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Carmen

Carmen. Encuentra docenas de carmen con fotos para copiar y compartir.


He venido a quererte, a que me digas tus palabras de mar y de palmeras.


Carmen Conde


Fuga En Los Jardines

Las más jóvenes, deseándoos, avanzan
por estas avenidas de árboles fragantes.
Evaden primavera que a las flores oxida
con un ardor oliendo a frutas, a corceles. ..
¡Qué salvaje presencia la de las hembras púberes
entre glicinias cálidas, entre celindas vívidas!
Exigen que las amen, que las sigan corriendo
para volcarles júbilos sobre la orilla ebria.

¡Muchachas, corred más: corred hasta la aurora!
Estos grandes varones de los pechos revueltos
ansían desgranaros, ¡oh mazorcas crujientes!,
con su hambre de bocas y su hambre de frutos.
Hasta el río, que es tajo delimitando sueños,
huele a amor ya festines...

Han temblado los álamos al estallar unánimes
los oscuros latidos de dobles ruiseñores.
Los regazos del musgo, el frior de los juncos,
contemplando el encuentro aceleran su verde.
Es un cántico trémulo, en gargantas sorbido
por el amor abierto en mitad de la selva.

¡Corred siempre, muchachas, que el seguiros excita
el ardor de cogeros, suyas todas, a hombres
que de fieros esgrimen el ademán tan solo!
Y envolveos en ropas de blanco lino puro
para mojar con ellas esos cuerpos calientes,
y amanecer ceñidas, ante el amor que vibra,
por el celo del agua posesor de las vírgenes.


Carmen Conde




Límite

Esfera ceñida de esferas que no pueden
escaparse de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por su extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.

Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
Sería vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo. subiría
otra vez a ser anillo, anegándose
por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.

Yo he sido anillo
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debía descansar en lo redondo.


Carmen Conde


Explora Mis Panales, Mi Recinto...

Explora mis panales, mi recinto
secreto donde oculta miel destila.
El tiempo su madeja fiel deshila
confiado a los fervores del instinto.

Bebe el beso que el dulce labio afila,
devora la epidermis del jacinto:
el deseo saciado, nunca extinto,
desde tu tersa torre me vigila.

Tus manos, tu mirada, tu dulzura
desbordan en el vértigo del fuego
donde en olvido la razón se quema.

Coróneme el rocío y su luz pura
en el instante eterno en que me entrego
doblando su fervor en su diadema.


Carmen González Huguet


Lo Infinito

Tú vives en el alba.
Los pájaros te aclaman.
De túnicas de aves te viste la alegría.
¡Qué aurora la que exaltas!
¡Qué noble luz la tuya!
Te escuchan las mañanas y las noches
porque eres como un cirio,
porque eres como un corzo.
Sentirte a ti que pasas
rozándome las rosas y los ayes...
Doler en tus rodillas, estrujada
por riscos y malezas.

Y que un céfiro de alondras venga dulce,
que tú llegues aventando mis heridas...
Ser mujer y tuya, ¡qué inefable
fundirse la conciencia entre tus brazos!


Carmen Conde


¿quién Arde En Ti, Chiltota, Quién Te Hiere?

¿Quién arde en ti, chiltota, quién te hiere?
¿Quién tuerce el derrotero de tu vuelo?
¿Quién te regala el llanto y el consuelo?
¿Quién hay que de tu canto se apodere?

¿Quién abandona el trino, quién lo quiere?
¿Quién alimenta su tenaz desvelo?
¿Quién eleva sus alas hasta el cielo
y salva a la ilusión que desespere?

Encuentras el desdén, gesto vencido,
rota la fe, sin fuerza el ala inerte,
en el páramo frío del olvido,

Y vas, confiada al rumbo de la suerte,
sin mí, que doy tu cielo por perdido,
y consumí la luz por comprenderte.


Carmen González Huguet




Inquietud

¿Dónde se guarda la estrella mía,
mi cristal de amor?

La noche me niega su torso de aurora
y vamos extrañas, desprendidas,
sin coincidir jamás.

¿Para qué, si a nada le soy amor
soy yo amor en lo desconocido mío?

Y esta ternura que ciñe mis hombros,
que entolda el oro de mi corazón,
¿Para qué, si estoy buscando el agua
y solo conozco el eco de la fuente?


Carmen Conde


Suma Transida

Encerrarte en palabras...
¡Que tú, tú, quepas en verbos, nombres,
y adjetivos intactos!
Que yo lo pueda decir todo:
lo nuestro, esto que hacemos
y estaremos haciendo siempre,
eternísimamente:
hablar, callar, ser tú y yo
siéndonos nuestros.

Darte una dimensión humana,
representación de ti en la tierra:
estatua, color, arrebatado paso,
y sereno mirar con esos ojos tuyos
y míos: nuestra mirada del mundo.

Que un día, los mortales sin remedio sepan
cómo tuviste sangre,
y abierta pasión por todo;
y te diste cantando, sufriendo,
a mis brazos locos, y lentos, y débiles,
y fuertes, y fríos, y pobres de luz,
pero enamorados tuyos.
Para saber que has sido verdad,
que has sido, ¡pero no eres entonces!

