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Carta a una amiga lejana

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Palabras Lejanas

A Alejandro Pluma

Soy la antigua amiga de la correspondencia lejana
de cartas delirantes enredadas en los sueños.
Apenas te acordarás de las secretas frases
entre sedas vaporosas que vestía la curva de mi vientre.
y hoy cuando el sol ha bajado hasta los árboles
y los pájaros circundan la autopista
te imagino tan duro y tan flexible
entre los fragmentos dejados por mis dedos.
Yo, la que te enviaba las estrellas entrega inmediata
y con fugitivo aire de poeta
merodeaba el correo y al librero de cabellos blancos.
Yo, a quien después de tanto conoces poco,
he dejado mi vocación de errante,
mis secretas corrientes de aire
por donde escapaba mi soledad.
Te conozco allí donde pareces más lejano
en la transparencia de tu sonido.
Pobre poeta malhumorado de largas barbas,
¿vendrán tus palabras a dispersar mi angustia?
Yo, la que intentaba en tediosas noches
dejar mi rostro en fugaces cuerpos
para quedarme sola con el agua y los espejos,
me miro ahora en la palabra de tu carta más amada,
y esta vez no habrá intentos de suicidios
a cambio de tu fruta indescifrable.
Solo destellos de silencio.


Orietta Lozano


Ya Se Acercan Las Manos...

Ya se acercan las manos,
innumerables manos,
negras manos,
a cegarme los ojos,
a detener mis piernas,
a secarme las venas,
a posarse insistentes
a lo largo del cuerpo
y dejarlo sumido en lo negro.
Harán saltar la lengua,
los dientes,
corazón y riñones,
intestino y cerebro...

Amiga de la entraña, tan lejana,
acércate un momento
y con tus juegos
distrae esta terrible oscuridad.
Dame un río de fuerza
desde el vientre,
como antaño.

Siquiera suficiente
para alejar
las manos.
Estas manos
que negras
e impertérritas
me van cercando.

"Libro de alienaciones" 1980


Clara Janés




MEMORIA LEJANA…

El olor a pasto, de los campos de fútbol
O de polvo levantado
en los salones escolares
me lleva a memorias lejanas:
¡Anécdotas personales!

De cuentos grandiosos y disimulados,
sobre nosotros –¡los gemelos!-
las travesuras inocentes
de poesías hechas de espejos,
al ver a los frutos de mi hermano y de Miriam
-Rafael Micher Jr y Génesis Miribraham-
de palabras hiladas en oro
¡como mi madre nos conducía!
de imágenes labradas en silencio.

Desde entonces la experiencia,
el hecho, tiene el sabor
a un gran valor y a divina creación.
Gruñe apretada –la memoria- en su origen,
se agrieta internamente
cubriendo sus mundos mundo
con su calor, con su textura
con su inexperiencia.

¡Ah, qué memoria!
El campo y las aulas, para nosotros
probablemente ya fondos frenados.
El niño y la niña, con sus vivencias,
se estrechan inequívocamente
desde el comienzo de su historia mutua.
El primer fuego humano
consumió una rama pequeña
de un –tal vez- árbol genealógico milenario.

Michel -Zuñiga
Al calor de esa llama se
Gestó la historia humana,
de dos seres preciosos y no lo dudo
Amados e inteligentes.

Rafael


RAFAEL M. MICHEL


en un momento inesperado te conoci
depues de tanto esperar a ese verdadero amigo te encontre
sin dudar en algún momento te auxilie,
queriendo tu felicidad te alente...

si en algún momento te falle te pido perdon.

pero quiero que sepas que te quiero un monton.

eres mi mejor amiga y nada ni nadie lo cambiara...

un mejor amigo es dificil de encontrar y es buena suerte tener uno...

sabesque conmigo puedes contar y nunca te voy a fallar...
te quiero por lo que eres...

UNA AMIGA ESPECIAL


marina


DECIR ABUELA...
decir abuela es decir mama, amiga...
tantas cosas...
es una casa grande llena de recuerdos
que los años nos fueron regalando.
es un sillón hamaca donde tejimos miles
de sueños, el que cobijo nuestra inocencia
y la imaginación del que a través nuestro
intentaba mantener vivo al niño que llevaba dentro.
Es una cocina perfumada, un cuarto con aroma a la lavanda.
Decir abuela es un regazo generoso donde encontrar abrigo,
una mirada tierna y compasiva.
Es el tan rechazado consejo que deberíamos haber
obedecido...
porque las abuelas saben..
Es emprender un viaje al pasado, no muy lejano, marcado en los surcos de sus rostros.
Es el pelo encanecido.
Los pies cansados por tanto camino recorrido.
Son agujas peleando con ovillos, tejiendo historias infinitas.
Decirte mama es decir amiga, es la abuela que no fuiste.
Son las caricias que mis hijos no pudieron disfrutar.
Son las eternas historias de madrugada que jamas les podrás contar,Son plazas llenas de tu ausencia...!


