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Aquella ( 3 )

Aquella. Encuentra docenas de aquella con fotos para copiar y compartir.


Caja de Música

A Veleta. A Piri

Alza la tapa.
Escucha.
La música será como un alivio
como un bálsamo azul
como un portazo y luego este silencio.
Los amigos se fueron
perdieron el camino y los recuerdos.
Solo queda esa música.
Alza la tapa y oye.
Piensa que ellos han vuelto y empujarán la puerta
que traen los rones viejos y la inconformidad
que bailarán de nuevo aquella melodía
aunque no sea igual
aunque no lleguen nunca
aunque alces la tapa y no suene la música.


Odette Alonso


Desde Donde Me Ciego de Vivir

Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?


José Manuel Caballero Bonald




Los Ángeles Sonámbulos

1
Pensad en aquella hora:
cuando se rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas de nieve,
tumbas de aguas paradas
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros párpados.
¿Qué queréis?
Ojos invisibles, grandes, atacan.
Púas incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas,
sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.

2
También,
también los oídos invisibles de las alcobas,
contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres
de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al viento.
Nada tenéis que oír.
¡Dejadme!
Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos,
bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre,
a los tubos de los huesos.
Un rey es un erizo sin secreto.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.


Rafael Alberti


Presencia En El Olvido

Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.

Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía...

Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras...
¡Hoy no sé qué se hicieron!

Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento

caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos...

Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco...
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.

Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro...

La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos...

Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.


Meira Delmar


La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.


Enrique Tierno Galván


Soneto Al Amor Iii

Hiere más fuerte, amor, hiere más hondo,
que aún en tu dardo está toda mi vida.
Para que goces con tu propia herida,
ni el alma oculto, ni la llaga escondo.

Mira un momento hacia el ayer. Al fondo,
otra -aquella- desángrase vencida.
Trasfúndele la sangre de tu herida,
y por lograrlo, amor, hiere más hondo.

Qué triste fue nuestro placer, qué vano.
Oh, carne con sus rosas y racimos,
manjar para el necrófago gusano.

Y ha de ser el final lo que quisimos
desde un tiempo, oh amor, ya tan lejano.
Mas vencidos, amor, nos redimimos.


Alberto Angel Montoya




Mi vida se corto
y quedo en suspenso
desde aquella vez
que escuche tu voz
decir adios.


Tovléz


Bajo Las Luces Rojas

Sus cuerpos bajo aquella luz rojiza,
su desnudo irreal entre la rasa niebla.
Fosforescía el cuarto, altas paredes
con blancos azulejos. Pensé: es un hospital,
quizás la habitación de revelado
de un amigo fotógrafo. Pero aquellas dos lunas
gemelas en un cielo azul cobalto
eran de otra galaxia, y miré el firmamento
y no reconocí ninguna estrella
que antes que yo miraran otros ojos humanos.
Era un bárbaro rito el que cumplían
ante mí aquellos cuerpos. Pude apenas saber
de una desolación y una belleza
que el deseo no nombra, y sentí que espiaba
el fondo más secreto de mí mismo.
Goce o dolor, su voz se rompía en mi pecho,
aunque al oído fuera indescifrable.
Mirándose a los ojos durmieron en su abrazo.
Ciego ascendía un sol agonizante
Y era fría su luz en el alba indecisa.
Bajo aquella luz roja, en un mundo ya muerto
como yo mismo vi borrarse a los amantes.

De "Espejos" 1986 - 1991
Pre-Textos, 1991 Valencia-España


Abelardo Linares


de Pronto En Una Playa Interminable

Toco en la oscuridad las cerraduras.
¿Cómo llegué hasta aquí?
Es una extraña casa
que rodean tinieblas, y me llaman.
¿Quién eres tú, la que me canta?
Recuerdo ahora el mar. ¡El mar! Si yo pudiera
volver al mar a aquella playa
donde llovía siempre. Allá arriba las verdes colinas
y más allá la tierra escarlata, y la Gran Cordillera
que vigila volcanes, el viento que sopla desde allí,
y el cielo de cristal.
Nadie en las dunas.
La lluvia ahuyenta
y me deja solo en esta playa de pronto interminable.

