Creo-que-el-pescado-es ( 4 )
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He tratado de buscar el sentido de estas dos palabras, comunicación y compromiso, porque lo creo fundamental para el esclarecimiento de la situación.
Carlos Sahagún
Creo en la carne y en los apetitos, ver, oÃr, tocar... ¡Cuántos milagros!, y cada parte de mi ser es un milagro.
Walt Whitman
Yo creo que el único premio posible es el dinero. Es mucho más decorativo que una estatuilla, porque puedes comprarte un traje de Armani.
Pedro Almodóvar
Hoy el sol brilla para la humanidad; pero puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos dÃas, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar un solo minuto la llegada del venturoso dÃa en que aquél alumbre mejor para los trabajadores. Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones.
Samuel Fielden
Creo que es un gran error considerar cobrar altos impuestos a los vinos como un impuesto al lujo, si lo hiciéramos estarÃamos cobrándole impuestos a la salud de nuestros ciudadanos.
Thomas Jefferson
Comienzo la creación en un instante del poema separo tinieblas. Me creo a mà mismo.
José Barroeta
Se dirá que el placer de la aventura mental es raro, que pocos pueden apreciarlo y que la educación ordinaria no tiene en cuenta un bien tan aristocrático. Yo no lo creo. El placer de la aventura mental es mucho más común en el joven que en los hombres y mujeres mayores. . . Es raro en la vida adulta porque se hace todo lo posible por matarlo mientras dura la educación.
Bertrand Russell
Escribir es perdurar en la palabra, creo que solo la ausencia puede nombrar a la ausencia. Pronunciar una palabra es fundar ya el olvido.
Isidoro Blaisten
La verdad no demanda creencias. Los cientÃficos no unen sus manos cada domingo, cantando: ¡sÃ, la ley de gravedad es real! creo en mi corazón que todo lo que sube tiene que bajar. ¡tendré fe! ¡seré fuerte! ¡amén!. Si lo hicieran, pensarÃamos que no están bastante seguros de ello.
Dan Barker
En el momento en que veo a un ser humano que sufre porque no es tratado con la debida justicia y creo un poema, en aquel momento me conmueve el hombre por sà mismo, al margen de cualquier sentimiento religioso.
MarÃÂa Elvira Lacaci
Lix
¡Cuántas veces al pie de las musgosas
paredes que la guardan
oà la esquila que al mediar la noche
a los maitines llama!
¡Cuántas veces trazó mi silueta
la luna plateada,
junto a la del ciprés, que de su huerto
se asoma por las tapias!
Cuando en sombras la iglesia se envolvÃa
de su ojiva calada,
¡cuántas veces temblar sobre los vidrios
vi el fulgor de la lámpara!
Aunque el viento en los ángulos oscuros
de la torre silbara,
del coro entre las voces percibÃa
su voz vibrante y clara.
En las noches de invierno, si un medroso
por la desierta plaza
se atrevÃa a cruzar, al divisarme,
el paso aceleraba.
Y no faltó una vieja que en el torno
dijese a la mañana
que de algún sacristán muerto en pecado
acaso era yo el alma.
A oscuras conocÃa los rincones
del atrio y la portada;
de mis pies las ortigas que allà crecen
las huellas tal vez guardan.
Los búhos, que espantados me seguÃan
con sus ojos de llamas,
llegaron a mirarme con el tiempo
como a un buen camarada.
A mi lado sin miedo los reptiles
se movÃan a rastras;
¡hasta los mudos santos de granito
creo que me saludaban!
¡Cuántas veces al pie de las musgosas
paredes que la guardan
oà la esquila que al mediar la noche
a los maitines llama!
¡Cuántas veces trazó mi silueta
la luna plateada,
junto a la del ciprés, que de su huerto
se asoma por las tapias!
Cuando en sombras la iglesia se envolvÃa
de su ojiva calada,
¡cuántas veces temblar sobre los vidrios
vi el fulgor de la lámpara!
Aunque el viento en los ángulos oscuros
de la torre silbara,
del coro entre las voces percibÃa
su voz vibrante y clara.
En las noches de invierno, si un medroso
por la desierta plaza
se atrevÃa a cruzar, al divisarme,
el paso aceleraba.
Y no faltó una vieja que en el torno
dijese a la mañana
que de algún sacristán muerto en pecado
acaso era yo el alma.
