Casi ( 4 )
Casi. Encuentra docenas de casi con fotos para copiar y compartir.
El profundo respeto a la vejez y a la tradición -el derecho entero se basa en ese doble respeto-, la fe y el prejuicio favorables para con los antepasados y desfavorables para con los venideros son típicos de la moral de los poderosos; y cuando, a la inversa, los hombres de las "ideas modernas" creen de modo casi instintivo en el "progreso" y en "el futuro" y tienen cada vez menos respeto a la vejez, eso delata ya suficientemente la procedencia no aristocrática de esas "ideas".
Friedrich Nietzsche
Cuando se ha salido del círculo de errores y de ilusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar.
Emil Michel Cioran
Casi siempre me ocurre a mí con la gente lo que le ocurría a Jesús de Nazaret cuando llamaba a sus discípulos: que siempre estaban todos dormidos.
Arthur Schopenhauer
La gente no tiene idea de hasta qué punto es arrastrada por el miedo. Este miedo no es fácilmente definible. Hay momentos en que este miedo se vuelve casi una obsesión.
George Gurdjieff
Casi siempre lo mejor de la vida conciste en no hacer nada en absoluto, en pasar el tiempo reflexionando, rumiando todo ello. Quiero decir pongamos que alguien comprende que todo es un absurdo, entonces no puede ser tan absurdo porque uno es consciente de que es un absurdo y la consciencia de ello es lo que le otorga sentido. ¿Me entienden? Es un pesimismo optimista.
Charles Bukowski
Casi Cruzo La Barrera
Casi cruzo la barrera
del espejo para ver
lo que no se puede ver:
el mundo cómo sería
si la realidad copiara,
y no al revés, el espejo
llena, por fin, de su nada.
Casi cruzo la barrera
del espejo para ver
lo que no se puede ver:
el mundo cómo sería
si la realidad copiara,
y no al revés, el espejo
llena, por fin, de su nada.
Enrique Lihn
Antífona Del Amor Inmutable
Siempre habré de quererte como ahora:
¡Amor de luces blancas!...
¡Fuego de sol que me calienta el pecho
y no levanta llama!
Con esta misma música recóndita,
tan profunda y tan vaga
como el rumor inmenso que recoge
el caracol de nácar.
Con el íntimo verso que revienta
en sencillas palabras
y queriendo expresar todo lo bello,
casi no dice nada.
Con el goce callado de sentirte
en la raíz del alma:
savia celeste que mi anhelo yergue
hasta las nubes altas.
Con el ensueño renovado y fresco
y esta ternura clara
que apenas cuaja en la caricia leve,
como el roce de un ala.
...Siempre habré de quererte como ahora,
aunque después me vaya
errante y sola, con el llanto mudo,
y la emoción ahogada.
He de llevar en el oído fino
tu suave voz lejana
y en el pequeño corazón rebelde
tu misteriosa marca
Porque me amarra a ti nudo de siglos,
y saltando distancias
fui persiguiendo en encontrados rumbos
la huella de tu planta.
Porque llegué de la negrura densa:
una sombra agachada...
y en tus brazos de amparo se encendía
el resplandor del alba.
Porque el sollozo, retorcido y hondo,
colmando mi garganta,
soltó en la cuenca de tu mano tibia
su amargura salada.
Porque anclé mi inquietud en el remanso
de tu pureza intacta
y meció tu silencio transparente
mi vela desgarrada.
Porque encontraste la verdad oculta
bajo mi forma vana.
¡Y el mismo Dios, con su pupila eterna
me mira en tu mirada!
Siempre habré de quererte como ahora:
¡Amor de luces blancas!...
¡Fuego de sol que me calienta el pecho
y no levanta llama!
Con esta misma música recóndita,
tan profunda y tan vaga
como el rumor inmenso que recoge
el caracol de nácar.
Con el íntimo verso que revienta
en sencillas palabras
y queriendo expresar todo lo bello,
casi no dice nada.
