Caso ( 2 )
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¿Acaso la revolución de un país no aprende de las revoluciones de otros países, incluso en el caso de que estas revoluciones no sean del mismo tipo?.
Iósif Stalin
De las tres formas de Estado, la democracia es, en el sentido propio de la palabra, necesariamente un despotismo, porque crea un poder ejecutivo en el que todos deciden sobre alguien y, en su caso, contra alguien (es decir, contra quien no esté de acuerdo con los demás), con lo que deciden todos, que no son realmente todos. Esto es una contradicción de la voluntad general consigo misma y con la libertad.
Immanuel Kant
Me estremezco al pensar en cuál ha de ser el resultado de una lucha entre sistemas tan distintos; uno de nosotros ha de prevalecer y el otro será destruido, en cualquier caso no podemos existir ambos de forma segura. De su parte está la inmensa riqueza de su imperio, recursos intactos, experiencia y práctica en las armas, una soldadesca veterana, una serie ininterrumpida de victorias, disposición a resistir las dificultades, unión, orden, disciplina, frugalidad y vigilancia. De la nuestra se encuentra una hacienda vacía, hábitos lujosos, recursos agotados, espíritus quebrantados, una soldadesca tosca e insubordinada, y codiciosas reyertas; no hay respeto por la disciplina, el libertinaje se extiende por todas partes, los hombres se complacen en la embriaguez y la depravación, y, lo peor de todo, el enemigo está acostumbrado a la victoria, y nosotros a la derrota. ¿Podemos dudar de cuál ha de ser el resultado?7
Niall Ferguson
La ley de rendimientos decrecientes describe actividades económicas en las que cuanto más realices una operación, menos beneficios obtienes. [?] La adicción es un caso especial de rendimiento decreciente en el que cuanto menos beneficios te da una cosa, más te dedicas a ella. Se supone que si eres consciente de encontrarte en una situación de rendimiento decreciente, intentarás salir de ella; eso sería lo racional. La adicción se presenta cuando eres consciente de que obtienes menos beneficios de la droga, pero te resulta más difícil, en lugar de más fácil, cambiar tu situación. Lo que ocurre es que cuanto menor es la recompensa que te proporciona la droga, más atractivo te parece el pasado. Te das cuenta de que el futuro va a ser peor que el presente y mucho peor que el pasado.
Ann Marlowe
Lo que hizo la diferencia en mi caso fueron la educación y la base familiar. Por eso Pelé nunca estuvo envuelto en escándalos.
Pelé
¿No falta algo, miss Price, en nuestro idioma... algo entre recuerdos y... y cariño..., que se adapte a la especie de relación amistosa que hemos mantenido? ¡Son tantos meses de trato! Pero los recuerdos son suficientes para el caso.
Jane Austen
Aquello que de ordinario denominamos "opinión pública" se basa sólo mínimamente en la experiencia personal del individuo y en sus conocimientos; depende más bien casi en su totalidad de la idea que el individuo se hace de las cosas a través de la llamada "información pública", que es persistente y tenaz. Del mismo modo que el credo religioso resulta de la educación, al paso que el sentimiento religioso duerme en lo más íntimo del ser, de la misma manera la opinión política de la masa es el resultado final del trabajo, a veces increíblemente arduo e intenso, de la inteligencia humana. La prensa es el factor responsable de mayor volumen en el proceso de la "educación" política, a la cual en este caso se le asigna con propiedad el nombre de propaganda; la prensa se encarga ante todo de esta labor de "información pública" y representa así una especie de escuela para adultos, sólo que esa "instrucción" no está en manos del Estado, sino bajo las garras de elementos que en parte son de muy baja ralea. Precisamente en Viena tuve en mi juventud la mejor oportunidad de conocer a fondo a los propietarios y fabricantes espirituales de esa máquina de educación colectiva. En un principio debí sorprenderme al darme cuenta del tiempo relativamente corto en que este pernicioso poder era capaz de crear un determinado ambiente de opinión, y esto incluso tratándose de casos de una mixtificación completa de las aspiraciones y tendencias que, a no dudar, existían en el sentir de la comunidad. En el transcurso de pocos días, esa prensa sabía hacer de un motivo insignificante una cuestión de Estado notable e, inversamente, en igual tiempo, relegar al olvido general problemas vitales o, más simplemente, sustraerlos a la memoria de las masas.
