Caras
Caras. Encuentra docenas de caras con fotos para copiar y compartir.
No se deberían poner caras largas, aunque solo fuera para no tener más superficie que afeitar.
Fernandel
No hemos de gozar con mayor deleite las cosas que nos han costado caras, ni con menos las que no nos han costado nada.
André Gide
Quien camine atento por las calles verá, sin duda, las caras más alegres en los carruajes enlutados
Jonathan Swift
Creo que la gente aprecia a una compositora que muestra diferentes caras. Todo lo que angustia es bueno, pero si eso es todo lo que tienes, es simplemente aburrido. Todo lo que escribo, ya sea alegre o triste, tiene un sentido del humor.
Katy Perry
Todas las cosas de la vida, todas las caras de la vida se amontonaron en la misma habitación
Jack Kerouac
No me olvides que a veces hace falta tener al lado caras sonrientes.
JosemarÃa Escrivá de Balaguer
Definitivamente, lamentaba haber tomado las fotografías. Había sido una imprudencia de mi parte. De las caras de los muertos no deberían quedar testimonios.
Yasunari Kawabata
Nadie ignora que todas las cosas humanas, como los Silenos de Alcibiades, tienen dos caras, totalmente diferentes.
Erasmo De Rotterdam
Pienso en Metallica y realmente no puedo distinguir una canción de otra. Hay tanta pose por ahí. Los observo y me digo Ahí vamos otra vez, tachas y cueros, las piernas abiertas, caras agonizantes y guitarras podridas, y pienso Dios ¿es esto lo que hemos creado?
Keith Richards
Porque en momentos de angustia olvidamos estos sagrados ideales, porque hicimos de nuestras comodidades materiales, concentración de nuestros sentidos y aspiración única de nuestros espíritus, nos hemos visto vejados, ultrajados y deshonrados en nuestras afecciones más caras, sin que a duras penas asomase el sonrojo en nuestras mejillas y palpitaran de vergüenza nuestros corazones.
Leandro Alem
Cuando el doctor escribe la receta nos mira una última vez para ver si pone una medicina de las caras o de las baratas.
Ramón Gómez de la Serna
Solo hay tres pecados - causando dolor, causando miedo y causar angustia. El resto es un escaparate.
Roger Caras
Soy Espejo
Brilla el agua
en mi piel
y no la siento
corre a chorros el agua
por mi espalda
no la siento
me froto con la toalla
me pellizco en un brazo
no me siento
comienzo a vestirme
a tropezones
de los rincones brotan
relámpagos de gritos
ojos desorbitados
ratas que corren
dientes
aún no siento nada
me extravío en las calles:
niños con caras sucias
pidiéndome limosna
muchachas prostitutas
que no tienen quince años
todo es llaga en las calles
tanques que se aproximan
bayonetas alzadas
cuerpos que caen
llanto
por fin siento mi brazo
dejé de ser fantasma
me duele
luego existo
vuelvo a mirar la escena:
muchachos que corren
desangrados
mujeres con pánico
en el rostro
esta vez duele menos
me pellizco de nuevo y ya no siento nada
simplemente reflejo
lo que pasa a mi lado
los tanques
no son tanques
ni los gritos
son gritos
soy un espejo plano
en que nada penetra
mi superficie
es dura
es brillante
es pulida
me convertí en espejo
y estoy descarnada
apenas si conservo
una memoria vaga
del dolor.
Brilla el agua
en mi piel
y no la siento
corre a chorros el agua
por mi espalda
no la siento
me froto con la toalla
me pellizco en un brazo
no me siento
comienzo a vestirme
a tropezones
de los rincones brotan
relámpagos de gritos
ojos desorbitados
ratas que corren
dientes
aún no siento nada
me extravío en las calles:
niños con caras sucias
pidiéndome limosna
muchachas prostitutas
que no tienen quince años
todo es llaga en las calles
tanques que se aproximan
bayonetas alzadas
cuerpos que caen
llanto
por fin siento mi brazo
dejé de ser fantasma
me duele
luego existo
vuelvo a mirar la escena:
muchachos que corren
desangrados
mujeres con pánico
en el rostro
esta vez duele menos
me pellizco de nuevo y ya no siento nada
simplemente reflejo
lo que pasa a mi lado
los tanques
no son tanques
ni los gritos
son gritos
soy un espejo plano
en que nada penetra
mi superficie
es dura
es brillante
es pulida
me convertí en espejo
y estoy descarnada
apenas si conservo
una memoria vaga
del dolor.