Con el goce callado de sentirte
en la raíz del alma:
savia celeste que mi anhelo yergue
hasta las nubes altas.
Con el ensueño renovado y fresco
y esta ternura clara
que apenas cuaja en la caricia leve,
como el roce de un ala.
...Siempre habré de quererte como ahora,
aunque después me vaya
errante y sola, con el llanto mudo,
y la emoción ahogada.
He de llevar en el oído fino
tu suave voz lejana
y en el pequeño corazón rebelde
tu misteriosa marca
Porque me amarra a ti nudo de siglos,
y saltando distancias
fui persiguiendo en encontrados rumbos
la huella de tu planta.
Porque llegué de la negrura densa:
una sombra agachada...
y en tus brazos de amparo se encendía
el resplandor del alba.
Porque el sollozo, retorcido y hondo,
colmando mi garganta,
soltó en la cuenca de tu mano tibia
su amargura salada.
Porque anclé mi inquietud en el remanso
de tu pureza intacta
y meció tu silencio transparente
mi vela desgarrada.
Porque encontraste la verdad oculta
bajo mi forma vana.
¡Y el mismo Dios, con su pupila eterna
me mira en tu mirada!
Claudia Lars
Los salvajes se devoran los unos a los otros y los mansos se engañan mutuamente; "curso del mundo" se denomina a eso. Los Estados con toda su artificiosa maquinaria dirigida hacia fuera y hacia dentro y con sus medios de fuerza, ¿qué son sino precauciones tomadas para poner límites a la ilimitada injusticia de los humanos? ¿Es que no vemos en toda la historia que cada rey, tan pronto como su posición es firme y su país disfruta de alguna prosperidad, se sirve de ella para lanzarse con su ejército como con una banda de ladrones sobre los Estados vecinos? ¿Es que no son casi todas las guerras en el fondo expediciones de rapiña?.
Arthur Schopenhauer
Lo que más me inquieta es que en España todos se preguntan: ¿qué va a pasar? Casi nadie se pregunta: ¿qué vamos a hacer?
Julián MarÃas
La respuesta suave calma la ira, así como el aceite calma las olas. Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena es una de las empresas más difíciles de este mundo.
Noel Clarasó
Esa clemencia, de la que se hace una virtud, a veces se practica por vanidad, otras por pereza, a menudo por miedo, y casi siempre por esas tres razones juntas.
Francisco de La Rochefoucauld
El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta.
Jean-Jacques Rousseau
Es verdad que optamos por la risa en casi todas las situaciones, con excepción de una que otra visita al dentista.
Joseph Heller
Lo Que Deje Por Ti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti
Te Quiero Porque Fumas...
A Paul M. Viejo
Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
y escribes sin cesar por las paredes
o en la estación del tren
o en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
y aunque lo llames Marta
soy yo quien te acompaña
por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
que formas laberintos para que me distraiga
y me quede dormida cuando llega la tarde.
A Paul M. Viejo
Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
y escribes sin cesar por las paredes
o en la estación del tren
o en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
y aunque lo llames Marta
soy yo quien te acompaña
por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
que formas laberintos para que me distraiga
y me quede dormida cuando llega la tarde.
Elsa López
Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder.
Abraham Lincoln
Desde Donde Me Ciego de Vivir
Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?
Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?
José Manuel Caballero Bonald
No me importaría que la opera desapareciera. Desde que era un niño, me pareció un pesado anacronismo, casi el equivalente de fumar.
Frank Lloyd Wright
Reino Escondido
Avant cette époque... je ne vivais pas encore,
je végetais... ce fut alors que mon âme
commença à être susceptible d'impressions.
Casanova
No puedo recordar
por qué escogí aquel reino de ladrillo.
¿Por qué el rincón tan húmedo, la esquina
verde del corredor?
Solo el terror pasaba, a veces
la insolente figura devorada
casi enseguida por la luz.
Estuve solo siempre, al menos
que yo recuerde. Cuando entró
me pareció descalza,
alta la piel desnuda en la agitada penumbra.