Como el mar es la casa, como la lluvia sus muros.
Siento mis pasos: ya están aquí, y abro la puerta.
¿Cómo cruzar el fuego que arde entre tus pasos y los míos?
¿Quién me trajo a estos muros que se encienden y se apagan?

Y entro en otros cuartos que se abren a otros cuartos,
y el silencio es un cíngulo dormido en los dinteles.
La imperceptible niebla empapa las recámaras,
pisa los zócalos, roza ventanas, hunde los lechos.

Mis pasos se adelantan al llegar a la sala, al llegar a la mesa,
al llegar al libro abierto de polvo,
al libro y a la mesa que nadie ha tocado en mil años,
y nadie vendrá.
Pero ahora la niebla
toca con su frente los umbrales.
Ya no hay nadie en la casa. (Si hubiera alguien,
¿a quién amar ahora?). Toco la mesa
y la mesa se ilumina.
Toco las cerraduras
y las cerraduras se abren.
Toco en la oscuridad los muros,
y los muros se apartan,
y escucho en el silencio de la sangre el río que me habla
sobre esta oscuridad.


Miguel Arteche




Tu Collar de Perlas

Yo he visto perlas claras de inimitable encanto,
de esas que no se tocan por temor a romperlas.
Pero solo en tu cuello pudieron valer tanto
las burbujas de nieve de tu collar de perlas.

Y más, aquella noche del amor satisfecho,
del amor que eterniza lo fugaz de las cosas,
cuando fuiste un camino que comenzó en mi lecho
y el rubor te cubría como un manto de rosas.

Yo acaricié tus perlas, sin desprender su broche,
y las vi, como nadie nunca más podrá verlas,
pues te tuve en mis brazos, al fin, aquella noche
vestida solamente ¡con tu collar de perlas!


José Angel Buesa


Petit-cru

En Tintagel suena un cascabel. Petit-cru.
Vino de Avalón, la isla de las hadas. Tristán
para la rubia Iseu lo atrajo. Alegra el corazón
su música hechizada. La amiga es
por el embrujo, lejos del amigo, feliz. ¡Dios:
el desdichado envió a la desdichada la dicha! Renunció
al talismán para que pudiera la reina, separada de él,
vivir dichosa, y la rubia encuentra alegre el vivir.

Hermosos son los mantos forrados de blanco armiño,
gentiles las cabalgadas por el matorral en la corte de Marés,
y los torneos en los que los caballeros muestran amorosas divisas.

Dulce el recuerdo de Tristán como sonrisa del amanecer.
El cascabel del blanco cachorro es más fuerte
que la copa fatal que la imprudente prudencia materna
llenó de amor y de muerte y abrasadora pasión.

Pero ¿cómo la amiga en la ausencia del amigo se siente
con cuerpo ligero, con alas de alondra, con el espíritu
gracioso? La reina piensa. Desvela el secreto.
Hechizo de amor es. El desdichado desea
la dicha de aquella que es su dolor.
Petit-cru. Los labios adornados de dulce
amargura requieren el ser milagroso. Del regazo
le tira el cascabel. No quiero, amigo hermoso
la alegría mientras tú estas triste, señor;
la vida mientras tú mueres. Bebemos el vino
juntos, debemos morir o vivir.

Desde la florida ventana arroja el cascabel al mar.

Arrastrando su larga cola bordada camina
por los pasajes del llanto al sombrío sepulcro del dolor.

De "Poemas colgados de un cabello"


Ricardo Carballo Calero


Niño Hermoso

Niño hermoso, qué tienes en las manos. Que rico
presente, voz silbante
de junco, das.

Mi puma más inocente, arroyo
de arrogancia, divino bien.

A qué callar. Te amo.
Dispones de la llave
del corazón. En esta tarde roja que hierve
cuando miras. Si muerdes la gran manzana en flor
que va cantando bajo tu bozo. Mientras músicas
arden en cada sílaba precoz. Como gacelas
nerviosas, ya atraídas al bosque de tu labio
virginal.

Niño hermoso que fuiste, excelso pájaro,
un trino en el jardín. Ramo de mirto. Brazo
de luna entre lo oscuro.