Claribel AlegrÃa
Tu eres el sueño.
Una mañana mas se aproxima
no eh podido mis ojos cerrar
es que si duermo se que estaras en mi sueño
yo solo soy tu soñador eterno
Los rayos del sol ya entran por la ventana
ya es hora de ir a estudiar sin muchas ganas
me tengo q levantar, a decir presente desde un banco
aunq en mi mente me vuelvo ausentar
Tratando de no dormir en clase
me doy cuenta q de nuevo regresa ese sueño
aquella imagen donde tu eres el sueño
yo simplemente el soñador eterno
Camino de regreso a casa
y aunq en metro encuentre miles de caras
ninguna te saca de mi alma
y sigo siendo solo un soñador eterno
contigo como mi único sueño
Quizas contigo soy alguien
quizas sin ti soy ese alguien
pero sea quien sea
tu eres el sueño
y yo el soñador eterno.
Una mañana mas se aproxima
no eh podido mis ojos cerrar
es que si duermo se que estaras en mi sueño
yo solo soy tu soñador eterno
Los rayos del sol ya entran por la ventana
ya es hora de ir a estudiar sin muchas ganas
me tengo q levantar, a decir presente desde un banco
aunq en mi mente me vuelvo ausentar
Tratando de no dormir en clase
me doy cuenta q de nuevo regresa ese sueño
aquella imagen donde tu eres el sueño
yo simplemente el soñador eterno
Camino de regreso a casa
y aunq en metro encuentre miles de caras
ninguna te saca de mi alma
y sigo siendo solo un soñador eterno
contigo como mi único sueño
Quizas contigo soy alguien
quizas sin ti soy ese alguien
pero sea quien sea
tu eres el sueño
y yo el soñador eterno.
Tovléz
Hoja Al Aire, Indefensa...
Hoja al aire, indefensa, detenida
apenas, única en el árbol
enrojecido y respirante; ojo
sobresaltado, abierto, lúcido:
en el temor mi corazón. Asfixia,
duermevela con fantasma inminente.
Deshabitado el traje suspendido,
suena con un temblor de piel que busca
su bestia desollada, su materia
de bestia próxima pudriéndose.
Oh, muerta, muerta, muerta.
Ineficaz del todo fue la sábana
subida hasta la nuca;
fija por nuca y manos, escudando
de la noche agresora y sus viscosos
jirones; y sucumben la garganta,
y los flancos y el vientre
sin armazón de hueso que los guarde.
Y qué de lo que pasa
clandestino, mimético sombrío;
lo invisible y con ruido, comprensible
por el tacto pasivo; la caída
al hielo tenue que dimana
del espinazo, y a la lengua
que tiembla y enmudece,
y al paladar de bóveda eclesiástica.
Ahora bien. ¿Soy este que se calla?
¿Soy el que gime lejos? ¿El que viene
soy, el que va saliendo, el que se queda?
¿Para qué servirá, de qué me vale
querer, sabiendo lo que sigue?
Si la sonda desciende, naufragada
sin esperanza y sin regreso,
al fondo inalcanzable que le huye.
Yo conozco las caras que se parten
en dos y en otras dos y en otras;
elementales casi formas
disfrazadas de ausentes enemigos.
Y en torno crujen las marchitas
maderas lamentables,
como un otoño cruje, como crujen
barcos difuntos, abrasados troncos,
alas crispadas y caducas
de domingos de ramos polvorientos.
Hoja al aire, indefensa, detenida
apenas, única en el árbol
enrojecido y respirante; ojo
sobresaltado, abierto, lúcido:
en el temor mi corazón. Asfixia,
duermevela con fantasma inminente.
Deshabitado el traje suspendido,
suena con un temblor de piel que busca
su bestia desollada, su materia
de bestia próxima pudriéndose.
Oh, muerta, muerta, muerta.