Jackselins Arteaga


En el jardín de mi alma

Revestido está el jardín de mi alma
de dulces miradas, mágicos abrazos
y también de algunos pinchazos,
en él encontraras ; rosas, hortensias,
azucenas, margaritas, gardenias, iris,
gladiolos, claveles, lirios, narcisos,
Jacintos, floripondios, geranios
y muchos otros más.

Estos divinos seres son como un océano
en cuyas aguas me voy encontrando
y muy lentamente sumergiendo
en sus profundidades
hasta a veces olvidarme de quien soy.

De su néctar me alimento
me iluminan, acompañan y acogen.
aunque lleguen a marchitarse
su esencia florece en todo mi ser,
es por eso que, hasta el fin de mis días
llevo escrito el nombre de un amigo y amiga.


Roxana Hoces Montes




Cristianismo aplicado, hecho vivo, fue la antigua fe católica, la última de estas formas. Su omnipresencia en la vida, su amor al arte, su profunda humanidad, la indisolubilidad de sus matrimonios, su comunicabilidad, amiga de los hombres, su alegría en la pobreza, la obediencia y la fidelidad, la hacen inconfundible como auténtica religión y contienen los fundamentos de su constitución.


Novalis


Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.

Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.


Gabriel García Márquez


querida amiga hoy te fuiste tu lugar ya esta en el cielo estaras con los angeles platicando como lo hacias conmigo porque asi eras alegre bromista y positiva dejaste muy lindos recuerdos en mi que nunca se van a borrar de mi mente dejaste un gran vacio en tu família que te ama en tu hijo de tan solo 13 años era tu luz! y ahora esta solo! aunque se que desde el cielo tu lo vas a cuidar tu velaras sus pasos ya estas descansando amiga aunque tenias tantos proyectos que se quedaron en tu mente pero se que alla donde esta los llevaras a cabo el ver a tu hijo convertido en un gran profecionista que dios te acoja en su sagrado seno DESCANSA EN PAZ QUERIDA SARITA!


IMPOSIBLE




Cuando yo estaba en 4 grado tenia 2 amigas,yo las queria mucho.Despues cuado llegue a 6 grado una de ellas me dejo de hablar y yo me preguntaba qe porque ella me dejo de hablar.Me hablaba pero la notaba rara.Despues la otra amiga mia me dejo de hablar lo mismo qe me hizo la otra,pero cuando ella me veia qe me estaba pasando con otra amiga mia me preguntaba xqe te estas pasando con ella y no con nosotras y yo le dije xqe no soporto a esas nenas y tu lo sabes y ella aah ok y se iva.Entonces las qe se estaban pasando con ellas me decian xqe no te estas pasando con nosotras y yo xqe no quieroo y ellas ay nenas qe charra y yo igual.Llegamos a 7 y ahora si qe no me hablan casi,ellas me ven y me dice hola saludame y yo qe vipolares son en vdd a veces me miran,me hablan antes heramos mejores amigas ahora somos amigas pero no mejores se ajunto con otras y no se qe le dijeron de mi qe no me hablaba en vdd no se, pero eso muy triste qe tu estes con esa amiga desde 3 grado y te deje de hablar.Yo me puse muy triste por eso pero ni modo ay mas amigas en el mundo qe puede encontrar.


lababy


¿Versos autobiográficos ? Ahí están mis canciones, allí están mis poemas: yo, como las naciones venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada, no tengo historia: nunca me ha sucedido nada, ¡oh, noble amiga ignota!, que pudiera contarte


Amado Nervo


Te complaces en el sublime egoísmo de tu amor, con la hipótesis de que pudiera nacernos un hijo. Lo deseas, confiésalo; lo anhelas como un lazo más que nos uniría, como un contrato fatal que ataría nuestros dos destinos. ¡Oh, preciso es que seas querida y demasiado tierna amiga para que yo no te guarde rencor por un deseo tan espantoso para mi felicidad!


Gustave Flaubert


Poema a la amistad Amigos
Amigos... siempre seremos amigos
para contar alegrías y tristezas, una a una
y así tendremos como testigos
al sol, al viento, a la noche, o a la luna.

Viajaremos por mundos distantes
para buscar con todo el empeño
¡ Seremos como el caminante
que cabalga buscando su sueño!.

Amigos siempre sobre todas las cosas
como van unidos espinas y rosas
sin que importe nunca distancia ni tiempo
tú serás la lluvia... yo tal vez el viento.

