Antonio carvajal crisantemos ( 4 )
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...y hablando del amor podemos hablar de él sin sentirlo, sin tocarlo, olerlo, darlo, regalarlo, donarlo... hasta entonces, no hablemos de ello.
Antonio Tejeira
Atardeció Sin Ti
Atardeció sin ti. De los cipreses...
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
A fuerza de tropiezos y reveses
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
Atardeció sin ti. Seguro y lento,
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
Quién me viera caer, lento y seguro,
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
Atardeció sin ti. De los cipreses...
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
A fuerza de tropiezos y reveses
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
Atardeció sin ti. Seguro y lento,
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
Quién me viera caer, lento y seguro,
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
Antonio Gala
La zona más rica de nuestras almas, desde luego la más extensa, es aquella que suele estar vedada al conocimiento por nuestro amor propio.
Antonio Machado
Si crees que no me debes nada,nada me debes, porque respeto todas las creencias y porque todas las creencias son iguales. Todas son creencias.
Antonio Porchia
Y sin ese repetirse eternamente de todo, de sí mismo a sí mismo, a cada instante, todo duraría un instante. Hasta la misma eternidad duraría un instante.
Antonio Porchia
Lo que dicen las palabras no dura. Duran las palabras. Porque las palabras son siempre las mismas y lo que dicen no es nunca lo mismo.
Antonio Porchia
El hombre, a quien el hambre de la rapiña acucia, de ingénita malicia y natural astucia, formó la inteligencia y acaparó la tierra. ¡y aún la verdad proclama! ¡supremo ardid de guerra!.
Antonio Machado
Estar En Ti
Yo no entro en ti para que tú te pierdas
bajo la fuerza de mi amor;
yo no entro en ti para perderme
en tu existencia ni en la mía;
yo te amo y actúo en tu corazón
para vivir con tu naturaleza,
para que tú te extiendas en mi vida.
Ni tú ni yo. Ni tú ni yo.
Ni tus cabellos esparcidos aunque los amo tanto.
Solo esta oscura compañía. Ahora
siento la libertad. Esparce
tus cabellos. Esparce tus cabellos.
Yo no entro en ti para que tú te pierdas
bajo la fuerza de mi amor;
yo no entro en ti para perderme
en tu existencia ni en la mía;
yo te amo y actúo en tu corazón
para vivir con tu naturaleza,
para que tú te extiendas en mi vida.
Ni tú ni yo. Ni tú ni yo.
Ni tus cabellos esparcidos aunque los amo tanto.
Solo esta oscura compañía. Ahora
siento la libertad. Esparce
tus cabellos. Esparce tus cabellos.
Antonio Gamoneda
La Ciudad Está Muerta
La città è morta, è morta
S. Quasimodo
¿No tuviste bastante con morir una vez
en la muerta ciudad, que vuelves otra vez
entre sus cancerosos muros iluminados
a veces por verdores putrefactos?
¿Quedan aún las brasas de los sueños
ardidos en lugares y en labios que creiste
hermosos?
¿Te niegas a aceptar que aquí estuvo el amor
imaginando pájaros, desenterrando ruinas?
Llueve, llueve, y la música es negra en estas calles
abarrotadas de crucificados que andan,
de agonizantes que laboran,
de insepultos cadáveres que aplauden y sonríen.
Acaso quede aún en este espacio
de sueños destrozados, de sueños machacados,
otro loco que aún sueñe y vaya repitiendo:
«Tenéis cerca la luz, está cerca la luz».
Pero, ya como en tiempos, solo un frío y vacío
silencio os responde,
aunque siga festivo y ciego el ajetreo
de los muertos perfectamente pulcros,
de los muertos perfectamente muertos.
Solo se oye la agria y metálica caída de otra noche
como una inmensa, grues, negra chapa de acero.
"Astrolabio" 1975 - 1979
La città è morta, è morta
S. Quasimodo
¿No tuviste bastante con morir una vez
en la muerta ciudad, que vuelves otra vez
entre sus cancerosos muros iluminados
a veces por verdores putrefactos?
¿Quedan aún las brasas de los sueños
ardidos en lugares y en labios que creiste
hermosos?
¿Te niegas a aceptar que aquí estuvo el amor
imaginando pájaros, desenterrando ruinas?
Llueve, llueve, y la música es negra en estas calles
abarrotadas de crucificados que andan,
de agonizantes que laboran,
de insepultos cadáveres que aplauden y sonríen.
Acaso quede aún en este espacio
de sueños destrozados, de sueños machacados,
otro loco que aún sueñe y vaya repitiendo:
«Tenéis cerca la luz, está cerca la luz».
Pero, ya como en tiempos, solo un frío y vacío
silencio os responde,
aunque siga festivo y ciego el ajetreo
de los muertos perfectamente pulcros,
de los muertos perfectamente muertos.
Solo se oye la agria y metálica caída de otra noche
como una inmensa, grues, negra chapa de acero.
"Astrolabio" 1975 - 1979
Antonio Colinas
Un Ángel Gótico
Inmóvil, claramente
inhumano en la
pura catedral
vive un ángel.
Un ángel no tiene ojos.
Un ángel no tiene sangre.
Él no vive en la vida, él no vive
en la muerte, él está
vivo en la belleza.
Inmóvil, claramente
inhumano en la
pura catedral
vive un ángel.
Un ángel no tiene ojos.
Un ángel no tiene sangre.
Él no vive en la vida, él no vive
en la muerte, él está
vivo en la belleza.
Antonio Gamoneda
Comencé mi comedia siendo yo su único actor y la termino siendo yo su único espectador.
Antonio Porchia
Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría.
Antonio Machado
Ya Nunca Más Diré, Todo Termina...
Ya nunca más diré: «Todo termina»,
sino: «Sonríe, alma, y comencemos.»
En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas torres se alzan de la ruina.
Otra alegre mañana determina
el corazón del mundo y sus extremos.
Juntos, alma, tú y yo inauguraremos
este otro amor y su preciosa espina.
Para mirar mi muerte atrás miraba
y encontré renaciente la llanura
y sellada la boca de mi herida.
Ni el nombre sé yo ya de quien amaba,
desmemoriado y terco en la aventura
de que quien me mató me dé la vida.
Ya nunca más diré: «Todo termina»,
sino: «Sonríe, alma, y comencemos.»
En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas torres se alzan de la ruina.
Otra alegre mañana determina
el corazón del mundo y sus extremos.
Juntos, alma, tú y yo inauguraremos
este otro amor y su preciosa espina.
Para mirar mi muerte atrás miraba
y encontré renaciente la llanura
y sellada la boca de mi herida.
Ni el nombre sé yo ya de quien amaba,
desmemoriado y terco en la aventura
de que quien me mató me dé la vida.
Antonio Gala
Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.
Antonio Machado
En preguntar lo que sabes el tiempo no has de perder. . . Y a preguntas sin respuesta ¿quién te podrá responder?.
Antonio Machado
Su pelo en breves páginas, las fugitivas páginas, desordena sometiendo las plumas de la almohada a la técnica del sueño.
Antonio Brañas
Ni vale nada el fruto cogido sin sazón. . . Ni aunque te elogie un bruto ha de tener razón.
Antonio Machado