Adolf Hitler
Sin duda cada ser tiene, en el universo de lo escrito, una obra que le convertirá en lector, suponiendo que el destino favorezca su encuentro.
Lo que Platón dice de la mitad amorosa, ese otro ser que circula por alguna parte y que conviene encontrar a riesgo de permanecer incompleto hasta el día de tu muerte, es todavía más auténtico en el caso de los libros.
Lo que Platón dice de la mitad amorosa, ese otro ser que circula por alguna parte y que conviene encontrar a riesgo de permanecer incompleto hasta el día de tu muerte, es todavía más auténtico en el caso de los libros.
Amélie Nothomb
La vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de inteligencia superior, creo que es válido
Jane Austen
Ese soy yo, que al caso cruzo el mundo, sin pensar de donde vengo, ni adonde mis pasos me llevarán
Gustavo Adolfo Bécquer
Dicen que la Humanidad se puede dividir entre aquellos cuya infancia fue un infierno, en cuyo caso siempre vivirán perseguidos por ese fantasma, y aquellos que disfrutraron de una niñez maravillosa, que lo tienen aún mucho peor porque perdieron para siempre el paraíso
Rosa Montero
Solamente pueden robarse las ideas pequeñas, las minucias que caben en un bolsillo. Las grandes creaciones son incómodas de llevar y no están al alcance de los descuidistas. Cualquiera puede hacerse con el slogan de un nuevo calzoncillo; la teoría de la relatividad, en cambio, es de usurpación casi imposible. Convendrá entonces tener ideas grandes o, en todo caso, procurar que (...) estén pegadas a nosotros de un modo tan íntimo y estrecho que nadie pueda arrancárnoslas del alma.
Alejandro Dolina
La rivalidad tan decantada entre granadinos y venezolanos, es la rivalidad de los de Barinas con los de Caracas y la de éstos con los de Cumaná; pero por nuestra desgracia, de éstas no se hace caso y de aquélla se forman las mejores declamaciones.
Francisco de Paula Santander
Uno podría preguntarse qué interés puede tener estudiar "una tendencia clara en el desarrollo histórico de la humanidad" que no da lugar a una específica y pormenorizada teoría social. En efecto, muchos comentaristas desdeñan el anarquismo por utópico, informe, primitivo o, en todo caso, incompatible con las realidades de una sociedad compleja. Sin embargo, podría argumentarse de manera muy diferente: aduciendo que en cada estadio de la historia hemos de preocuparnos por erradicar aquellas formas de autoridad y opresión que han sobrevivido a su época y que, si bien entonces pudieron haber tenido una justificación por motivos de seguridad, supervivencia o desarrollo económico, ahora acrecientan más que alivian la penuria material y cultural.
De ser así, no existirá ninguna doctrina del cambio social fija, válida para el presente y el futuro; ni siquiera, como no podría ser de otro modo, una idea concreta e inalterable de las metas hacia las que los cambios sociales deberían tender. Sin duda, nuestra comprensión de la naturaleza del hombre o de la gama de formas viables de sociedad es tan rudimentaria que cualquier doctrina con pretensiones de dar razón de todo ha de observarse con gran escepticismo, el mismo que debemos aplicar cuando oímos que "la naturaleza humana" o "imperativos de eficacia" o "la complejidad de la vida moderna" exigen esta o aquella forma de opresión y un mando autocrático.