Ineficaz del todo fue la sábana
subida hasta la nuca;
fija por nuca y manos, escudando
de la noche agresora y sus viscosos
jirones; y sucumben la garganta,
y los flancos y el vientre
sin armazón de hueso que los guarde.
Y qué de lo que pasa
clandestino, mimético sombrío;
lo invisible y con ruido, comprensible
por el tacto pasivo; la caída
al hielo tenue que dimana
del espinazo, y a la lengua
que tiembla y enmudece,
y al paladar de bóveda eclesiástica.
Ahora bien. ¿Soy este que se calla?
¿Soy el que gime lejos? ¿El que viene
soy, el que va saliendo, el que se queda?
¿Para qué servirá, de qué me vale
querer, sabiendo lo que sigue?
Si la sonda desciende, naufragada
sin esperanza y sin regreso,
al fondo inalcanzable que le huye.
Yo conozco las caras que se parten
en dos y en otras dos y en otras;
elementales casi formas
disfrazadas de ausentes enemigos.
Y en torno crujen las marchitas
maderas lamentables,
como un otoño cruje, como crujen
barcos difuntos, abrasados troncos,
alas crispadas y caducas
de domingos de ramos polvorientos.
Rubén Bonifaz Nuño
Haced el bien a cuantos más podáis, y os sucederá frecuentemente hallaros con caras que os infundan alegría.
Alessandro Manzoni
Las caras de los hombres que en mi vida he encontrado me persiguen y viven adentro de mi espíritu.
Silvina Ocampo
Meditación Al Atardecer
Esta calle que baja dura una eternidad
Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos
Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa
Cuando los perros creen en santas y en fantasmas
En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz
¿Y qué sabes tú de todo eso?
Me han enterrado dos veces este otoño mamá
En esto el huracán me separo las alas con violencia
y el ataúd se rompió.
¿Qué hace mi hermana en el bosque?
Su fantasma salió de mis propias cenizas
Mi espada quiere beber de su sangre
y centellea con ardiente deseo
Mi madre es un viento que seca los árboles frutales
Y qué sabes tú de todo eso preguntaron sin voz
Los niños y las amapolas son inocentes
hasta en su maldad recitaron en coro
Ahora oigo sonar sus viejas caras
Las de mi madre y las de mi hermana
La tierra tiene piel y esa piel padece enfermedades
replicaron llorando
Es cierto hijo que eres una noche de oscuras risas
¿De dónde sacas lo que vomitas?
Sal de tus profundidades oye
Ahora el sol me derrite y los perros me lamen la piel
Eres un charco de muerte en las pesadillas
de los condenados al sueño me gritaron las brujas
Soy un charco de sueño en las pesadillas
de los condenados a muerte queridas
En este punto volvieron a decirme sin voz
¿Y qué sabes tú de todo eso?
Váyanse al mismo diablo les dije
Esta calle que baja
no acaba nunca de bajar
Esta calle que baja dura una eternidad
Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos
Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa
Cuando los perros creen en santas y en fantasmas
En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz
¿Y qué sabes tú de todo eso?
Me han enterrado dos veces este otoño mamá
En esto el huracán me separo las alas con violencia
y el ataúd se rompió.
¿Qué hace mi hermana en el bosque?
Su fantasma salió de mis propias cenizas
Mi espada quiere beber de su sangre
y centellea con ardiente deseo
Mi madre es un viento que seca los árboles frutales
Y qué sabes tú de todo eso preguntaron sin voz
Los niños y las amapolas son inocentes
hasta en su maldad recitaron en coro
Ahora oigo sonar sus viejas caras
Las de mi madre y las de mi hermana
La tierra tiene piel y esa piel padece enfermedades
replicaron llorando
Es cierto hijo que eres una noche de oscuras risas
¿De dónde sacas lo que vomitas?
Sal de tus profundidades oye
Ahora el sol me derrite y los perros me lamen la piel
Eres un charco de muerte en las pesadillas
de los condenados al sueño me gritaron las brujas
Soy un charco de sueño en las pesadillas
de los condenados a muerte queridas
En este punto volvieron a decirme sin voz
¿Y qué sabes tú de todo eso?
Váyanse al mismo diablo les dije
Esta calle que baja
no acaba nunca de bajar
Oscar Hahn
Yo Fui La Más Callada
Yo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música salvaje de los pájaros
que soltaba a los aires mi bondad en revuelo...