Yo así seguiré como lo hacen pocos,
buscando en la vida mis sueños locos
y si algo pasara ¡Escucha lo que te digo
por todos los tiempos, yo seré tu amigo!


Diego Torrente




Intentamos...

Intentamos.
Alguno descubrió
entre el hollín y el polvo una marmaja,
o en noches muy oscuras un resplandor lejano.
¡Tanto sueño perdido,
tanta esperanza rota,
tanto para tan poco
y tanta pena!
Y apenas unas gotas de miel,
licor ninguno.
Una canción lejana, los retratos
ajados de remotos bisabuelos,
y palabras, palabras astilladas,
palabras mutiladas por el tiempo.


"Círculo y Ceniza"


Piedad Bonnett


Morir

¡Ay tú, siempre lejana!
(Tu cuerpo poseído
me parece aún intacto.)
¡Ay, tu sonrisa esquiva!
¡Ay, tus palabras vagas!
Todo tan sin sentido
(adorable, imposible!)
que no eres tú, no es nada,
es la nada lo que amo
revestida de luces
que en suave piel resbalan.

Desnúdate, ¿qué importa?
Ya solo sé morirme
y no mirarte. Canto
cierto nácar cambiante,
deseo con mil nombres
que aquí brilla variando,
ternura, o llanto, o dicha,
o -querida, querida, querida-
no saber qué se dice,
morir tu misma muerte,
rozarte así imposible.


Gabriel Celaya


Sin Querer

Sin querer,
sin encontrar una niebla de olvido
que me haga extraviarme en mi presente,
que no recuerdo
porque la luz es excesiva;

sin querer,
sin desaprender esa música
lejana -y conseguir,
en el día brumoso,
escuchar al silencio lleno de alas.

Sin querer
-nunca queréis, no quiero-,
vamos impulsados por remos
de una leña que no consume
el fuego que nos arde.

Sin querer,
caminamos hacia un final
que nos aguarda indiferente
-no es cazador- con su sima de olas
sin sal y sin espumas.

Sin querer,
ignoro si es posible
recobrar el aquí que ignoro,
o, ciego y en silencio,
sumergirme en el río
que me niegue a vosotros,
sin querer.


Ángel Crespo


Fuensanta, Dulce Amiga...

Fuensanta, dulce amiga,
Blanca y leve mujer,
Dueña ideal de mi primer suspiro
Y mis copiosas lágrimas de ayer;
Enlutada que un día de entusiasmo
Soñé condecorar,
Prendiendo, en la alborada de las nupcias,
En el negro mobiliario de tu pecho
Una fecunda rama de azahar.
Dime ¿es verdad que ha muerto mi quimera,
El idólatra de tu palidez
No volverá a soñar con el milagro
De la diáfana rosa de tu tez?
(Así interrogo en la profunda noche
mientras las nubes van
cual pesadillas lóbregas, y gimen,
a distancia, unos huérfanos sin pan.)
De las cercanas torres
bajo el fúnebre son
de un toque de difuntos, y Fuensanta
clama en un gesto de desolación:

"¿No escuchas las esquilas agoreras?
¡Tocan a muerto por nuestra ilusión!
Me duele ser el cruel
y quitar de tus labios
la última gota de la vieja miel.
"Mas el cadáver del amor con alas
con que en horas de infancia me quitaste,
yo lo he de estrechar
contra mi pecho fiel, y en una urna
presidirá los lutos de mi hogar."
Hemos callado porque nuestras almas
Están bien enclavadas en su cruz.

Me despido... Ella guía,
Llevando, en un trasunto de Evangelio,
En las frágiles manos una luz.
Pero apenas llegados al umbral,
Suspiro de alma en pena
O soplo del Espíritu del mal,
Un golpe de aire marea la bujía...
Aúlla un perro en la calma sepulcral...
Fue así como Fuensanta y el idólatra
Nos dijimos adiós en las tinieblas
De la noche fatal.


Ramón López Velarde


Fatiga

Marcho día y noche
como un parque desolado.
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido a grandes gritos,
y el sol en medio del viento.

Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
paso la mano sobre el lomo del viento;
los vientos, que pasan como las semanas;
los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan como los meses;
cuando la noche se apoya sobre las casas,
y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.

Tomo asiento, como el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y la neblina;
caigo como el viento sobre la luz.

Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de los milagros;
he ahí los tatuajes de mi castillo;
he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.

Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
caigo del viento sobre la luz;
caigo de la paloma sobre el viento.


Vicente Huidobro


Novia Del Recuerdo Ya

Si acertara tu contorno
y pudiera recogerte
de tan lejos, negra novia,
inmóvil y permanente.

Si se me diera cubrir
el largo trecho de ausencia
en un galope de tactos
de labios y de violetas.

