Cuantos hermanos tiene manuel belgrano ( 4 )
Cuantos hermanos tiene manuel belgrano. Encuentra docenas de cuantos hermanos tiene manuel belgrano con fotos para copiar y compartir.
El agnosticismo simplemente significa que una persona no dirá que sabe o cree aquello para lo que no tiene bases para sostener que cree.
Aldous Huxley
Hay ocasiones en que cuantos nos rodean no merecen sino un poco de comedia. Seamos, entonces, un poco farsantes.
BenjamÃn Jarnes
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
Marguerite Duras
Todo deseo tiene un objeto y éste es siempre oscuro. No hay deseos inocentes.
Luis Antonio de Villena
No creo en la llamada de la sangre. La sangre no hace hermanos ni hijos. Conozco hermanos de sangre y padres e hijos que no se hablan o no se respetan.
Jaime de Mora y Aragón
Le has dado a mi semblante sin saberlo una luz interior que me hace fuerte, para vencer mayores soledades.
Manuel Altolaguirre
Espera
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
José Manuel Caballero Bonald
Déjame que sea tu noche, que enturbie tu transparencia. ¡Déjame ver tu hermosura!.
Manuel Altolaguirre
Desde entonces los caminos que conducen a tu alma no quieres que estén desiertos. ¡Cuántas flechas, peces, pájaros, cuántas caricias y besos!.
Manuel Altolaguirre
La poesía es mi principal fuente de conocimiento. Me enseña el mundo, y en ella aprendo a conocerme a mí mismo. Ella nos hace unánimes, comunicativos.
Manuel Altolaguirre
Toda Tú
Toda tú eres santuario,
toda blanca;
se ha llenado tu cuerpo de designios.
Tienes la santidad de la esperanza
y la paz
generosa
de los lirios.
Toda tú eres milagro,
das tu lecho
de altas arenas
al naciente río;
enciendes en tu sangre
el claro fuego
y con tu carne pueblas el vacío.
Toda tu,
fervorosa,
temerosa,
frente a tu propio territorio vivo,
junto a los ventanales de tu alma,
bajo la blanca sombra de tu espíritu.
Toda tú,
niña,
blanca,
inmaculada,
santificada en el minuto limpio;
más mujer que la tierra,
más fecunda,
innumerable y grave
como un libro.
Cimiento de las horas,
silenciosa;
vértice de mi amor,
toda camino,
toda
inmanchable altura,
toda tiempo,
inflamada de vida,
toda
río.
Toda tú eres santuario,
toda blanca;
se ha llenado tu cuerpo de designios.
Tienes la santidad de la esperanza
y la paz
generosa
de los lirios.
Toda tú eres milagro,
das tu lecho
de altas arenas
al naciente río;
enciendes en tu sangre
el claro fuego
y con tu carne pueblas el vacío.
Toda tu,
fervorosa,
temerosa,
frente a tu propio territorio vivo,
junto a los ventanales de tu alma,
bajo la blanca sombra de tu espíritu.
Toda tú,
niña,
blanca,
inmaculada,
santificada en el minuto limpio;
más mujer que la tierra,
más fecunda,
innumerable y grave
como un libro.
Cimiento de las horas,
silenciosa;
vértice de mi amor,
toda camino,
toda
inmanchable altura,
toda tiempo,
inflamada de vida,
toda
río.
Manuel José Arce
Madre Naturaleza
Madre, madre, cansado y soñoliento
quiero pronto volver a tu regazo;
besar tu seno, respirar tu aliento
y sentir la indolencia de tu abrazo.
Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces;
en ti se encuentra la virtud perdida,
y tentadora y joven apareces
en las grandes tristezas de la vida.
Con ansia inmensa que mi ser consume
quiero apoyar las sienes en tu pecho,
tal como el niño que la nieve entume
busca el calor de su mullido lecho.
!Aire! ¡más luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
Abre, por fin, hospedadora muda,
tus vastas y tranquilas soledades,
y deja que mi espíritu sacuda
el tedio abrumador de las ciudades.
No más continuo batallar: ya brota
sangre humeante de mi abierta herida,
y quedo inerme, con la espada rota,
en la terrible lucha por la vida.
