Ante el vicio de pedir esta la virtud de no dar ( 2 )
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¡Tiembla, desorbitado hipócrita, inhumano parricida, incestuoso violador! ¡Tiembla ante la magnitud de tus crímenes! ¡Y tú eras el que se consideraba a prueba contra las tentaciones, absuelto de las fragilidades humanas y libre de los errores y el vicio! ¿Entonces el orgullo es una virtud? ¿La inhumanidad no es un pecado? ¡Sabe, hombre vano, que hace tiempo te señalé como mi presa!
Matthew Gregory Lewis
Has oído decir que ésta es una época de crisis moral. Tú mismo lo has dicho, con temor y a la vez con la esperanza de que esas palabras no tuvieran un significado real. Te has quejado de que los pecados del hombre están destruyendo al mundo y has llegado a maldecir a la naturaleza humana por negarse a practicar las virtudes que le exigías. Como para ti la virtud consiste en el sacrificio, has exigido más sacrificios ante cada sucesivo desastre. En el nombre de la vuelta a la moralidad, has sacrificado todo aquello que creías era la causa de tus sufrimientos. Has sacrificado a la justicia por la misericordia. Has sacrificado a la independencia por la unidad. Has sacrificado a la razón por la fe. Has sacrificado a la riqueza por la necesidad. Has sacrificado a la autoestima por la negación de ti mismo. Has sacrificado a la felicidad por el deber.
Ayn Rand
Hasta de la esperanza ahora se siente hastiado
mi corazón, no quiere pedir nada al destino;
oh, tú, préstame sólo, valle de mi niñez,
el asilo de un día para esperar la muerte.
Ésta es la senda estrecha de mi valle sombrío:
llenan ambas laderas unos bosques espesos
que cruzando sus sombras curvas sobre mi frente
por entero me cubren de silencio y de paz.
Dos arroyos ocultos bajo puentes verdosos
serpenteando dibujan los contornos del valle;
un instante confunden su murmullo y sus aguas,
y no lejos de aquí ya se pierden sin nombre.
Se han perdido también de mi vida las aguas,
que se fueron sin ruido, sin retorno y sin nombre;
mas la fuente es muy límpida, y mi alma enturbiada
no ha podido espejear luz de días hermosos.
El frescor de sus cauces y su manto de sombra
me encadenan por siempre cerca de estos arroyos:
como un niño mecido por un canto monótono
se adormece mi espíritu al murmullo del agua.
Allí estoy entre muros de verdor, con un corto
horizonte ante mí que ya basta a mis ojos,
sin moverme y tan solo con la naturaleza,
sin oír más que el agua, sólo viendo los cielos.
Demasiado en mi vida he sentido y amado;
aunque vivo, ahora busco del Leteo la calma.
¡Oh lugares tan bellos, dad también el olvido!
Desde ahora el olvido ya es mi única dicha.
Corazón aquietado como el alma en silencio;
oigo apenas el ruido muy lejano del mundo
como un eco remoto que se ahogó en la distancia
y que traen los vientos al oído inseguro.
La existencia la veo como en medio de brumas
deshacerse en la sombra del pasado perdido.
Sólo queda el amor, como queda una imagen
que perdura en el alba cuando un sueño se borra.
Alma mía, reposa en este último asilo
como lo hace un viajero que camina con fe,
que se sienta a las puertas de la nueva ciudad
y respira un instante el perfume del véspero.
Sacudamos como él de los pies todo el polvo;
nunca más volveremos a andar este camino;
respiremos como él al final de la senda
esta calma que anuncia una paz que no acaba.
Tan oscuros y breves como días de otoño
son tus días que menguan como sombras del monte.
La amistad te traiciona, la piedad te abandona,
solitaria desciendes donde están los sepulcros.
Mas aquí está invitándote la natura que te ama;
piérdete en sus entrañas que ella siempre te ofrece:
aunque todo es mudanza, la natura es la misma,
como el sol es el mismo que da luz a tus días.
Ella sigue envolviéndote con sus luces y sombras,
sé insensible a los falsos bienes que ya has perdido,
ven y adora aquí el eco que adoraba Pitágoras,
presta oído con él al celeste concierto.