Si aún alcanzara el remate
delgadísimo del beso
perdido en la lejanía
aún viva de mi recuerdo...

...Serías mía de nuevo
-mi lejana negra novia-
con gallos y cascabeles
repicando tus alcobas

de espejos y de violetas.
Con tu mirada en el agua
viéndome venir de lejos
por los caminos del alba.

Serías mía de nuevo
con mi risa y tus ojeras;
con mi gloria y tu congoja
de pájaro sin vereda.

Con mi gloria y con la tuya;
con la gloria de las almas
nuevas, frenéticamente,
en un abrazo de espadas.

Porque es tiempo y mi mensaje
se va de mí, derramado;
negra novia del recuerdo,
lejana y sola, esperando.


Victoriano Crémer


Tú, Esperando Mi Sombra

Ahora que oyes tu sangre
me has oído.
Ahora que te has quedado dueño del universo,
la más desamparada criatura del tiempo.

Ahora que te has quedado
solo y solo.
En este instante puro para mirar la muerte
puede mi sombra amiga reconquistar tu frente.

¿Has buscado en el agua
mi sonrisa?
¿Te has inclinado a veces para tocar la tierra
donde el musgo defiende las flores más pequeñas?

¿Has mirado la nube
sin descanso ?
¿Has tomado del viento las semillas secretas?
¿Has tocado las locas manos de la tormenta?

¿No me has reconocido?
Óyeme ahora:
mira en tu soledad una abeja dormida,
que elabora en el sueño su miel sin alegría.


Sara de Ibáñez


Palabras En La Noche

Cecilia, dulce amiga. Hoy yo quisiera hablarte
con la verdad que nace de un corazón pequeño.
Decirte cómo un día yo quise condenarte.
A ti que fuiste solo la luz para mi sueño.

A ti que fuiste siempre la luz para mi vida,
la luz parada en medio de mi existencia vana,
la luz suave y callada, la luz dulce, esparcida,
valiente en la tristeza, luciente en la mañana.

A ti, blanca presencia del día silencioso,
escala de ternura, licor que yo he bebido.
a ti, prado o colina que esparce su reposo.
A ti a quien tantas veces mi amor ha entristecido.

Decirte, suavizarte, hablarte del rocío,
hablarte de la noche que baja lenta a verte,
cual baja ya tu vida, más dulce al pecho mío,
que quiso un día amarte y vino a deshacerte...


Carlos Bousoño


Angustia

Yo me lleno de angustia mirándote la frente
porque estás más lejana cuando estás más presente.

Para que yo no pueda llegar hasta tu alma
tú me miras a veces con esa misma calma

con que miran los lagos una noche estrellada:
la miran hasta el alba y no le dicen nada.

Espadas de silencio guardan tu pensamiento
y yo me estoy muriendo de sentir lo que siento:

angustia de no verte los labios apretados
cuando nombro la historia de los besos robados,

angustia de mirarte las pestañas caídas
indiferentemente, como flores vencidas,

cuando me entrego y hablo de la virtud del trigo
y te pido amoroso que te vengas conmigo.

Nada te transparenta, hasta tu misma risa
relieva tus perfiles de mujer imprecisa.

Todos tus actos tienen profundidad de arcano,
hasta el acto sencillo de levantar la mano.

Me nombras y te salen despacio los sonidos,
como si no quisieran llegar a mis oídos.

En ti misma te escondes, yo te busco y el llanto
muchas veces me inunda y es de buscarte tanto.

Te fugas hacia adentro de ti misma obstinada
y yo sufro mirándote con la boca cerrada.

Tus dos labios sin música de palabras ardidas
se me antojan dos flautas por ti misma vencidas.

Vives en mi tan honda, desde hace tantos meses,
que si ahora muriera moriría dos veces.

Angustia de mis manos buscando en el vacío
tu corazón que ignora la soledad del mío.

Angustia de tus trenzas, que recortaste un día
y que tenían la forma de la tristeza mía.


Carlos Castro Saavedra


Cinco Poemas Para Cris

I
Ya mucho más allá del mezzo
«camin di nostra vita»
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
si espumas ni sábanas ni muslos.

Todo se cumple en un reflejo de crpúsculo
tu pelo tu perfume tu saliva.
Y allí del otro lado te poseo
mientras tú juegas con tu amiga
los juegos de la noche.

II
En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los huebiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras.

III
Sé muy bien lo que ganas
cuando te pierdes en el goce.
Porque es exactamente
lo que yo habría sentido.

IV
La justa errata
habernos encontrado al final del día
en un paseo púbico.