¡Acude madre, y antes que perezca
y bajo el peso, del dolor sucumba;
o abre tus senos, y que el musgo crezca
sobre la humilde tierra de mi tumba!
Madre, madre, cansado y soñoliento
quiero pronto volver a tu regazo;
besar tu seno, respirar tu aliento
y sentir la indolencia de tu abrazo.
Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces;
en ti se encuentra la virtud perdida,
y tentadora y joven apareces
en las grandes tristezas de la vida.
Con ansia inmensa que mi ser consume
quiero apoyar las sienes en tu pecho,
tal como el niño que la nieve entume
busca el calor de su mullido lecho.
!Aire! ¡más luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
Abre, por fin, hospedadora muda,
tus vastas y tranquilas soledades,
y deja que mi espíritu sacuda
el tedio abrumador de las ciudades.
No más continuo batallar: ya brota
sangre humeante de mi abierta herida,
y quedo inerme, con la espada rota,
en la terrible lucha por la vida.
¡Acude madre, y antes que perezca
y bajo el peso, del dolor sucumba;
o abre tus senos, y que el musgo crezca
sobre la humilde tierra de mi tumba!
Manuel Gutiérrez Nájera
Paisaje
Igual que las antenas de los televisores
tiendo a veces mis brazos para captar tu imagen.
Frío árbol de aluminio,
Y voy por la ciudad buscándote,
llamándote,
auscultando uno a uno los canales del viento.
Se me llenan los ojos de anuncios y señales,
de violencias ajenas, de misterios vulgares.
Pero tú no apareces.
Igual que las antenas de los televisores
tiendo mis fríos brazos de aluminio
en todas direcciones
para ver si te encuentro.
Abro mi pecho acústico para oír tus palabras
que lleguen por mis brazos
al corazón sonoro.
Pero tu voz no llega.
¿Dónde estás?
¿Por dónde pasa el río tembloroso de tu imagen?
¿Dónde estás?
No te encuentro. No capto
tu huella de luciérnagas.
Y me quedo en la noche
igual que las antenas de los televisores,
con mis rígidos brazos como árbol de aluminio.
Igual que las antenas de los televisores
tiendo a veces mis brazos para captar tu imagen.
Frío árbol de aluminio,
Y voy por la ciudad buscándote,
llamándote,
auscultando uno a uno los canales del viento.
Se me llenan los ojos de anuncios y señales,
de violencias ajenas, de misterios vulgares.
Pero tú no apareces.
Igual que las antenas de los televisores
tiendo mis fríos brazos de aluminio
en todas direcciones
para ver si te encuentro.
Abro mi pecho acústico para oír tus palabras
que lleguen por mis brazos
al corazón sonoro.
Pero tu voz no llega.
¿Dónde estás?
¿Por dónde pasa el río tembloroso de tu imagen?
¿Dónde estás?
No te encuentro. No capto
tu huella de luciérnagas.
Y me quedo en la noche
igual que las antenas de los televisores,
con mis rígidos brazos como árbol de aluminio.
Manuel José Arce
Hojas Secas
¡En vano fue buscar otros amores!
¡En vano fue correr tras los placeres,
que es el placer un áspid entre flores,
y son copos de nieve las mujeres!
Entre mi alma y las sombras del olvido
existe el valladar de su memoria:
que nunca olvida el pájaro su nido
ni los esclavos del amor su historia.
Con otras ilusiones engañarme
quise, y entre perfumes adormirme.
¡Y vino el desengaño a despertarme,
y vino su memoria para herirme!
¡Ay, mi pobre alma, cuál te destrozaron
y con cuánta inclemencia te vendieron!
Tú quisiste amar ¡y te mataron!
Tú quisiste ser buena ¡y te perdieron!
¡Tanto amor, y después olvido tanto!
¡Tanta esperanza convertida en humo!
Con razón en el fuego de mi llanto
como nieve a la lumbre me consumo.
¡Cómo olvidarla, si es la vida mía!
¡Cómo olvidarla, si por ella muero!
¡Si es mi existencia lúgubre agonía,
y con todo mi espíritu la quiero!
