Callando
Callando. Encuentra docenas de callando con fotos para copiar y compartir.
Cuando todo el mundo se empeña en pintar a alguien como un monstruo, una de dos: o era un santo, o se están callando de la misa la media
Carlos Ruiz Zafón
Solo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca. Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando
Eduardo Galeano
Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar.
Diógenes Laercio
Una Oscura Pradera Me Convida
Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.
Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.
José Lezama Lima
Terminando días aciagos
Buscador de amor
desamparado estás en la estación del amor.
Añoranza del pasado
de segundos de amor hallados,
termina tus días aciagos
cantando himnos fúnebres.
Mujer querida que ya no está
quedan en tu alma alucinada,
espejismos lejanos que te quiebran:
esos cabellos cortos jugando con el viento,
ojos enigmáticos,jugetes de tus miradas,
labios queriendo besarlos en noches de encantos,
bello rostro de deidad sin igual.
Suspira en noche clara
callando tu amargura,
fatiga tu corazón a punto de estallar.
Inicia el periplo al más allá,
hacia la playa del eterno descanso.
Solo sin esperanza de amar
en silencioso y extenso desierto.
Aurea de tu fin que corona tu cuerpo y alma
en noche de eterna agonía.
Muerte con cantos de sinfonía
sin adioses,muerte con sollozos de melancolía.
Buscador de amor
desamparado estás en la estación del amor.
Añoranza del pasado
de segundos de amor hallados,
termina tus días aciagos
cantando himnos fúnebres.
Mujer querida que ya no está
quedan en tu alma alucinada,
espejismos lejanos que te quiebran:
esos cabellos cortos jugando con el viento,
ojos enigmáticos,jugetes de tus miradas,
labios queriendo besarlos en noches de encantos,
bello rostro de deidad sin igual.
Suspira en noche clara
callando tu amargura,
fatiga tu corazón a punto de estallar.
Inicia el periplo al más allá,
hacia la playa del eterno descanso.
Solo sin esperanza de amar
en silencioso y extenso desierto.
Aurea de tu fin que corona tu cuerpo y alma
en noche de eterna agonía.
Muerte con cantos de sinfonía
sin adioses,muerte con sollozos de melancolía.
Miguel Visurraga Sosa
¿Acaso la vida es otra cosa que la aceptación tranquila de la muerte que se viene callando?
Roberto Arlt