V
Me gustaría que creyeras
que esto es el irrisorio juego
de las compensaciones
con que consuelo esta distancia.
Sigue entonces danzando
en el espejo de otro cuerpo
después de haber sonreído
apenas
para mí.


Julio Cortázar


Canción Lejana

Y yo también como la tarde
toda me tornaré dichosa
para quererte y esperarte.
Iluminada de tus ojos
vendrá la luna,
vendrá la luna por el aire.

Tú me querrás inmensamente.
Mi corazón será infinito
para la angustia de tu frente.
Yo te daré los sueños míos:
amor, dolor, sencillamente.
Después será la enamorada sonrisa,
el beso, la memoria llena de ti, maravillada.
Y el gozo azul de estar contigo
fuera del tiempo, sin palabras.
De golondrina en golondrina
nos llegará la primavera
de la mirada pensativa.
Y un mismo cauce de dulzura
tendrán las rosas y los días.
Yo te daré los sueños míos:
amor, dolor, sencillamente.


Meira Delmar


Un día me prometiste que harías todo lo que estuviera en tu mano por hacerme feliz. Pues bien, ha llegado el momento de poder cumplir tu promesa.
Te voy a pedir una única cosa, solo una, y nada más…

Quiero que salgas de mi vida.

Y no pongas cara de incredulidad. Me lo prometiste, ¿no? Solo quiero eso… por favor… No lo soporto más.
Quiero dejar de sonreír como una estúpida cada vez que pienso en ti.
Quiero dejar de ilusionarme cada vez que recibo un mensaje tuyo, esperando que, por fin, me digas que te has dado cuenta de lo mucho que me quieres.
Demuéstrame que tus promesas no son en vano. Hazlo. Desaparece de mi vida. De golpe; quizás así sea menos doloroso.
No quiero pasarme noches enteras sin dormir pensando en que esa mañana me has abrazado.
Ojala pudiera coger una escopeta y matar de una vez por todas a esas malditas mariposas que no quieren salir de mi estómago.
No quiero seguir fingiendo que solo te quiero como amigo.
No quiero que vuelvas a pedirme consejo sobre chicas porque resulta que te gusta mi amiga. Nunca más, por favor…
¿Sabes lo que había detrás de esa sonrisa que yo mostraba cuando conquistaste a la chica que te gustaba? Había un corazón apuñalado por cientos de cuchillos. Había una chica que deseba lanzarse a tus brazos y besarte hasta que se acabara el mundo. Y sin embargo, ¿que era lo que yo hacía? Seguía ayudándote y te seguía animando para que siguieras con esa chica. Mi mejor amiga.
Te odio por todo lo que me has hecho pasar. Pero, entonces, ¿por qué sigo teniendo escalofríos cada ve que me tocas?
¿Estás contento con lo que has conseguido? Pues si ya estas satisfecho, esfúmate de una maldita vez. Vete y no vuelvas jamás…


Erika


Lo que me atrajo al viento.

El encuentro con mi amigo el viento,
desde mi primer aliento
un respiro de amor,
¡Vida te amo tanto!

Te amo por hacer del momento una poesía,
una alegoría,
una fiesta,
porque los dolores son menos intensos,
porque todo lo malo se va con el viento.
El viento es amigo de la lluvia
y con esa lluvia caen los amores,
los amigos, los triunfos y los fracasos.

Luego, me doy cuenta
de que existe el tiempo,
de que existe la realidad,
que crezco cada día
y muero un poco más.
Recorro la cinta de mi vida;
veo personas que
ahora no están.

No hay rencores,
no puedo odiar
pues con solo amar duele el corazón
y me dan ganas de llorar.

Que la vida es mi pasión,
mi corazón una bomba de tiempo
y no sé cuándo estallará,
pero al dormir se calma
y es tan agradable esa sensación;
todo, todo, calla.

Me alejé de mi visión
me alejé de lo que quise
pero el viento
me estacionó ahí, justo ahí.

Me llevó a otro lugar,
para cumplir una misión
para que alguien trabajara en mí;
aquél que me llenó de calidez,
quien me impresionó
quien me desató
y despertó todos los sentidos
incluyendo el del amor.
Él que me hace enloquecer,
que me cubre con sus miradas
y con su calor
como una fresca sábana
en una noche húmeda
donde el viento es testigo
de aquello que solo sabemos
que ha sido en nuestros sueños.

También gané una amiga,
amiga del alma
mi fuerza fraterna,
agua en tiempos de sequía,
mujer de armonía,
su nombre; Rosalía,
llena de alegría
de sonrisa franca,
ternura de niña
mano amiga que tengo hacia mí tendida
cuando mis arranques y mareas me dominan,
¡Que Dios te bendiga Hermanita Mía!

Viento, sigo esperándote
¿A dónde me llevarás?
imponme un reto
estoy con las ansias que muero.


