Barca ( 3 )
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¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo; aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor; pues el delito mayor del hombre es haber nacido.
Pedro Calderón de la Barca
Respóndate retórico el silencio; cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.
Pedro Calderón de la Barca
El verde es el color principal del mundo, y que a partir del cual surge su belleza.
Pedro Calderón de la Barca
Como los hombres pusieron la ley a su parecer, dejaron a la mujer lo peor.
Pedro Calderón de la Barca
Con cada vez que te veo nueva admiración me das, y cuando te miro más aún más mirarte deseo
Pedro Calderón de la Barca
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón De La Barca
La vida es sueño
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca
A LOPE DE VEGA CARPIO
Aunque la persecución
de la envidia tema el sabio,
no reciba della agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presumen son,
Lope, a los que envidia das,
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen;
pues los que más te engrandecen
son los que te envidian más.
Aunque la persecución
de la envidia tema el sabio,
no reciba della agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presumen son,
Lope, a los que envidia das,
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen;
pues los que más te engrandecen
son los que te envidian más.
Pedro Calderón de la Barca
Rebelde
Caronte: yo seré un escándalo en tu barca.
Mientras las otras sombras recen, giman o lloren,
y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren,
Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje,
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrara en el viaje.
Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.
Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.
Caronte: yo seré un escándalo en tu barca.
Mientras las otras sombras recen, giman o lloren,
y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren,
Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje,
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrara en el viaje.
Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.
Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.
Juana de Ibarbourou
A La Orilla Del Sueño
A la orilla del sueño algo de mí despierta
Brasas que miran la otra parte que
como siempre
duerme
Hay una barca que se abre ante el mar como una espera
Hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir
A irme de viaje por estas aguas turbias
en estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba
Hora de gallos asustados
que concentran pavor bajo sus alas
Estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal
Alza su pecho gris la incertidumbre
Entra mi pie en la barca
Despierta la otra parte de mí
que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente
Enciendo luz
Salto fuera del sueño
Tiemblo.
"Música solar" 1984
A la orilla del sueño algo de mí despierta
Brasas que miran la otra parte que
como siempre
duerme
Hay una barca que se abre ante el mar como una espera
Hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir
A irme de viaje por estas aguas turbias
en estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba
Hora de gallos asustados
que concentran pavor bajo sus alas
Estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal
Alza su pecho gris la incertidumbre
Entra mi pie en la barca
Despierta la otra parte de mí
que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente
Enciendo luz
Salto fuera del sueño
Tiemblo.
"Música solar" 1984
EfraÃn Bartolomé
Universos
Narciso
Me gusto en el espejo de tus ojos.
*
Coimbra
Jadeantes callejas en tu busca, amor mío.
*
Barca con tres personajes
En el río del tiempo sonríen y se alejan.
*
El día después
Vuelve el sol. No sabe que te has ido.
*
Otoño
Un solitario fuma en el pretil de un puente.
*
Espejo de una casa de antiguedades
Solo reflejo días olvidados.
*
Desnudo de espaldas
Tu rostro es el del tiempo que nos huye.
*
Domingo junto al mar
Todo lo manchan de ceniza mis ojos.
*
Vaso con rosas
Quien las cortó ya ha muerto.
*
Otra definición del amor
Solo no estaba solo cuando estaba contigo.
*
El foro con lluvia. Roma.
Un murmullo de hexámetros.
De "El pasajero" 1992
Narciso
Me gusto en el espejo de tus ojos.
*
Coimbra
Jadeantes callejas en tu busca, amor mío.
*
Barca con tres personajes
En el río del tiempo sonríen y se alejan.
*
El día después
Vuelve el sol. No sabe que te has ido.
*
Otoño
Un solitario fuma en el pretil de un puente.
*
Espejo de una casa de antiguedades
Solo reflejo días olvidados.
*
Desnudo de espaldas
Tu rostro es el del tiempo que nos huye.
*
Domingo junto al mar
Todo lo manchan de ceniza mis ojos.
*
Vaso con rosas
Quien las cortó ya ha muerto.
*
Otra definición del amor
Solo no estaba solo cuando estaba contigo.
*
El foro con lluvia. Roma.
Un murmullo de hexámetros.
De "El pasajero" 1992
José Luis GarcÃa MartÃn
Sabía Que Vendrías.
Que tu barca de acero encallaría en el fondo
entre las plataneras.
Que subirías la cuesta hilada de mocanes
por aquel caminito en forma de culebra.
