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Claro ( 4 )

Claro. Encuentra docenas de claro con fotos para copiar y compartir.


¿Es cursi expresarme así?
Sí, claro que lo es, pero no hay
más forma de expresar los
muchos -Te amo- que se ahogan
en mi pecho y que de alguna
manera necesitan salir hacia para
que los puedas sentir. Nunca se
terminarán mis palabras de amor,
palabras que espero que llenen mi corazón asy soy como el tuyo...mi flakito mua.mua...


Johanna rosas


Desamparo de Los Crepúsculos

Huyo de aquel dolor que me hizo un día
bajo el misterio incógnito del cielo
sangrar el alma silenciosamente...
¿A qué desde las áridas riberas
tender la vista al horizonte? -El claro
beso de luz en la extensión naufraga-
y antes de que la sombra me circuya,
apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde...

Ya sobre el mar en gira tumultuosa
no veré más la convulsión enorme
que templó mi vigor, ni en la propicia
madurez halagüeña de los trigos
espaciaré los moribundos ojos;
ya no he de uncir las manos temblorosas
al tronco de los robles, cual solía
para trepar hasta el follaje ameno,
ni más sobre el fervor de la pradera
repicará la esquila de mis cantos;
no veré más el rayo de la luna
que se quebraba en los azules montes...
¡no veré más los ojos de los niños!

Tú, perfume y rumor del campo umbrío,
hacecillo de rosas ideales,
ánfora de virtud enaltecida
-tú- la maga de veinte primaveras,
lánguida novia de pupilas hondas
que cruzas bajo el árbol del ensueño,
¡perdóname! -la lumbre que redime
sobre los montes del confín no viene,
la fe desmaya, la ilusión desmaya,
la fuerza languidece y se desmaya...
y antes de que las sombras me circunden,
¡apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde!


Porfirio Barba Jacob




La Amante

Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.

Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
( mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).

Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.


Orietta Lozano


Dios nos habla a veces tan claro, que parecen coincidencias.


Doménico Cieri Estrada


Mientras de Luz Y de Esperanza Herido

Mientras de luz y de esperanza herido
mi corazón te piensa y te edifica,
un llanto luminoso purifica
tu cielo claro en claridad crecido.

Las aves hacia ti me han conducido,
cuando el silencio el cántico amplifica,
que en ti las luces íntimas explica,
y esta pasión, primaveral latido.

El alma te construye entre azucenas
sobre el paisaje que la brisa hiere,
donde los aires tiemblan en tu ensueño.

Tu nombre vivo fluye por mis venas,
y toda mi nostalgia te prefiere
en la espiga y la hierba de mi sueño.


Germán Bleiberg


Es algo terrible estar solo, sí que lo es, claro que sí, pero no bajes tu máscara hasta que tengas otra máscara preparada debajo, todo lo terrible que quieras, pero máscara.


Katherine Mansfield




Hace falta estar a punto de morirse para caer en la cuenta de que nada en esta vida tiene la más mínima importancia, pero claro, en ese momento lo jodido es que ya tampoco te sirve para nada haberlo descubierto.


Roger Wolfe


Deshojar Un Recuerdo...

Deshojar un recuerdo se convierte
en un trabajo lleno de rocío,
como un campo de lirios y cerezos
donde me vieras sin estar conmigo.

Dócilmente te tiendes a mi lado,
extiendes tu cabello, abres al lino
interiores de concha y amaranto:
el alba fija tus contornos tibios.

Yo repaso el silencio suavemente,
fluyen las horas, y en su claro signo
ponemos un común astro de besos,
y damos los recuerdos al olvido.

Todo lo que anhelé, tú me lo has dado;
todo lo que viví, por ti está vivo;
lo que no fuiste tú, sombra es de un sueño
y no esta flor quemándose en tu brillo.

Tus alas puras lo tocaron todo
Y aún vuelas en mi gesto pensativo.
Oh, no levantes más recuerdos yertos.
Déjame en ti gozosamente hundido.


Antonio Carvajal


De cualquier forma, quien es suficientemente perseverante para transitar este camino, si es necio, llegará a ver claro; si es débil, llegará a ser fuerte.


Confucio




Con la conservación de energía que posee todo lo físico, el sufrimiento ni siquiera necesita las lecciones de la memoria: así, un hombre que ha olvidado las hermosas noches que pasó al claro de luna en el bosque, todavía sufre del reumatismo que cogió en él.


Marcel Proust


Es tan claro el camino que hasta causa dolor.


Aleksandr Blok


Me Estás Enseñando

Me estás enseñando a amar.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar,
noche tras día.

