Caer ( 3 )
Caer. Encuentra docenas de caer con fotos para copiar y compartir.
Filipo estuvo más seguro en el campo de batalla que en el teatro, evitó muchas veces caer en manos de sus enemigos, pero no pudo evitar caer en manos de los suyos.
Baruch Spinoza
Quien se preocupa mucho de su cuerpo y poco de su alma, acaba por caer en los brazos del demonio
Don Bosco
Y al caer como un vestido el encanto de la novedad, dejaba al desnudo la eterna monotonía de la pasión que tiene siempre las mismas formas y el mismo lenguaje.
Gustave Flaubert
No hay pensador —hablo de los auténticos, limpios de popularidad— cuya obra no haya sido negación y duda. Los que suspendidos en el vacío de la duda avanzan sin caer, son los que tienen alas: con ellas pasarán sobre la sima, y subirán hacia la luz de las tinieblas.
Rafael Barrett
Un día dejé caer una lágrima en el océano. El día que la encuentre será el día que deje de quererte.
Y si uno no acepta que algunos de los términos medios son distintos entre sí, no puede, sin caer en el absurdo, negar que los extremos son idénticos.
David Hume
Y verás el resurgir, poderoso, del guerrero, sin miedo a leyes ni a nostalgias; y caer mil veces más y levantarse de nuevo, sin más bandera que sus güevos.
Roberto Iniesta
Su cerebro es tan complejo que nunca trabaja únicamente a un nivel. Es como un yacimiento arqueológico interminable: cuando crees que has alcanzado la última capa y dejas caer el pico por última vez, descubres que hay otra mina entera debajo. Con un laberinto de túneles y pozas sin fondo.
Gillian Flynn
Estado peligroso de fatiga, insomnio y palpitaciones cardíacas. Me siento muerta, mejor dicho, un peso muerto, algo enormemente pesado, no mi cuerpo sino esto que se llama yo. Hasta cuando me llaman por mi nombre, hasta cuando dicen Alejandra, me siento caer sin fuerzas para sobrellevar mi nombre y con muchas menos fuerzas, aún, para responder a la llamada.
Alejandra Pizarnik
¿Será justo abandonar a la patria en estos momentos solemnes en que va a necesitar de toda la abnegación de sus hijos los humildes para que la salven, para que no la dejen caer de nuevo en manos de sus eternos detentadores y verdugos, los caciques?
Mariano Azuela
HISTORIA RADICALMENTE CONCENTRADA DE LA ERA POSTINDUSTRIAL
Cuando fueron presentados, él hizo un comentario ingenioso porque quería caer bien. Ella soltó una risotada estrepitosa porque quería caer bien. Luego los dos cogieron sus coches y se fueron solos a sus casas, mirando fijamente la carretera, con la misma mueca en la cara.
Al hombre que los había presentado no le caía demasiado bien ninguno de los dos, pero fingía que sí porque le preocupaba mucho tener buenas relaciones con todo el mundo. Después de todo, nunca se sabe, ¿verdad que no? ¿Verdad? ¿Verdad?
Cuando fueron presentados, él hizo un comentario ingenioso porque quería caer bien. Ella soltó una risotada estrepitosa porque quería caer bien. Luego los dos cogieron sus coches y se fueron solos a sus casas, mirando fijamente la carretera, con la misma mueca en la cara.
Al hombre que los había presentado no le caía demasiado bien ninguno de los dos, pero fingía que sí porque le preocupaba mucho tener buenas relaciones con todo el mundo. Después de todo, nunca se sabe, ¿verdad que no? ¿Verdad? ¿Verdad?
David Foster Wallace
Soy poco a poco. Mi historia es vivir. Y no tengo miedo del fracaso. Aunque el fracaso me aniquile quiero la gloria del caer.
Clarice Lispector
Puede afirmarse, sin caer en el infundio, que esta ilustre manga de atorrantes jamás consiguió entender el sentido de los Carnavales. Manuel Mandeb pensaba que las gentes se ponían contentas en virtud de algún suceso que todos conocían, menos él. Sus amigos padecían un desconcierto de la misma clase.
Alejandro Dolina
Tenía ganas de hacer algo para que ya no le quedara escapatoria. Tenía ganas de destruir brutalmente todo el pasado de sus últimos siete años. Era el vértigo. El embriagador, el insuperable deseo de caer.
También podriamos llamarlo la borrachera de la debilidad. Uno se percata de su debilidad y no quiere luchar contra ella, sino entregarse.