Los aires hasta arriba
se tiñeron de ella, y todo olía
a nocturno animal;
yo mismo era su olor, yo mismo
casi como su espuma.
Ya no volvió a pasar.
Quedó su cuerpo en mí, la certidumbre
por debajo de todos los vestidos.
Quebró las horas del no hacer,
sembró de miedo el mundo
instrumental y blanco, entre temores.
Avant cette époque... je ne vivais pas encore,
je végetais... ce fut alors que mon âme
commença à être susceptible d'impressions.
Casanova
No puedo recordar
por qué escogí aquel reino de ladrillo.
¿Por qué el rincón tan húmedo, la esquina
verde del corredor?
Solo el terror pasaba, a veces
la insolente figura devorada
casi enseguida por la luz.
Estuve solo siempre, al menos
que yo recuerde. Cuando entró
me pareció descalza,
alta la piel desnuda en la agitada penumbra.
Los aires hasta arriba
se tiñeron de ella, y todo olía
a nocturno animal;
yo mismo era su olor, yo mismo
casi como su espuma.
Ya no volvió a pasar.
Quedó su cuerpo en mí, la certidumbre
por debajo de todos los vestidos.
Quebró las horas del no hacer,
sembró de miedo el mundo
instrumental y blanco, entre temores.
Carlos Barral
Presencia En El Olvido
Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.
Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía...
Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras...
¡Hoy no sé qué se hicieron!
Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento
caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos...
Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco...
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.
Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro...
La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos...
Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.
Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.
Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía...
Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras...
¡Hoy no sé qué se hicieron!
Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento
caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos...
Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco...
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.
Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro...
La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos...
Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.
Meira Delmar
¿quién Eres?
Con cambiarte de traje, te cambio también de alma.
( No adivinas mi angustia. No sé casi quién eres. )
Si te revuelvo el pelo tú ríes locamente
mientras a mí me duele sentirte tan informe.
Tanto puedo variarte que no sé ya que quiero.
Tú puedes serlo todo. Tú eres la misma nada.
Y te ríes, y acaso, si tus labios me buscan
son solo una medusa de silencio anhelante.
Con cambiarte de traje, te cambio también de alma.
( No adivinas mi angustia. No sé casi quién eres. )
Si te revuelvo el pelo tú ríes locamente
mientras a mí me duele sentirte tan informe.
Tanto puedo variarte que no sé ya que quiero.
Tú puedes serlo todo. Tú eres la misma nada.
Y te ríes, y acaso, si tus labios me buscan
son solo una medusa de silencio anhelante.
Gabriel Celaya
La Amante
Y, desdichada, hallarte vibrante de violetas,
celeste, submarina, subterránea,
ahijada de las nubes,
sobrina del oleaje,
madre de minerales
y vegetales de oro,
universal, florida,
jugosa como caña
y ligera de brisas
y cánticos de seda.
Desdichada penumbra al encontrarte
negándose tu cuerpo a mi deseo,
dándose al día siguiente,
circulando en el aire que respiro,
diseñando mi vida,
mi agonía
y mi muerte sencilla,
y mi futura muerte
entre los muertos.
Ah tu cordial miseria de caricias,
el gesto amargo de tus manos
y la rebelde fuga de tu piel,
cómo me decepcionan,
me castigan y ahogan,
hembra de plata líquida,
insobornable y mía.
Y tu noche de gritos y gemidos,
alimentando vida, creando luz,
provocando sudor, melancolía,
amor y más amor desfallecido,
tumultos de palabras,
mi desdichada niña,
olvidándote, sí, casi perdiéndote
en el ruido de torsos y sollozos.
Pero siendo destino, siendo gloria
tus cabellos castaños, tus miradas
y tus feas rodillas de suave juventud.
Y, desdichada, hallarte vibrante de violetas,
celeste, submarina, subterránea,
ahijada de las nubes,
sobrina del oleaje,
madre de minerales
y vegetales de oro,
universal, florida,
jugosa como caña
y ligera de brisas
y cánticos de seda.