A oscuras conocÃa los rincones
del atrio y la portada;
de mis pies las ortigas que allà crecen
las huellas tal vez guardan.
Los búhos, que espantados me seguÃan
con sus ojos de llamas,
llegaron a mirarme con el tiempo
como a un buen camarada.
A mi lado sin miedo los reptiles
se movÃan a rastras;
¡hasta los mudos santos de granito
creo que me saludaban!
Gustavo Adolfo Becquer
No creo que esté aquà de más. Aquà hace falta una mujer, y esa mujer soy yo.
AÃÂda Cartagena PortalatÃÂn
Pero A Tu Sombra, Amor
Rompe el tabique, trae a la ceguera
el diálogo, tu música. Me llenas
de otra luz esta carne donde penas,
recuerdos van. Tú sigue, compañera,
cogida de mi mano. Me redime
esa voz tan alzada de romero,
de campo con simienza y caminero
paso. Veo en tu verbo, creo. Dime
por qué este olor -¿es mayo?-, cómo ha sido.
Habla o calla, mujer, pero a mi lado,
pero a tu sombra, amor, pero a tu oÃdo,
pero a tus brazos. Habla o calla, esposa,
pero ahÃ. ¡No me sienta abandonado
sobre la Tierra inmensa, silenciosa!
Rompe el tabique, trae a la ceguera
el diálogo, tu música. Me llenas
de otra luz esta carne donde penas,
recuerdos van. Tú sigue, compañera,
cogida de mi mano. Me redime
esa voz tan alzada de romero,
de campo con simienza y caminero
paso. Veo en tu verbo, creo. Dime
por qué este olor -¿es mayo?-, cómo ha sido.
Habla o calla, mujer, pero a mi lado,
pero a tu sombra, amor, pero a tu oÃdo,
pero a tus brazos. Habla o calla, esposa,
pero ahÃ. ¡No me sienta abandonado
sobre la Tierra inmensa, silenciosa!
Ramón de GarcÃÂasol
Creo que toda la gente tiene una zona de pureza. A veces, se le murió para siempre. A veces, misteriosamente, renace. La gran mayorÃa de nuestros escritores trata de alcanzar el triunfo. Y a esto se llega de manera incidental, nunca deliberada. Si alcanzamos el éxito nunca seremos artistas plenamente. El destino del artista es vivir una vida imperfecta: el triunfo, como un episodio; el fracaso, como verdadero y supremo fin.
Juan Carlos Onetti
No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, solo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.
José Saramago
Yo soy español integral y me serÃa imposible vivir fuera de mis lÃmites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mà que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera polÃtica.
Federico GarcÃÂa Lorca
Tengo verdadero talento para unir unas palabras con otras, pero no creo que se trate de verdadera poesÃa. Es una especie de habilidad, una ternura que pongo en mis canciones.
George Brassens
Cuando los paÃses se desmoronan y se caen lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante. Un paÃs sin cultura va a la desaparición. Creo que hay que dedicar un capital a la cultura, crear productos útiles para el ser humano, tanto para su consumo como para su conciencia.
Alejandro Jodorowsky
Yo no creo en nada. Para mà la fe es algo tan odioso como lo es pecado para los creyentes. El que sabe, no puede creer. El que cree, no puede saber. Fe ciega es una tautologÃa, pues la fe es siempre ciega.
Ernest Bornemann
Hoy la tierra y los cielos me sonrÃen, hoy llega al fondo de mi alma el sol, hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado.... ¡hoy creo en Dios!.
Gustavo Adolfo Bécquer
Considero la pobreza como algo obsceno. Y creo que la teorÃa de que el mercado libre se encargará de todo es un absurdo y una obscenidad más. El llamado mercado libre de lo que se preocupa es de enriquecer a las corporaciones más poderosas. Creo que la última tendencia del mercado libre es que los pobres sean aún más pobres.
Norman Mailer
La palabra "creencia" es algo difÃcil para mÃ. No creo. Tengo que tener una razón para una cierta hipótesis. O bien sé una cosa, y luego, sé que no necesito para creer.
Carl Jung
No tengo fe e la perfectibilidad humana. Creo que el esfuerzo humano no va a tener un efecto apreciable sobre la humanidad. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más sabio, que lo que lo era 6000 años atrás.