Con la luz sé tú el cielo, sé la sombra en la tierra;
en los llanos del aire sé aquilón volador;
con los pálidos rayos misteriosos de luna
sé cual alma del bosque en la sombra del valle.
Dios nos dio inteligencia para así concebirlo:
la natura descubre en sí misma a su autor.
Una voz en silencio al espíritu ha hablado:
¿Quién no ha oído esta voz resonar en su pecho?
mi corazón, no quiere pedir nada al destino;
oh, tú, préstame sólo, valle de mi niñez,
el asilo de un día para esperar la muerte.
Ésta es la senda estrecha de mi valle sombrío:
llenan ambas laderas unos bosques espesos
que cruzando sus sombras curvas sobre mi frente
por entero me cubren de silencio y de paz.
Dos arroyos ocultos bajo puentes verdosos
serpenteando dibujan los contornos del valle;
un instante confunden su murmullo y sus aguas,
y no lejos de aquí ya se pierden sin nombre.
Se han perdido también de mi vida las aguas,
que se fueron sin ruido, sin retorno y sin nombre;
mas la fuente es muy límpida, y mi alma enturbiada
no ha podido espejear luz de días hermosos.
El frescor de sus cauces y su manto de sombra
me encadenan por siempre cerca de estos arroyos:
como un niño mecido por un canto monótono
se adormece mi espíritu al murmullo del agua.
Allí estoy entre muros de verdor, con un corto
horizonte ante mí que ya basta a mis ojos,
sin moverme y tan solo con la naturaleza,
sin oír más que el agua, sólo viendo los cielos.
Demasiado en mi vida he sentido y amado;
aunque vivo, ahora busco del Leteo la calma.
¡Oh lugares tan bellos, dad también el olvido!
Desde ahora el olvido ya es mi única dicha.
Corazón aquietado como el alma en silencio;
oigo apenas el ruido muy lejano del mundo
como un eco remoto que se ahogó en la distancia
y que traen los vientos al oído inseguro.
La existencia la veo como en medio de brumas
deshacerse en la sombra del pasado perdido.
Sólo queda el amor, como queda una imagen
que perdura en el alba cuando un sueño se borra.
Alma mía, reposa en este último asilo
como lo hace un viajero que camina con fe,
que se sienta a las puertas de la nueva ciudad
y respira un instante el perfume del véspero.
Sacudamos como él de los pies todo el polvo;
nunca más volveremos a andar este camino;
respiremos como él al final de la senda
esta calma que anuncia una paz que no acaba.
Tan oscuros y breves como días de otoño
son tus días que menguan como sombras del monte.
La amistad te traiciona, la piedad te abandona,
solitaria desciendes donde están los sepulcros.
Mas aquí está invitándote la natura que te ama;
piérdete en sus entrañas que ella siempre te ofrece:
aunque todo es mudanza, la natura es la misma,
como el sol es el mismo que da luz a tus días.
Ella sigue envolviéndote con sus luces y sombras,
sé insensible a los falsos bienes que ya has perdido,
ven y adora aquí el eco que adoraba Pitágoras,
presta oído con él al celeste concierto.
Con la luz sé tú el cielo, sé la sombra en la tierra;
en los llanos del aire sé aquilón volador;
con los pálidos rayos misteriosos de luna
sé cual alma del bosque en la sombra del valle.
Dios nos dio inteligencia para así concebirlo:
la natura descubre en sí misma a su autor.
Una voz en silencio al espíritu ha hablado:
¿Quién no ha oído esta voz resonar en su pecho?
Alphonse de Lamartine
Donde hay fe hay amor, donde hay amor hay paz, donde hay paz esta Dios y donde está dios no falta nada.
Blanca Cotta
El ideal, se seduce a si mismo el seducido, seria amar a la tierra como la ama la luna, y palpar su belleza únicamente con la mirada. Y el no pedir de las cosas más que poder estar tendido ante ellas...