En holocausto dila mi existencia,
la di un amor purísimo y eterno,
y ella en cambio, manchando mi conciencia,
en pago del edén, diome el infierno.
¡Y mientras más me olvida, más la adoro!
¡Y mientras más me hiere, más la miro!
¡Y allá dentro del alma siempre lloro,
y allá dentro del alma siempre expiro!
El eterno llorar: tal es mi suerte;
nací para sufrir y para amarla.
¡Solo el hacha cortante de la muerte
podrá de mis recuerdos arrancarla!
¡En vano fue buscar otros amores!
¡En vano fue correr tras los placeres,
que es el placer un áspid entre flores,
y son copos de nieve las mujeres!
Entre mi alma y las sombras del olvido
existe el valladar de su memoria:
que nunca olvida el pájaro su nido
ni los esclavos del amor su historia.
Con otras ilusiones engañarme
quise, y entre perfumes adormirme.
¡Y vino el desengaño a despertarme,
y vino su memoria para herirme!
¡Ay, mi pobre alma, cuál te destrozaron
y con cuánta inclemencia te vendieron!
Tú quisiste amar ¡y te mataron!
Tú quisiste ser buena ¡y te perdieron!
¡Tanto amor, y después olvido tanto!
¡Tanta esperanza convertida en humo!
Con razón en el fuego de mi llanto
como nieve a la lumbre me consumo.
¡Cómo olvidarla, si es la vida mía!
¡Cómo olvidarla, si por ella muero!
¡Si es mi existencia lúgubre agonía,
y con todo mi espíritu la quiero!
En holocausto dila mi existencia,
la di un amor purísimo y eterno,
y ella en cambio, manchando mi conciencia,
en pago del edén, diome el infierno.
¡Y mientras más me olvida, más la adoro!
¡Y mientras más me hiere, más la miro!
¡Y allá dentro del alma siempre lloro,
y allá dentro del alma siempre expiro!
El eterno llorar: tal es mi suerte;
nací para sufrir y para amarla.
¡Solo el hacha cortante de la muerte
podrá de mis recuerdos arrancarla!
Manuel Gutiérrez Nájera
La fiesta de los toros está montada en esencia sobre la tortura pública de un animal, y por muchos pases pintureros que el diestro pegue vestido de sota de espadas, nunca podrá ocultar la degradación que late bajo la supuesta belleza de una verónica.
Manuel Vicent
Por Eso
Porque eres buena, inocente
como un sueño de doncella,
porque eres cándida y bella
como un nectario naciente.
Porque en tus ojos asoma
con un dulcísimo encanto,
todo lo hermoso y lo santo
del alma de una paloma.
Porque eres toda una esencia
de castidad y consuelo,
porque tu alma es todo un cielo
de ternura y de inocencia.
Porque al sol de tus virtudes
se mira en ti realizado
el ideal vago y soñado
de todas las juventudes;
por eso, niña hechicera,
te adoro en mi loco exceso;
por eso te amo, y por eso
te he dado mi vida entera.
Por eso a tu luz se inspira
la fe de mi amor sublime;
¡por eso solloza y gime
como un corazón mi lira!
Por eso cuando te evoca
mi afán en tus embelesos,
siento que un mundo de besos
palpita sobre mi boca.
Y por eso entre la calma
de mi existencia sombría,
mi amor no anhela más día
que el que una mi alma con tu alma.
Porque eres buena, inocente
como un sueño de doncella,
porque eres cándida y bella
como un nectario naciente.
Porque en tus ojos asoma
con un dulcísimo encanto,
todo lo hermoso y lo santo
del alma de una paloma.
Porque eres toda una esencia
de castidad y consuelo,
porque tu alma es todo un cielo
de ternura y de inocencia.
Porque al sol de tus virtudes
se mira en ti realizado
el ideal vago y soñado
de todas las juventudes;
por eso, niña hechicera,
te adoro en mi loco exceso;
por eso te amo, y por eso
te he dado mi vida entera.
Por eso a tu luz se inspira
la fe de mi amor sublime;
¡por eso solloza y gime
como un corazón mi lira!