Quién, mirado, enamora
como tú. Qué así vive sobre el alma, conforma
esferas de ilusión, deja su nombre en sábanas
de hierba, pulsa la miel.

Oh, hijo mío, regato
de mis fuentes. Seguro yo. Gran copia. Caricia
de mi espejo.

Te amo, oh, sí, te amo. No llegue
rubor a mis mejillas al confesar que tuve
tu cáliz, tu amapola
finísima. El murmullo de tu lengua de mar
entre la playa. El mismo yo naciendo. La gloria
difícil de tus años, tu carne atroz.

Bien mío,
recuerdo sólo, hoy humo flotando en la ciudad.
Qué trajo aquí tu estatua de doncel.

Oh, criatura
color de pan. Milagro de piel espesa y grata.
Caballo torpe. Mozo
mollar. Tigre feliz. Arte menor. Hermoso
joven. Luz en la niebla
de la memoria.

Y beso, vez repetida, aquella
superficie. El vaso de licor. -Ah memento,
así arañado-. Rama
que fui. Narciso mío, reflejado en el lago
de la niñez y el Sur. Libro mortal de ejemplos.


Ángel García López


No Tengo Nada Que Perder

Aquel nocturno yerbazal, al borde
del declive de acebos, ciegamente
buscado entre el vislumbre
del amor, bajo el troquel efímero
de la naciente luna ciñe
con sus trémulos odres toda
la historia de mi vida, el privilegio
de mi junta y profética memoria,
y allí estará mi vocación gestándose,
cómplice cuerpo transitorio
fronterizo del mío para nunca.

La tierra genital, los estandartes
fugitivos del sueño, la prohibida
palabra, permanecen
junto al amor que escribo, tachan
con su verdad los nombres
de mi boca.

Compartida codicia,
¿qué haré con este cuerpo
sin el tuyo?

Subí desde la sombra
hasta la luz, puse mi mano
en el aire vacío. Aquí
me entrego, dije,
no tengo nada que perder.
Cuántos
turbadores resquicios fraudulentos
se desvelaron para mí, mientras anduve
tropezando.

En la pared aquella,
cerca de la hondonada parpadeante,
bajo el metal marítimo fundido
entre los dos, fui desnudado
del lastre primerizo de mi alma
y levanté los ojos hacia el cuerpo
aterido. Aquí me entrego, dije,
preso estoy .en mi propia libertad.


José Manuel Caballero Bonald




Muerto de Amor

A Margarita Manso

¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mío,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
Será que la gente aquella
estará fregando el cobre.

Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.
La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
y un olor de vino y ámbar
viene de los corredores.

Brisas de caña mojada
y rumor de viejas voces,
resonaban por el arco
roto de la media noche.
Bueyes y rosas dormían.
Solo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.

Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.
Viejas mujeres del río
lloraban al pie del monte,
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.
Fachadas de cal, ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.
Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los señores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.
Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles,
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.
Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba, no sé donde.
Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.


Federico García Lorca


Muchos hombres amaron la clase de aquella mujer; unos con amor falso, otros con amor verdadero. Pero solo uno amó su rostro. Solo uno amó las penas reflejadas en su rostro...


