Arthur schopenhauer el infierno de los animales
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La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la conducta moral.
Arthur Schopenhauer
Grita la gente por la condición melancólica y desconsolada de mi fllosofia. Pero eso se debe meramente a que yo, en vez de fabular un infierno futuro, como equivalente de los pecados de la gente, he mostrado que ya hay algo de infernal allí donde está el pecado: en el mundo.
Arthur Schopenhauer
La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter; de tal manera que se puede afirmar, de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona
Arthur Schopenhauer
Me dicen que abra los ojos y contemple las bellezas que el sol alumbra; que admire sus montañas, sus valles, sus torrentes, sus plantas, sus animales y no sé cuantas cosas más. Pero entonces, ¿el mundo no es más que una linterna mágica?. Ciertamente el espectáculo es espléndido, pero en cuanto a representar allí algún papel, eso es otra cosa.
Arthur Schopenhauer
La mosca debe ser tomada como el símbolo de la impertinencia y la audacia; porque en tanto que los demás animales le huyen al hombre más que a otra cosa, y corren antes que él se les acerque, la mosca se posa sobre su nariz misma.
Arthur Schopenhauer
El hecho de que la vista de los animales nos complazca tanto se debe sobre todo a que nos gusta ver nuestro propio ser tan simplificado ante nosotros.
Arthur Schopenhauer
Enseña, además mi filosofía, que las manifestaciones aisladas de esta voluntad son puestas en movimiento en los seres conscientes, esto es, en los animales, por motivos, pero que no lo son menos en la vida orgánica del animal y de la planta por excitaciones, y en lo orgánico, por simples causas.
Arthur Schopenhauer
La forma monárquica de gobierno es natural a los hombres como lo es a las abejas, a las hormigas, a las aves migratorias, a los elefantes, a los lobos y a otros animales, todos los cuales designan a uno de ellos para que dirija sus actividades
Arthur Schopenhauer
La religión es una obra maestra del arte de entrenar animales, porque entrena a la gente, sobre cómo y qué deben pensar.
Arthur Schopenhauer
El hecho de que, detrás de la angustia, se encuentre de inmediato el aburrimiento, que afecta hasta a los animales más inteligentes, es consecuencia de que la vida no tiene ningún contenido verdadero y auténtico, sino que solo se mantiene en movimiento por necesidad e ilusión: y tan pronto como el movimiento se detiene, aparece toda la esterilidad y el vacío de la existencia.
Arthur Schopenhauer
Los amigos se suelen considerar sinceros; los enemigos realmente lo son: por esta razón es un excelente consejo aprovechar todas sus censuras para conocernos un poco mejor a nosotros mismos, es algo similar a cuando se utiliza una amarga medicina.
Arthur Schopenhauer
Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".
Arthur Schopenhauer
Los pensamientos mas bellos, si no los escribimos, son irrecuperables, y de las amantes, si no las desposamos, procuramos huir alguna vez.
Arthur Schopenhauer
En las iglesias protestantes el objeto que más salta a la vista es el púlpito; en las católicas, el altar. Es un símbolo de que el protestantismo se dirige primariamente a la intelección: el catolicismo, a la fe.
Arthur Schopenhauer
Dirigidos a una sola persona, y mutuos, caritas y amor, dan un matrimonio feliz.
Arthur Schopenhauer
No teniendo ideas que cambiar, se cambian cartas y se procura sacarse mutuamente los cuartos.
Arthur Schopenhauer
Parece significativo que en griego el diablo se llame propiamente "calumniador": diabolos.
Arthur Schopenhauer
Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.
Arthur Schopenhauer
Los republicanos desean que el Reich alemán tenga una sola testa coronada, igual que Nerón deseaba que la humanidad tuviese una sola cabeza: para poder decapitarla de un solo tajo.
Arthur Schopenhauer
Las relaciones cotidianas son tales que con la mayor parte de nuestros conocidos no volveríamos a intercambiar una sola palabra si oyéramos lo que dicen de nosotros en nuestra ausencia.
Arthur Schopenhauer
El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.
Arthur Schopenhauer
La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna.
Arthur Schopenhauer
Temple de acero, rectitud de espada, Arthur Conan Doyle, caballero patriota, médico y hombre de letras.
Arthur Conan Doyle
Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.
Arthur Rimbaud
¡Y yo hablaba de una mano amiga! Es una buena ventaja poder reírme de los viejos amores engañosos y cubrir de vergüenza a esas parejas mentirosas -he visto allá el infierno de las mujeres- y podré poseer la verdad en un alma y un cuerpo.
Arthur Rimbaud
¿ES que no podéis hablar un minuto sin que vayamos a parar al Infierno nuevamente? ¡Estoy harto del Infierno!
Arthur Miller
¡Hazte a la idea! Ahora, el Cielo y el Infierno nos tienen agarrados por la espalda y toda nuestra vieja simulación nos ha sido arrancada...
Arthur Miller
¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza,
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno?
Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno?
Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!
Arthur Rimbaud
En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos.
Arthur Schopenhauer