Por eso cuando te evoca
mi afán en tus embelesos,
siento que un mundo de besos
palpita sobre mi boca.
Y por eso entre la calma
de mi existencia sombría,
mi amor no anhela más día
que el que una mi alma con tu alma.
Manuel Acuña
Estoy Perdido
Profeta de mis fines no dudaba
del mundo que pintó mi fantasía
en los grandes desiertos invisibles.
Reconcentrado y penetrante, solo,
mudo, predestinado, esclarecido,
mi aislamiento profundo, mi hondo centro,
mi sueño errante y soledad hundida,
se dilataban por lo inexistente,
hasta que vacilé cuando la duda
oscureció por dentro mi ceguera.
Un tacto oscuro entre mi ser y el mundo,
entre las dos tinieblas, definía
una ignorada juventud ardiente.
Encuéntrame en la noche. Estoy perdido.
Profeta de mis fines no dudaba
del mundo que pintó mi fantasía
en los grandes desiertos invisibles.
Reconcentrado y penetrante, solo,
mudo, predestinado, esclarecido,
mi aislamiento profundo, mi hondo centro,
mi sueño errante y soledad hundida,
se dilataban por lo inexistente,
hasta que vacilé cuando la duda
oscureció por dentro mi ceguera.
Un tacto oscuro entre mi ser y el mundo,
entre las dos tinieblas, definía
una ignorada juventud ardiente.
Encuéntrame en la noche. Estoy perdido.
Manuel Altolaguirre
Soneto
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, solo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;
Que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, solo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;
Que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.
Manuel Acuña
Un Beso Nada Más
Bésame con el beso de tu boca,
cariñosa mitad del alma mía:
un solo beso el corazón invoca,
que la dicha de dos... me mataría.
¡Un beso nada más! Ya su perfume
en mi alma derramándose la embriaga
y mi alma por tu beso se consume
y por mis labios impaciente vaga.
¡Júntese con la tuya! Ya no puedo
lejos tenerla de tus labios rojos...
¡Pronto... dame tus labios! ¡Tengo miedo
de ver tan cerca tus divinos ojos!
Hay un cielo, mujer en tus abrazos,
siento de dicha el corazón opreso...
¡Oh! ¡Sosténme en la vida de tus brazos
para que no me mates con tu beso!
Bésame con el beso de tu boca,
cariñosa mitad del alma mía:
un solo beso el corazón invoca,
que la dicha de dos... me mataría.
¡Un beso nada más! Ya su perfume
en mi alma derramándose la embriaga
y mi alma por tu beso se consume
y por mis labios impaciente vaga.
¡Júntese con la tuya! Ya no puedo
lejos tenerla de tus labios rojos...
¡Pronto... dame tus labios! ¡Tengo miedo
de ver tan cerca tus divinos ojos!
Hay un cielo, mujer en tus abrazos,
siento de dicha el corazón opreso...
¡Oh! ¡Sosténme en la vida de tus brazos
para que no me mates con tu beso!
Manuel MarÃa Flores
Carta a Ana María Foglia (Mara). 13/01/49 al 22/02/2010
Te fuiste la mañana del 22 de febrero de este año víctima de esa maldita enfermedad (cáncer) a la que peleamos (juntos y terriblemente solos) con la fé de aquellos que independientemente lo duro del presente, no bajan los brazos ante nada.
Nuestra relación fue muy especial debido a que si bién de apariencia distinta, en el fondo, nuestras metas eran las mismas.
Puedo afirmar, sin equivocarme, que el amor que nos teníamos en lo que la vida marcó el final de nuestra relación cotidiana, fue mil veces superior a todos y cada uno de los momentos vividos.
Mara, te quise y te quiero cada día más, y ese amor fue debido a que aprendí a reconocer tus valores, luego surgió el respeto y la admiración hacia el ser que tenía a mi lado.
Te extraño y no puedo entender tu ausencia, porque siempre sentí la necesidad de compartir con vos cada momento. En más de 30 años de nuestra relación, te llamaba montones de veces por día desde el trabajo para hacerte llegar cada pensamiento, cada situación. Si éramos una pareja.