Raquel-Fuerteventura


-Baila conmigo.
+Pero si tú no sabes bailar, eres lo más parecido a un pato. Es más, no siquiera te gusta.
-A veces, pequeña, hay que hacer cosas que no se te pasarían por la cabeza si estuvieras un poco cuerdo solo por la persona que ás te importa aquí y ahora.
+Sé que escalaría la más alta montaña si un día te diera por el alpinismo; que te haría los coros si se diese el curioso caso de que nadie soportara tu voz; que daría la vuelta al mundo en globo, a pesar de mi miedo a las alturas, si quieres pasar una temporada en el cielo; que saltaría sobre nubes de tormenta si tu quisieras tener una aventura a gran altura y con peligro de muerte; que fingiría ser una persona muy importante para colarte en una cola kilométrica. Pero nunca hubiera creído que tú me devolverías algo.
-Vale, a ver si me acuerdo de todo. No me dará por el alpinismo, no me va el aire fresco y limpio sin nada de contaminación, no tiene ningún riesgo. De momento, la gente soporta bien mi voz, pero seguramente quieran escuchar la tuya también. Lo del globo es una gran idea, tenemos que probarlo. Es teóricamente imposible saltar sobre cualquier tipo de nube. Aunque, pensándolo bien, todo lo teóricamente imposible nos ocurre a nosotros. No necesitas fingir ser una persona importante, ya lo eres. Al menos para mí. Y, tienes razón. Hace dos días, estaría sentado en el sofá con unas palomitas rancias esperando a que me montases el numerito por la compra de unas manzanas demasiado maduras. ¿Sabes lo mejor de esos momentos? Me hablabas. Me dirigías la palabra. Era lo más vivible de todo el día aunque estuviésemos discutiendo como unos locos. Entonces, entendí que no podía seguir pasando por encima de ti cada vez que quería algo. No. Tú te merecías algo mucho, mucho mejor. Recordé aquella vez en la que me habías pedido que bailara contigo. Estábamos solos en casa, como ahora. No tenía por qué avergonzarme, solo me ibas a ver tú. Te dije que no. Vi tu cara, intentando parecer despreocupada. Aún así, tus ojos estaban tristes, como muchas otras veces en las que te había decepcionado.Siento haberlo hecho. Ahora estoy aquí, solo para ti. Bailemos. Hoy, mañana, pasado y hasta que el mundo se acabe.


fotolog.comrain_and_sunny


Ya No Hay Aquella Simple Desnudez...

Ya no hay aquella simple
y turbia desnudez.
Tus muslos ya no huelen
a canciones agrestes.
Tus manos ya no tientan
la risa curva y acre.
Como si hubiese pleno oscuro.

De "Mar ao norde" 1932
Tr. Vicente Araguas


Álvaro Cunqueiro


Bienvenido Guardián ser de amor
que llenas de luz mi vida
ya no estoy más sola,
eres amor ancestral y eterno
del universo mismo,
mi espíritu renace
como el ave de las cenizas.
¡Libertad, libertad, libertad!
fue tu mensaje en el que confío,
te presentaste a través del viento
con la suave brisa que
me arrulla y mueve mi cabello
junto con el aroma fresco de las flores
como el de aquella Hortensia
que firme se mantuvo a mi paso
para recordarme
que existe la fe y la esperanza.
¡Soy extensión del amor!
Libre por convicción
a corazón abierto y sin reservas
un guerrero del amor
para salvar al amor
ése, el verdadero amor.


Claudia Lorena García Lara


En aquella plaza…
Donde nuestros ojos alguna vez
Se encontraron entre tantos seres
Que deambulaban sin darse cuenta
De la existencia de nosotros.
Aquí traigo mis recuerdos
A esta plaza…
Que muchas veces escuchó nuestros
Nombres danzar junto al viento
Donde mis labios amaban a los tuyos
Uniéndose como dos lenguas de fuego


Luis Silva Nuñez


¨tu¨

tu me has olvidado,quitado
de tu lado ,por aquella que
me ha borrado de tu mente,
ya no me tienes pendiente ,
pero na yo sigo aqui, como siempre.
enormemente ,me siento diferente
mejor que nunca, como un borde de
azucar , buenisima . , gastado;eso
eres tu un chicle masticado, junto
con aquello que tienes a tu lado.
la vida continua
con pena y con placer
mi alma se detiene
pues, ya no se que hacer,
quisiera volar,poder saber
que hay un nuevo lugar,
donde pueda ser, la misma
que soy,y que siempre sere.
pendiente, que no cambiare,
podre tener, todo a la vez,
siempre con humildad
me miraras y podras
contar siempre con mi amistad.


aslinad


Poemas de perdón

Perdón



Quiero pedirte perdon
por esta decepción
de no poder amarte
con todo mi corazón
no puedo creer
que aquel amor
que me quisiste dar
acabara con nuestra amistad
de esa manera tan brutal
Llegaste a mi pensamiento
y un poco más que eso
pero nunca tocaste
adentro de mi pecho...
Me duele decir
que me quisiste
pues desgraciadamente
yo nunca lo hice...
pero en mi recuerdo
siempre serás
aquella persona
que me dio su amistad
pero desgraciadamente
trato de llegar a más.


ulises


la mujer es el mayor complemento del hombre es aquella q corrije con cimple y divian diciplina dios nos dejo el único camino "dar amor sin conndicion


Lord Byron


me e dado de cuenta q si eres feliz la vida te regocija y te alienta; ciendo tan buena con tigo q te depara tu maleta parallegar a aquella meta.