Desdichada penumbra al encontrarte
negándose tu cuerpo a mi deseo,
dándose al día siguiente,
circulando en el aire que respiro,
diseñando mi vida,
mi agonía
y mi muerte sencilla,
y mi futura muerte
entre los muertos.
Ah tu cordial miseria de caricias,
el gesto amargo de tus manos
y la rebelde fuga de tu piel,
cómo me decepcionan,
me castigan y ahogan,
hembra de plata líquida,
insobornable y mía.
Y tu noche de gritos y gemidos,
alimentando vida, creando luz,
provocando sudor, melancolía,
amor y más amor desfallecido,
tumultos de palabras,
mi desdichada niña,
olvidándote, sí, casi perdiéndote
en el ruido de torsos y sollozos.
Pero siendo destino, siendo gloria
tus cabellos castaños, tus miradas
y tus feas rodillas de suave juventud.
EfraÃn Huerta
Ceguera
Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé...
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.
¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!
Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé...
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.
¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!
Delmira Agustini
Por: yo de nuevo xD
Duele ser dejado a la intemperie
cuando todo parece tan surreal lejos de los crueles
duele ser dejado bajo la lluvia
si bajo su sombra seguirías seco y muy lejos de mojado
Como duele aceptar q ya no te quiere mas
y jurar q la vas a olvidar, q nunca la volveras a nombrar
como arde en el pecho llorar sabiendo q no va regresar
y hablarle con tanto odio sin poder superar el amor q sientes
Pero no se q se siente pensar en ti y llorar
sabiendo q ya no regresaras q de mi te lograste olvidar
q sonríes ahora q a mi lado no estas
q hoy quieres a alguien mas
No se como hacerle para q sepas q yo te extraño
q te sueño a diario y te sigo pensando
q eres tu la razón para levantarme cuando estoy cansado
q soy yo el q te ama aun siendo solo un recuerdo
Q no daría por seguir a tu lado... q esos seis fueran casi un año
y esos labios poder seguir besando... ser feliz y caminar airado
q no daria por tomar tu mano y escondernos una vez mas de todo ser humano
por burlarme de tus amigas enfrente sin decirles q te amo
Tu eras lo q me daba valor para enfrentarlas
tu eras lo q me hacía caminar en contra de las miradas
fuera d lo q me dijeran era tuyo y mia eras tu
fuera lo q fuera yo te quería y tu me correspondías.
Duele ser dejado a la intemperie
cuando todo parece tan surreal lejos de los crueles
duele ser dejado bajo la lluvia
si bajo su sombra seguirías seco y muy lejos de mojado
Como duele aceptar q ya no te quiere mas
y jurar q la vas a olvidar, q nunca la volveras a nombrar
como arde en el pecho llorar sabiendo q no va regresar
y hablarle con tanto odio sin poder superar el amor q sientes
Pero no se q se siente pensar en ti y llorar
sabiendo q ya no regresaras q de mi te lograste olvidar
q sonríes ahora q a mi lado no estas
q hoy quieres a alguien mas
No se como hacerle para q sepas q yo te extraño
q te sueño a diario y te sigo pensando
q eres tu la razón para levantarme cuando estoy cansado
q soy yo el q te ama aun siendo solo un recuerdo
Q no daría por seguir a tu lado... q esos seis fueran casi un año
y esos labios poder seguir besando... ser feliz y caminar airado
q no daria por tomar tu mano y escondernos una vez mas de todo ser humano
por burlarme de tus amigas enfrente sin decirles q te amo
Tu eras lo q me daba valor para enfrentarlas
tu eras lo q me hacía caminar en contra de las miradas
fuera d lo q me dijeran era tuyo y mia eras tu
fuera lo q fuera yo te quería y tu me correspondías.