Buscar las palabras de cuando no vivas,
para que vivas mientras se hable.
Dios de dolor, nunca decir podré
cómo eres tú, mi amor, amor mío,
criatura de glorificación que hallo
derramada en océanos,
cielos, campos, ríos y árboles;
y hasta en palomas tristes que en la aurora
¡te despiertan a mi amor por ti!


Carmen Conde


Entrega

Guardaré mi voz en un pozo de lumbre
y será crepúsculo toda la vida.

Ya girarán más leves los cuchillos
porque no encontrarán dónde herirme.
Erguida de rocíos negros,
para ti cantaré.

¡Que no me busquen los sin vista,
que no me llamen los ahogados,
que no me sientan los que huyo!

A mi soledad de reflejos,
amor,
sólo tú.


Carmen Conde




Agua Oscura

Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite

El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable

(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)

Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.

Ya nada me distingue del mundo.

-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-

Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala,
me sostiene, me demarca.


Carmen Boullosa


Desierto Sájara

Sí. Yo tuve un mar sobre mi arena.
Un mar grande sin límites, compacto.
La tierra de oro que abrasa soledades
estuvo henchida augusta del mar que ya no soy.

Picaban gaviotas mi cuerpo remeciente,
movíanse las naves arriba de mis olas.
Pues yo era el mar que hervía sobre la arena rubia,
la arena saturada que hoy clama por su agua.

¡Oh el mar aquí fantasma, el mar que finge el viento,
desmelenando dunas, al aventar mi arena!
¡Ay mar del agua espesa, la que corpórea y dura
ansían caminantes de mi desierto blando!

¿Qué arcángeles de fuego evaporar pudieron
tanto mar que hube, llevándolo a un abismo?
Es mi arena abrasada la más sedienta boca
que clama por un agua que le bebieron dioses.

Los hombres me caminan, soñándome poblado
de aquel mar que fue mío, el mar sobre el desierto.
Yo les mullo mi carne, les recibe mi arena
y se quejan de sed junto a mi sede sin huelgo.

¡Ay mar de mi génesis, el mar que me escurrieron
a una zanja de llamas: cuánto pesa la arena!


Carmen Conde


La persona que te engaña una vez te engañara toda la vida no lo hara comola primera vez pero te engañara de distintas maneras diga lo que el diga.


Rosa Del Carmen Gonzalez Sanchez


no busques la verdad en un persona que te engaño una vez ya que sus plabras engañan y mienten pero al reves


Rosa Del Carmen Gonzalez Sanchez




Hay una teoría infalible sobre la amistad: siempre hay que saber qué se puede esperar de cada amigo.


Carmen Posadas


ama aquien demuestra la misma entrega no al que solo piensa en si mismo y te hace derramar lagrimas


Rosa Del Carmen Gonzalez Sanchez


Guarde en mi corazon un pedazo de ilucion
y engaño de un amor que me a matado
no logro sanar la herida que me causo hace muchos años
el todavia m sigue lastimando y sin enbargo siempre me coloco dentro de susu brazoz a caso mi corazon esta engañado por mi razon no logro entender por que sigo asu lado después d tanta traicion
lloro en silencio pues no puedo hblar mi voz no se escucha por tantas heridas que el en mi causo
yo quiero volar y no pensar mas en el pero este corazon necio
no puede entender
que si sigo asu lado se terminara de romper


Rosa Del Carmen Gonzalez Sanchez


Cuando hay amor en una pareja las cosas pueden tornarce dificiles por que ahí esta la prueba del mas grande amor


rosa del carmen gonzales sanchez


no te tragues tus palabras por no querer lastimar es mas lastimoso callar que no decir esa cruel verdd por que una vez descubierto el engaño entonces no te dejaran hablar y cuando tubiste la oportunidad lamentate por que ahora es necesario callar


rosa del carmen gonzales sanchez


La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano.


Carmen Conde


¿reír, cantar, estremecernos libres de desear y ser mucho más que la vida. . . ?. No. Ya lo sé. Todo es algo que supe y por ello, por ti, permanezco en el mundo.


Carmen Conde


Herida Fui En El Gozo, En El Olvido

Libre me vi, desnuda y desolada.
¿Para qué libertad abandonada
Y palabras de amor en ciego oído?

¿Para quién hambre y sed en el sentido
Si me abraza la sombra demudada?
¿Para quién alma y boca enamorada
Si tengo el corazón de ausencia herido?

No hay cicatriz en esta piel serena
Que manifieste con su oscuro sello
La fiera luz que arde en cada vena.

Íntimo fuego del que soy destello:
A brasa fiel mi boca se condena
Para mirar arder tu fino cuello.


Carmen González Huguet


Antes, ser adolescente era un momento de no identidad. Pero desde los sesenta la juventud es un grado. La corbata se convirtió en anatema; el sostén, en mordaza.


Carmen Posadas


Ayer te busqué en ese asiento vacío del avión en ese asiento vacío del parque en ese asiento vacío del vestíbulo en ese asiento vacío del taxi en ese asiento vacío del comedor en ese asiento vacío de mi cuarto. Hoy te seguiré buscando.