De ser así, no existirá ninguna doctrina del cambio social fija, válida para el presente y el futuro; ni siquiera, como no podría ser de otro modo, una idea concreta e inalterable de las metas hacia las que los cambios sociales deberían tender. Sin duda, nuestra comprensión de la naturaleza del hombre o de la gama de formas viables de sociedad es tan rudimentaria que cualquier doctrina con pretensiones de dar razón de todo ha de observarse con gran escepticismo, el mismo que debemos aplicar cuando oímos que "la naturaleza humana" o "imperativos de eficacia" o "la complejidad de la vida moderna" exigen esta o aquella forma de opresión y un mando autocrático.
Noam Chomsky
Vivo en los Estados Unidos y soy chilena, sangre, voluntad y memoria. Al llegar a este país me obligaron a llenar un formulario en el cual había una casilla referente a la raza: la primera alternativa era blanca, la cual iba a automáticamente yo a marcar, cuando leí más abajo la palabra ?Hispanic?. Me pareció una enorme incultura por parte de los funcionarios gringos ya que lo hispano no se refiere a una raza, pero abismada comprendí que por primera vez en mi vida me expulsaban de mi propio nicho, de lo que creía mi identidad natural y objetiva, aunque entre una norteamericana y yo no mediase la más mínima diferencia física ( más aún en este caso específico: soy pelirroja, hasta me parezco a ellos ). Ni que decirlo, marqué con saña el segundo cuadrado y cada día transcurrido de estos seis años me he ido apegando más y más a él. Cuando camino por las calles de la ciudad, a veces me da la impresión de que todos mis antepasados están allí, en la pulcra e impersonal boca del metro, con la esperanza de llegar a alguna parte. Todo chicano o salvadoreño despreciable es mi tío, el hondureño que retira la basura es mi novio. Cuando Reina se declara a sí misma una desclasada, sé exactamente a que se refiere.
Toda mi vida ha corrido por este lado del mundo. Mi cuna real y ficticia, el lugar donde nací y el otro que fui adquiriendo, lucen oropeles muy americanos ( ¡ no acepto que ese adjetivo se lo atribuyan los del norte! América es tanto la de arriba como la de abajo, norte y sur tan americanos uno como el otro). Trazo los dos puntos del continente para señalar los míos y agrego un tercero, éste. Dos de ellos resultan razonablemente cercanos, y luego, inevitable, la línea larga baja y baja hasta llegar al sur, hasta lo que, a mi pesar, debo reconocer como el fin del mundo. Sólo los hielos eternos más allá de esa tierra. Allí nací. Mapuches o españoles, fluidas, impredecibles, vigorosas, allí están mis raíces.
Toda mi vida ha corrido por este lado del mundo. Mi cuna real y ficticia, el lugar donde nací y el otro que fui adquiriendo, lucen oropeles muy americanos ( ¡ no acepto que ese adjetivo se lo atribuyan los del norte! América es tanto la de arriba como la de abajo, norte y sur tan americanos uno como el otro). Trazo los dos puntos del continente para señalar los míos y agrego un tercero, éste. Dos de ellos resultan razonablemente cercanos, y luego, inevitable, la línea larga baja y baja hasta llegar al sur, hasta lo que, a mi pesar, debo reconocer como el fin del mundo. Sólo los hielos eternos más allá de esa tierra. Allí nací. Mapuches o españoles, fluidas, impredecibles, vigorosas, allí están mis raíces.
Marcela Serrano
El monopolio del gobierno no es mejor que cualquier otro. Primero no regula bien y, sobre todo, no es barato, cuando uno no tiene miedo a la competencia, cuando los gobernados son privados del derecho de elegir libremente a sus gobernantes. Garantice a un tendero el derecho exclusivo del suministro de un barrio, prevenga a los habitantes de este barrio de la compra de cualquier bien de otras tiendas de comestibles en los alrededores, o incluso de su propio suministro de comestibles, y verá la detestable basura que el tendero privilegiado acabará vendiendo, ¡y a qué precios!. Usted verá cómo crecerá su riqueza a expensas de los desafortunados consumidores, la pompa real que mostrará para la mayor gloria de la vecindad. Bueno, lo que es cierto para los servicios más humildes no es menos cierto en el caso de los más elevados. El monopolio del gobierno no es de más valor que el de una tienda de comestibles. La producción de seguridad se convierte inevitablemente en costosa y mala cuando está organizada como un monopolio. Es en el monopolio de la seguridad que se encuentra la causa principal de las guerras que han arrojado desperdicios a la humanidad.