Lord Byron


AQUELLA INEXPLICABLE CAIDA LE HABIA ROTO EL BRAZO SIN MOTIVO NI RAZON, EL SE LAMENTO MUCHO, SIN SABER QUE PASO, POR QUE DIOS ME ENVIASTE ESTE GRATUITO DOLOR? LOS DIAS PASARON Y EL TRAUMA FUE REPARANDOSE Y LA MAS HERMOSA EXPLICACION DE AQUEL "ACCIDENTE" ESA HERMOSA MUJER CURO LA HERIDA NO SOLO DEL CUERPO SINO DEL CORAZON MAS TARDE ELLA SERIA EL AMOR DE SU VIDA, EL ENCONTRO EN UNA CAIDA LA MANERA DE ELEVAR SU ALMA DE LA MANO DEL ANGEL QUE AQUEL ACCIDENTE LE OBSEQUIO...


ERNEST ALBAN


Me gustaria, que aun te gustara mi manera de escribir
que de vez en cuando me enviaras un e-mail
que todos los días llamaras sin previo aviso

Me gustaria, volver a tu indiferencia
para intentar conquistarte como aquella vez
hace ya cuantos años que no te e vuelto a ver?

Me gustaria, que me extrañaras para irte a buscar
me gustaria, que me llamaras y preguntaras ¿como estas?
me gustaria, que me escribieras tus cartas de palabras especiales
me gustaria, que me pidieras discos con 18 canciones

me gustaría que pensaras en mi
que me miraras a lo lejos
y sin enunciar una palabra
me pidieras ir al gimnacio

extraño escondernos de los demas
y que me pidieras regresar
extraño que me dijeras como a nadie mas
habías llamado antes

extraño estar contigo
verte salir de tu salon
extraño hablar contigo
que me sacaras de clases
extraño sentarme a tu lado
en la plaza junto al edificio escolar

extraño que a pesar de lo que me decian de ti
me convencieras que tu y yo podiamos estar juntos
y asi fue lo estubimos, y te amo por eso
creo que jamas e podido decirlo de manera mas sincera

Te amo, por todo eso y aquello
que solo tu supiste ver en mi
que solo tu supiste darme
que solo tu haz logrado enseñarme

Te amo porque me enseñaste
que para amar no es indispensable aire
que para querer no se necesita sufrir
que a pesar del mundo entero
tu y yo juntos podiamos estar.


Tovléz


La mujer pensaba: "Si logro tocar aunque sea su ropa, sanaré." Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana. Pero también Jesús se dio cuenta del poder que había salido de él y, dándose vuelta, preguntó: "¿Quién me tocó el manto?" Sus discípulos le contestaron: "Cuando ves a esa gente que te aprieta, ¿cómo puedes preguntar quién te tocó?" Pero él seguía mirando a su alrededor para ver quién era aquella que lo tocó. Entonces la mujer, que sabía muy bien lo ocurrido, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y queda sana de tu enfermedad".


Jesús Cristo




amor verdadero


eres aquella persona que ilumina mi existir,eres como el aire que respiro,ese oxigeno que nesecita mi organismo,eres mi media naranja micomplemento,eres esa persona que me roba mi existir ,robas mi sentido y cuando no estoy contigo siento morir es por eso que para mi eres el amor verdadero.




......LUNA LLENA......

que adorna el cielo, luna hermosa que alimenta lo que siento, aquella que retrata en su interior…… un reflejo innato de lo que seria mi amor, quizás están grande que se puede notar quizás dibujado sea algo parecido al mar o tal vez exagerando aun edificio que no se le vea final.
Constelaciones de pasión habitan en mi interior estrellas de ternura que invaden mi ilusión y un sol que explota en brillo y se convierte en mi horizonte fijo, a ese al cual me dirijo, las nubes me enseñan el camino la brisa canta y va armonizando lo vivido y enormes puentes de arco iris me dirigen hacia mi destino.


