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Camilo sitte biografia ( 3 )

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La muerte es de una vulgaridad absoluta; todos los nacidos terminan pasando por ella.


Camilo José Cela


Una huelga de intelectuales, que es un supuesto improbable, paralizaría la marcha del mundo.


Camilo José Cela




Es grave confundir la anestesia con la esperanza; también lo es tomar el noble rábano de la paciencia por las ruines hojas lacias, ajadas, trémulas- de la renunciación.


Camilo José Cela


En el servicio aprendió a leer, a escribir y a sumar, y perdió la inocencia. Abrió la tahona, se casó, tuvo doce hijos, compró un calendario y se sentó a ver pasar el tiempo. Los patriarcas antiguos debieron ser bastante parecidos al señor Ramón.


Camilo José Cela


No hay violencia admisible aun la violencia puesta al servicio de la causa justa, concepto que el ser humano puede creer pero no precisar.


Camilo José Cela


El argot, hijo mío, es un poco ese pariente tarambana a quien todos envidian y todos fingen despreciar.


Camilo José Cela




Las mujeres están para ser gustadas. Después, unas se dejan, otras no... Eso va ya por provincias.


Camilo José Cela


Un carallo a tiempo es una victoria dialéctica


Camilo José Cela


Cuando viajo, lo que más me interesa es la gente, porque solo hablando con ella se conoce el ambiente.


Camilo José Cela




La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, es cucaña, es colmena... ¡Que Dios nos coja confesados!


Camilo José Cela


La Filo llora mientras dos de los hijos, al lado de la cama, miran sin comprender: los ojos llenos de lágrimas, la expresión vagamente triste, casi perdida, como la de esas terneras que aún alientan- la humeante sangre sobre las losas del suelo ? mientras lamen, con la torpe lengua de los últimos instantes, la roña de la blusa del matarife que las hiere, indiferente como un juez: la colilla en los labios, el pensamiento en cualquier criada y una romanza de zarzuela en la turbia voz.


Camilo José Cela


Es grave confundir la anestesia con la esperanza.


Camilo José Cela


La historia tiene ya el número de páginas suficientes para enseñarnos dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política (contra todas las apariencias) fue tejida por los políticos (meros canalizadores de la inercia histórica).


Camilo José Cela




Volqué el arca en la bolsa, la despensa en la alforja y el lastre de los malos pensamientos en el fondo del pozo y, aprovechándome de la noche como un ladrón, cogí el portante, enfilé la carretera y comencé a caminar ?sin saber demasiado a dónde ir? campo adelante y tan seguido que, cuando amaneció y el cansancio que notaba en los huesos ya era mucho, quedaba el pueblo, cuando menos, tres leguas a mis espaldas.


Camilo José Cela


La fidelidad a los demás, si no coincide, como una moneda con otra moneda, con la violenta y propia fidelidad al dictado de nuestra conciencia, no es maña de mayor respeto que la disciplina ? o los reflejos condicionados ? del caballo del circo.


Camilo José Cela


Que no hay peor odio que el de la misma sangre, [... ], porque a nadie se odia más con más intensos bríos que a aquello a que uno se parece y uno llega a aborrecer el parecido.


Camilo José Cela


Don José es un hombre que, a fuerza de tener que aguantar a su mujer, había conseguido llegar a vivir horas enteras, a veces hasta días enteros, sin más que decir, de cuando en cuando, ¡hum!, y al cabo de otro rato, ¡hum!, y así siempre. Era una manera muy discreta de darle a entender a su mujer que era una imbécil, pero son decírselo claro.


Camilo José Cela


hubo de conocer al hombre que había de labrarle la ruina; no la de la honra; que bien arruinada debía de andar ya por entonces, sino la del bolsillo, que una vez perdida aquélla, era por la única que tenía que mirar.


Camilo José Cela


A la sociedad, para ser feliz en su anestesia (las hojas del rábano de la esperanza), le sobran los escritores.