Claudia Lorena García Lara




si sientes que el mundo se cae
que el sol se apaga
que la vida termina
para eso esta la amistad
los amigos te ayudan, te quieren, te apoyan
sin importar el momento, el día o la hora
sin importar el lugar, en la plata o miramar

hazme caso, si te sientes solo
hazme caso, si te dejan por otro
llama a una amiga o amigo
y cuentale todo


Camii9829 Jonass


"MI AMIGA VALENTINA"
valentina
es como se llama esta niñita
con los ojos y la miradita mas linda
que tenia una variacion
de marron claro y color cafe,
que no me cansaba de ver.
Si; eran los ojitos de valentina,
los mas lindos de mi vida
bien chistosa y juguetoncita.


el poeta del pueblo


No espero de ti la perfección,
porque te respeto tal como eres,
y no pretendo que no falles nunca,
porque eres, como yo, un ser humano.

No quiero saber todos tus secretos,
sé que eres una persona aparte.

Ni que cubras todas mis necesidades;
porque comprendo que tienes esperanzas y sueños propios.

No pongo en duda tu fuerza,
porque sé lo lejos que has llegado,
pero tampoco espero que tú lleves toda la carga,
pues yo estoy aquí para llevarla contigo.

No pido que conozcas todas las respuestas:
sé que habrá veces que tendrás tantas dudas como yo.

Solo te pido que me cuentes como amiga cuando necesites apoyo o alegría,
como socia en los sueños y el futuro,
como consuelo cuando necesites olvidar el mundo exterior.

Y te pido que recuerdes siempre lo mucho que te amo.


endersi14


Sueño

Voya dormir de nuevo, en el penacho negro
que llevan en la cresta aquellas nubes altas.
Voya escapar del mundo y a disfrutar el sueño
que nos brinda el descanso que ya nunca se acaba.

Voya dejar la fuerte y apasionada angustia
que hierve entre las venas de mi sangre amargada,
para seguir caminos que nacen y se borran
en la piel infinita de tardes y mañanas.

Voya ascender a donde los vientos son continuos
y empujan incansables la fantasía del alma.
Mis versos, como gotas de rocío mañanero,
resbalarán del manto rosado de las albas.

Qué importa que desnudo, tirite mientras vuelo,
ingrávido en las nubes, sin plumas y sin alas.
Qué importa, si es más grande la frialdad de sentir
pasiones que perduran y que nunca se apagan.

Desde la fría torre de celestial iglesia,
mi lengua, de badajo, servirá a la campana,
y pegará en el bronce, llamando persistente,
a las almas sin rumbo que por el cielo vagan.

Cuando el violín de ausencias gima apartado y triste
bajo la inmensa sombra de las nubes que pasan,
mi voz irá cantando salmodiante y tranquila,
feliz en el murmullo de la lluvia lejana.


Humberto Garza


Amiga

Te brillaban dos lágrimas
por fin nos despedimos
sin poder compartir el aluvión de noche

pero tú me sabías
rompiéndome en aceras
recorriendo senderos sin gravedad deshechos
alejándome progresivamente
por el vasto universo de veloces esferas
desde aquel chorro negro en cuyo centro
el yo
se quedaba en la ráfaga
el punto
donde nada ni nadie
solo el deseo con su vientre de lava
la muerte por los brazos cargando pesadez
cargando frío
dejándolos colgar desasiéndose aplastándose
la cabeza también como un cometa dormido rodando
a miles de kilómetros ya la vez
en tus pupilas húmedas
brillantes como estrellas en el agua de la noche
de esa noche
cuando abierto y desnudo el corazón
como las rosas que desnudan su cráter
y el cuerpo les da vueltas
como fuego en racimos
devorador de órbitas elípticas que ensanchan el espacio infinito
dejaba solo solo solo
ese punto
lejano y arraigado
negro insaciable pozo de tortura y destello
que reclama violento
más viento entre los sauces que lloran
más delirio en las cascadas irisadas
más cobijo en las manos de la lluvia
más temblor en el beso de la tierra
y agónico
encuentra nada más el pánico
de miembros desarmados
y se entrega fieramente
al sueño extraño
en la ebriedad y veneno
de un instante de amor
propio
inasible
incomprensible
inexpresable
intransmisible
incomunicable
incompartible
a penas
un ahogo
perecer

y todo
en tu pupila
impregnada de infancia.