No me cargaron buques pesados de opulencia,
ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques mi rostro aparecía
silbando en la redonda sencillez de los vientos.
No pesé la armonía de ambiciones triviales
que prometía tu mano colmada de destellos:
solo pesé en el suelo de mi espíritu ágil
el trágico abandono que ocultaba tu gesto.
Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.
Te parecías al mar, resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.
Sobre mí te seguiste como el sol en los pétalos.
Y caminé en la brisa de tu dolor caído
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blando corriendo hacia el desierto.
Un día, por las playas amarillas de histeria,
muchas caras ocultas de ambición te siguieron;
por tu oleaje de lágrimas arrancadas al cosmos
se colaron las voces sin cruzar tu misterio...
Yo fui la más callada.
La voz casi sin eco.
La conciencia tendida en sílaba de angustia,
desparramada y tierna, por todos los silencios.
Yo fui la más callada.
La que saltó la tierra sin más arma que un verso.
¡Y aquí me veis, estrellas,
desparramada y tierna, con su amor en mi pecho!
Yo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música salvaje de los pájaros
que soltaba a los aires mi bondad en revuelo...
No me cargaron buques pesados de opulencia,
ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques mi rostro aparecía
silbando en la redonda sencillez de los vientos.
No pesé la armonía de ambiciones triviales
que prometía tu mano colmada de destellos:
solo pesé en el suelo de mi espíritu ágil
el trágico abandono que ocultaba tu gesto.
Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.
Te parecías al mar, resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.
Sobre mí te seguiste como el sol en los pétalos.
Y caminé en la brisa de tu dolor caído
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blando corriendo hacia el desierto.
Un día, por las playas amarillas de histeria,
muchas caras ocultas de ambición te siguieron;
por tu oleaje de lágrimas arrancadas al cosmos
se colaron las voces sin cruzar tu misterio...
Yo fui la más callada.
La voz casi sin eco.
La conciencia tendida en sílaba de angustia,
desparramada y tierna, por todos los silencios.
Yo fui la más callada.
La que saltó la tierra sin más arma que un verso.
¡Y aquí me veis, estrellas,
desparramada y tierna, con su amor en mi pecho!
Julia de Burgos
El Mar
El hecho de arrojar a un mismo tiempo
las cenizas al mar de todos los cadáveres
que vagan por la bruma de la Historia;
aun toda esa ceniza
unánime, ya digo, en nada alteraría
su continuo fluir:
lentas mareas,
alado oleaje bronco,
y las leyendas graves de su furia.
Errabundo y cautivo, pero siempre
con una disciplina
perfecta: misteriosa y calculada,
óyelo cómo ruge:
el mar narcotizado por las lunas,
homérico, cambiante y maquinal,
con ensenadas de peces
de ojos aterrados que lo exploran
como los pensativos peces de colores
exploran una vez y otra vez y una vez más
el acuario cuajado de palmeras
y cofres de pirata en miniatura.
Igual de fluctuante
que nuestro pensamiento,
míralo,
angustiado de azul indefinible,
asmático, grandioso y teatral,
él,
que huye e invade
según un raro método que tiene
algo que ver quizás con nuestros ciclos
de razón y locura, esas dos caras
de una misma moneda que cae de canto siempre.
Refugio de los seres silenciosos,
inagotable mar de vaivén blanco,
tan dado a todo tipo de metáforas
que suelen recordarnos ciertas veces
en lo mucho que somos como el mar.
El hecho de arrojar a un mismo tiempo
las cenizas al mar de todos los cadáveres
que vagan por la bruma de la Historia;
aun toda esa ceniza
unánime, ya digo, en nada alteraría
su continuo fluir:
lentas mareas,
alado oleaje bronco,
y las leyendas graves de su furia.
Errabundo y cautivo, pero siempre
con una disciplina
perfecta: misteriosa y calculada,
óyelo cómo ruge:
el mar narcotizado por las lunas,
homérico, cambiante y maquinal,
con ensenadas de peces
de ojos aterrados que lo exploran
como los pensativos peces de colores
exploran una vez y otra vez y una vez más
el acuario cuajado de palmeras
y cofres de pirata en miniatura.