Está borracho de su debilidad, quiere ser aún más débil, quiere caer en medio de la plaza, ante los ojos de todos, quiere estar abajo y aún más abajo que abajo.
También podriamos llamarlo la borrachera de la debilidad. Uno se percata de su debilidad y no quiere luchar contra ella, sino entregarse.
Está borracho de su debilidad, quiere ser aún más débil, quiere caer en medio de la plaza, ante los ojos de todos, quiere estar abajo y aún más abajo que abajo.
Milan Kundera
Creo que perder es, en cierta medida, algo difícil de evitar. Una persona, sea quien sea, no puede ganar siempre. En la autopista de la vida no es posible circular siempre por el carril de adelantamiento. A pesar de todo, no quiero caer varias veces en el mismo error. Quiero aprender algo de ese error y aprovechar la lección aprendida para la siguiente ocasión.
Haruki Murakami
Una palabra de honor siempre sirve a la mujer de barandilla para agarrarse antes de caer.
Stefan Zweig
No se trata de ser o no culpable ?razonó Manet?. Un árbol no provoca una tormenta, pero cualquier idiota sabe dónde va a caer el rayo.
Wilem asintió con gesto grave.
?En mi tierra decimos: el clavo más alto es el que primero recibe el martillazo. ?Arrugó el entrecejo?. En siaru suena mejor.
Wilem asintió con gesto grave.
?En mi tierra decimos: el clavo más alto es el que primero recibe el martillazo. ?Arrugó el entrecejo?. En siaru suena mejor.
Patrick Rothfuss
¿Qué nos importa hoy la suerte de nuestra primera novia, cuya llamada o el encuentro con ella esperábamos anhelantemente? ¿Qué nos importa, incluso, la suerte de la penúltima, si hace ya un año que no la vemos? ¿Qué nos importan los amigos del colegio, y los de la Universidad, y los siguientes, pese a que giraran en torno a ellos larguísimos tramos de nuestra existencia que parecían no ir a terminarse nunca? ¿Qué nos importan los que se desgajan, los que se van, los que nos dan la espalda y se apartan, los que dejamos caer y convertimos en invisibles, en meros nombres que sólo recordamos cuando por azar vuelven a alcanzar nuestros oídos, los que se mueren y así nos desertan?
Javier MarÃas
Si por dos mangos vos vivís bajándote los pantalones, en algún momento te van a atropellar, porque cuando quieras dar dos pasos, te vas a caer de jeta.
Luis Juez
Necesitamos tener sueños del tamaño de Dios, porque son las únicas cosas que nos harán caer de rodillas y nos mantendrán en una dependencia absoluta con respecto a Dios, tal como era nuestro destino.
Mark Batterson
¿No me dejarás caer esta vez?
- No ?le prometió Roland-. Ni esta vez ni nunca. -Pero en la oscuridad más profunda de su corazón, pensó en la Torre y dudó.
- No ?le prometió Roland-. Ni esta vez ni nunca. -Pero en la oscuridad más profunda de su corazón, pensó en la Torre y dudó.
Stephen King
Tened siempre presente la debilidad humana: es de vuestra naturaleza caer y cometer faltas.
Confucio
¿No has tenido nunca la sensación de que dentro de ti había algo que sólo esperaba que le dieras una oportunidad para salir al exterior? ¿Una especie de energía adicional que no empleas, como el agua que se desploma por una cascada en lugar de caer a través de las turbinas?
Aldous Huxley
Podría hacerlo durante más de un minuto, mas de una hora; Tote king controla esta mierda tu colaboras pones una base buena, y yo suelto lo demás, voy a improvosar, voy a llevarte al cielo y a dejarte caer con Satanás.
ToteKing
Ahora la salida del mundo de los hombres hay nada que temer, si existen dioses: porque no implicarían ningún daño. Si no existen, o si no tienen cuidado para la humanidad, entonces, ¿qué es la vida para mí en un mundo sin dioses, o carente de la providencia? Pero sí existen, y que se preocupan por la humanidad:. Y se han puesto totalmente en el poder del hombre para no caer en los verdaderos tipos de daño
Marco Aurelio
Vivimos a ras de suelo, en lo llano, y sin embargo aspiramos a elevarnos [... ] Algunos se elevan por medio del arte, otros con la religión; la mayoría, con el amor. Pero al elevarnos también podemos caer en picado [... ] Cada historia de amor es en potencia una historia de aflicción. Si no al principio, más tarde. Si no para uno, para el otro. A veces para ambos
Julian Barnes
quiero decir otra cosa, casi inasible: que el "alma" (mi yo-no-uñas) es el alma de un cuerpo que no existe. El alma empujó quizá al hombre en su evolución corporal, pero está cansada de tironear y sigue sola adelante. Apenas da dos pasos
se rompe el alma ay porque su verdadero cuerpo no existe y la deja caer plaf.
