Como se hace un hombre inteligente ( 2 )
Como se hace un hombre inteligente. Encuentra docenas de como se hace un hombre inteligente con fotos para copiar y compartir.
Hace dos años conocí al hombre de mi vida y ahora estoy más en paz que nunca, feliz. Jordan [su esposo] me apoya en todo, es sólido como una roca. Por eso le dediqué una balada, "Save Me from Myself".
Christina Aguilera
En medio del clamor de los aplausos, el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman: ¡Perdón por haber vencido!.
Gregorio Marañón
El hombre inteligente no es el que tiene muchas ideas, sino el que sabe sacar provecho de las pocas que tiene.
El hombre sabrá del ser marino, inteligente, le comprenderá y de él aprenderá. Este ser que fue hasta ayer para el hombre un simple pez, pasará a ser un pez de reconocido razonar y de admirable Amor
BenjamÃn Solari Parravicini
Aquel hombre era tan inteligente que casi no servía para nada en el mundo.
Georg Christoph Lichtenberg
Arte Poética
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Jorge Luis Borges
Uno nunca sabe lo que va a suceder. Y es hermoso que uno nunca lo sepa. Si fuera predecible, no valdría la pena vivir la vida. Si todo fuera como te gustaría que fuese y si todo fuera una certeza, no serías un hombre, serías una máquina. Solo existen certezas y seguridades para las máquinas.
Osho
Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.
George Bernard Shaw
Al hombre le interesa lo real, como tal, aunque no sea deseable. Al niño le importa lo deseable, como tal, aunque no sea real.
Armando Montiel
No Busques, No
Yo te he querido como nunca.
Eras azul como noche que acaba,
eras la impenetrable caparazón del galápago
que se oculta bajo la roca de la amorosa llegada de la luz.
Eras la sombra torpe
que cuaja entre los dedos cuando en tierra dormimos solitarios.
De nada serviría besar tu oscura encrucijada de sangre alterna,
donde de pronto el pulso navegaba
y de pronto faltaba como un mar que desprecia a la arena.
La sequedad viviente de unos ojos marchitos,
de los que yo veía a través de las lágrimas,
era una caricia para herir las pupilas,
sin que siquiera el párpado se cerrase en defensa.
Cuán amorosa forma
la del suelo las noches del verano
cuando echado en la tierra se acaricia este mundo que rueda,
la sequedad oscura,
la sordera profunda,
la cerrazón a todo,
que transcurre como lo más ajeno a un sollozo.
Tú, pobre hombre que duermes
sin notar esa luna trunca
que gemebunda apenas si te roza;
tú, que viajas postrero
con la corteza seca que rueda entre tus brazos,
no beses el silencio sin falla por donde nunca
a la sangre se espía,
por donde será inútil la busca del calor
que por los labios se bebe
y hace fulgir el cuerpo como con una luz azul si la noche es de plomo.
No, no busques esa gota pequeñita,
ese mundo reducido o sangre mínima,
esa lágrima que ha latido
y en la que apoyar la mejilla descansa.
De "La destrucción o el amor" 1932 - 1933
Yo te he querido como nunca.
Eras azul como noche que acaba,
eras la impenetrable caparazón del galápago
que se oculta bajo la roca de la amorosa llegada de la luz.
Eras la sombra torpe
que cuaja entre los dedos cuando en tierra dormimos solitarios.
De nada serviría besar tu oscura encrucijada de sangre alterna,
donde de pronto el pulso navegaba
y de pronto faltaba como un mar que desprecia a la arena.
La sequedad viviente de unos ojos marchitos,
de los que yo veía a través de las lágrimas,
era una caricia para herir las pupilas,
sin que siquiera el párpado se cerrase en defensa.
Cuán amorosa forma
la del suelo las noches del verano
cuando echado en la tierra se acaricia este mundo que rueda,
la sequedad oscura,
la sordera profunda,
la cerrazón a todo,
que transcurre como lo más ajeno a un sollozo.
Tú, pobre hombre que duermes
sin notar esa luna trunca
que gemebunda apenas si te roza;
tú, que viajas postrero
con la corteza seca que rueda entre tus brazos,
no beses el silencio sin falla por donde nunca
a la sangre se espía,
por donde será inútil la busca del calor
que por los labios se bebe
y hace fulgir el cuerpo como con una luz azul si la noche es de plomo.
No, no busques esa gota pequeñita,
ese mundo reducido o sangre mínima,
esa lágrima que ha latido
y en la que apoyar la mejilla descansa.