Tovléz
Desde
Desde que tu no estas
me eh dado cuenta q ya nada es igual
no tengo las mismas ganas de llamarte una vez mas
crecieron mis ansias por verte cada día
y hoy eres casi un pensamiento diario de mi vida
Desde que tu no estas
yo no eh dejado de cambiar
siempre hay algo nuevo q descifrar
siempre tengo q recordar todo aquello
en lo que quizas sin darme cuenta
te pude fallar
Es q ahora q no estas
todo a llegado a cambiar tanto q yo ya no puedo mas
ya no hay canción para cantar con la q sepas q te puedo amar
el aire se acaba y eres tu quien se lo lleva todo al final
solo me quedan los recuerdos esos bellos momentos
Aquellas veces q cantaba sin parar
nadie me podía callar pues a lo lejos
tu me alentabas a cantar un poco mas
y hasta lo podía gritar!!
pues estabas tu ahí a lo lejos para escuchar
Hoy no te voy a llamar para pedirte regresar
no te voy a buscar para verte aunq sea una vez mas
pero si te llego a encontrar te dire q aun no te puedo olvidar
y q quizas aun sigo amándote en verdad
Lo q me da temor es q tu me vayas a olvidar
ya no como lo q eramos, si no como lo q soy hoy para ti
un simple amigo q te vio venir, se enamoro de ti
y a tu paso casi lo pudo conseguir...
pero tu te fuiste sin mi.
Desde que tu no estas
me eh dado cuenta q ya nada es igual
no tengo las mismas ganas de llamarte una vez mas
crecieron mis ansias por verte cada día
y hoy eres casi un pensamiento diario de mi vida
Desde que tu no estas
yo no eh dejado de cambiar
siempre hay algo nuevo q descifrar
siempre tengo q recordar todo aquello
en lo que quizas sin darme cuenta
te pude fallar
Es q ahora q no estas
todo a llegado a cambiar tanto q yo ya no puedo mas
ya no hay canción para cantar con la q sepas q te puedo amar
el aire se acaba y eres tu quien se lo lleva todo al final
solo me quedan los recuerdos esos bellos momentos
Aquellas veces q cantaba sin parar
nadie me podía callar pues a lo lejos
tu me alentabas a cantar un poco mas
y hasta lo podía gritar!!
pues estabas tu ahí a lo lejos para escuchar
Hoy no te voy a llamar para pedirte regresar
no te voy a buscar para verte aunq sea una vez mas
pero si te llego a encontrar te dire q aun no te puedo olvidar
y q quizas aun sigo amándote en verdad
Lo q me da temor es q tu me vayas a olvidar
ya no como lo q eramos, si no como lo q soy hoy para ti
un simple amigo q te vio venir, se enamoro de ti
y a tu paso casi lo pudo conseguir...
pero tu te fuiste sin mi.
Tovléz
Sea
Agua sumisa al pez de tu capricho.
Tú me quieres así, yo digo: «sea»
y nos navega el cielo por el fondo.
Tú me quieres de estar casi en ausencia,
media luz de tu paz y de tu frente,
sujeta a la distancia en que me cercas.
Tú me quieres en gris como la tarde.
En oración, en sueño, de silencios;
ala cortada y mano sobre mano.
Tú me quieres de espera y de ternura,
al aire de tu tiempo y de tu aire,
surco de amor tendido a tu semilla.
Agua sumisa al pez de tu capricho.
Tú me quieres así, yo digo: «sea»
y nos navega el cielo por el fondo.
Tú me quieres de estar casi en ausencia,
media luz de tu paz y de tu frente,
sujeta a la distancia en que me cercas.
Tú me quieres en gris como la tarde.
En oración, en sueño, de silencios;
ala cortada y mano sobre mano.
Tú me quieres de espera y de ternura,
al aire de tu tiempo y de tu aire,
surco de amor tendido a tu semilla.
Concha Lagos
Amparo-ezbá
Indecisa y cambiante, ¿eres amor o muerte?
¡Ay, ven, Amparo-Ezbá, que te estoy esperando!