La Noche ama al Día, el claro
ama a la Oscura.
Qué amor tan perfecto y tan raro.
Tú mi ventura.

El Día a la Noche alza, besa
sólo un instante.
la Noche al Día -alba, promesa-
beso de amante.

Me estás enseñando a amar.
Yo no sabía.
Amar es no pedir, es dar.
Mi alma, vacía.


Gerardo Diego


Horizonte claro con cielo nublado, buen tiempo declarado.


Refrán




Qué profundo es mi sueño! ¡Qué profundo y qué claro, qué transparente es, ahora, el universo! Si pensando en ti, siempre, si, soñado contigo, me desvelo, y te miro por dentro, con mis ojos, si te miro por dentro...


Vicente Gaos


Arrullo

La noche está muy atareada
en mecer una por una,
tantas hojas.
Y las hojas no se duermen
todas.

Si le ayudan las estrellas,
cómo tiembla y tintinea la infinita
comba eterna.

¿Pero quién dormirá a tantas,
tantas,
si ya va subiendo el día
por el río?

(¿Dónde canta este país
de las hojas
y este arrullo de la noche
honda?).

Por el lado del río
vienen los días
de bozo dorado,
vienen las noches
de fino labio.

(¿Dónde el bello país de los ríos
que abre caminos
al viento claro
y al canto?)

La noche está muy atareada
en mecer una por una,
tantas hojas.
Y las hojas no se duermen
todas.

Si le ayudan las estrellas...
Pero hay unas más ocultas,
pero hay unas hojas, unas
que entrarán nunca en la noche,
nunca.

(¿Dónde catan este país
de las hojas,
y este arrullo de la noche
honda?)


Aurelio Arturo


Los Nombres de Las Cosas

Si decimos madera, se oye el viento
poniendo entre los árboles su música,
como cuando al nombrar el pan nos llega
un vaho caliente de la mies madura
y al decir vino es un otoño claro
lo que nos toca con su mansa lluvia.

En el ala del nombre cada cosa
trae el olor de una sustancia pura,
la lejana verdad de su materia,
los cálidos cimientos que la fundan.

Si decimos madera suena el golpe
del leñador entre las altas plumas
vegetales, la sombra campesina
si pan decimos fugitiva cruza

y la mano artesana que levanta
la nívea luz de la amasada espuma,
y el rumor jornalero en los lagares
si vino dice nuestra voz, se escucha.

En la arcilla del nombre cada cosa
como en pequeños ríos acumula
el humano sudor, el noble esfuerzo
para su claridad primera y última.

Hasta nosotros vienen nombres, cosas:
madera, vino, pan, metales, frutas...
Satélites diarios nos rodean,
sus solícitas sombras nos ayudan.

Tienes que pronunciar los nombres
de las cosas sintiendo su profunda
realidad de materia y su invisible
condensación de vida.

Tal la pulpa de una almendra,
en la cáscara del nombre trozos de vida,
vidas diminutas, duermen y se despiertan
en tus labios, hijo,
cuando tus labios las pronuncian.


Leopoldo de Luis


La Renaissance Marine

Desde el primer momento en que tus ojos
miraron, todo tú, recién nacido,
ya te asombró la parte de la sombra.
Ya la supiste límite y sus haces
fluyeron hacia ti en su esencia misma
como, criba de luz, los quiere El Mar.

Dices que ves tan claro bajo el mar...
Que azules son allí todos los ojos
-el pulso azul también- y que una misma
canción suena al morir y al ser nacido:
ese canon de luz con el que tú haces
el pianísimo ciclo hacia la sombra.

Pero tú sabes bien que eres de sombra
e inventas fosas nuevas en tu mar.
Tan pronto son de añil cuando las haces
como les das la luz con nuevos ojos
-niño, ¿quién te contó cómo ha nacido
o cómo nacerá otra vez la misma?

No temas que en la copia de sí misma
también habrá un lugar para tu sombra.
Donde la luz del verso aún no nacido
la cuides en su cáscara de mar,
la curioseen sagaz tus térreos ojos,
la pintes sin salirte de sus haces.

¿Me dejas ayudarte a pintar haces?
Los hay color de luz, de vida misma,
diamantes que se incrustan en los ojos,
carbones que forjó la vieja sombra,
¡y mira el rayo aquel de Sol y Mar
que al Mundo en el albor le fue nacido!

Aprendes de la luz en que has nacido
y su nombre le das a cuanto haces.
Pero ya caes cansado. De alta mar
fluyes despacio ya porque yo misma
te dé un beso y te arrope con tu sombra.
Te velaré, mi amor, aunque tus ojos,

tus ojos, niño nada más nacido,
ya dan a luz la sombra entre mis haces,
sueñan mi misma vuelta al mismo mar.