"Libro de alienaciones" 1980


Clara Janés


Con La Forastera

Pues no tendrán en común ni un idioma
(No digamos una ciudad, un hogar, un hijo),
Ni siquiera esas canciones, esos sitios,
Esos olores que acaso solo nos parecen hermosos porque
nos recuerdan un recuerdo,
Porque nos recuerdan a nosotros mismos, y quizá lo que
llamamos belleza
No sea sino la terca persistencia del ser más allá de sí mismo,
Más allá de su lugar y su tiempo, como la luz de un astro
hace siglos apagado.
Pero astros sí tendrán en común. Al levantar los ojos
No habrá en el cielo país extranjero.
Aquellas estrellas son estas mismas estrellas,
No distan más de esa ciudad lejana que de ésta.
Aquellas montañas y este mar les son igualmente familiares
O igualmente extraños.
Y también unas desperdigadas horas de febrero
pertenecientes para siempre
Al insaciable pasado.

De "Siempre por primera vez"


Roberto Fernández Retamar


Los Nombres de Las Cosas

Si decimos madera, se oye el viento
poniendo entre los árboles su música,
como cuando al nombrar el pan nos llega
un vaho caliente de la mies madura
y al decir vino es un otoño claro
lo que nos toca con su mansa lluvia.

En el ala del nombre cada cosa
trae el olor de una sustancia pura,
la lejana verdad de su materia,
los cálidos cimientos que la fundan.

Si decimos madera suena el golpe
del leñador entre las altas plumas
vegetales, la sombra campesina
si pan decimos fugitiva cruza

y la mano artesana que levanta
la nívea luz de la amasada espuma,
y el rumor jornalero en los lagares
si vino dice nuestra voz, se escucha.

En la arcilla del nombre cada cosa
como en pequeños ríos acumula
el humano sudor, el noble esfuerzo
para su claridad primera y última.

Hasta nosotros vienen nombres, cosas:
madera, vino, pan, metales, frutas...
Satélites diarios nos rodean,
sus solícitas sombras nos ayudan.

Tienes que pronunciar los nombres
de las cosas sintiendo su profunda
realidad de materia y su invisible
condensación de vida.

Tal la pulpa de una almendra,
en la cáscara del nombre trozos de vida,
vidas diminutas, duermen y se despiertan
en tus labios, hijo,
cuando tus labios las pronuncian.


Leopoldo de Luis


Antífona Del Amor Inmutable

Siempre habré de quererte como ahora:
¡Amor de luces blancas!...
¡Fuego de sol que me calienta el pecho
y no levanta llama!

Con esta misma música recóndita,
tan profunda y tan vaga
como el rumor inmenso que recoge
el caracol de nácar.

Con el íntimo verso que revienta
en sencillas palabras
y queriendo expresar todo lo bello,
casi no dice nada.

Con el goce callado de sentirte
en la raíz del alma:
savia celeste que mi anhelo yergue
hasta las nubes altas.

Con el ensueño renovado y fresco
y esta ternura clara
que apenas cuaja en la caricia leve,
como el roce de un ala.

...Siempre habré de quererte como ahora,
aunque después me vaya
errante y sola, con el llanto mudo,
y la emoción ahogada.

He de llevar en el oído fino
tu suave voz lejana
y en el pequeño corazón rebelde
tu misteriosa marca

Porque me amarra a ti nudo de siglos,
y saltando distancias
fui persiguiendo en encontrados rumbos
la huella de tu planta.

Porque llegué de la negrura densa:
una sombra agachada...
y en tus brazos de amparo se encendía
el resplandor del alba.

Porque el sollozo, retorcido y hondo,
colmando mi garganta,
soltó en la cuenca de tu mano tibia
su amargura salada.

Porque anclé mi inquietud en el remanso
de tu pureza intacta
y meció tu silencio transparente
mi vela desgarrada.

Porque encontraste la verdad oculta
bajo mi forma vana.
¡Y el mismo Dios, con su pupila eterna
me mira en tu mirada!


Claudia Lars


Lamento En La Montaña

Aún te veo, río de mi vida,
con los ojos que miran las montañas.

Yo era una montaña con almendros
montaña solitaria.
Y viniste alegre con tu canto
y me besaste toda con tu agua.
Me dejaste inquietud para la noche
y el alma enamorada.

Aún te veo, río de mi vida,
en la curva lejana,
te vas cantando más entre los chopos,
te vas cantando más que en tu llegada.
Y yo,
paralítica montaña;
inmóvil te recuerdo,
enferma de volcanes, alocada,
espero tu regreso, río loco,
que pasaste besando
mi cuerpo de montaña.
Tuviste que seguir tu destino de río,
y yo el mío triste de tierra amontonada.

Me dice el viento que vas al mar,
Te sigo río mío, con los ojos,
Te sigo río mío con los ojos,
ya que no puedo seguirte con las plantas.
Soñé... te quedarías a mi lado,
como un lago sin cisnes,
para siempre,
acunando mi ansia.
Qué locura más loca
enamorarse de un río una montaña!