Gustave de Molinari
En cualquier caso, en la Historia no hay finales felices, solo momentos críticos que se superan.
Isaac Asimov
Sal de tu encierro oscuro de la neurosis y hazme caso a lo que te digo, yo que he ejercido veinte años la profesión con el doctor Flores Tapia: No hay mejor psiquiatra que una buena verga, Maruja, lo demás son cuentos. Dales rienda suelta a los desenfrenos de tu imaginación sin importarte Dios ni la sociedad. Dios no existe y la sociedad es una puta enttelequia, Tú no, Tú eres real, de sangre y carne y hueso. Actúa en consecuencia, en congruencia contigo misma. Después, que se coman los gusanos tu recuerdo
Fernando Vallejo
No, no era papel. Papiro. Recordé que, según me había explicado una vez papá, los egipcios lo hacían a partir de una planta de río porque nunca habían llegado a inventar el papel. El material era tan grueso y áspero que me pregunté si los pobres egipcios también habían tenido que usar papiro de váter. En ese caso, no me extrañaba que caminasen de lado.
Rick Riordan
En cualquier caso, parecía todo luz, resplandeciente, como un pájaro o un etéreo plumón que hubiera entrado con un soplo de viento y se hubiese posado un instante en una zarza.
Virginia Woolf
Las cualidades de la juventud y las cualidades de la vejez son las mismas cualidades, pero el efecto que producen es muy distinto. Mire, la realidad es que las cualidades de la juventud no se le toman a mal a la juventud, pero las cualidades de la vejez se le toman a mal a la vejez. Un joven puede mentir sin que se rompa por ello la crisma, pero un aciano que miente se rompe la crisma. A un joven no lo condenan para la eternidad, pero a un viejo se le condena para la eternidad. Un joven que bizquea puede hacer un efecto divertido; una persona vieja bizca produce un efecto repelente. En el caso de un joven, se dice que aún hay esperanza de que un día no bizquee. En el caso de las personas viejas que bizquean no existe ninguna esperanza de que un día no bizqueen. No. No hay posibilidad. Un joven con un pie torcido suscita nuestra compasión, no nuestro asco; un viejo con un pie torcido, sin embargo, solo suscita nuestro asco. Un joven que tiene las orejas de soplillo nos hace reír, un viejo con orejas de soplillo nos sume en el desconcierto y pensamos: qué feo es este hombre que, durante toda su vida, ha tenido esas feas orejas de soplillo. Un joven en una silla de ruedas produce en nosotros emoción. Un viejo en una silla de ruedas nos precipita en la desesperanza. Un joven sin dientes puede parecernos más o menos interesante. Un viejo sin dientes, sin embargo, nos da náuseas, nos hace vomitar. La juventud le lleva siempre ventaja a la vejez, y puede hacer y dejar de hacer lo que quiera. Su estupidez no nos repele, su desvergüenza nos resulta soportable. La vejez, sin embargo, no puede permitirse la estupidez sin que le den en la cabeza y la desvergüenza de la vejez es al fin y al cabo, como sabemos, lo más abominable que existe. De un joven se dice: ¡sí, ya se le pasará! De un viejo, sin embargo, se dice: ¡ese no cambia! Realmente, sin embargo, las cualidades de la juventud y las cualidades de la vejez son las mismas cualidades.
Thomas Bernhard
Me dirijo esta noche al pueblo de la República para hablar de un problema dramático, cuya solución interesa a todos los argentinos y no puede postergarse ni un día más. Me refiero al problema del transporte en todo el país. No podemos ocultar la gravedad de la situación y hay que hablar con entera franqueza: tenemos un pésimo sistema ferroviario y sus finanzas están en bancarrota. El gobierno ha decidido adoptar medidas enérgicas para resolver de raíz este problema y apela a la comprensión y a la colaboración de todos los habitantes de la República.