De "La destrucción o el amor" 1932 - 1933
Vicente Aleixandre
Plaza Del Mundo
Tantas veces canté tu profundo
Vacío de teatro,
Que hace del hombre gárgola indefensa
En la turbia plenitud de las auroras
Pero no dije dónde.
Fui estancado río y llegué junto a ti;
Fui feliz en las estaciones de la flor
Y buscaba tus noches.
Sabedor me sé de cierta inclinación
Que tengo hacia los largos ecos;
Ya cualquier campana recuerda la medida
De alguna berenguela que no hizo
El póstumo poema.
Ahora que ya tienes la longitud
De un sueño
Y podemos, a tientas, proseguir
Viejos andares que van a morir al día,
Cómo voy a evocarte por vez primera!
Donde quise encuentros
Me espera un abrazo nunca dado.
De Pensar no tempestade, 1986
Tantas veces canté tu profundo
Vacío de teatro,
Que hace del hombre gárgola indefensa
En la turbia plenitud de las auroras
Pero no dije dónde.
Fui estancado río y llegué junto a ti;
Fui feliz en las estaciones de la flor
Y buscaba tus noches.
Sabedor me sé de cierta inclinación
Que tengo hacia los largos ecos;
Ya cualquier campana recuerda la medida
De alguna berenguela que no hizo
El póstumo poema.
Ahora que ya tienes la longitud
De un sueño
Y podemos, a tientas, proseguir
Viejos andares que van a morir al día,
Cómo voy a evocarte por vez primera!
Donde quise encuentros
Me espera un abrazo nunca dado.
De Pensar no tempestade, 1986
Ramiro Fonte
Casa de Piel
Igual que en esas series
de cajas chinas, donde va el espacio
acotándose más y más, ciñéndose
a una cuadrada almendra de vacío
en la que todo es íntimo y sensible
a la añorada percepción, el cielo
y el suelo, la ciudad, el edificio,
la planta, el cuarto, el lecho, son tabiques,
progresivos contornos de una carne,
última estancia del saber.
No estamos
juntos, sino trabados, como maclas
de pirita (sistema irregular)
que sueñan con que vientres
y labios se acomoden,
hasta formar el más perfecto sitio
de una desesperada situación.
¿Nunca logran
los amantes, los diestros
en el más hondo menester, su dicha
completa? Siglos llevan pretendiéndola,
y ahora estoy seguro
de que podré, comendador de mármol,
traspasar tu pared, ya trabajada
por dientes y por uñas.
El aguardo
se torna situación: axila, muslo,
senos, vientre, confluyen
en la encantada grieta donde el tiempo se hace
eternidad. Y sigo
ahondando en ti, buscando en ti la cifra
de todo. Y me arrodillo,
y me alzo. Gesticulo
como un torpe feliz que encuentra oro
y lo admira lucir de gloria, y quiere
regarlo con su sangre,
para que luzca más prohibido.
¿Es ésta
la habitación del hombre? En ella gasto
mis años de verdor. El ostensible
vacío luz se hace. Nace el mundo
de nuevo. Ya probado
el fruto está: seremos como dioses.
Igual que en esas series
de cajas chinas, donde va el espacio
acotándose más y más, ciñéndose
a una cuadrada almendra de vacío
en la que todo es íntimo y sensible
a la añorada percepción, el cielo
y el suelo, la ciudad, el edificio,
la planta, el cuarto, el lecho, son tabiques,
progresivos contornos de una carne,
última estancia del saber.
No estamos
juntos, sino trabados, como maclas
de pirita (sistema irregular)
que sueñan con que vientres
y labios se acomoden,
hasta formar el más perfecto sitio
de una desesperada situación.
¿Nunca logran
los amantes, los diestros
en el más hondo menester, su dicha
completa? Siglos llevan pretendiéndola,
y ahora estoy seguro
de que podré, comendador de mármol,
traspasar tu pared, ya trabajada
por dientes y por uñas.
El aguardo
se torna situación: axila, muslo,
senos, vientre, confluyen
en la encantada grieta donde el tiempo se hace
eternidad. Y sigo
ahondando en ti, buscando en ti la cifra
de todo. Y me arrodillo,
y me alzo. Gesticulo
como un torpe feliz que encuentra oro
y lo admira lucir de gloria, y quiere
regarlo con su sangre,
para que luzca más prohibido.
¿Es ésta
la habitación del hombre? En ella gasto
mis años de verdor. El ostensible
vacío luz se hace. Nace el mundo
de nuevo. Ya probado
el fruto está: seremos como dioses.
