando el rumor la hiere
y la sangra del trémulo costado.
Imagino, en la casa del silencio,
un patio luminoso, decorado
por la hierba que roe las canales
y un muro despintado
al caer de las lluvias torrenciales.
Y en las noches azules,
la pienso conturbada si adivina
un balbucir de luz en sus escaños,
y la oigo verter con un ruido
ya casi imperceptible, contenido,
su lor paternal de tres mil años.
José Gorostiza
Dios creo al ser más sublime, amoroso,responsable y respetuoso del universo...LA MADRE, SER único e irremplazable en la lucha incanzable por el bienestar, seguridad y formación personal y profesional de sus hijos.Bendiciones Madre,
Fr@nk
Fr@nk
Franklin Montes
En el primer encuentro amoroso,los sentimeintos calan en el más profundo de los corazones,las manos sumisas se entrecruzan fuertemente y los abrazos transmiten sed de quererse y amarse eternamente.
Miguel Visurraga Sosa
Una música celestial,que se oía en la lejanía,fue el fondo del encuentro de tus ojos con los míos,imaginado encuentro amoroso en noches de estrellas,bellas ellas,gratas a sus luces tú,esperanza lejana de amor.
Miguel Visurraga Sosa
CONFIA EN JESÚS
Jesús no es como nosotros.
El hombre te puede fallar.
Algunas veces la gente es sincera
Y otras engañan a muchos.
Jesús es todo.
En quien puedes confiar,
En quien puedes tener fe,
En quien puedes esperar tu bendición.
Jesús da amor perfecto.
Él es bondadoso, fiel y amoroso
Santo, digno, justo y maravilloso
Principio y fin, y cuantas palabras más diría de Él.
Mi amigo empieza a confiar más…
Más de su amor
Más de su gloria
Más de su sanidad
Más de su poder
Más de su palabra.
Él es más de lo que el mundo te da.
El dio su vida por mí y por ti.
Y solo por amor a nosotros,
Confiemos al que vive eternamente.
Jesús no es como nosotros.
El hombre te puede fallar.
Algunas veces la gente es sincera
Y otras engañan a muchos.
Jesús es todo.
En quien puedes confiar,
En quien puedes tener fe,
En quien puedes esperar tu bendición.
Jesús da amor perfecto.
Él es bondadoso, fiel y amoroso
Santo, digno, justo y maravilloso
Principio y fin, y cuantas palabras más diría de Él.
Mi amigo empieza a confiar más…
Más de su amor
Más de su gloria
Más de su sanidad
Más de su poder
Más de su palabra.
Él es más de lo que el mundo te da.
El dio su vida por mí y por ti.
Y solo por amor a nosotros,
Confiemos al que vive eternamente.
Victor Alfredo Ticlla Calla
Soy un chico tierno, hermoso y amoroso que le sucede a golpear a un fotógrafo de vez en cuando porque se ponen en mi camino.
Liam Gallagher
No tengas miedo a sentir enojado o tan amoroso como puedas, porque cuando no sientes nada, es solo la muerte.
Lena Horne
En el atardecer de la vida seremos juzgados sobre el amor, y no uno de nosotros va a salir muy bien, y si no fuera por mi fe absoluta en el perdón amoroso de mi Señor no podía recurrir a él para venir.
Madeleine L'Engle
El matrimonio es algo que hay que trabajar todos los días. No sé si soy la de dar consejos matrimoniales ya que solo he estado casado por poco más de un año, pero el matrimonio es ciertamente más fácil si usted está abierto, confiado y amoroso.
Emily Blunt
Adquirir el hábito de hablar con Dios como si estuviera a solas con Él, familiarmente y con confianza y amor, como el más querido y el más amoroso de amigos.
Alphonsus Liguori
No es fácil hasta la fecha cuando estás fuerte. Además me gusta sentirnos delgados porque me hace sentir amoroso.
Patti Stanger
La gente amorosa viven en un mundo amoroso. Las personas hostiles viven en un mundo hostil. El mismo mundo.
Wayne Dyer
Me encuentro buscando los puntos comunes de nuestras diferentes experiencias religiosas con la esperanza de fomentar, a través de mis escritos, las cualidades más esperanzadores, amoroso y redentor de todos nosotros.
Richard Paul Evans
Y te ruego, amoroso Jesús, que así como has amablemente me dio a beber con placer las palabras de Tu conocimiento, por lo que tú quisiste tu misericordia me alcanzo un día para ti, la fuente de toda sabiduría y aparecer siempre delante de tu cara.
Venerable Bede
Desacreditada por la opinión moderna, la sentimentalidad del amor debe ser asumida por el sujeto amoroso como una fuerte transgresión, que lo deja solo y expuesto; por una inversión de valores, es pues esta sentimentalidad lo que constituye hoy lo obsceno del amor.
Roland Barthes