Del mismo modo que las arterias sirven para la circulación sanguínea a lo largo del cuerpo, las vías de comunicación sirven para la circulación de personas y productos a lo largo del territorio de una nación y se proyecta aún más lejos en el caso del transporte internacional. [... ] La verdadera crisis de nuestro transporte en general no consiste en que sea caro y produzca déficit sino en que ha quedado inmutable en un cuerpo nacional que en estos momentos crece y se transforma rápidamente.
Tampoco es Buenos Aires el único centro industrial y comercial del país. Tenemos una actividad manufacturera y mercantil de grandes proporciones en populosas ciudades del interior y aún las más pequeñas crecen a un ritmo notable.
Sin embargo, esta nueva y pujante geografía económica argentina que se expresa en el petróleo y el gas de la Patagonia y del norte, en los yacimientos minerales y las acerías, en las radicaciones de industrias de toda índole, sufre la parálisis y el aniquilamiento del transporte, se decir, del sistema arterial que debería comunicar esos centros entre sí, llevando la materia prima a las plantas transformadoras y los productos terminados a los centenares de centros consumidores de toda la república. [... ] Así en 1960, los ferrocarriles disminuyeron en seiscientos treinta mil toneladas la carga transportada con relación al año anterior.
Que sepan que ni un solo obrero y empleado ferroviario verá sus derechos sociales y laborales afectados injustamente; y que los hombres con vocación ferroviaria hallarán las oportunidades que ahora les están negadas, debido a que no hay perspectivas para los agentes de un servicio que gravita sobre la economía nacional con pérdidas que constituyen más del 75% del déficit fiscal.
Por consiguiente, sin perjuicio de la intensa labor que se está cumpliendo en virtud del decreto 853/61, el poder ejecutivo incorporará al servicio, con carácter de urgencia, las unidades y material que sean necesario para corregir el desastroso deterioro del sistema ferroviario [... ].
Se ha comprobado que el hecho de que el sistema ferroviario no responda a nuestras necesidades actuales es la principal fuente generadora del déficit presupuestario que padecemos. Ello se debe al trazado anacrónico de la red, a la imposibilidad de reponer el material envejecido en la medida de las necesidades más inmediatas y a la falta de racionalización que multiplica varias veces el costo de tonelada/kilómetro/hora, y además, inmoviliza el material, degrada los servicios, e imposibilita la mejora de los salarios.
Del mismo modo que las arterias sirven para la circulación sanguínea a lo largo del cuerpo, las vías de comunicación sirven para la circulación de personas y productos a lo largo del territorio de una nación y se proyecta aún más lejos en el caso del transporte internacional. [... ] La verdadera crisis de nuestro transporte en general no consiste en que sea caro y produzca déficit sino en que ha quedado inmutable en un cuerpo nacional que en estos momentos crece y se transforma rápidamente.
Tampoco es Buenos Aires el único centro industrial y comercial del país. Tenemos una actividad manufacturera y mercantil de grandes proporciones en populosas ciudades del interior y aún las más pequeñas crecen a un ritmo notable.
Sin embargo, esta nueva y pujante geografía económica argentina que se expresa en el petróleo y el gas de la Patagonia y del norte, en los yacimientos minerales y las acerías, en las radicaciones de industrias de toda índole, sufre la parálisis y el aniquilamiento del transporte, se decir, del sistema arterial que debería comunicar esos centros entre sí, llevando la materia prima a las plantas transformadoras y los productos terminados a los centenares de centros consumidores de toda la república. [... ] Así en 1960, los ferrocarriles disminuyeron en seiscientos treinta mil toneladas la carga transportada con relación al año anterior.
Que sepan que ni un solo obrero y empleado ferroviario verá sus derechos sociales y laborales afectados injustamente; y que los hombres con vocación ferroviaria hallarán las oportunidades que ahora les están negadas, debido a que no hay perspectivas para los agentes de un servicio que gravita sobre la economía nacional con pérdidas que constituyen más del 75% del déficit fiscal.