Esther Giménez


La Rosa

La imagen del amor como una rosa
abre sus encendidas ilusiones
y sobre el tallo esbelto resplandece
su oscura primavera deseada;
el naciente reflejo de su sombra
nubla el claro contorno de la vida
y nos absorbe su letal aliento
cual la luz la cautiva mariposa.
Alas llevo rondando el escondido
deseo de mi amor, ansiosas alas
me sirven como un velo trasparente
ante el divino rostro que enamora,
y en la locura de ese vuelo incauto,
quemándome las alas cual se ajan
las dulces vestiduras de mis sueños,
¿me acerco al ser extraño que está abriendo
sus abismadas aguas de belleza,
o cada vez más cerca de su vida
me alejo del misterio deseado?
¡Inútil desazón, vuelo perdido
que nunca detendrá sus angustiosas
alas negras de amor ante esa llama
del fuego primitivo que despierta
como una rosa el pasmo de los hombres!
Cual un pájaro ciego yo te canto,
porque eres mi sombría rosa amada,
y cuando está anegado de tristeza
mi corazón renueva sus canciones.

De "Las iusiones"


Juan Gil-Albert


La libertad es un hecho, y entre los hechos que observamos, no hay ninguno que sea más claro.


Henri Bergson


Entre las combas y las sombras de tu hermosura no me pierdo, y tu nombre claro proyecta luz muy personal sobre tu cuerpo, que está en mi amor y fuera de su mágico radio secreto.


Jorge Guillén


Un poema oscuro dice más que un discurso claro.


René Rebetez


Más de un libro hubiera sido mucho más claro si no hubiera querido ser tan enteramente claro.


Immanuel Kant


¿cómo Era?

¿Cómo era Dios mío, cómo era?
Juan Ramón Jiménez

La puerta franca.
Vino queda y suave.
Ni materia ni espíritu. Traía
una ligera inclinación de nave
y una luz matinal de claro día.

No era de ritmo, no era de armonía
ni de color. El corazón la sabe,
pero decir cómo era no podría
porque no es forma, ni en la forma cabe.

Lengua, barro mortal, cincel inepto
deja la flor intacta del concepto
en esta clara noche de mi boda,

y canta mansamente, humildemente,
la sensación, la sombra, el accidente,
mientras Ella me llena el alma toda.


Dámaso Alonso


Mi Amor Es Como Un Río Caudaloso

Chorreándose en el cuerpo de mi hombre,
mi amor toca tambor y flauta
en las montañas de mi tierra,
dispara con ametralladora
su descarga de besos.
Es un amor de guerra
con «adiós» y «nos vemos»
un amor con señales de humo
-a lo lejos-
un amor para llevarse en mochilas
para andar clandestino
por ciudades y valles.
Es un amor para cantar victoria,
para llorar heridos
y aprender de derrotas.
Mi amor es bien contento
aunque -a veces- me haga brotar el llanto
es grande como la esperanza
y el valor de mi pueblo;
tiene olores de finca
huele a tierra mojada y campo.
Mi amor es fiero,
ardiente como la libertad,
no conoce de tiempo,
anda dentro de mí
desbocado y rebelde.
Me ha llenado de luz
y lo llevo cargado como un fusil al hombro
lloro y río por él
por este amor hermoso,
claro, como tus ojos.


Gioconda Belli


Eras, Instante, Tan Claro...

Eras, instante, tan claro.
Perdidamente te alejas,
dejando erguido al deseo
con sus vagas ansias tercas.

Siento huir bajo el otoño
pálidas aguas sin fuerza,
mientras se olvidan los árboles
de las hojas que desertan.

La llama tuerce su hastío,
sola su viva presencia,
y la lámpara ya duerme
sobre mis ojos en vela.

Cuán lejano todo. Muertas
las rosas que ayer abrieran,
aunque aliente su secreto
por las verdes alamedas.

Bajo tormentas la playa
será soledad de arena
donde el amor yazca en sueños.
La tierra y el mar lo esperan.


Luis Cernuda


Ser Onda, Oficio, Niña, Es de Tu Pelo

Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.

¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.

No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.

Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!


Miguel Hernández




La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo.


Horace Mann


El Cuerpo Es Ser, Estar En Su Arte...