Que primero llegaría tu cabeza,
luego el cuello,
los hombros,
tu espalda contra el risco y los dragos del lomo,
el beso adormecido.
Te quiero, me dirías.
Que tu barca de acero encallaría en el fondo
entre las plataneras.
Que subirías la cuesta hilada de mocanes
por aquel caminito en forma de culebra.
Que primero llegaría tu cabeza,
luego el cuello,
los hombros,
tu espalda contra el risco y los dragos del lomo,
el beso adormecido.
Te quiero, me dirías.
Elsa López
Canción Que Te Hizo Dormir
La noche del mundo:
¡qué largos cabellos...!
Los suelta en la torre,
la torre del viento.
Los peina en el valle,
los trenza en el cerro,
los abre en las ramas
frías del almendro.
La noche del mundo:
¡qué oscuro su cuerpo. ..!
En él se transforman
las cosas del suelo:
el lirio descalzo
se calza de acero;
el loro se vuelve
piedra de silencio;
la errante neblina
ángel medio ciego,
y el naranjo en flor
un oso de hielo.
La noche del mundo:
¡qué nombre de sueño,
qué barca volante,
qué tiempo sin tiempo!
La noche del mundo:
¡qué largos cabellos...!
Los suelta en la torre,
la torre del viento.
Los peina en el valle,
los trenza en el cerro,
los abre en las ramas
frías del almendro.
La noche del mundo:
¡qué oscuro su cuerpo. ..!
En él se transforman
las cosas del suelo:
el lirio descalzo
se calza de acero;
el loro se vuelve
piedra de silencio;
la errante neblina
ángel medio ciego,
y el naranjo en flor
un oso de hielo.
La noche del mundo:
¡qué nombre de sueño,
qué barca volante,
qué tiempo sin tiempo!
Claudia Lars
La Última Costa
Había una barcaza, con personajes torvos,
en la orilla dispuesta. La noche de la tierra,
sepultada.
Y más allá aquel barco, de luces mortecinas,
en donde se apiñaba, con fervor, aunque triste,
un gentío enlutado.
Enfrente, aquella bruma
cerrada bajo un cielo sin firmamento ya.
Y una barca esperando, y otras varadas.
Llegábamos exhaustos, con la carne tirante, algo seca.
Un aire inmóvil, con flecos de humedad,
flotaba en el lugar.
Todo estaba dispuesto.
La niebla, aún más cerrada,
exigía partir. Yo tenía los ojos velados por las lágrimas.
Dispusimos los remos desgastados
y como esclavos, mudos,
empujamos aquellas aguas negras.
Mi madre me miraba, muy fija, desde el barco
en el viaje aquel de todos a la niebla.
Había una barcaza, con personajes torvos,
en la orilla dispuesta. La noche de la tierra,
sepultada.
Y más allá aquel barco, de luces mortecinas,
en donde se apiñaba, con fervor, aunque triste,
un gentío enlutado.
Enfrente, aquella bruma
cerrada bajo un cielo sin firmamento ya.
Y una barca esperando, y otras varadas.
Llegábamos exhaustos, con la carne tirante, algo seca.
Un aire inmóvil, con flecos de humedad,
flotaba en el lugar.
Todo estaba dispuesto.
La niebla, aún más cerrada,
exigía partir. Yo tenía los ojos velados por las lágrimas.
Dispusimos los remos desgastados
y como esclavos, mudos,
empujamos aquellas aguas negras.
Mi madre me miraba, muy fija, desde el barco
en el viaje aquel de todos a la niebla.
Francisco Brines
A Un Triste
¿Por qué de amor la barca voladora
con ágil mano detener no quieres
y esquivo menosprecias los placeres
de Venus, la impasible vencedora?
A no volver los años juveniles
huyen como saetas disparadas
por mano de invisible Sagitario;
triste vejez, como ladrón nocturno,
sorpréndenos sin guarda ni defensa,
y con la extremidad de su arma inmensa,
la copa del placer vuelca Saturno.
¡Aprovecha el minuto y el instante!
Hoy te ofrece rendida la hermosura
de sus hechizos el gentil tesoro,
y llamándote ufana en la espesura,
suelta Pomona sus cabellos de oro.
En la popa del barco empavesado
que navega veloz rumbo a Citeres,
de los amigos el clamor te nombra,
mientras, tendidas en la egipcia alfombra,
sus crótalos agitan las mujeres.