Por consiguiente, sin perjuicio de la intensa labor que se está cumpliendo en virtud del decreto 853/61, el poder ejecutivo incorporará al servicio, con carácter de urgencia, las unidades y material que sean necesario para corregir el desastroso deterioro del sistema ferroviario [... ].
Se ha comprobado que el hecho de que el sistema ferroviario no responda a nuestras necesidades actuales es la principal fuente generadora del déficit presupuestario que padecemos. Ello se debe al trazado anacrónico de la red, a la imposibilidad de reponer el material envejecido en la medida de las necesidades más inmediatas y a la falta de racionalización que multiplica varias veces el costo de tonelada/kilómetro/hora, y además, inmoviliza el material, degrada los servicios, e imposibilita la mejora de los salarios.
Arturo Frondizi
Sobreestimar la inteligencia del enemigo es, en cualquier caso, más peligroso que infravalorarla.
Neal Stephenson
Siempre es más fácil confesar un hecho, que demostrar que no se ha cometido. En este caso particular, la presencia de un cifrado hubiera sido una cosa sencilla; en cambio, su ausencia debía provocar complicaciones [... ]. Ocurre que para aclarar todo esto hay que hacer uso de unas explicaciones verdaderas pero muy complicadas
Stanislaw Jerzy Lec
Tú no le importabas a nadie, y en la central eran todos unos inútiles. No era culpa tuya; nadie te hacía caso. La central hasta había empezado un programa del Empleado del Mes para demostrar lo mucho que le importaban sus trabajadores. Eso demostraba lo poco que les importaban.
Terry Pratchett
Después de tanto tiempo juntos, ambos tenemos la cabeza atiborrada de esas advertencias menores, esas pistas útiles sobre la otra persona: lo que le gusta y lo que le disgusta, sus preferencias y sus tabúes. No te pongas detrás de mí cuando estoy leyendo. No uses mis cuchillos de cocina. No desordenes. Cada cual cree que el otro debería respetar esa serie frecuentemente repetida de instrucciones de uso, pero el caso es que se anulan las unas a las otras: si Tig debe respetar mi necesidad de remolonear sin pensar en nada, libre de malas noticias, antes de la primera taza de café ¿no debería yo respetar su necesidad de escupir catástrofes para librarse cuanto antes de ellas?
-Oh, lo siento- dice, y me dirige una mirada de reproche.
¿Por qué tengo que decepcionarlo de ese modo? ¿No sé acaso que si no puede contarme las malas noticias de inmediato, alguna glándula biliar o alguna úlcera de las malas noticias estallará en su interior y le producirá una peritonitis del alma? Entonces quien lo sentirá seré yo.
Tiene razón, debería sentirlo. No me queda nadie más cuyo pensamiento pueda leer.
-Oh, lo siento- dice, y me dirige una mirada de reproche.
¿Por qué tengo que decepcionarlo de ese modo? ¿No sé acaso que si no puede contarme las malas noticias de inmediato, alguna glándula biliar o alguna úlcera de las malas noticias estallará en su interior y le producirá una peritonitis del alma? Entonces quien lo sentirá seré yo.
Tiene razón, debería sentirlo. No me queda nadie más cuyo pensamiento pueda leer.
Margaret Atwood
Ludwig von Mises demostró que, sin un sistema descentralizado de propiedad privada, no pueden generarse precios de libre mercado, que son esenciales para el cálculo económico. Como ha explicado Leoni, la crítica del socialismo de Mises también es aplicable a un legislativo intentando ?planificar centralmente? las leyes de una sociedad. La imposibilidad del socialismo es sólo un caso especial de la incapacidad general de los planificadores centrales de recoger y asimilar información ampliamente dispersa en la sociedad. El carácter ampliamente disperso y descentralizado del conocimiento y la información en la sociedad simplemente hace demasiado difícil a los legisladores centrales planificar racionalmente las leyes de la sociedad.