ROBISON DAVID LABARRERA QUINTERO


Dulce Amor

Las cosas suceden así,
sencillamente:

Vuelven del trabajo
con sabor de cal viva entre los dientes.
la esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.

Y cogen del pan,
como si fuera barro y arena,
un puñado tan sólo.
(Es pan de pobres, desalado y negro
y triste como el silencio de la casa toda.)

Y se marchan.

(La esposa les oye cerrar la puerta,
pero no dice nada. ¡Está tan cansada!
Prefiere aquella fría soledad
con olor de abandono.

Pudiera recordar su juventud y dormir,
pero ¿quién sueña o duerme?
Los pobres no recuerdan;
mueren como las piedras roídas de las murallas.

Ellos, en tanto, beben
un agrio vino con sabor de azufre;
y si ríen y gritan y golpean,
es porque -¡Dios, qué vida!-
da rabia beber sin alegría.

Acaso entonces lleguen hombres
de esos que velan por la paz de las familias,
y les hablen del dulce amor de las esposas
y del descanso junto al fuego,
escuchando, por la radio, una dulce canción,
mientras los niños buscan en el atlas
países coronados de yedras o corales...

Si esto sucede, gritan con más fuerza
y beben más vino agrio con sabor de azufre,
hasta que ya no saben dónde tienen los ojos,
ni por qué les duele el corazón.

Les arrojan con prisa.
La calle es larga, y en el firmamento
las estrellas relucen.

Regresan a la casa -¡oh dulce hogar!- llorando.
La esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.


Victoriano Crémer


Despedida

Se iba el tren, y quedaba,
en el aire una mancha
no sé si negra o blanca
de tu brazo...

¡Ay distancia
floridamente amarga!
que tajaba y borraba
aquella línea larga
Y corta y hielo y ascua
que era tu brazo...

Estaba
yo en el andén, sin alma,
y una saliva áspera,
fiera, me apretujaba
la tímida garganta
¡y la brisa borraba
tu brazo!

¡Ay fragancia
a brazo que se escapa
en la noche pintada!
Y qué hondo panorama
en esta vida ácida
de tu brazo...

¡Almohada
de mis noches infaustas,
y nivel de mi agua,
y escaparate para
mi pobre vida lacia,
y soporte de plata
de mi cansancio, y vara
de azucenas nevadas
en mi mortaja árida!...
¡Ay, tu brazo!

¡La traílla
del potro de mis ansias
y el estribo que alza
mi vida de la charca!
Pero se fue...

Clamaba
un resuello de máquina
y un arrastrarse, áspera-
mente, desigualmente
de madera compacta
y de muebles sin alma...
Y se perdió tu brazo...
¿Hasta cuándo? ¿Di?

¿Hasta cuándo?
Que caiga
de esta gran noche alta
toda una lluvia blanca
de estrellas de esperanza,
-¡estación negra y mala
reverso de estas ansias!
Sí: que caiga y que caiga
un estrellón de plata
para que mi esperanza
espere brava y ancha,
tu vuelta. ¡Tú! Mi almohada
y mi espuela y mi daga,
que hoy te vas, en la marcha
de un jardín que se acaba!


Rafael de León


A Rosario

Esta hoja arrebatada a una corona
que la fortuna colocó en mi frente
entre el aplauso fácil e indulgente
con que el primer ensayo se perdona.

Esta hoja de un laurel que aún me emociona
como en aquella noche, dulcemente,
por más que mi razón comprende y siente
que es un laurel que el mérito no abona.

Tú la viste nacer, y dulce y buena
te estremeciste como yo al encanto
que produjo al rodar sobre la escena;

Guárdala y de la ausencia en el quebranto,
que te recuerde de mis besos, llena,
al buen amigo que te quiere tanto.