¡Deja, por fin, la solitaria playa,
y coronado de fragantes flores,
descansa en la barquilla de las diosas!
¿Qué importa lo fugaz de los amores?
¡También expiran jóvenes las rosas!
¿Por qué de amor la barca voladora
con ágil mano detener no quieres
y esquivo menosprecias los placeres
de Venus, la impasible vencedora?
A no volver los años juveniles
huyen como saetas disparadas
por mano de invisible Sagitario;
triste vejez, como ladrón nocturno,
sorpréndenos sin guarda ni defensa,
y con la extremidad de su arma inmensa,
la copa del placer vuelca Saturno.
¡Aprovecha el minuto y el instante!
Hoy te ofrece rendida la hermosura
de sus hechizos el gentil tesoro,
y llamándote ufana en la espesura,
suelta Pomona sus cabellos de oro.
En la popa del barco empavesado
que navega veloz rumbo a Citeres,
de los amigos el clamor te nombra,
mientras, tendidas en la egipcia alfombra,
sus crótalos agitan las mujeres.
¡Deja, por fin, la solitaria playa,
y coronado de fragantes flores,
descansa en la barquilla de las diosas!
¿Qué importa lo fugaz de los amores?
¡También expiran jóvenes las rosas!
Manuel Gutiérrez Nájera
Tu Zapato
Pesa tan poco tu zapato leve,
que finge ser, cuando tu pie reposa,
más que un zapato, un pétalo de rosa
hecho para pisar copos de nieve.
Si ágil orquesta sus compases mueve
y a la danza te entregas jubilosa,
simula el giro de tu planta breve
ir posado sobre una mariposa.
¿Con qué nervioso andar guió la exquisita
angustia infiel de tu primera cita?
¿Qué secretos de amor lo han hechizado?
Barca de raso en que tu pie navega,
él te condujo desalada y ciega
a la Citeres del primer pecado.
Pesa tan poco tu zapato leve,
que finge ser, cuando tu pie reposa,
más que un zapato, un pétalo de rosa
hecho para pisar copos de nieve.
Si ágil orquesta sus compases mueve
y a la danza te entregas jubilosa,
simula el giro de tu planta breve
ir posado sobre una mariposa.
¿Con qué nervioso andar guió la exquisita
angustia infiel de tu primera cita?
¿Qué secretos de amor lo han hechizado?
Barca de raso en que tu pie navega,
él te condujo desalada y ciega
a la Citeres del primer pecado.
Alberto Angel Montoya
Memoria
Mar de mi infancia. Caracolas,
arena de oro, velas blancas.
Si alguien cantaba entre la noche
a las sirenas recordaba.
Simbad venía en cada ola
sobre la barca de mi sueño,
y me nombraba capitana
de su fantástico velero.
El viento izaba las gaviotas
alto más alto de sus mástiles.
Y por las nubes entreabiertas
pasaba el cielo con sus ángeles.
Los compañeros no sabían
-yo nunca dije mi destino-
que en el anillo de la ronda
iba la novia del marino.
Mar de mi infancia. Caracolas,
arena de oro, velas blancas.
Si alguien cantaba entre la noche
a las sirenas recordaba.
Simbad venía en cada ola
sobre la barca de mi sueño,
y me nombraba capitana
de su fantástico velero.
El viento izaba las gaviotas
alto más alto de sus mástiles.
Y por las nubes entreabiertas
pasaba el cielo con sus ángeles.
Los compañeros no sabían
-yo nunca dije mi destino-
que en el anillo de la ronda
iba la novia del marino.
Meira Delmar
Depart
La barca se alejaba
Sobre las olas cóncavas
De qué garganta sin plumas
brotaban las canciones
Una nube de humo y un pañuelo
Se batían al viento
Las flores del solsticio
Florecen al vacío
Y en vano hemos llorado
sin poder recogerlas
El último verso nunca será cantado
Levantando un niño al viento
Una mujer decía adiós desde la playa
Todas las golondrinas se rompieron las alas.
La barca se alejaba
Sobre las olas cóncavas
De qué garganta sin plumas
brotaban las canciones
Una nube de humo y un pañuelo
Se batían al viento
Las flores del solsticio
Florecen al vacío
Y en vano hemos llorado
sin poder recogerlas
El último verso nunca será cantado
Levantando un niño al viento
Una mujer decía adiós desde la playa
Todas las golondrinas se rompieron las alas.