Alfonso Canales
Mi amor
Mi amor, nunca entenderás lo mucho que te quiero. Haga lo que haga, diga lo que diga.
Te lo di todo, lo hice todo por ti. Di la cara cuando otros te criticaban y respondí en tu nombre. Te amé como nadie llegó a hacerlo, con el alma.
La gente me decía que te dejara por que creían que eras arrogante, superficial y ególatra. Pero no, para mí eras la perfección personificada, con un halo sobre tu cabeza.Tu rostro era joven, inocente y pícaro a la vez. Tu pelo era brillante, lacio y suave como la seda.Tu cuerpo era perfecto, esbelto, ligero y delicado.Tu voz, un dulce susurro como el de un ángel.Y lo que más he querido nunca de ti, lo que me hace sentir un electrizante escalofrío por la espalda, tus ojos. Verdes con tonos marrones, mágicos, hermosos, tuyos. Cuando los vi por primera vez sentí que tenían que ser míos.Pero a mí no me hubiera importado tu aspecto con esa personalidad: cariñosa, fiel, educada, inteligente y sobre todo, como todo tu ser, dulce.
Siempre estuve a tu vera aguardando el momento en que me dijeras esas palabras que tanto deseaba al oído y me hicieras todo lo feliz que podría llegar a ser. Solo te pedí una cosa: que estuvieras conmigo. Pero ese día se me partió el corazón en mil pedazos cuando me dijeron la espantosa noticia.
“No prestó atención y un coche acabó con su vida”.Solo te pedí una cosa, tú me pedías muchas y todas te las di. En cambio tú, solo pensaste en ti.
Mi amor, nunca entenderás lo mucho que te quiero. Haga lo que haga, diga lo que diga.
Te lo di todo, lo hice todo por ti. Di la cara cuando otros te criticaban y respondí en tu nombre. Te amé como nadie llegó a hacerlo, con el alma.
La gente me decía que te dejara por que creían que eras arrogante, superficial y ególatra. Pero no, para mí eras la perfección personificada, con un halo sobre tu cabeza.Tu rostro era joven, inocente y pícaro a la vez. Tu pelo era brillante, lacio y suave como la seda.Tu cuerpo era perfecto, esbelto, ligero y delicado.Tu voz, un dulce susurro como el de un ángel.Y lo que más he querido nunca de ti, lo que me hace sentir un electrizante escalofrío por la espalda, tus ojos. Verdes con tonos marrones, mágicos, hermosos, tuyos. Cuando los vi por primera vez sentí que tenían que ser míos.Pero a mí no me hubiera importado tu aspecto con esa personalidad: cariñosa, fiel, educada, inteligente y sobre todo, como todo tu ser, dulce.
Siempre estuve a tu vera aguardando el momento en que me dijeras esas palabras que tanto deseaba al oído y me hicieras todo lo feliz que podría llegar a ser. Solo te pedí una cosa: que estuvieras conmigo. Pero ese día se me partió el corazón en mil pedazos cuando me dijeron la espantosa noticia.
“No prestó atención y un coche acabó con su vida”.Solo te pedí una cosa, tú me pedías muchas y todas te las di. En cambio tú, solo pensaste en ti.
ester juárez rodrÃguez
Si tú cariño no esta
Como pensar
Que todo sigue igual
Que la vida es la misma
Que nada ha cambiado ya
Como fingir que la felicidad me acompaña
Que soy el mismo hombre
Que esta es la misma ciudad
Como callarle al mundo cuanto te necesito
Y cuanta falta me hace volverte a besar
Como hacer para olvidarlo todo
Para en un instante dejar de ti de pensar
Como seguir viviendo
Como poder respirar
Si me hace falta todo
Si tú cariño no esta
Dedicado a mi ANGEL
Como pensar
Que todo sigue igual
Que la vida es la misma
Que nada ha cambiado ya
Como fingir que la felicidad me acompaña
Que soy el mismo hombre
Que esta es la misma ciudad
Como callarle al mundo cuanto te necesito
Y cuanta falta me hace volverte a besar
Como hacer para olvidarlo todo
Para en un instante dejar de ti de pensar
Como seguir viviendo
Como poder respirar
Si me hace falta todo
Si tú cariño no esta
Dedicado a mi ANGEL
MIZTLI
Credo
No acostumbro a decir amo, te amo,
sino cuando el amor me inunda todo
desde los ojos hasta los zapatos.
Mi cuerpo es una sola verdad y cada músculo
resume una experiencia de entusiasmo.
Una vez dije: ¡sufro! Y era que el sufrimiento
agitaba a mi lado sus cascos de caballo.