Stephan Kinsella
... no hay primitivos, no hay salvajes, o en todo caso, si queremos darle ese nombre a civilizaciones distintas de la nuestra, no tenemos ningún derecho a suponerles menos inteligencia que la que nos arrogamos. Estúpidos, crédulos, ignorantes, siempre hubo, y no faltan entre nosotros. Pero una cultura, así sea la de unos indios desnudos en la selva, tiene y tuvo siempre todo el saber que tuvo y tendrá cualquier otra. Creo que el error, alentado por un racismo latente hasta en los biempensantes más escrupulosos, proviene de un error de traducción, o más precisamente de una traducción a medias, que en realidad no es una traducción.
César Aira
Japón es como una ostra. A una ostra no le gustan los objetos que vienen de fuera: hasta cuando el grano más fino de arena o de una concha rota logra entrar, la otra considera esa invasión intolerable, así que secreta una capa y otra de nácar sobre la superficie de la partícula infractora hasta que, llegado el momento, se crea una hermosa perla. Tras el proceso de recubrir la partícula externa, no queda ni una sola huella de su forma o color original. De manera similar, Japón reviste la cultura extranjera que le llega y la transforma en una perla de estilo japonés. El resultado final es enormemente bello (a menudo, como en el caso de la ceremonia del té, más refinado que el original), pero la naturaleza esencial del original se pierde.
Alex Kerr
La gente a menudo se queja de que la música es demasiado ambigua, que ellos deben pensar cuando escuchan que es tan poco clara, mientras que todo el mundo entiende las palabras. En mi caso, es exactamente lo contrario, y no sólo respecto a un discurso entero, sino también con las palabras individuales. Estas, también, me parece tan ambiguas, tan imprecisas, tan fácilmente malinterpretadas en comparación con la auténtica música, que llena el alma de mil cosas mejores que las palabras. Los pensamientos que me expresan por la música que me gusta no son demasiado indefinidos para expresarse con palabras, sino por el contrario, demasiados definidos.
Felix Mendelssohn
En la vida, hay cosas que pueden realizarse y otras que no -dijo mi abuelo-. Las que se materializan, las olvidamos en seguida. Sin embargo, las que no podemos realizar, las guardamos eternamente dentro de nuestro corazón como algo muy preciado. Éste es el caso de los sueños o de los anhelos. Me pregunto si la belleza de la vida no residirá en nuestros sentimientos respecto a aquello que no se ha cumplido.
Kyoichi Katayama
Siempre te ríes cuando no debes; te consideran cruel y despiadado, cuando, en realidad, eres simplemente resistente y duradero. Pero, si te ríes cuando los otros ríen y lloras cuando los otros lloran, en ese caso tienes que prepararte para morir como ellos mueren y para vivir como ellos viven. Eso significa estar en lo cierto y llevar la peor parte al mismo tiempo. Significa estar muerto, cuando estás vivo, y estar vivo solo cuando estás muerto.
Henry Miller
nunca hará mal alguno a otro hombre, ni aun a cualquier ser sensible, salvo el legítimo caso en que, hallándose comprometida su propia conservación, se vea forzado a darse a sí mismo la preferencia.
Jean-Jacques Rousseau
Sucede que a veces en el matrimonio las palabras se gastan, que a fuerza de repetirlas van vaciándose lentamente, perdiendo su sentido. No hay caso en volver a emplearlas, el significado de ellas ya no dice lo que semánticamente debiera decir. La pareja puede ser una instancia involuntaria de pérdida de lenguaje.
Marcela Serrano
En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa ?sufrimiento?. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos ?añoranza?; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra ?nostalgia? tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: ?te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia?. En español, ?añoranza? proviene del verbo ?añorar?, que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir: je m? ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o ?en falta?), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra ?nostalgia? en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).