El cuerpo es ser, estar en su arte... en el misterio
de los ojos
donde perfectos bosques, aguas, aves,
hierven la luz dulce del atardecer,
viejas maderas se pudren de brillo lunar
o de extraña pureza, bálsamo de sombra,
salvaje forma vegetal o verde serpiente en fuego
acariciando el fondo -¡qué transmigración
de exquisita dulzura de veinticinco años!-,
tarro oculto de miel tras los sueños,
toda una flor terrible pensativa
hasta un fulgor, un relámpago, una pasión,
en los ojos
viven doradamente mariposas brillantes
y ternuras de llama de rojo crepúsculo,
en el hervor de sedas de violenta caricia,
algo malva y constante, un incendio imprevisto
roza el ala de un sueño en tus ojos tan súbitos
de alegría florida, de fuente estrellada,
de almendro o ave,
en tus ojos poblados
por la antigua belleza de un abismo nocturno,
entre destellos, látigos, un delicado almíbar de melocotones de luna,
entre ardientes espadas, un anisar claro, un lobo enternecido,
estrellas con gemido en tus profundos ojos
donde las palabras hierven hasta el amor amado.

De Memorial de brancura, 1985


Miguel Anxo Fernán_Vello


Tala

Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre no más, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.


Julio Cortázar


Poema Para La Voz de Marilyn Monroe

Tu voz.
Solo tu tibia y sinuosa voz de leche.
Solo un aliento gutural, silbante,
modulado entre carne, tiernamente
modulado entre almohadas
de incontenible pasmo, bordeando
las simas del gemido,
del estertor acaso.
Como un tacto de fina piel abierta.
Como un espeso y claro líquido absorbente
que envuelve tus adentros, que te sube
del sxo mismo hasta los labios,
que recorre tus dulces cavidades
antes de ser el soplo
caliente y sensorial que nos sumerge.

Tu masticada voz, que te desnuda
sutilmente, insidiosamente, como
si en derredor de tu cintura fuese
creando y disipando al mismo tiempo
mil velos transparentes de saliva.

Tu voz resuelta en quejas y mohines
que trasmina como un olor a cuerpo,
un tierno olor sedoso
que se propaga en ondas, que nos roza
tan delicadamente, que es posible
sentirlo por las manos y en las piernas.

Tu voz labial, visible,
como gustando el aire, como dando
forma a posibles moldes para besos.
Tu voz de oscura selva con riachuelos.

Clavado aquí, en mi hombría,
oigo tu voz, que late entre mis dientes,
y enmudezco la radio, y cierro el gesto.
Porque tú ya estás muerta;
porque hace largos meses que estás muerta
y aún es posible el grito enfebrecido.

Oigo tu voz carnal, y me pregunto
qué pasa aquí. Si acaso es esto un nuevo
pecado, o un castigo.


Rafael Guillén


Todo Es Diáfano Y Bello

Mecen los blandos sauces la verde cabellera;
todo es diáfano y bello cuando estoy a tu lado;
una sutil fragancia de nardo macerado
difunde sus efluvios sobre la tierra entera.

¡Amado! El tiempo es claro, llega la primavera;
regresa en los capullos del jardín olvidado;
y humildes, tiernas, blancas, en el verdor del prado
abren las margaritas su múltiple gorguera.

Con tu voz de agua viva, la frescura me traes.
Mi alma es tierra seca, tierra estéril y mustia
y tú sobre mi alma como la lluvia caes.

Me llenas de dulzura con tu voz de colmena
y tus hondas palabras rielan sobre mi angustia
como luz de luceros en el agua serena.


Dora Castellanos


La pregunta no es que hare contigo
porque la única respuesta que me a dado el tiempo
es olvidarte, sacarte de mi vida

la pregunta es que voy hacer conmigo
porque por mas claro que lo tengo
no puedo ni siquiera ignorar unte instante
sacarte de mi mente, arrancarte para siempre


Tovléz


"Amando"

Hace mucho tiempo perdi
algo que se no volvere a encontrar
no se si fui un idiota al dejarte ir
o fue lo mejor que pude hacer por ti

hace mucho tiempo que te perdí
y aun asi mi alma jura que volveras
junto a mi corazón te esperan en aquel lugar
donde pusiste un fin, donde dijiste adios

hace mucho tiempo que me perdí
buscando la manera de olvidarte
pues la razón tiene mas que claro
tu no volveras ni para decir perdon

pero de tanto buscar olvidarte
de tanto buscar encontrarte
de tanto intentar recuperarte
me e dado cuento que solo a ti
eh sabido amarte...
y aun asi, no se que es amar.


Tovléz


Soneto Insistente

Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llegue entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.

Con ella viene la tenaz historia
de lo que pudo ser y nunca ha sido.
Arduo amor ni ganado ni perdido,
batalla sin derrota y sin victoria.