Gloria Fuertes


Poema Del No

Me decías que no. Por tu mirada
pasaban barcos lentamente. Había
gaviotas en tus ojos, en tus blandos,
oscuros ojos grandes,
donde iba cayendo la amargura
como un anochecer de altas sirenas
en los puertos del Sur.
Me decías que no serenamente.
Era un no original, que ya existía
antes que tú, que hablaba por sí mismo
mientras que tú, impotente, absorta, fijos
en mí tus ojos, lo sentías vivo,
palpabas su raíz por tus adentros.
Era un no adivinado,
mudo, pesadamente silencioso.
Tu duro cuerpo tibio
me decía que no, sin causas, iba
replegándose, como
si volviese a la infancia. Tú no eras.
Me decías que no, y en tu mirada
cabalgaba un dolor que yo diría
maternal. Un dolor implorando
comprensión. Un no de contenida
pesadumbre, pero total, abierto,
levemente asomado
a las playas del llanto.
Me decías que no lejana, sola,
terriblemente sola, maniatada,
sin un porqué donde apoyarte, pero
era no, era no, sin gritos, no...

Los puertos, las sirenas,
los barcos en la noche, todo iba
perdiéndose, alejándose.
Yo, delante de ti, triste, abatido.


Rafael Guillén


Ayer En Fondo

Son canas infantiles.
Recuerdos de la infancia.
Por ese tiempo aquel
tu figurilla blanca.

(Te imagino allí, breve,
al corro, con palabras
medias. Puras.
-El tiempo.
El tiempo, el tiempo, hermana.)

Eras. Fuiste. Has sido.
Nostalgia de nostalgia.
¡Y estas fotografías
que todo me lo aclaran!

Mirándolas estamos.
Te pregunto. Me hablas.
Mi pregunta es un eco;
tu respuesta una cana:
parece que respondes
como si preguntaras.

Eras. Fuiste. Has sido.
Me duele un poco tanta
inocencia. Me duele
más que la mía tu infancia.

Ayer en fondo. Sueña.
Parece una cantata.
¡Música de una niña
mirándome, lejana!
Y, en marco, ¡los paisajes
aquellos que te guardan!

Estamos juntos viendo
arqueologías cuadradas,
testamentos pequeños,
lejanías, cantatas.
Cartoncitos.
Nos lloran.
Los ancianos del alma.
Ayer en fondo. Nunca,
nunca será mañana.

Los paisajes aquellos,
¡tu figurilla blanca!


Félix Grande


Saudade

Quisiera creer
que te veré otra vez
que nuestro amor
florecerá de nuevo
quizá seas un átomo de luz
quizá apenas existan tus cenizas
quizá vuelvas
y yo seré cenizas
un átomo de luz
o estaré lejana.
No volverá a repetirse
nuestro amor.


Claribel Alegría


Cantar de Amigo

Di, noche, amiga de los oprimidos,
di, noche, hermana de los solidarios,

¿dónde dejaste al que ayer fue mi amigo,
dónde dejaste al que ayer fue mi hermano?

-Verde le dejo junto al mar tranquilo;
joven le dejo junto al mar callado.


Antonio Carvajal


Jazmín

Para Quinín García de la Bárcena

Amiga mía, a veces si estoy leyendo y llueve
como ahora, tu voz parece oírse cerca,
por entre los grabados del pasillo y la cal
que intenta ser imagen de un callejón de Córdoba.

Brilla en el vaso apenas un copo de jazmines,
el fugitivo olor que tu mano ordenaba
sobre el mantel listado, con el pan y el cubierto
de la ternura abierta en la frugal vianda.

¿Te olvidamos un poco? Tú cruzas silenciosa.
Nuestros días se han hecho sordos y no esperamos,
con la vejez terrible, unas lágrimas frescas.
El llanto es privilegio de los amores jóvenes.

Mas tu perfil en sepia de la fotografía
me lleva hasta los libres, primeros años 30:
las trenzas -Lily Cépannek- en diadema de mieses,
la angostura del cóctel, la rosa de un abdullah.

Aquel túnel de sangre del verano... Chirriando
se detuvo el expreso en andenes hostiles
y atrás quedó el bagaje y el inútil retorno
talló de sales duras la mirada al pasado.

Luego, ya tejedora de bufandas de hastío,
vas y vienes, levantas el estor, la sonrisa,
y en el alféizar húmedo desmenuzas las migas
doradas para el ave mortal de la tristeza.

Oscurece tan pronto. Obediente a los signos
caminas al encuentro en el atrio sombrío.
Fulge a la luna el miedo cipresal de la noche
y está el naipe marcado con la indecible cifra.


Pablo García Baena