Milan Kundera
Permítame que le aconseje, mi querido joven amigo; no, permítame que le advierta con toda seriedad que en caso de que usted deje estos cuartos, por ningún motivo se quede dormido en cualquier otra parte del castillo. Es viejo y tiene muchas memorias, y hay muchas pesadillas para aquellos que no duermen sabiamente. ¡Se lo advierto! En caso de que el sueño lo dominase ahora o en otra oportunidad o esté a punto de dominarlo, regrese deprisa a su propia habitación o a estos cuartos, pues entonces podrá descansar a salvo. Pero no siendo usted cuidadoso a este respecto, entonces? ?terminó su discurso de una manera horripilante, pues hizo un movimiento con las manos como si se las
estuviera lavando.
estuviera lavando.
Bram Stoker
Supongamos que, al cruzar un brezal, mi pie tropezase con una piedra, y se me preguntase cómo esa piedra llegó hasta allí; posiblemente podría contestar que, por lo que yo sabía, había estado por el contrario allí desde siempre: quizás tampoco sería fácil demostrar lo absurdo de esta respuesta. Pero supongamos que hubiese encontrado un reloj en el suelo, y se me preguntase qué había sucedido para que el reloj estuviese en aquel sitio; difícilmente podría pensar en la misma respuesta que había dado antes, de que, por lo que yo sabía, el reloj podía haber estado siempre allí. Sin embargo, ¿por qué esta respuesta no debería servir para el reloj tanto como para la piedra, por qué no es admisible en ese segundo caso como en el primero? Por esta razón, y no por otra, a saber, que cuando llegamos a inspeccionar el reloj, percibimos - lo que no pudimos descubrir en la piedra - que sus diversas partes están enmarcadas y reunidas con un propósito, por ejemplo, que están así formadas y ajustadas como para producir movimiento, y ese movimiento tan regulado como para señalar las horas del día, que si las diferentes partes hubieran sido de forma diferente de lo que son, o colocadas en cualquier otra manera o en cualquier otro orden que en el que están colocadas, o no se hubiera producido ningún movimiento en en la máquina, o ninguno que hubiera respondido al uso que ahora tiene.
Al observar este mecanismo... creemos que la inferencia es inevitable, que el reloj debe haber tenido un fabricante - que debe haber existido, en algún momento y en algún lugar u otro, un artífice o artífices que lo formó para el propósito al que encontramos de hecho que responde, que comprendió su construcción y diseñó su utilización.
Ni debilitaría, entiendo, la conclusión el que nunca hubiéramos visto un reloj hecho, que nunca hubiéramos conocido a un artista capaz de hacer uno, que fuéramos totalmente incapaces de ejecutar tal clase de destreza nosotros mismos, o de entender de qué manera se llevó a cabo, no siendo todo esto más que lo que es cierto de algunos exquisitos restos de arte antiguo, de algunas artes perdidas, y, para la mayoría de la humanidad, de las producciones más curiosas de la manufactura moderna.
Al observar este mecanismo... creemos que la inferencia es inevitable, que el reloj debe haber tenido un fabricante - que debe haber existido, en algún momento y en algún lugar u otro, un artífice o artífices que lo formó para el propósito al que encontramos de hecho que responde, que comprendió su construcción y diseñó su utilización.
Ni debilitaría, entiendo, la conclusión el que nunca hubiéramos visto un reloj hecho, que nunca hubiéramos conocido a un artista capaz de hacer uno, que fuéramos totalmente incapaces de ejecutar tal clase de destreza nosotros mismos, o de entender de qué manera se llevó a cabo, no siendo todo esto más que lo que es cierto de algunos exquisitos restos de arte antiguo, de algunas artes perdidas, y, para la mayoría de la humanidad, de las producciones más curiosas de la manufactura moderna.
William Paley
Salvo en caso de crimen innoble, no entiendo que se rompa. Decirle a alguien que se ha terminado es feo y falso. Nunca se termina. Incluso cuando ya no piensas en alguien, ¿cómo dudar de su presencia dentro de ti? Un ser que ha contado para ti, siempre cuenta.
Amélie Nothomb
Quizás en este caso seas una víctima y te estén haciendo objeto de una jugarreta, pero ¿qué importa?
Ayn Rand