Cuelgan
Cuelgan. Encuentra docenas de cuelgan con fotos para copiar y compartir.
Conóceme cual soy ¡Soy la verdad! Agua, tierra, llama, aire, éter, vida, mente, individualidad, esos ocho forman mi espectro actual y están suspendidos de mí, como cuelgan las perlas de su hilo.
Mahabharata
Si yo tuviera una de esas cosas que cuelgan embutida en los pantalones me pasaría el día sentada en casa mirándola, muerta de risa.
Dawn French
En seguida descubro la botina, la media, y... Reconstruyo los cuerpos, consumidos por hermosas fiebres. Ellas me encuentran gracioso y hablan entre sí, muy quedo...Y mis deseos brutales se cuelgan de sus labios.
Arthur Rimbaud
Amanecida
Soy una amanecida del amor
Raro que no me sigan centenares de pájaros
picoteando canciones sobre mi sombrilla blanca.
(Será que van cercando, en vigilia de nubes,
la claridad inmensa donde avanza mi alma).
Raro que no me carguen pálidas margaritas
por la ruta amorosa que han tomado mis alas.
(Será que están llorando a su hermana más triste,
que en silencio se ha ido a la hora del alba).
Raro que no me vista de novia la más leve
de aquellas brisas suaves que durmieron mi infancia.
(Será que entre los árboles va enseñando a mi amado
los surcos inocentes por donde anduve, casta
Raro que no me tire su emoción el rocío,
en gotas donde asome risueña la mañana.
(Será que por el surco de angustia del pasado,
con agua generosa mis decepciones baña).
Soy una amanecida del amor
En mí cuelgan canciones y racimos de pétalos,
y muchos sueños blancos, y emociones aladas.
Raro que no me entienda el hombre, conturbado
por la mano sencilla que recogió mi alma.
(Será que en él la noche se deshoja más lenta,
o tal vez no comprenda la emoción depurada
Soy una amanecida del amor
Raro que no me sigan centenares de pájaros
picoteando canciones sobre mi sombrilla blanca.
(Será que van cercando, en vigilia de nubes,
la claridad inmensa donde avanza mi alma).
Raro que no me carguen pálidas margaritas
por la ruta amorosa que han tomado mis alas.
(Será que están llorando a su hermana más triste,
que en silencio se ha ido a la hora del alba).
Raro que no me vista de novia la más leve
de aquellas brisas suaves que durmieron mi infancia.
(Será que entre los árboles va enseñando a mi amado
los surcos inocentes por donde anduve, casta
Raro que no me tire su emoción el rocío,
en gotas donde asome risueña la mañana.
(Será que por el surco de angustia del pasado,
con agua generosa mis decepciones baña).
Soy una amanecida del amor
En mí cuelgan canciones y racimos de pétalos,
y muchos sueños blancos, y emociones aladas.
Raro que no me entienda el hombre, conturbado
por la mano sencilla que recogió mi alma.
(Será que en él la noche se deshoja más lenta,
o tal vez no comprenda la emoción depurada
Julia de Burgos
Tala
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre no más, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre no más, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
Julio Cortázar
Alicatado Para Una Tarde de Verano
Para traspasar las hojas,
la luz se pone de lado.
Se despereza el aroma
y hay un sopor que, despacio,
deshilachan las zumbonas
avispas del emparrado.
La paz del jardín se esparce
por el brillo del acanto
y la tarde se inaugura
al regarse el empedrado.
Hay rincones invisibles
con amores encalados
y persianas donde crece
la penumbra del verano.
El mirador se remira
en los reflejos más altos.
Alguna risa que llega
por el silencio rampando
y el agua, dueña y señora
por fuentes y por regatos.
El aire tiene un desgaire
de mimbre desangelado.
El arrayán cuadricula
la dicha de estar mirando.
Desde los poyetes, rastras
en macetas de geráneos
cuelgan hasta el arriate
buscando su olor mojado.
El silencio se despierta
picoteado de pájaros.
Las glicinias se retuercen
sobre sus pomos morados
y son de azulejo y frío
los zócalos y los bancos.
El chirrido del portón
anuncia el rito diario.
Las sillas, de recia anea.
El vino, de mano en mano.
La amistad, como beberse
la tarde de un solo trago.
"De Mis amados odres viejos"
Para traspasar las hojas,
la luz se pone de lado.
Se despereza el aroma
y hay un sopor que, despacio,
deshilachan las zumbonas
avispas del emparrado.
La paz del jardín se esparce
por el brillo del acanto
y la tarde se inaugura
al regarse el empedrado.
Hay rincones invisibles
con amores encalados
y persianas donde crece
la penumbra del verano.
El mirador se remira
en los reflejos más altos.
Alguna risa que llega
por el silencio rampando
y el agua, dueña y señora
por fuentes y por regatos.
El aire tiene un desgaire
de mimbre desangelado.
El arrayán cuadricula
la dicha de estar mirando.
Desde los poyetes, rastras
en macetas de geráneos
cuelgan hasta el arriate
buscando su olor mojado.
El silencio se despierta
picoteado de pájaros.
Las glicinias se retuercen
sobre sus pomos morados
y son de azulejo y frío
los zócalos y los bancos.
El chirrido del portón
anuncia el rito diario.
Las sillas, de recia anea.
El vino, de mano en mano.
La amistad, como beberse
la tarde de un solo trago.
"De Mis amados odres viejos"
Rafael Guillén
Cuando sea viejo, voy a la casa de ancianos. Yo no quiero ser uno de esos tipos que cuelgan alrededor de la casa molestando a los niños. Pero no solo en casa alguna vieja gente. Quiero que todo el piso de arriba.
Shaquille O'Neal
Grandes talentos son los más encantadores y con frecuencia los frutos más peligrosos en el árbol de la humanidad. Cuelgan en las ramas más delgadas que son fácilmente plegables.
Carl Jung
Tú que me juzgas, no juzgues solo este libro o aquél, ven a este lugar sagrado donde los retratos de mis amigos cuelgan y míralos; rastrea la historia de Irlanda en sus lineamientos; piensa en la gloria del hombre, empieza y termina en sus amigos.
William Butler Yeats
Yo perdí todo. A veces en la calle veo a los adolescentes que cuelgan hacia fuera e ir al cine, ir a conciertos, y me pongo muy celosa.
Adriana Lima
Más de una revolución comenzó con las acciones de unos pocos. Solo 56 hombres firmaron la Declaración de Independencia. Algunos cuelgan juntos pueden llevar a una nación a cambiar.
Wynton Marsalis