Hace muchos años cuidaste a mi padre en su enfermedad en sus últimos momentos y en aquel entonces surgió una deuda de gratitud que me comprometió a velar por vos y cuidarte por el resto de tus días. Desde 1985 se convirtió en mí en el compromiso de cada día.
Tu família fue tu debilidad y la preocupación de toda tu vida, como vos te convertiste en la mía. Como hermana mayor fuiste durante más de 40 años el soporte económico de tus padres y tus hermanos y yo lo asumí porque te quería y respetaba tus decisiones y además contribuía a ayudarlos. Hoy, mas friamente, y no lo digo por tus padres, pienso que si tuviste que empujar autos más de 40 años para que arrancaran, “el problema estába en los autos”. Tu amor por los tuyos nunca te permitió asumirlo.
Sabés muy bién que este siglo 21 no fue bueno para mí (para ambos). Tu primer cáncer a fines del 2000 seguido de una operación mutilante y la aplicación de radioterapia que te llevó a preguntarme preocupada: “y ahora como seguimos?”. Mi respuesta fue: “Te prefiero así, a muerta, sigamos”. Sé que siempre este tema fue tu preocupación, como me lo manifestaste en varias oportunidades. Creo que nunca llegaste a entender que mi amor por vos era superior a todos los contratiempos. Nunca estuviste bién. Ni física, ni anímicamente. Desde aquel momento fueron muchos los malestares, pero seguimos adelante (juntos y solos). Al poco tiempo falleció mi madre y este fue un hecho que nunca pude superar. Si yo no tenía tu fortaleza Mara. Luego siguieron años malos. Uno peor que otro. Pérdida de amigos, familiares, compañeros. La enfermedad y fallecimiento en 2006 de nuestra perra Chinita (como la peleé, Dios mío), que te cuidó desde tu enfermedad con un cariño y un celo que supera el entendimiento humano. Llegaste a decir a posteriori de su muerte, que Chinita había cambiado roles con vos y se había ido en tu lugar de tanto que te quería. Yo creo que es cierto. Después siguió la pérdida de mi puesto en el trabajo (me permitía a ayudar a miles de personas y lo amaba) por el mismo problema que te arrancó de la vida, el cigarrillo y la falta de consideración hacia los que no éramos fumadores. El deterioro de mi salud, humillaciones en mi trabajo por personas que no entendieron el respeto hacia el otro y cuando parecía que las cosas se iban a acomodar, surgió tu segundo y definitivo cáncer.
Luchamos sólos como también fuí solo el único que peleó todos los días para sacarte de las garras del cigarrillo. En mi soledad, fracasé. Y me atribuyo el fracaso a tu final, no por no pelear, que lo hicimos y mucho, porque respeté tus decisiones, apoyadas por algunos médicos. Pienso que tal vez podríamos haber tomado otro camino y el resultado hubiera sido distinto. Resumiendo, hoy no estás conmigo. Me adjudico el fracaso y te pido perdón, porque yo no me lo perdono.
Cuantos planes tenía para que juntos vivieramos el resto de nuestras vidas. Toda una vida abocada a construir un mañana que no se pudo concretar.
Te acordás? En casa eramos en el 2006 5 seres vivos, vos, yó y “nuestras tres hijas de 4 patas”. Hoy Mara quedamos 2. A pocos días de tu partida, Vaqui, nuestra perrita "cachorra" de más de 18 años y medio, de improviso quiso irse con vos y no pude impedirlo. Dos pérdidas en la casa en menos de 20 días. Quiero creer que debés estar en alguna parte paseando con "las nenas" y a la noche cuando te vás a descansar, Vaqui seguirá durmiendo como siempre, en la almohada encima de tu cabeza y Chinita aprovechará cada hueco que deje tu cuerpo para hacerse un bollito y pegarse a él. Me muero de extrañarlas.
Hoy me queda solo Rayita y te aseguro Mara que la obligación de cuidarla es la principal por no decir la única motivación para seguir viviendo. Han pasado tantas cosas que no puedo rescatar del pasado un solo momento de felicidad.
