Antiguos
Antiguos. Encuentra docenas de antiguos con fotos para copiar y compartir.
¿para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?.
Bertrand Russell
Los proveedores de software están intentando hacer sus productos más amigables para el usuario. Su mejor aproximación hasta el momento ha sido tomar sus antiguos folletos y estampar las palabras "amigable para el usuario" en la portada.
Bill Gates
Ninguna clase de conexión que pueda llenar el vacío dejado por los antiguos vínculos ausentes tiene garantía de duración.
Zygmunt Bauman
Para convencerse de que resulta ridículo tomar la moda como principio de conducta, basta mirar algunos retratos antiguos.
JosemarÃa Escrivá de Balaguer
Mediante una revolución acaso se logre derrocar un despotismo personal y la opresión generada por la codicia o la ambición, pero nunca logrará establecer una auténtica reforma del modo de pensar; bien al contrario, tanto los nuevos prejuicios como los antiguos servirán de rienda para esa enorme muchedumbre sin pensamiento alguno.
Immanuel Kant
De todos los fantasmas, los fantasmas de nuestros antiguos amores son los peores.
Arthur Conan Doyle
Creo que la muerte es el invento más maravilloso de la vida. Ella purga el sistema de estos modelos antiguos que han quedado obsoletos
Steve Jobs
... el porvenir como los antiguos decían, y creían, solo a Dios pertenece, vivamos nosotros el día de hoy, que el de mañana nunca se sabe.
José Saramago
Lo cierto es que la alabanza a los escritores antiguos no procede de un respeto a los muertos, sino de la competencia y la envidia mutua que tiene lugar entre los vivos.
Thomas Hobbes
Me gusta todo lo que es antiguo: los viejos amigos, los viejos tiempos, los viejos modales, libros antiguos y viejos vinos.
Oliver Goldsmith
Como los antiguos, repito las mismas citas para distintos públicos. Además en realidad jamás repito, porque cada público es el primero y el único real. Usted dirá si soy monótono
Horst Matthai Quelle
Es mejor hablar de la realidad actual, si vamos a textos antiguos, eso da muchas complicaciones. El pasado es muy incivilizado, pero en el siglo XXI tenemos que analizar los acontecimientos desde un punto de vista global.
Dalai Lama
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Martin Luther King
No hay mayor goce espiritual que la lectura de los antiguos clásicos: su lectura, aunque de una media hora, nos purifica, recrea, refresca, eleva y fortalece, como si se hubiese bebido en una fresca fuente que mana entre rocas.
Arthur Schopenhauer
Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuchar únicamente al corazón.
Marqués de Sade
...los antiguos, y no solo los judíos, sino también los paganos, solían referir a Dios absolutamente todo aquello por lo que alguien superaba a los demás.
Baruch Spinoza
En el servicio aprendió a leer, a escribir y a sumar, y perdió la inocencia. Abrió la tahona, se casó, tuvo doce hijos, compró un calendario y se sentó a ver pasar el tiempo. Los patriarcas antiguos debieron ser bastante parecidos al señor Ramón.
Camilo José Cela
No ha habido jamás, desde los tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter político.
Mao Zedong
Las últimas palabras de muchos señores antiguos han sido: No puedes matarme porque llevo una armadura máaaargh
Terry Pratchett
Yo me atengo a los libros antiguos, pues siempre me enseñan algo; de los nuevos aprendo muy poco.
Voltaire
Amor de Hombre
Mi estricta voluntad, mi punta seca
que está domando en ella
oceánicas pasiones y rumores antiguos. El cauterio que aplico
a esa llaga amorosa que, sin forma, palpita.
Si hiero, mato, engendro.
(Su exánime sonrisa me conmueve y me excita.)
Si la acaricio, mido,
sujeto sus equívocos y todas
las suavidades sumas que a la nada convidan.
Hasta que al fin, en sangre,
en su solo sí misma,
en mi ir traspasando mis propios sentimientos,
la obtengo, mato, muero.
Mi estricta voluntad, mi punta seca
que está domando en ella
oceánicas pasiones y rumores antiguos. El cauterio que aplico
a esa llaga amorosa que, sin forma, palpita.
Si hiero, mato, engendro.
(Su exánime sonrisa me conmueve y me excita.)
Si la acaricio, mido,
sujeto sus equívocos y todas
las suavidades sumas que a la nada convidan.
Hasta que al fin, en sangre,
en su solo sí misma,
en mi ir traspasando mis propios sentimientos,
la obtengo, mato, muero.
Gabriel Celaya
Lied Iii
En la costa brava
Suena la campana,
Llamando a los antiguos
Bajales sumergidos.