Cada vez que en mi mano reverdece
la rama del olvido y aparece
después de la tormenta la alegría,

algo tuyo regresa de la nada
y de nuevo destruye la dorada
esperanza fugaz de un claro día.


Meira Delmar


"el amor esta en cada rincon", claro q esta en cada rincon llorando por un amor


concepcion vasquez


Hoy quiero que estés bien y mañana también; que pasado mañana estés mucho mejor y así cada día veas la luz al final del túnel. Nunca el día es demasiado claro o demasiado oscuro para que no nos miremos a los ojos y atisbemos la antorcha del amor guiando nuestros erráticos pasos. Dile salud a la vida, porque tiene su propia vid y siempre bebemos de su copa hasta emborracharnos. Salud por el día de hoy. Bebe tú copa hasta el último aliento. Mañana será mucho mejor. Un beso para ti.


leal


En La Ebriedad Le Rodeaban Mujeres, Sombra, Policía, Viento.

Ponía venas en las urces cárdenas, vértigo en la pureza; la flor
furiosa de la escarcha era azul en su oído.

Rosas, serpientes y cucharas eran bellas mientras permanecían
en sus manos.



* * *


Era incesante en la pasión vacía. Los perros olfateaban su pureza
y sus manos heridas por los ácidos. En el amanecer, oculto
entre las sebes blancas, agonizaba ante las carreteras, veía
entrar las sombras en la nieve, hervir la niebla en la ciudad profunda.



* * *


Vigilaba la serenidad adherida a las sombras, los círculos donde se
depositan flores abrasadas, la inclinación de los sarmientos.
Algunas tardes, su mano incomprensible nos conducía al lugar sin
nombre, a la melancolía de las herramientas abandonadas.

Cada mañana ponía en los arroyos acero y lágrimas y adiestraba a los
pájaros en la canción de la ira: el arroyo claro para la hija
dulcemente imbécil; el agua azul para la mujer sin esperanza, la que
olía a vértigo y a luz, sola en el albañal entre banderas blancas,
fría bajo la sarga y los párpados ya amarillos de amor.

Era incesante en la pasión vacía. Los perros olfateaban su pureza y
sus manos heridas por los ácidos. En el amanecer, oculto entre las
sebes blancas, agonizaba ante las carreteras, veía entrar las sombras
en la nieve, hervir la niebla en la ciudad profunda


Antonio Gamoneda


se que este es un espacio dedicado al pensamiento, pero bueno, mejor dicho, pues bien, don fernando unos maravillosos chicos de Barcelona que se didican a la música tienen una bonita página web, alli se pueden leer frases tan hermosas y maravillosas como por ejemplo: "otro mundo es posible" yo me lo planteo ahora mismo como cuestion o pregunta, ¿otro mundo es posible? mi respuesta sin duda es si, claro que si, bueno don fernando le ruego no entremos a filosofar sobre que conocemos del mundo, que sabemos, vaya todas esas maravillas de la filosfia, tan solo quiero que una persona como usted, de gran sapiencia, me de su respuesta si tiene tiempo y le apetece, por supuesto, faltaria mas,desde oviedo, darle mi enhorabuena por esos maravillosos libros,etc.gracias por su valiosisima atencion, un abrazo, camilin


camilo valdeon muñiz


Alguna Noche

Alguna noche -las fogatas eran
de dolor o de júbilo-
la casa te veía desertar.

Te abrías a una vida
distinta, a un mundo
alegre como los ojos de un dios:
voces mayores, fuegos de artificio,
inacabable noche de San Juan
en tu estancia vacía...

El tiempo se agrandaba en los rincones,
se detenía en torno al corazón,
mientras el estruendo proseguía,
lejos, lejos, quién sabe si real.

Después, todo más claro:
los sonidos pequeños, el crujido de un mueble
la lluvia en el desván.

Nueva vida a las cosas, el alba aparecía,
y tú llegabas, amorosamente.


José Agustín Goytisolo


Al Espejo Retrovisor de Un Coche

Tú eres el corazón con lo vivido,
en ti está lo que atrás vamos dejando,
lo que hemos ido con pasión amando,
definitivamente ya perdido,
en ti vemos las gracias que se han ido,
los paisajes y el cielo del ayer,
cuando las cosas que ahora sigues recordando
flotan sobre las aguas del olvido,
pero vives y estás, claro y pequeño,
miras aquellos prados, aquel sueño tan lejano,
las rosas de aquel día,
crees que puedes cambiar toda la suerte y,
aunque vamos derechos a la muerte,
vives de lo pasado todavía.


José García Nieto