Vicente Huidobro
Pescador de Luna
Cuando me mira los faroles rojos
en la orilla del mar,
mi pescador, el de profundos ojos,
pone sus negras redes a pescar.
( El mar ante la noche se ilumina,
y sus olas doradas, al nacer,
florecen como un ansia repentina
en ojos de mujer. )
Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador.
Agua del golfo, la ondulada y fresca,
deja que riegue la orilla con amor.
No persigas la forma del lucero,
que ni el agua dormida la dará;
si él, como un sonámbulo viajero,
sólo viene y se va.
Que, pobres, las corrientes y la charca
encierran ilusión,
y ajenos al peligro de tu barca
vienen sueños de luz al corazón.
Con los ojos, ya tímidos, escarbas
en los mares rebeldes a cincel,
y puede correr llanto por tus barbas
de serpientes de miel.
El agua misma, la ondulada y fresca,
ponga un poco de sol en tu dolor.
¡Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador!
Cuando me mira los faroles rojos
en la orilla del mar,
mi pescador, el de profundos ojos,
pone sus negras redes a pescar.
( El mar ante la noche se ilumina,
y sus olas doradas, al nacer,
florecen como un ansia repentina
en ojos de mujer. )
Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador.
Agua del golfo, la ondulada y fresca,
deja que riegue la orilla con amor.
No persigas la forma del lucero,
que ni el agua dormida la dará;
si él, como un sonámbulo viajero,
sólo viene y se va.
Que, pobres, las corrientes y la charca
encierran ilusión,
y ajenos al peligro de tu barca
vienen sueños de luz al corazón.
Con los ojos, ya tímidos, escarbas
en los mares rebeldes a cincel,
y puede correr llanto por tus barbas
de serpientes de miel.
El agua misma, la ondulada y fresca,
ponga un poco de sol en tu dolor.
¡Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador!
José Gorostiza
Estrofas En Torno de Un Amor Menguante
Luna impoluta que miré de niño
rodar entre el verdor de la arboleda;
verso primero escrito sin aliño
amor primero del que nada queda.
Sueños de gloria y esperanza incierta,
viajes absurdos de la fantasía
y penetrar al cielo por la puerta
estrecha del dolor, sin alegría.
Confín violáceo del venusto monte,
fogata temblorosa que agoniza,
neblina que confiere al horizonte,
grises de perla o grises de ceniza.
Turbia serenidad que otrora tuve,
perdida ya para fortuna mía.
Desgarradora condición de nube
ardida al rojo blanco, pero fría.
Marino afán de corregir el rumbo
que Dios imprime a la perdida barca,
y quedar a merced de viento y tumbo
sobre la inmensa superficie zarca.
Cándida confesión que no hice nunca,
amor buscado y nunca conseguido,
poema nunca escrito, vida trunca,
vuelo en el acto de arrancar, fallido.
Discreta como usted, como usted blonda,
la media luz de los atardeceres.
Menguante amor prendido de la honda
noche con diamantinos almeres.
Todo el candor que nos quitó la vida,
toda la fuerza que nos dio el dolor,
todo es ahora luz desvanecida,
tibieza, soledad, último amor...
De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933
Luna impoluta que miré de niño
rodar entre el verdor de la arboleda;
verso primero escrito sin aliño
amor primero del que nada queda.
Sueños de gloria y esperanza incierta,
viajes absurdos de la fantasía
y penetrar al cielo por la puerta
estrecha del dolor, sin alegría.
Confín violáceo del venusto monte,
fogata temblorosa que agoniza,
neblina que confiere al horizonte,
grises de perla o grises de ceniza.
Turbia serenidad que otrora tuve,
perdida ya para fortuna mía.
Desgarradora condición de nube
ardida al rojo blanco, pero fría.
Marino afán de corregir el rumbo
que Dios imprime a la perdida barca,
y quedar a merced de viento y tumbo
sobre la inmensa superficie zarca.
Cándida confesión que no hice nunca,
amor buscado y nunca conseguido,
poema nunca escrito, vida trunca,
vuelo en el acto de arrancar, fallido.
Discreta como usted, como usted blonda,
la media luz de los atardeceres.
Menguante amor prendido de la honda
noche con diamantinos almeres.
Todo el candor que nos quitó la vida,
toda la fuerza que nos dio el dolor,
todo es ahora luz desvanecida,
tibieza, soledad, último amor...
De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933
Renato Leduc
Camina hacia la Luz y la sombra irá hacia atrás. Camina apartándote de la Luz y estarás siguiendo a tu propia sombra.