Igual de fluctuante
que nuestro pensamiento,
míralo,
angustiado de azul indefinible,
asmático, grandioso y teatral,
él,
que huye e invade
según un raro método que tiene
algo que ver quizás con nuestros ciclos
de razón y locura, esas dos caras
de una misma moneda que cae de canto siempre.
Refugio de los seres silenciosos,
inagotable mar de vaivén blanco,
tan dado a todo tipo de metáforas
que suelen recordarnos ciertas veces
en lo mucho que somos como el mar.
Felipe BenÃtez Reyes
Los costos y beneficios son dos caras, de una misma monedad con diferentes retribuciones, -De usted depende ?
Felix Campoverde Velez
este pensamiento es fruto de la influencia de muchos escritores y cantantes que con sus letras me an echo ver el mundo en el que vivo esta realidad de dos caras este mundo de dos almas la una donde el frio es un buen amigo y la otra que esta enbuelta el llamas con mas espinas que rosas y menos personas humanas
diegoalexis
Soledad....
Vivimos rodeados de tanta gente,
tantas caras, tantos rostros, pero
tú estas ausente...
el destino parece que jugara,
y nos tratara de hablar, y mostrarnos alas...
volar a veces eso sentimos, quisieramos
encontrar ya nuestro destino...
pero, no hay destino escrito, o a veces si sabemos,
donde pudieramos encontrar nuestro camino,
pero es tan difícil de aceptar un NOOOOOOOOOOOOOO...
es duro saber que tú amor de sueños, no existe en la vida real, y que solo es un sueño del cual no quisieramos despertar.
Vivimos rodeados de tanta gente,
tantas caras, tantos rostros, pero
tú estas ausente...
el destino parece que jugara,
y nos tratara de hablar, y mostrarnos alas...
volar a veces eso sentimos, quisieramos
encontrar ya nuestro destino...
pero, no hay destino escrito, o a veces si sabemos,
donde pudieramos encontrar nuestro camino,
pero es tan difícil de aceptar un NOOOOOOOOOOOOOO...
es duro saber que tú amor de sueños, no existe en la vida real, y que solo es un sueño del cual no quisieramos despertar.
cisne
Escondidos detrás de la máscara del bienestar,
somos dos enemigos que nuestras caras debemos ocultar.
somos dos enemigos que nuestras caras debemos ocultar.
Jocelyn Quintal
Algunas caras, desde las próximas mesas, lo miran casi con envidia. Son las caras de las gentes que sonreían en paz, con beatitud, en esos instantes en que casi sin darse cuenta, llegan a no pensar en nada. La gente es cobista por estupidez. Por coba se puede llegar hasta el asesinato; seguramente que ha habido más de un crimen que se haya hecho por quedar bien, por dar coba a alguien.
Camilo José Cela
Miren, traidores y contemplen, asómbrense y quédense alelados, porque yo voy a realizar en su época una hazaña tan extraordinaria, que si no se la hubieran contado no la creerían. Pues yo soy quien empuja a los caldeos, pueblo terrible y arrollador, que recorre enormes distancias para apoderarse de países ajenos. Sus caballos son más rápidos que las panteras, más veloces que los lobos de la estepa; sus jinetes galopan y vienen desde lejos, vuelan como el águila que se precipita sobre su presa. Cuando se lanzan todos al asalto, sus caras están ardientes como el viento del desierto, amontonan los cautivos como arena. Ese pueblo se burla de los reyes, se ríe de los soberanos; no le importan las ciudades fortificadas, pues levanta terraplenes y se apodera de ellas. ¡Y así pasa y se va como el viento...! ¡Su fuerza es su Dios!
Sagradas Escrituras
Cuando te he conocido
busqué un sueño en el alma escondido
solo que este sueño se hizo realidad
cuando un día te cruzaste en mi camino
Entonces sentí que eras ese dueño
que en mil caras buscaba
Y ahora siento que todo lo que me asustaba
ya no me asusta…
busqué un sueño en el alma escondido
solo que este sueño se hizo realidad
cuando un día te cruzaste en mi camino
Entonces sentí que eras ese dueño
que en mil caras buscaba
Y ahora siento que todo lo que me asustaba
ya no me asusta…
Jackselins Arteaga