Y como tamiz celeste
Y el luminar de hielo,
Pasan tristemente
Los bajales muertos.
Carcomidos, flavos,
Se acercan bajando...
Y por las luces dejan
Oscuras estelas.
Con su lenguaje incierto,
Parece que sollozan,
A la voz de invierno,
Preterida historia.
En la costa brava
Suena la campana
Y se vuelven las naves
Al panteón de los mares.
En la costa brava
Suena la campana,
Llamando a los antiguos
Bajales sumergidos.
Y como tamiz celeste
Y el luminar de hielo,
Pasan tristemente
Los bajales muertos.
Carcomidos, flavos,
Se acercan bajando...
Y por las luces dejan
Oscuras estelas.
Con su lenguaje incierto,
Parece que sollozan,
A la voz de invierno,
Preterida historia.
En la costa brava
Suena la campana
Y se vuelven las naves
Al panteón de los mares.
José MarÃa Eguren
Aladas
Yo no soy esa muchacha
de pelo ensortijado y cintas en el pelo
que baila para ti en los antiguos salones del Coimbra.
Yo no soy esa otra que se desliza suavemente
por las gastadas alfombras del viejo comedor
-los brazos en alto como nubes o pájaros-
tarareando canciones que te dejan partido el corazón..
No te engañes, mi amor,
no confundas mi voz y mis canciones
con el tono ligero de las suyas.
Resucítame y créceme, amado, no te escondas.
Emerge de la lluvia, del mar, de las cenizas.
Resurge en llamaradas.
Que el brillo de tu rostro no lo empañe la noche
ni el llanto de mis ojos.
Acaricia mis hombros
con la suave ternura de otros tiempos
-la misma que utilizas con ella-
y di que aún soy hermosa
y que mi pelo brilla como si fueran alas.
No me hagas la muerte más difícil.
2002
Yo no soy esa muchacha
de pelo ensortijado y cintas en el pelo
que baila para ti en los antiguos salones del Coimbra.
Yo no soy esa otra que se desliza suavemente
por las gastadas alfombras del viejo comedor
-los brazos en alto como nubes o pájaros-
tarareando canciones que te dejan partido el corazón..
No te engañes, mi amor,
no confundas mi voz y mis canciones
con el tono ligero de las suyas.
Resucítame y créceme, amado, no te escondas.
Emerge de la lluvia, del mar, de las cenizas.
Resurge en llamaradas.
Que el brillo de tu rostro no lo empañe la noche
ni el llanto de mis ojos.
Acaricia mis hombros
con la suave ternura de otros tiempos
-la misma que utilizas con ella-
y di que aún soy hermosa
y que mi pelo brilla como si fueran alas.
No me hagas la muerte más difícil.
2002
Elsa López
Estoy Aquí Sentada...
Estoy aquí, sentada, con todas mis palabras
como con una cesta de fruta verde, intactas.
Los fragmentos
de mil dioses antiguos derribados
se buscan por mi sangre, se aprisionan, queriendo
recomponer su estatua.
De las bocas destruidas
quiere subir hasta mi boca un canto,
un olor de resinas quemadas, algún gesto
de misteriosa roca trabajada.
Pero soy el olvido, la traición,
el caracol que no guardó del mar
ni el eco de la más pequeña ola.
Y no miro los templos sumergidos;
sólo miro los árboles que encima de las ruinas
mueven su vasta sombra, muerden con dientes ácidos
el viento cuando pasa.
Y los signos se cierran bajo mis ojos como
la flor bajo los dedos torpísimos de un ciego.
Pero yo sé: detrás
de mi cuerpo otro cuerpo se agazapa,
y alrededor de mí muchas respiraciones
cruzan furtivamente
como los animales nocturnos en la selva.
Yo sé, en algún lugar,
lo mismo
que en el desierto cactus,
un constelado corazón de espinas
está aguardando un hombre como el cactus la lluvia.
Pero yo no conozco más que ciertas palabras
en el idioma o lápida
bajo el que sepultaron vivo a mi antepasado.
Estoy aquí, sentada, con todas mis palabras
como con una cesta de fruta verde, intactas.
Los fragmentos
de mil dioses antiguos derribados
se buscan por mi sangre, se aprisionan, queriendo
recomponer su estatua.
De las bocas destruidas
quiere subir hasta mi boca un canto,
un olor de resinas quemadas, algún gesto
de misteriosa roca trabajada.
Pero soy el olvido, la traición,
el caracol que no guardó del mar
ni el eco de la más pequeña ola.
Y no miro los templos sumergidos;
sólo miro los árboles que encima de las ruinas
mueven su vasta sombra, muerden con dientes ácidos
el viento cuando pasa.