Camilo José Cela


Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, con unas alas bien cosidas a la espalda, como un ángel, e incluso con una varita de la virtud en la mano, como un hada, probablemente enloquecería de tristeza.
Las nubes, hijo mío, con sus blandas cárcavas y sus cimientos movibles, guardan indescifrables teoremas cuyo planteamiento no es sano para los hombres. ¿Te acuerdas de aquel escalatorres, Eliacim, que un día de niebla escaló, una por una, todas las nubes del cielo y desapareció para siempre? Según los pastores de las montañas, que lo vieron, tenía la cabeza hueca y en su calavera se empollaban los minúsculos huevecillos de las tormentas, los huevecillos que, al reventar, sobrecogen al mundo.
Las nubes, Eliacim, se forman con las almas de quienes mueren en la horca y con las almas, también, de los niños que pecan antes de tiempo. Por eso, en los países del sol, suceden, a veces, cosas inexplicables, misteriosas y agudísimas cosas inexplicables.
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, estoy segura que enloquecería de tristeza. No es como un ángel como yo te quiero, hijo mío. Tampoco como habitante de la nube blanca, de la nube gris, de la nube negra.
Es de una manera mucho más sencilla e imposible.


Camilo José Cela


La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (...) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno... Mala cosa.


Camilo José Cela


se prohibe hablar se prohibe mirar para los lados se prohibe fumar se prohibe pensar sólo se permiten la soledad la tristeza y el vacío el buen trabajador mortal trabaja y muere no es otra su misión tampoco tiene más misión que apretar la tuerca que ve delante de sus ojos durante cinco segundos se prohíbe saber que hay árboles y pájaros la luna las nubes las olas una hoja de color dorado a la que lleva el viento una mujer a la que se le estremecen de amorosa forma casi imperceptible las aletas de la nariz el tiempo es oro y la sociedad precisa que no se dilapide el oro vete siempre mirando para el suelo llega a tu casa cansado y con el desierto habitándote la cabeza nadie te espera si no es para descargar sobre tus espaldas su malhumor debes acostumbrarte a sentirte orgulloso de que el hombre haya llegado a la luna y de que el dolor pueda transmitirse vía satélite nadie quiere decir que la rebelión de la máquina ha esclavizado al hombre


Camilo José Cela


Los discípulos son la mejor biografía del maestro.


Domingo Faustino Sarmiento


La biografia de un filósofo es su sistema.


María Zambrano


Canción A La Cadena Del Blanco Amor

Ayer te volví a ver, barrio de mis once años
y encontré la mitad de mi nostalgia
apoyada en una clara cruz de malva,
custodiando una sal de blanca usanza,
sobre el delgado muro de tu casa.

Miré tu monasterio en la colina,
con tres siglos de paz en los aleros
y con palomas que abren en el cielo
su corazón de musical garbanzo.

Oí cantar los gallos, como entonces,
con sus sombreros de oro y hojas frescas;
miré la casa en que moría siempre
por hambre, por olvido y por decoro,
caballero macilento y solo.

Y vi un copo de lana que nevaba
en la biografía de la abuela.
El ángel de la rueca tenía sueño
y en sus alas de pana, la tristeza
había doblado en dos la antigua rueda.

Cómo te recordé dulce Lucía muerta,
con tu cesto de pan fuera de tiempo,
llorando de vacío en la vereda...
Desde entonces estás blanca de enero,
perdida en la salud azul del cielo
y para ya no despertarte... sueño.


César Dávila Andrade


Visité a mi amigo.