Edgar Allan Poe
Debo poner mi vida en peligro y venir hasta Pakistán porque creo que el paÃs está en peligro. La gente está preocupada. Vamos a sacar al paÃs de esta crisis.
Benazir Bhutto
Me gusta estar con vos, me está gustando es más, creo que sin vos se angosta el espacio y falta aire en rincones Ãntimos.
Carmen Naranjo
No creo que exista noción de Dios, no creo que exista nada sobrenatural. Decir que alguien es ateo es de por sà religioso, y yo no creo que nadie sepa a qué se lo está contraponiendo. No es que yo no crea en Dios, es que no sé qué es Dios, y el que cree tampoco lo sabe.
Fernando Savater
LetanÃa Del Ciego
Soy como un ciego...
Rubén DarÃo
Y tú que tanto amas, tanto rÃes,
tanto adivinas y conoces tanto,
¿dónde el escudo para que te fÃes,
dónde el pañuelo de enjugar tu llanto?
¿Dónde el camino que no veo ahora?
DÃmelo o llora y el mirar suprime.
¿Es ya la noche que no tiene aurora?
DÃmelo, dime.
Y sin embargo tu vivir empaña
mi vivir con un vaho que es ternura,
que es caliente rumor que me acompaña
la noche oscura.
Y sin embargo con tu mano guÃas
y a tientas toco lo que apenas veo
y digo acaso para que sonrÃas
lo que no creo.
Y toco apenas y tu bulto aprendo
y torpe sigo lo que tú me indicas.
Lo que no miro, lo que no comprendo,
tú multiplicas.
Tú multiplicas, o quizás es tu invento
porque lo vea aunque quizá no exista.
Entre la noche de mi pensamiento
dulce es tu vista.
Dulce es tu vista, tu mirar risueño
que mira un llano donde estaba un monte
y que a mi alma de temblor pequeño
llamó horizonte.
Dulce es tu vista que miró aquel lago
y lo llamaba alegre mar bravÃo.
Tu generoso corazón es mago.
¡Lo fuese el mÃo!
De "Noche del sentido" 1957
Soy como un ciego...
Rubén DarÃo
Y tú que tanto amas, tanto rÃes,
tanto adivinas y conoces tanto,
¿dónde el escudo para que te fÃes,
dónde el pañuelo de enjugar tu llanto?
¿Dónde el camino que no veo ahora?
DÃmelo o llora y el mirar suprime.
¿Es ya la noche que no tiene aurora?
DÃmelo, dime.
Y sin embargo tu vivir empaña
mi vivir con un vaho que es ternura,
que es caliente rumor que me acompaña
la noche oscura.
Y sin embargo con tu mano guÃas
y a tientas toco lo que apenas veo
y digo acaso para que sonrÃas
lo que no creo.
Y toco apenas y tu bulto aprendo
y torpe sigo lo que tú me indicas.
Lo que no miro, lo que no comprendo,
tú multiplicas.
Tú multiplicas, o quizás es tu invento
porque lo vea aunque quizá no exista.
Entre la noche de mi pensamiento
dulce es tu vista.
Dulce es tu vista, tu mirar risueño
que mira un llano donde estaba un monte
y que a mi alma de temblor pequeño
llamó horizonte.
Dulce es tu vista que miró aquel lago
y lo llamaba alegre mar bravÃo.
Tu generoso corazón es mago.
¡Lo fuese el mÃo!
De "Noche del sentido" 1957
Carlos Bousoño
También mi sangre bulle y rÃo por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas. Creo que el mundo es bello, que la poesÃa es como el pan, de todos.
Roque Dalton
¡Qué extraña máquina es el hombre!, usted le mete pan, vino, pescado y rábanos, y salen suspiros, risas y sueños.
Nikos Kazantzakis
Creo que generalmente se puede decir, que no hay conocimiento alguno en el hombre, el cual no sea mediata o inmediatamente deducido de la experiencia.
Benito Jerónimo Feijoo
Últimamente se han escrito varias obras de teatro sobre la monstruosa injusticia que supone el actual código de moral social. Por supuesto que es una vergüenza insultante que haya una ley para el hombre y otra para la mujer. Yo creo que no deberÃa haber ley alguna para ninguno de los dos.
Oscar Wilde