Respecto a como quedó la relación con tu família (“tus hermanos, a quienes tanto ayudamos”), te cuento que todo se fue al diablo. Inmediatamente después de tu fallecimiento resurgieron como el Ave Fénix aduciendo que les habías dejado todos los ahorros que teníamos para nuestra vejez y amparándose en un artilugio legal, se los apropiaron y me dejaron después de 53 años de trabajo sin nada. Que importante que esa vitalidad que demostraron después de tu muerte la hubieran utilizado en su momento para contribuir a salvar tu vida. Yo no tuve hermanos. Tal vez sea por eso que no los entiendo ni justifico.
Hoy mi vida es como un carrousel en el que las figuras han sido reemplazadas por hechos amargos, pérdidas y luchas en vano. Mi madre, amigos entrañables (el 6 de enero perdí a uno que tenía desde los veinte años), familiares, un trabajo que me dignificaba, mi salud, nuestras hijas de 4 patas (Chinita y Vaqui), el hecho de que vos y yó nos brindamos generosamente durante toda nuestra vida y el reconocimiento llegó en la forma de un despojo. Y principalmente a vos Mara, con quién compartí muchos momentos buenos y también, juntos, afrontamos tantos malos.
Me pregunto Mara si todo esto dá un sentido a nuestras vidas. Tanto esfuerzo. Tanto pelear. Tanto dar. Si yo tendría hoy que estar abocado a llevar adelante mi luto por tu partida y el desconcierto por todo lo sucedido no me permite encontrar el rumbo.
Quisiera que alguién me diga cual es la verdad, porque aparentemente todas las lecciones de vida que me dieron mis mayores estaban equivocadas.
Esta mal ser derecho, generoso, cuidar al prójimo, luchar hasta lo imposible por conservar vivos a quienes queremos, superando nuestras múltiples limitaciones?
Mara. Te amo, te extraño. Siempre te admiré como admiré tu valor, tu lucha y fortaleza para enfrentar tus últimos momentos. No creo llegarte a la altura de tus pies. Te enciendo todos los días una velita para que ilumine tu camino, el de Chinita y el de Vaqui, que estoy seguro te acompañan y para que no sufran el frío terrible de la soledad y dolor que me invade.
Me quedan como consuelo las palabras que dijiste en tu última nochebuena, que quisiste pasar en casa, con quienes realmente te daban su amor y luchaban por tu vida: "mi familia, son ustedes" . Tus perras y tu pareja. También tu último "gracias por cuidarme". Que otra cosa puede hacerse por el ser que uno ama?
Te dejo un poema que amabas y que te daba fuerzas ante la pérdida de tus afectos.
ESTAR JUNTOS
La muerte no es nada, solo me ha deslizado al cuarto contiguo.
Lo que éramos para cada uno, todavía lo somos.
Llámenme por mi viejo nombre familiar,
Háblenme de la misma manera fácil que siempre lo han hecho.
Ríanse como siempre con las pequeñas cosas y momentos que disfrutamos juntos.
Jueguen, ríanse, piensen en mi, recen por mí.
Dejen que mi nombre permanezca en las conversaciones de casa, como siempre ha sido.
Menciónenme sin dificultad: la vida continúa y significa lo que siempre significó
¿Por qué habría de estar yo fuera de sus vidas, solo porque no me pueden ver?
Yo estoy esperando por ustedes a la vuelta de la esquina.
Todo está bien, nada ha pasado, nada se ha perdido, solo unos momentos que pasarán rápido, y todo será como entonces, pero mucho mejor
Y ... PARA SIEMPRE
Jorge
Te fuiste la mañana del 22 de febrero de este año víctima de esa maldita enfermedad (cáncer) a la que peleamos (juntos y terriblemente solos) con la fé de aquellos que independientemente lo duro del presente, no bajan los brazos ante nada.
Nuestra relación fue muy especial debido a que si bién de apariencia distinta, en el fondo, nuestras metas eran las mismas.
Puedo afirmar, sin equivocarme, que el amor que nos teníamos en lo que la vida marcó el final de nuestra relación cotidiana, fue mil veces superior a todos y cada uno de los momentos vividos.
Mara, te quise y te quiero cada día más, y ese amor fue debido a que aprendí a reconocer tus valores, luego surgió el respeto y la admiración hacia el ser que tenía a mi lado.