Y los signos se cierran bajo mis ojos como
la flor bajo los dedos torpísimos de un ciego.
Pero yo sé: detrás
de mi cuerpo otro cuerpo se agazapa,
y alrededor de mí muchas respiraciones
cruzan furtivamente
como los animales nocturnos en la selva.
Yo sé, en algún lugar,
lo mismo
que en el desierto cactus,
un constelado corazón de espinas
está aguardando un hombre como el cactus la lluvia.
Pero yo no conozco más que ciertas palabras
en el idioma o lápida
bajo el que sepultaron vivo a mi antepasado.
Rosario Castellanos
Pensemos en la grandeza de los antiguos, sobre todo de la escuela socrática, y en cómo ésta pone ante nuestros ojos la fuente y el hilo conductor de toda vida y toda actividad, y estimula no a una especulación vacía, sino a vivir y actuar.
Johann Wolfgang Von Goethe
Elegía
Ahora te soñé, así como eras: sin deslices en la voz,
con inmóviles sombras en los brazos
y tus genitales segundos de estatua.
Así como eres todavía: copiándote a ti misma,
cuando no eres ya sino la espuma de tu propia vida.
Bien te sentí en mi sueño como verso divinizado.
Mi tristeza no cabía en el fondo de mi dolor
y fue a manchar la noche de violeta.
El propio ruido de tus piernas habría despertado
los estanques, los recuerdos que a veces olvidamos
en los huecos de los jardines,
las horas que nunca fueron más allá
de donde hoy se desangran segundo por segundo,
el silencio de muchas ventanas,
antiguos y pulidos razonamientos, montañas de destinos.
De un seno tuyo al otro sollozaba un poco de ternura.
Anoche te soñé y no puedo decirte mañana mi secreto
-porque el amor es un magnífico manzano
con frutos de metal envueltos en piel de inteligencia,
con hojas que recuerdan gravemente el futuro
y raíces como brazos sumidos en una nieve de santidad-,
la misma ruta de mis dedos no podría encontrarte
ahí donde te guardas tan perfecta.
Yo no sabría elegir sino violentamente mi presencia:
te llenaría de asombro; acaso tu memoria no me crea.
Mi fatiga te gritaría un absoluto amor.
Por el cristal de aumento de la luna
la sonrisa de Dios estallaría.
Ahora te soñé, así como eras: sin deslices en la voz,
con inmóviles sombras en los brazos
y tus genitales segundos de estatua.
Así como eres todavía: copiándote a ti misma,
cuando no eres ya sino la espuma de tu propia vida.
Bien te sentí en mi sueño como verso divinizado.
Mi tristeza no cabía en el fondo de mi dolor
y fue a manchar la noche de violeta.
El propio ruido de tus piernas habría despertado
los estanques, los recuerdos que a veces olvidamos
en los huecos de los jardines,
las horas que nunca fueron más allá
de donde hoy se desangran segundo por segundo,
el silencio de muchas ventanas,
antiguos y pulidos razonamientos, montañas de destinos.
De un seno tuyo al otro sollozaba un poco de ternura.
Anoche te soñé y no puedo decirte mañana mi secreto
-porque el amor es un magnífico manzano
con frutos de metal envueltos en piel de inteligencia,
con hojas que recuerdan gravemente el futuro
y raíces como brazos sumidos en una nieve de santidad-,
la misma ruta de mis dedos no podría encontrarte
ahí donde te guardas tan perfecta.
Yo no sabría elegir sino violentamente mi presencia:
te llenaría de asombro; acaso tu memoria no me crea.
Mi fatiga te gritaría un absoluto amor.
Por el cristal de aumento de la luna
la sonrisa de Dios estallaría.
EfraÃn Huerta
Los grandes señores son casi las únicas personas de las que se puede aprender tanto como de los campesinos; su conversación está adornada con todo lo que se refiere a la tierra, las mansiones tal como se habitaban antaño, los usos antiguos, todo lo que el mundo del dinero ignora profundamente.
Marcel Proust
Promesa
Quizá fuesen mejores
Nuestros corazones cuando eran frágiles
Y algún golpe de mar, o la noche de julio
Pudieran abrirles las calladas heridas
Que ahora, y para siempre, llamaremos nostalgias.
Quizá fuesen mejores cuando eran
Cual regatos ligeros o lluviosas tardes
Que mojaban la infancia y partían
Un dominio común; un valle abierto,
Inmensos arenales, aquel balcón
Detenido en la presencia de pulidos geranios.
No eligieron barcos para partir lejos;
Ni la brisa liviana de un verano
Para que los apagase, con su fuego insumiso.
Semejantes a los hombres, desearon
A los árboles antiguos de esta tierra.