Y siempre digo: espero. Porque a mí me podrían
arrancar el recuerdo como un brazo,
pero no la esperanza que es de hueso
y cuando me la arranquen dejaré de ser esto
que te estrecha las manos.
Creo en todos los frutos que tienen jugo dulce,
y creo que no hay frutos que tengan jugo amargo.
No es culpa de los frutos si tenemos
el paladar angosto y limitado.
Creo en el corazón del hombre, creo
que es de pura caricia a pesar de las manos
que a veces asesinan, sin saberlo,
y manejan fusiles sanguinarios.
Creo en la libertad a pesar de los cepos,
a pesar de los campos alambrados.
Creo en la paz, amada, a pesar de las bombas
ya pesar de los cascos.
Creo que los países serán un solo sitio
de amor para los hombres, a pesar de los pactos,
a pesar de los límites, los cónsules,
a pesar de los libres que se dan por esclavos.
Y creo en el amor, en este amor de acero
que va fortaleciendo las piernas y los brazos,
que trabaja en secreto,
a escondidas del odio y del escarnio,
que debajo del traje se hace músculo,
órgano, experiencia, nervio, ganglio,
a pesar del rencor que nos inunda
el corazón de funerales pájaros.
Yo creo en el amor más que en mis ojos
y más que en el poder y el entusiasmo.
No acostumbro a decir amo, te amo,
sino cuando el amor me inunda todo
desde los ojos hasta los zapatos.
Mi cuerpo es una sola verdad y cada músculo
resume una experiencia de entusiasmo.
Una vez dije: ¡sufro! Y era que el sufrimiento
agitaba a mi lado sus cascos de caballo.
Y siempre digo: espero. Porque a mí me podrían
arrancar el recuerdo como un brazo,
pero no la esperanza que es de hueso
y cuando me la arranquen dejaré de ser esto
que te estrecha las manos.
Creo en todos los frutos que tienen jugo dulce,
y creo que no hay frutos que tengan jugo amargo.
No es culpa de los frutos si tenemos
el paladar angosto y limitado.
Creo en el corazón del hombre, creo
que es de pura caricia a pesar de las manos
que a veces asesinan, sin saberlo,
y manejan fusiles sanguinarios.
Creo en la libertad a pesar de los cepos,
a pesar de los campos alambrados.
Creo en la paz, amada, a pesar de las bombas
ya pesar de los cascos.
Creo que los países serán un solo sitio
de amor para los hombres, a pesar de los pactos,
a pesar de los límites, los cónsules,
a pesar de los libres que se dan por esclavos.
Y creo en el amor, en este amor de acero
que va fortaleciendo las piernas y los brazos,
que trabaja en secreto,
a escondidas del odio y del escarnio,
que debajo del traje se hace músculo,
órgano, experiencia, nervio, ganglio,
a pesar del rencor que nos inunda
el corazón de funerales pájaros.
Yo creo en el amor más que en mis ojos
y más que en el poder y el entusiasmo.
Jorge Debravo
Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil. El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive y se resiste a la muerte tanto como puede..
Alejandro Dolina
Cuando al hombre se le pone como medida de todas las cosas, se le convierte en esclavo de su propia finitud.
Juan Pablo II
Cada hombre, en el fondo de su corazón, tiene derecho a creerse enteramente igual a los demás hombres; de ello no se desprende que el cocinero de un cardenal deba ordenar a su amo que le haga la cena; pero el cocinero puede decir: "Soy hombre como mi amo; he nacido llorando como él; él morirá como yo entre las mismas angustias y las mismas ceremonias. Los dos tenemos las mismas funciones animales. Si los turcos se apoderan de Roma, y entonces yo me convierto en cardenal y mi amo en cocinero, lo tomaré a mi servicio".
Voltaire
El poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la mujer.
Jonathan Swift
Lo único que es un fin en sí mismo es el hombre, nunca puede ser utilizado como medio.
Immanuel Kant
El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio.
George Bernard Shaw
Los modales corteses hacen que el hombre aparezca exteriormente tal como debería ser en su interior.
Jean de la Bruyere
¿Qué hombre inteligente si le dieran a elegir escoger entre vivir sin rosas o vivir sin berzas no correría a asegurar las berzas?
George Bernard Shaw
La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable.
Jean-Jacques Rousseau
Así como el ignorante está muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun después de muerto.
Publio Siro
Un científico es un hombre tan endeble y humano como cualquiera; sin embargo, la búsqueda científica puede ennoblecerle, incluso en contra de su voluntad.
Isaac Asimov