Friedrich Nietzsche
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
José MartÃ
La virtud y el vicio, el bien y el mal morales, son pues en todos los países lo que es provechoso o dañino para la sociedad; y en todos los lugares y en todas las épocas al que más se sacrifique a lo público se le llamará el más virtuoso. Parece pues que las buenas acciones no son otra cosa que aquellas de las que obtenemos provecho y los crímenes las acciones que nos son contrarias. La virtud es el hábito de hacer las cosas que agradan a los hombres y el vicio la costumbre de hacer las cosas que les desagradan.
Voltaire
Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
Cicerón
La oposición cuida siempre de pedir lo que está segura de no obtener, porque si lo obtuviese dejaría de ser oposición
Jean Baptiste Alphonse Karr
La guerra era un espejo que reflejaba el hombre es toda virtud y todo vicio, y si uno mira de cerca, como un artista en sus dibujos, que apareció tanto con una claridad inusual.
George Grosz
Una cosa moderadamente buena no es tan buena como debería ser. La moderación en el temperamento es siempre una virtud; pero la moderación como principio es siempre un vicio.
Thomas Paine
Este punto parece contra-intuitivo, dada la cantidad de vulgaridad llamativa, el vicio y la inmoralidad en los Estados Unidos. De hecho, algunos fundamentalistas islámicos arguyen que sus regímenes son moralmente superiores a los Estados Unidos debido a que buscan fomentar la virtud entre los ciudadanos.
Dinesh D'Souza
Si esa forma de gobierno, sistema de orden social no está mal - si las leyes de los Estados del Sur, en virtud de que la esclavitud existe allí, y es lo que es, no están mal - no hay nada malo.
Leonard Bacon
La virtud espiritual del sacramento es como la luz, a pesar de que pasa entre los impuros, no está contaminada.
Augustine of Hippo
Por lo tanto, la conciencia Psicológicamente experimentado hay conciencia ya pura; Objetivamente interpretarse de esta manera, la conciencia misma se convierte en algo trascendente, se convierte en un evento en el que mundo espacial que aparece, en virtud de la conciencia, a ser trascendente.
Edmund Husserl
La virtud teologal de la esperanza es la voluntad del paciente y de confianza para vivir sin cierre, sin resolución, y aún así ser contenidos e incluso feliz porque nuestra satisfacción está ahora en otro nivel, y nuestro origen está más allá de nosotros mismos.
Richard Rohr
La moderación en el temperamento es siempre una virtud, pero la moderación, en principio, es siempre un vicio.
Thomas Paine
El vicio es su propia recompensa. Es virtud que, si ha de ser comercializados con atractivo para el consumidor, deben llevar sellos verdes Shield.
Quentin Crisp
Pero, ¿qué es la libertad sin la sabiduría, y sin virtud? Es el mayor de todos los males posibles, porque es una locura, el vicio y la locura, sin matrícula o restricción.
Edmund Burke
La extinción de la conciencia de la raza como entre los musulmanes es uno de los logros del Islam, y en el mundo contemporáneo no es, como suele suceder, una necesidad urgente para la propagación de esta virtud islámica.
Arnold J. Toynbee
De los derechos injustas que en virtud de esta ceremonia una ley inicua me da sobre la persona y la propiedad de otro, no puedo legalmente, pero puedo moralmente, despojarme.
Robert Dale Owen
Tengo un buen conocimiento del mundo indígena, en virtud de estar en varias reservas diferentes y está expuesto a varias culturas y lenguas diferentes.
N. Scott Momaday
La mente es ejercido por la variedad y la multiplicidad de la materia, mientras que el carácter es moldeado por la contemplación de la virtud y el vicio.
Quintiliano
El que es bueno, infaliblemente ser mejor, y el que es malo, ya que sin duda va a ser peor, porque el vicio, la virtud y el tiempo son tres cosas que nunca se detiene.
Charles Caleb Colton
Entonces, ¿qué voy a hacer ahora es adelantarse a que, al hacer la UP en una virtud, y contar historias divertidas sobre cómo mierda estoy ante la gente tiene la oportunidad de darse cuenta por sí mismos y que tal vez no me he dado cuenta.
Emily Mortimer
La educación sexual puede ser una buena idea en las escuelas, pero no creo que les deban pedir deberes en esta materia.
Bill Cosby