De Pasa un segredo, 1988
Quizá fuesen mejores
Nuestros corazones cuando eran frágiles
Y algún golpe de mar, o la noche de julio
Pudieran abrirles las calladas heridas
Que ahora, y para siempre, llamaremos nostalgias.
Quizá fuesen mejores cuando eran
Cual regatos ligeros o lluviosas tardes
Que mojaban la infancia y partían
Un dominio común; un valle abierto,
Inmensos arenales, aquel balcón
Detenido en la presencia de pulidos geranios.
No eligieron barcos para partir lejos;
Ni la brisa liviana de un verano
Para que los apagase, con su fuego insumiso.
Semejantes a los hombres, desearon
A los árboles antiguos de esta tierra.
De Pasa un segredo, 1988
Ramiro Fonte
La buena fortuna del Hombre Superior surge porque sus deseos de enseñar y su preocupación por sus discípulos no tienen límites y se muestra inagotable en su deseo de enseñar. Nada lo aparta de su pueblo; y para él, no hay motivo de reproche.
Sí para progresar se escuchan los impulsos, el avance será en vano. Si se considera las fallas propias se evitan los fracasos. La contemplación representa al devoto que se ha lavado las manos, más aún, no ha exhibido sus ofrendas. Por ello, los antiguos gobernantes visitaban todas las regiones de su reino para observar a su pueblo y transmitirle sus instrucciones.
El Hombre Superior examinará su influencia sobre otros y, si ésta es positiva, gozará con satisfacción y buena fortuna. Examinándose a conciencia, ha liberado todo interés egoísta, por lo que es capaz de contemplar las maneras trascendentales de los cielos.
Sí para progresar se escuchan los impulsos, el avance será en vano. Si se considera las fallas propias se evitan los fracasos. La contemplación representa al devoto que se ha lavado las manos, más aún, no ha exhibido sus ofrendas. Por ello, los antiguos gobernantes visitaban todas las regiones de su reino para observar a su pueblo y transmitirle sus instrucciones.
El Hombre Superior examinará su influencia sobre otros y, si ésta es positiva, gozará con satisfacción y buena fortuna. Examinándose a conciencia, ha liberado todo interés egoísta, por lo que es capaz de contemplar las maneras trascendentales de los cielos.
I CHING
No será erróneo que el Hombre Superior contemple su propia vida. Examinándose a conciencia, ha liberado todo interés egoísta, por lo que es capaz de contemplar las maneras trascendentales de los cielos. Como el sabio santo hace de esos temas la materia de sus enseñanzas, todo lo que hay bajo el cielo acepta su dominio. Por ello, los antiguos gobernantes visitaban todas las regiones de su reino para observar a su pueblo y transmitirle sus instrucciones.
I CHING
Por la tarde, nos pusieron en fila. Tres prisioneros trajeron una mesa e instrumentos médicos. Con la manga del brazo izquierdo levantada, cada uno debía pasar delante de la mesa. Los tres antiguos, agujas en mano, nos grabaron un número en el brazo izquierdo. Yo me convertí en A-7713. En adelante no tendría otro nombre.
Elie Wiesel
El esqueleto nos da la historia de un individuo. Sexo. Edad. Antepasados. En algunos casos, la historia clínica o cómo murió. Los huesos antiguos son una fuente de información de las poblaciones extinguidas. Cómo vivían, cómo morían, qué comían, las enfermedades que padecían...
Kathy Reichs
A los antiguos hay que leerlos despacio; necesitamos mucha paciencia, es decir, mucha atención para obtener placer cuando recorremos esas obras.
Joseph Joubert
Presta oídos, escucha las palabras de los sabios, y luego aplícate en entenderlas. Porque te será un placer conservarlas dentro de ti, tenerlas en cualquier momento para decirlas. Para que pongas tu confianza en Yavé, quiero hoy enseñarte también a ti. ¿No escribí para ti treinta capítulos de consejos y ciencia, para que des a conocer la verdad y puedas contestar en forma acertada al que te pregunte? No despojes al pobre porque es pobre, ni hagas condenar al desdichado. Porque Yavé abogará por ellos y arrebatará la vida a sus opresores. No te hagas amigo del colérico, ni frecuentes al rabioso, que no sea que adoptes sus caminos y encuentres en ellos el lazo que te perderá. No seas de los adquieren compromisos y salen por fiadores de deudas; si no tienes con qué pagar, te quitarán la cama en que duermas. No cambies los antiguos límites que tus padres establecieron. ¿Ves a un hombre listo para el trabajo? Entrará al servicio de los reyes; no quedará a servicio de gentes oscuras.
Sagradas Escrituras