La paz es la más valiosa posesión del hombre.
Dejen que su barca flote sobre las aguas, pero no permitan que las aguas entren en ella. Estén en el mundo, pero no sean del mundo. Ese es el secreto de una vida exitosa.
Entregarse a Dios significa dejar todo a su voluntad. Es la forma elevada de amor divino.
La firmeza del carácter es un poder. Templen su carácter y empléenlo para alcanzar la visión de Dios; después aférrense a tal realización.
El servicio es la mejor forma de adoración.
Aún cuando no te sea posible servir a los demás o no estés dispuesto a hacerlo, al menos evita causar daño; esto es una forma de buen servicio.
El signo distintivo de una persona sabia es el amor infinito.
Un individuo nace para vivir su destino, no para hacer un papel en el drama de otros.
La paz es la más valiosa posesión del hombre.
Dejen que su barca flote sobre las aguas, pero no permitan que las aguas entren en ella. Estén en el mundo, pero no sean del mundo. Ese es el secreto de una vida exitosa.
Entregarse a Dios significa dejar todo a su voluntad. Es la forma elevada de amor divino.
La firmeza del carácter es un poder. Templen su carácter y empléenlo para alcanzar la visión de Dios; después aférrense a tal realización.
El servicio es la mejor forma de adoración.
Aún cuando no te sea posible servir a los demás o no estés dispuesto a hacerlo, al menos evita causar daño; esto es una forma de buen servicio.
El signo distintivo de una persona sabia es el amor infinito.
Un individuo nace para vivir su destino, no para hacer un papel en el drama de otros.
Sathya Sai Baba
cuando sientas que las olas que golpean tu barca son muy fuertes, entonces es el mejor momento para despertar a Jesus que seguro esta durmiendo en tu barca, en medio del mar,
guelvis faria
Soy muy del Barça, pero no me gusta mezclar el deporte con la política. Y si uno quiere ser devoto o no de la Virgen de Montserrat o de la del Rocio es libre de hacerlo. Pero eso no tiene que formar parte de la vida pública
Albert Rivera
Será difícil ser campeones si los rivales del Barça le regalan los partidos. Un equipo de Primera no puede dar por perdido un partido. Esto en Inglaterra tiene sanción
José Mourinho
Mi pueblo es muy serio, mi pueblo es una palabra muy seria, Elche es una palabra muy seria históricamente desde el neolítico, Elche no se fundó ahora... Por aquí pasó Amilcar Barca, César Augusto, infinidad de personajes que ahora están en otro planeta... Elche no es de hoy... ¡Y el que no se sienta ilicitano que se muera y que se vaya!
Sixto Marco
¿Por qué? ¿Por qué Ovrebo, De Bleeckere, Busacca o Stark? En cada semifinal pasa lo mismo. Estamos hablando de un equipo, el Barça, absolutamente fantástico, pero ¿por qué no pudo ir a la final el Chelsea hace dos años? ¿Por qué el Inter se salvó haciendo el verdadero milagro de aguantar con diez tanto tiempo? ¿Por qué tiene este poder con los árbitros? ¿Por qué? ¿Por qué?
José Mourinho
Si un día para mi mal viene a buscarme la parca... Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas y a mí enterradme sin duelo, entre la playa y el cielo. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista. Cerca del mar porqué yo nací en el Mediterráneo
Joan Manuel Serrat
Cuando empieza Punto Pelota la gente ya sabe lo que ha ocurrido. Nosotros ofrecemos reflexión de periodistas y de gente de fútbol. Jugamos un Barça-Madrid todas las noches. Los 90 minutos de los partidos son solo una excusa para hablar de fútbol toda la semana. El límite está en el respeto. Podemos irnos a la cama sabiendo que no hemos hecho daño a nadie. Si un futbolista se va de copas, no nos interesa.
Josep Pedrerol
Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya y no la dejará hundirse. Es Él quien la conduce, por supuesto, a través de los hombres que ha elegido. Esta es una certeza que nada puede ofuscar. Y es por ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no le falta a toda la Iglesia, ni a mí, su consuelo, su luz y su amor
Benedicto XVI
Así, soltamos el timón al que tan largo tiempo nos habíamos aferrado y la barca frágil en la que flotábamos pareció, una vez libre de todo gobierno, apresurarse y encarar la proa hacia el oscuro abismo de las olas.
Mary Shelley