Te extraño y no puedo entender tu ausencia, porque siempre sentí la necesidad de compartir con vos cada momento. En más de 30 años de nuestra relación, te llamaba montones de veces por día desde el trabajo para hacerte llegar cada pensamiento, cada situación. Si éramos una pareja.
Hace muchos años cuidaste a mi padre en su enfermedad en sus últimos momentos y en aquel entonces surgió una deuda de gratitud que me comprometió a velar por vos y cuidarte por el resto de tus días. Desde 1985 se convirtió en mí en el compromiso de cada día.
Tu família fue tu debilidad y la preocupación de toda tu vida, como vos te convertiste en la mía. Como hermana mayor fuiste durante más de 40 años el soporte económico de tus padres y tus hermanos y yo lo asumí porque te quería y respetaba tus decisiones y además contribuía a ayudarlos. Hoy, mas friamente, y no lo digo por tus padres, pienso que si tuviste que empujar autos más de 40 años para que arrancaran, “el problema estába en los autos”. Tu amor por los tuyos nunca te permitió asumirlo.
Sabés muy bién que este siglo 21 no fue bueno para mí (para ambos). Tu primer cáncer a fines del 2000 seguido de una operación mutilante y la aplicación de radioterapia que te llevó a preguntarme preocupada: “y ahora como seguimos?”. Mi respuesta fue: “Te prefiero así, a muerta, sigamos”. Sé que siempre este tema fue tu preocupación, como me lo manifestaste en varias oportunidades. Creo que nunca llegaste a entender que mi amor por vos era superior a todos los contratiempos. Nunca estuviste bién. Ni física, ni anímicamente. Desde aquel momento fueron muchos los malestares, pero seguimos adelante (juntos y solos). Al poco tiempo falleció mi madre y este fue un hecho que nunca pude superar. Si yo no tenía tu fortaleza Mara. Luego siguieron años malos. Uno peor que otro. Pérdida de amigos, familiares, compañeros. La enfermedad y fallecimiento en 2006 de nuestra perra Chinita (como la peleé, Dios mío), que te cuidó desde tu enfermedad con un cariño y un celo que supera el entendimiento humano. Llegaste a decir a posteriori de su muerte, que Chinita había cambiado roles con vos y se había ido en tu lugar de tanto que te quería. Yo creo que es cierto. Después siguió la pérdida de mi puesto en el trabajo (me permitía a ayudar a miles de personas y lo amaba) por el mismo problema que te arrancó de la vida, el cigarrillo y la falta de consideración hacia los que no éramos fumadores. El deterioro de mi salud, humillaciones en mi trabajo por personas que no entendieron el respeto hacia el otro y cuando parecía que las cosas se iban a acomodar, surgió tu segundo y definitivo cáncer.
Luchamos sólos como también fuí solo el único que peleó todos los días para sacarte de las garras del cigarrillo. En mi soledad, fracasé. Y me atribuyo el fracaso a tu final, no por no pelear, que lo hicimos y mucho, porque respeté tus decisiones, apoyadas por algunos médicos. Pienso que tal vez podríamos haber tomado otro camino y el resultado hubiera sido distinto. Resumiendo, hoy no estás conmigo. Me adjudico el fracaso y te pido perdón, porque yo no me lo perdono.
Cuantos planes tenía para que juntos vivieramos el resto de nuestras vidas. Toda una vida abocada a construir un mañana que no se pudo concretar.
Te acordás? En casa eramos en el 2006 5 seres vivos, vos, yó y “nuestras tres hijas de 4 patas”. Hoy Mara quedamos 2. A pocos días de tu partida, Vaqui, nuestra perrita "cachorra" de más de 18 años y medio, de improviso quiso irse con vos y no pude impedirlo. Dos pérdidas en la casa en menos de 20 días. Quiero creer que debés estar en alguna parte paseando con "las nenas" y a la noche cuando te vás a descansar, Vaqui seguirá durmiendo como siempre, en la almohada encima de tu cabeza y Chinita aprovechará cada hueco que deje tu cuerpo para hacerse un bollito y pegarse a él. Me muero de extrañarlas.