Manuel Acuña


Muerte Nupcial

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana:
este lienzo de ahora sobre madera aún verde,
flota como la tierra, se sume en la besana
donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto;
como por dos ciudades que ni un amor contienen.
Mirada que va y vuelve sin haber descubierto
el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.
Se descubrieron mudos entre las dos miradas.
Sentimos recorrernos un palomar de arrullos,
y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos
se veían, más lejos, más en uno fundidos.
El corazón se puso, y el mundo, más redondos.
Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia
que va de hueso a hueso recorrida y unida,
al aspirar del todo la imperiosa fragancia;
proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Expiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!
¡Qué total fue la dicha de mirarse abrazados,
desplegados los ojos hacia arriba un momento,
y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Pero no moriremos. Fue tan cálidamente
consumada la vida como el sol, su mirada.
No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.


Miguel Hernández


Recuerdo el día que la conoci ,
bajaba del bus cuando yo ya estava esperandola
la mire y le dije , hola" , y ella sonrojo ..nos quedamos callados por un largo momento , y le dije ; podemos ir para mi casa , y ella con su preciosa voz solamente me dijo ; bueno , encantada .

Nunca me olvide de ese día fueron días meses y años que estuve junto con ella y ahora que ella no esta nose como hacer para que vuelva , extraño su olor ,
su perfume , su piel , sus ojos , sus manos , su sonrisa tan linda que tenia , pero ahora que pienso ..me eh quedado solo bajo un poste a viva lluvia.

Es el día tras día , el despertar y soñar con que algún día entrara por ese umbral de aquella puerta de mi habitacion y me mirara y nos abrazaremos y nos diremos el te amo de nuevo que siempre me lo repetia cuando estavamos juntos .

Es dificil cuando alguien mas presiado se te va de las manos , es como sentir que se te mueran todos tus familiares pero sentirlo por una sola persona , y esa persona ... era ella , sentirme sin animos de vida , querer recuperarla pero , ya no se nada de ella , no me llama , ni nada ... y ya nose que hacer , la espera se me hace eterna , son semanas y meses que van variando.

Pero solo sé que ella ya no quiere volver y eso se hace muy duro para uno mismo ...por eso que detesto esta vida por que aveces te quita a la persona mas presiada de tu corazon.

"Desde el fondo de mi corazon , te amo & te extraño , y esta es mi primera vez aqui , solo que suelo escribir en un diario"...Gracias :)


Nicoleti


Nocturno Iv

Así estás todavía de pie bajo la lluvia,
bajo la clara lluvia de una noche de invierno.
De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa,
de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo.
Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos
y tu voz que nacía del fondo de tus ojos
y tus manos cansadas que se iban en el viento
y aquel cielo de plomo y el rumor de los árboles
y hasta la hoja aquella que te cayó en el seno
y el rocío nocturno dormido en tus pestañas
engarzando diamantes en tu vestido negro.

Así estás todavía lejanamente cerca
desde tu lejanía de sombra y de silencio.
Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia,
de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.
La vida es tan pequeña que cabe en una noche.
Quizá fue que en la sombra me encontré con tu beso
y por eso me envuelve, de pie bajo la lluvia,
el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.

Sí, me has dejado triste porque pienso que acaso
ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo.
Y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia
con las manos temblando de frío y de deseo.
Pero aunque habrá otras noches cargadas
de perfumes
y otras mujeres, y otras, a lo largo del tiempo,
siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
bajo la lluvia clara de una noche de invierno....


José Angel Buesa


de Árbol A Árbol

a ambrosio y silvia

Los árboles
¿serán acaso solidarios?
¿digamos el castaño de los campos elíseos
con el quebrancho de entre ríos
o los olivos de jaén
con los sauces de tacuarembó?

¿le avisará la encina de westfalia
al flaco alerce de tirol
que administre mejor su trementina?

y el caucho de pará
o el baobab en las márgenes del cuanza
¿provocarán al fin la verde angustia
de aquel ciprés de la mission dolores
que cabeceaba en frisco
california?

¿se sentirá el ombú en su pampa de rocío
casi un hermano de la ceiba antillana?

los de este parque o aquella floresta
¿se dirán de copa a copa que el muérdago
otrora tan sagrado entre los galos
ahora es apenas un parásito
con chupadores corticales?