Hoy visité un amigo,
Un amigo que partió hace algún tiempo,
Una amistad sincera,
Amistad forjada al calor de controversias, de efímeros debates de la vida diaria,
del presente y del futuro, de lo terrenal y lo celestial,
de celos de padre,
Unas veces con lágrimas de orgullo y corazón quebrantado,
otras de alegres momentos y tristes momentos, de concejos invaluables, inolvidables,
Un amigo de convicciones firmes, de carácter recio, celoso de los suyos,
Compositor y poeta, alegre, con declamaciones y cantos que emulaban al Gabán,
Al Gabán de las llanuras de Oriente……
Ese era mi amigo….! Don Camilo Galindo…
Al pasar el umbral de su lugar de reposo,
Un nudo en mi garganta detenía emociones mezcladas con el recuerdo de uno de sus concejos, de un compromiso sellado en la confidencialidad de su aposento poco antes de partir…
Ya, sentado en el frio mármol del banco frente a su tumba, observando la lapida que aun no lleva su nombre….
Un ensordecedor silencio llenó el lugar, interrumpido a veces por el trinar de una paraulata, que revoloteaba en un Guayacán cercano, como queriendo erguir con su canto un monumento intangible al otrora cantador de Galerones… el aire fresco golpeaba mi rostro esparciendo una lagrima que rodaba por mi mejilla, mientras contemplaba el presuroso pasar de las blancas nubes que huían a esconderse para no ser testigos de las palabras que no se pronunciaban, el color de las flores que algún familiar ofrendó en honor al cariño de mi amigo,
Empañaban mis ojos…
Flores colocadas en dos inmóviles jarrones, mudos testigos de mi presencia…….
Una vez más…. Adiós amigo….


Daniel Navarro




No hay psicología; solo hay biografía y autobiografía.


Thomas Szasz


Adviértase que no trato de pergeñar una biografía. No tengo preparación para el caso. Si la tuviera, no la escribiría tampoco.


Azorín


Estoy buscando respaldo para una auto-biografía no autorizada que estoy escribiendo. Esperamos que esto vende en cantidades tan grandes que voy a ser capaz de demandar a mí mismo por una cantidad extraordinaria de dinero y la financiación de la versión de la película en la que voy a jugar todo el mundo.


David Bowie


Hace ocho años, me sentí atraída al mundo de Keats por la biografía de Andrew Motion. Pronto estaba leyendo un lado a otro entre las cartas de Keats y sus poemas. Las letras eran frescas, íntimo e irreverente, como si estuviera presente y habla. El hechizo Keats fue muy profundo para mí.


Jane Campion


He tenido la desafortunada experiencia de tener a alguien escribir una biografía no autorizada de mí. La mitad es mentira y la otra mitad está mal escrita. Mi sensación es que si yo voy a escribir la historia de mi vida, debo tener mi primera vida.


Dawn French


Es hora de que los líderes masculinos, no solo para pedir carpetas de mujeres calificadas, pero que volver a escribir la definición de "cualificado". El mejor hombre para el trabajo, puede de hecho, ser una mujer, cuya biografía no es tradicional, pero es rica en experiencias y habilidades que no necesariamente se aprenden en la escuela o en el trabajo.


Madeleine M. Kunin


Nunca quise hacer una biografía acaba de decir la vida de un hombre famoso. Siempre quise usar la vida de un hombre de examinar el poder político, porque las formas democracia nuestras vidas.


Robert Caro


De todas las especies de la composición literaria, quizás biografía es la más encantadora. La atención se centró en un individuo da unidad a los materiales que lo componen, lo que le falta en la historia general.


Robert Hall


Los que no tienen registro de lo que sus antepasados ??han logrado perder la inspiración que viene de la enseñanza de la biografía y la historia.


Carter G. Woodson


El vocabulario personal, la melodía individuo cuyo metro es la biografía de uno, se une a ese sonido, con un poco de suerte, y el cuerpo se mueve como un caminar, una isla de vigilia.


Derek Walcott


Fui en un Buda jag. Leí 'Confesión de un ateo budista 'por Stephen Batchelor y la biografía de Buda, que es un gran libro de Karen Armstrong.


Denis O'Hare


Yo había perdido la fe en la biografía.


A. N. Wilson


Los rumores de violencia de Frank Sinatra y sus vínculos con el crimen organizado eran tales que los periodistas bromeado en la impresión sobre mí terminando en las botas de hormigón y durmiendo con los peces si me puse a escribir su biografía.


Kitty Kelley


Ningún gran hombre vive en vano. La historia del mundo no es más que la biografía de los grandes hombres.


Thomas Carlyle