Hoy me queda solo Rayita y te aseguro Mara que la obligación de cuidarla es la principal por no decir la única motivación para seguir viviendo. Han pasado tantas cosas que no puedo rescatar del pasado un solo momento de felicidad.
Respecto a como quedó la relación con tu família (“tus hermanos, a quienes tanto ayudamos”), te cuento que todo se fue al diablo. Inmediatamente después de tu fallecimiento resurgieron como el Ave Fénix aduciendo que les habías dejado todos los ahorros que teníamos para nuestra vejez y amparándose en un artilugio legal, se los apropiaron y me dejaron después de 53 años de trabajo sin nada. Que importante que esa vitalidad que demostraron después de tu muerte la hubieran utilizado en su momento para contribuir a salvar tu vida. Yo no tuve hermanos. Tal vez sea por eso que no los entiendo ni justifico.
Hoy mi vida es como un carrousel en el que las figuras han sido reemplazadas por hechos amargos, pérdidas y luchas en vano. Mi madre, amigos entrañables (el 6 de enero perdí a uno que tenía desde los veinte años), familiares, un trabajo que me dignificaba, mi salud, nuestras hijas de 4 patas (Chinita y Vaqui), el hecho de que vos y yó nos brindamos generosamente durante toda nuestra vida y el reconocimiento llegó en la forma de un despojo. Y principalmente a vos Mara, con quién compartí muchos momentos buenos y también, juntos, afrontamos tantos malos.
Me pregunto Mara si todo esto dá un sentido a nuestras vidas. Tanto esfuerzo. Tanto pelear. Tanto dar. Si yo tendría hoy que estar abocado a llevar adelante mi luto por tu partida y el desconcierto por todo lo sucedido no me permite encontrar el rumbo.
Quisiera que alguién me diga cual es la verdad, porque aparentemente todas las lecciones de vida que me dieron mis mayores estaban equivocadas.
Esta mal ser derecho, generoso, cuidar al prójimo, luchar hasta lo imposible por conservar vivos a quienes queremos, superando nuestras múltiples limitaciones?
Mara. Te amo, te extraño. Siempre te admiré como admiré tu valor, tu lucha y fortaleza para enfrentar tus últimos momentos. No creo llegarte a la altura de tus pies. Te enciendo todos los días una velita para que ilumine tu camino, el de Chinita y el de Vaqui, que estoy seguro te acompañan y para que no sufran el frío terrible de la soledad y dolor que me invade.
Me quedan como consuelo las palabras que dijiste en tu última nochebuena, que quisiste pasar en casa, con quienes realmente te daban su amor y luchaban por tu vida: "mi familia, son ustedes" . Tus perras y tu pareja. También tu último "gracias por cuidarme". Que otra cosa puede hacerse por el ser que uno ama?
Te dejo un poema que amabas y que te daba fuerzas ante la pérdida de tus afectos.
ESTAR JUNTOS
La muerte no es nada, solo me ha deslizado al cuarto contiguo.
Lo que éramos para cada uno, todavía lo somos.
Llámenme por mi viejo nombre familiar,
Háblenme de la misma manera fácil que siempre lo han hecho.
Ríanse como siempre con las pequeñas cosas y momentos que disfrutamos juntos.
Jueguen, ríanse, piensen en mi, recen por mí.
Dejen que mi nombre permanezca en las conversaciones de casa, como siempre ha sido.
Menciónenme sin dificultad: la vida continúa y significa lo que siempre significó
¿Por qué habría de estar yo fuera de sus vidas, solo porque no me pueden ver?
Yo estoy esperando por ustedes a la vuelta de la esquina.
Todo está bien, nada ha pasado, nada se ha perdido, solo unos momentos que pasarán rápido, y todo será como entonces, pero mucho mejor
Y ... PARA SIEMPRE
Jorge
robert ryan
La innovación no tiene nada que ver con cuantos dólares has invertido en i+d. Cuando apple apareció con el mac, ibm gastaba al menos 100 veces más en i+d. No es un tema de cantidades, sino de la gente que posees, cómo les guías y cuánto obtienes.
Steve Jobs