Carmen Naranjo


¿Decime si podés decirme dónde crece la luz que solo noche noche me amanece en el alma?.


Carmen Naranjo


Nostalgia de Mujer

Mil años ante Ti son como sueño.
Como de aguas el grosor de una avenida.
Hierba que en la mañana crece,
florece y crece en la mañana
aunque a la tarde es cortada y se seca.

¿Qué es el tiempo ante Ti, qué son los truenos
que blandes contra mí cuando me nombras?
Pavor siento a tu idea, te veo hosco
mirándome en la lumbre de tu Arcángel.
La espada Tú también, eres el filo
y el pomo que se aprieta con el puño.

Para verte a Ti mismo me has nacido.
Por no estar solo con tu omnipotencia.
Soy la nada, soy de tiempo, soy un sueño...
Agua que te fluye, hierba ácida
que cortas sin amor...
Tú no me quieres.


Carmen Conde


Tierra

...no se alcanza
a volver con los remos y la vela
al puerto en que dejamos la esperanza.
Miguel Ángel Asturias


DEL RUMOR DE TUS MANOS ME ALIMENTO...

Del rumor de tus manos me alimento
y mi hoguera renuevo en lluvia fría.
Surge de ti fluyente geometría:
venero de la luz, cálido acento.

El seno de la vela que hincha el viento
para partir a la aventura un día,
y tu tierra en su quieta geografía,
trazada en gozo exacto y fiel tormento.

Se abre el ojo a la flor de la belleza
que se desata con fervor de río
y se instala a soñar en tu cabeza.

Por tu perpetuo, floreciente estío
cruza la tarde donde, libre y presa,
la luz corre desnuda por el río.


Carmen González Huguet




Me gusta estar con vos, me está gustando es más, creo que sin vos se angosta el espacio y falta aire en rincones íntimos.


Carmen Naranjo


Acércate. Junto a la noche te espero. Nádame. Fuentes profundas y frías avivan mi corriente.


Carmen Conde


Señores, Yo Sé Bien de Los Venenos...

Señores, yo sé bien de los venenos
de la literatura:
la tiranía impúdica y terrible
de una Belleza impura
que nos mancha los labios de palabra,
los ojos de figura
y el cerebro de sueños o pecados,
en flagrante, diabólica impostura.
No la deseo a nadie, y nadie
debe desearla nunca,
pero benditos los que se someten
a su mirada oscura.


Carmen Jodra Davó


Primer Amor

¡Qué sorpresa tu cuerpo, qué inefable vehemencia!
Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo
sin haberlo soñado, sin que nunca
un ligero esperar prometiera la dicha.
Esta dicha de fuego que vacía tu testa,
que te empuja de espaldas,
te derriba a un abismo
que no tiene medida ni fondo.
¡Abismo y solo abismo de ti hasta la muerte!

¡Tus brazos! Son tus brazos los mismos de otros días,
y tiemblan y se cierran en torno de tu cuerpo.
Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido
de cosas que tú ignoras,
de mundos que lo mueven...
¡Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible
que un vaho lo pone turbio
y un beso lo traspasa!
¡Si nunca nadie dijo que así se amaba tanto!
¿Podías tú esperar que ardieran tus cabellos,
que toda cuanta eres cayeras como lumbre
en un grito sin cifra,
desde una cordillera gritada por la aurora?

¿Ceniza tú algún día? ¿Ceniza esta locura
que estrenas con la vida recién brotada al mundo?
¡Tú no te acabas nunca, tú no te apagas nunca!
Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo
para quemar el cielo subiéndole la tierra.


Carmen Conde


Posesión

Caías en mí.
Eco de tu pesantez mi vida
era una canción precipitándose
en la eternidad.

Inmerso en mi silencio
eres el cielo que sostiene un arroyo,
que levanta un árbol.
En que un lucero corta su voz
de eternidad.


Carmen Conde


La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.


Carmen Martín Gaite


El hombre es una multitud solitaria de gente, que busca la presencia física de los demás para imaginarse que todos estamos juntos.


Carmen Martín Gaite


La libertad es para soñarla.


Carmen Martín Gaite


Hallazgo

Desnuda y adherida a tu desnudez.
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.

Alzaré los brazos y sostendré tu aire.
Podrás desceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos, tú serás mi vela,
y yo te llevaré por mares escondidos.

¡Qué suprema efusión de geografías!
Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.


Carmen Conde


La soledad es la conquista a la que debe dedicarse todo ser humano. Aprender a estar solo en la vida resulta fundamental.


Carmen Maura


Si algo he aprendido en la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo.


Carmen Martín Gaite


Fatiga

Hay demasiadas cosas
de las que preocuparse,
siempre distintas, siempre imprescindibles,
y nunca se termina,
y apenas se respira... Y además
está el muchacho que jamás nos mira,
la chica que no sabe que la amamos
Y Platón predicando represiones...
Y a esto le llaman vida...


Carmen Jodra Davó


Mientras dure la vida, que no pare el cuento.


Carmen Martín Gaite


La soledad es el precio de la libertad.


Carmen Díez de Ribera