¿sabrán los cedros del líbano
y los caobos de corinto
que sus voraces enemigos
no son la palma de camagüey
ni el eucalipto de tasmania
sino el hacha tenaz del leñador
la sierra de las grandes madereras
el rayo como látigo en la noche?


Mario Benedetti


Seguramente en el bolsillo de aquel mahon que ya no usas, o en aquella mochila vieja; Dejaste escondido mi corazon. Lo hiciste para olvidarme o para algún día rescatarme; preguntale a tu interior. Mientras, yo aqui estare esperando, aquel valiente enamorado que me despierte con un beso de esta pesadilla que causaste con tu adios

No espero un principe de algún color ;pues ellos no existen, si no en la imaginacion. Aquel que se cree uno, es todo un traidor.No creas que soy debil y que escribo por desamor, solo te recuerdo lo fuerte que Soy


Yessenia Martinez


Me alegraría verte nuevamente,
para ver si estas igual como siempre te tengo en mi mente,
Tu mirada es aliento a mi vida,
y aunque todo es incierto, es como siempre, a lo mejor
tu mirada ya no sea la misma, pero igual te abrazaré en mis sueños y me refugiaré en aquella mirada que me ignotizó, y me hizo sonreir, y que siempre he guardado en mi sentir.


cisne


Y No Temblé Al Mirarla

¡Y no temblé al mirarla! El tiempo había
su tez apenas marchitado; hacía
tanto... que ni de lejos la veía...

Vago tinte de aurora su semblante
inundó de repente, en el instante
en que me vio tan cerca... y tan distante!...

Las luchas interiores, no los años,
revelaban también sus desengaños,
que absortos tuvo a todos los extraños.

Llevaba en el regazo un pobre niño,
trémulo y silencioso y sin aliño,
pero bello, y más blanco que un armiño.

¡Todo lo adiviné!... y aquella hermosa
que fue hasta ayer inmaculada rosa,
única a quien llamado hubiera esposa...

pero que nunca a mi reclamo vino,
que me odió y en mi lóbrego camino
del desprecio glacial sembró el espino;

aquella esquiva flor que en una grieta
de mis ruinas nació, cual la violeta,
y a un tiempo me hizo pérfido y poeta,

en el momento en que los rayos rojos
del triste sol de ocaso, los despojos
de la tarde alumbraban, de sus ojos

vertió al bajar del tren, como rocío,
un diluvio de lágrimas... ¡Dios mío!
Pero yo estaba como el mármol... ¡frío!


Julio Florez


Tal Como Estabas

En el recuerdo estás tal como estabas.
Mi conciencia ya era esta conciencia,
pero yo estaba triste, siempre triste,
porque aún mi presencia no era la semejante
de esta final conciencia

Entre aquellos geranios, bajo aquel limón,
junto a aquel pozo, con aquella niña,
tu luz estaba allí, dios deseante;
tú estabas a mi lado,
dios deseado,
pero no habías entrado todavía en mí.

El sol, el azul, el oro eran,
como la luna y las estrellas,
tu chispear y tu coloración completa,
pero yo no podía cogerte con tu esencia,
la esencia se me iba
(como la mariposa de la forma)
porque la forma estaba en mí
y al correr tras lo otro la dejaba;
tanto, tan fiel que la llevaba,
que no me parecía lo que era.

Y hoy, así, sin yo saber por qué,
la tengo entera, entera.
No sé qué día fue ni con qué luz
vino a un jardín, tal vez, casa, mar, monte,
y vi que era mi nombre sin mi nombre,
sin mi sombra, mi nombre,
el nombre que yo tuve antes de ser
oculto en este ser que me cansaba,
porque no era este ser que hoy he fijado
(que pude no fijar)
para todo el futuro iluminado
iluminante,
dios deseado y deseante.


Juan Ramón Jiménez


Una buena vida es aquella inspirada por el amor, vivida con sentido común. Guiada por los buenos pensamientos y el deseo inherente de bienestar para los demás.Somos lo que pensamos. Afortunadamente Dios en su generosidad nos otorga la libertad de decidir lo que pensamos !!!


Carlos Casanti