La pobre se vuelve a casa, etc., pero esto no es lo que yo. En fin.
se rompe el alma ay porque su verdadero cuerpo no existe y la deja caer plaf.
La pobre se vuelve a casa, etc., pero esto no es lo que yo. En fin.
Julio Cortázar
Casi no duermo, ya he vuelto a fumar. Cada recuerdo es una lágrima, no sé cómo hacer, para estar de pie, siempre me digo que es la última vez y vuelvo a caer, cuando pienso en ti. No soy nada sin ti. Y no puedo olvidarte si te veo en todas partes, sin el último beso, me robaste el aliento. Y no puedo olvidarte si te llevo en la sangre, sin el último abrazo, aún me pierdo despacio.
RBD (band)
Nuestros trabajos en piedra, en pintura, en impreso están a salvo -algunas de ellas por unas pocas décadas, o uno o dos milenios- pero finalmente todo deberá caer en la guerra o desaparecer en la final y universal ceniza.
Orson Welles
Todo cae por su propio peso, no sé si se entenderá el término caer por su propio peso, imaginaos una estatua hecha de mierda que se hunde lentamente en el desierto, bueno, eso es caer por su propio peso".
Roberto Bolaño
El hombre no puede salirse de la naturaleza ni siquiera con el pensamiento más arriba de lo que la naturaleza no puede elevarse, más abajo no puede caer.
Robert Ingersoll
Límite
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escaparse de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por su extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
Sería vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo. subiría
otra vez a ser anillo, anegándose
por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debía descansar en lo redondo.
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escaparse de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por su extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
Sería vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo. subiría
otra vez a ser anillo, anegándose
por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debía descansar en lo redondo.
Carmen Conde
Fábula Del Aguador Y La Ciudad de Enfrente
Ella confunde la piel con algún río
y al corazón con la ciudad de enfrente
F. A. Dopico
Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.
Ella confunde la piel con algún río
y al corazón con la ciudad de enfrente
F. A. Dopico
Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.
Odette Alonso
Leo Lo Que Escribí de Ti Y de Mí...
Leo lo que escribí de ti y de mí
en esos días de tanta lluvia,
con Bach y los naranjos
de contertulios ante el fuego
y los catarros, las pupas,
las mutuas manías,
advirtiéndonos de aquella bomba colgada
del tiesto de las glicinas
que oscilaba sobre nuestras cabezas
sin llegar a caer,
contenida por el Atlante de la risa
y el lujo inaudito
de poder ignorarnos,
de tener tiempos muertos,
de no abundar en preguntas y respuestas
cuando había tanto que disfrutar del silencio.
Desde entonces hasta ahora
los atlantes se nos han vuelto anémicos
y quién sabe si ésos fueron y serán nuestros últimos días de lluvia,
pero,
de todas formas,
me sigue gustando leer lo que escribí de ti y de mí,
en especial lo de tu imagen con bufanda
volviendo de comprar la leche y el pan,
y la mía con sonrisa y pijama de osos pandas
saludándote desde el balcón.
Leo lo que escribí de ti y de mí
en esos días de tanta lluvia,
con Bach y los naranjos
de contertulios ante el fuego
y los catarros, las pupas,
las mutuas manías,
advirtiéndonos de aquella bomba colgada
del tiesto de las glicinas
que oscilaba sobre nuestras cabezas
sin llegar a caer,
contenida por el Atlante de la risa
y el lujo inaudito
de poder ignorarnos,
de tener tiempos muertos,
de no abundar en preguntas y respuestas
cuando había tanto que disfrutar del silencio.
Desde entonces hasta ahora
los atlantes se nos han vuelto anémicos
y quién sabe si ésos fueron y serán nuestros últimos días de lluvia,
pero,
de todas formas,
me sigue gustando leer lo que escribí de ti y de mí,
en especial lo de tu imagen con bufanda
volviendo de comprar la leche y el pan,
y la mía con sonrisa y pijama de osos pandas
saludándote desde el balcón.
Almudena Guzmán