Es la palpitación de origen quien podría
acogerte, y besarte, y ofrecerte un refugio
caliente de jazz-hot y trances convulsivos
como, cuando bailando, se pierde la conciencia.
Ven tú, amorosa, ven como la noche crece,
deseo sin objeto, tú que eres el no-objeto
y el placer imposible que en el límite busca
infinitudes ciegas. ¡Ay, no-tú, Ezbá, no-sí,
sí, ven, Ezbá, indecisa, transparente, inasible,
temblorosa de luces, soñadora, engañosa,
tú, tejido del iris, centelleo, sonrisa
hasta mi dulce llanto y a esos gritos salvajes
que no son el amor, o sí son, o al no ser
te llaman desde el centro del tornasol nocturno,
tiránica, traviesa, fascinante, escapada,
y niña, y absorbente como un vórtice suave,
y riendo, riendo, mortal como un pecado
que no existe mas haces con tu burla que exista,
tan cruel, encantadora, pasajera, incitante,
que líquida, impalpable, movimiento sin móvil,
descubres, deshuesada, la santa realidad!
Entonces flota el mundo casi feliz, dudoso,
y el recuerdo anochece lentísimo en la brisa.
Y tú, nunca creída, y tú, siempre sabida,
te ofreces para nada, te niegas para más,
como un antiguo ensalmo y un susurro al oído,
cuando ya todo duerme, y tú casi nos hablas,
o nos cantas, nos rezas, entonteces con nanas.
¡Oh tú, dime quién eres! ¡Oh Ezba, dime si existes!
Indecisa y cambiante, ¿eres amor o muerte?
¡Ay, ven, Amparo-Ezbá, que te estoy esperando!
Es la palpitación de origen quien podría
acogerte, y besarte, y ofrecerte un refugio
caliente de jazz-hot y trances convulsivos
como, cuando bailando, se pierde la conciencia.
Ven tú, amorosa, ven como la noche crece,
deseo sin objeto, tú que eres el no-objeto
y el placer imposible que en el límite busca
infinitudes ciegas. ¡Ay, no-tú, Ezbá, no-sí,
sí, ven, Ezbá, indecisa, transparente, inasible,
temblorosa de luces, soñadora, engañosa,
tú, tejido del iris, centelleo, sonrisa
hasta mi dulce llanto y a esos gritos salvajes
que no son el amor, o sí son, o al no ser
te llaman desde el centro del tornasol nocturno,
tiránica, traviesa, fascinante, escapada,
y niña, y absorbente como un vórtice suave,
y riendo, riendo, mortal como un pecado
que no existe mas haces con tu burla que exista,
tan cruel, encantadora, pasajera, incitante,
que líquida, impalpable, movimiento sin móvil,
descubres, deshuesada, la santa realidad!
Entonces flota el mundo casi feliz, dudoso,
y el recuerdo anochece lentísimo en la brisa.
Y tú, nunca creída, y tú, siempre sabida,
te ofreces para nada, te niegas para más,
como un antiguo ensalmo y un susurro al oído,
cuando ya todo duerme, y tú casi nos hablas,
o nos cantas, nos rezas, entonteces con nanas.
¡Oh tú, dime quién eres! ¡Oh Ezba, dime si existes!
Gabriel Celaya
Escucha, Escúchame...
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino solo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas
parecidas a flores.
Escucha, dime, siempre fue de este modo,
algo falta y hay que ponerle nombre,
creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir niña
o decir nube, adelfa,
sufrimiento,
decir desesperada vena sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.
Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa,
por lo crecido, para lo sonriente,
para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario,
hecha párvula muerta,
sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.
"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino solo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas
parecidas a flores.
Escucha, dime, siempre fue de este modo,
algo falta y hay que ponerle nombre,
creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir niña
o decir nube, adelfa,
sufrimiento,
decir desesperada vena sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.
Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa,
por lo crecido, para lo sonriente,
para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario,
hecha párvula muerta,
sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.
"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980
Blanca Andreu