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Cuya ( 3 )

Cuya. Encuentra docenas de cuya con fotos para copiar y compartir.


La Muchacha Que No Ha Visto El Mar

Rosa, la pobre Rosa, no ha visto nunca el mar.

Echa a volar su sueño en el campo vecino,
a la alondra demanda el secreto del trino
cuando lanza a los vientos su canción matinal;
sabe de dónde nace la fuente rumorosa,
distingue con su nombre a cada mariposa
y oye correr el agua y se pone a soñar...

Yo le pregunto: Rosa,
¿no has visto nunca el mar?

En infantil asombro menea dulcemente
la cabecita rubia ; sobre la blanca frente
cruza por vez primera una sombra fugaz,
y se sacian sus ojos en el breve horizonte
que a dos pasos limitan la verdura del monte,
el arroyo de plata y el tupido juncal.
Oye hablar a la selva, cuya voz escondida
guarda aun su misterio... ¡Es tan corta la vida
para saberlo todo...! Siente la inmensidad
de lo breve y humilde en el ritmo diverso
que palpita en el alma de su pobre universo,
y ante lo ignoto siente un ansia de llorar.
Del instante que pasa, la virtud milagrosa
le revela el espíritu que vive en cada cosa
y su blanca inocencia pugna por alcanzar
un recóndito enigma...
Y yo pienso que Rosa
no ha visto nunca el mar...


Enrique González Martínez


Una Pobre Conciencia

A Bernardo Ortiz de Montellano

Un anciano consume su tabaco
en la vieja cachimba de nogal.
La tarde es solamente un cielo opaco
y el recuerdo amarillo de un rosal.

El anciano dormita...
Es tan triste la tarde para ver
un reloj descompuesto, y la infinita
crueldad de un calendario con la fecha de ayer.

Y silencio, un silencio propicio
para rememorar cómo canta una boca la lectura
de la antigua conseja familiar.

En el fino paisaje se depura
una tristeza del atardecer,
y el reloj descompuesto parece una dolida
conciencia de caoba en la pared.

Una pobre conciencia, cuya charla
con la vieja cachimba de nogal
es el agrio murmullo de un postigo
y el recuerdo amarillo del rosal.


José Gorostiza




Yo No Sé Nada

Yo no sé nada
Tú no sabes nada
Ud. no sabe nada
El no sabe nada
Ellos no saben nada
Ellas no saben nada
Uds. no saben nada
Nosotros no sabemos nada
La desorientación de mi generación tiene su expli-
cación en la dirección de nuestra educación,cuya
idealización de la acción, era - ¡sin discusión!-
una mistificación, en contradicción
con nuestra propensión a la me-
ditación, a la contemplación y
a la masturbación. (Gutural,
lo más guturalmente que
se pueda.) Creo que
creo en lo que creo
que no creo. Y creo
que no creo en lo
que creo que creo
«C a n t a r d e l a s r a n as»
¡Y ¡Y ¿A ¿A ¡Y ¡Y
su ba llí llá su ba
bo jo es es bo jo
las las tá? tá? las las
es es ¡A ¡A es es
ca ca quí cá ca ca
le le no no le le
ras ras es es ras ras
arri aba tá tá arri aba
ba!... jo!... !... !... ba!... jo!...


Oliverio Girondo


Sombra Y Rito de Amor...

Sombra y rito de amor:
di tú ángel visible
cuya existencia se fragua en la insumisión
a la palabra y a su asilo
di tú ángel adelgazado por el silencio,
esbeltísimo en lo callado,
con el costado intacto antiguo en guerras
di tú la palabra que leo en el minuto que dura mi corazón.

"Báculo de Babel" 1982


Blanca Andreu


El Otoño Se Acerca

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.


Ángel González


Aquel cuya sonrisa le embellece es bueno; aquel cuya sonrisa le desfigura es malo


Proverbio húngaro




No soporto al artista cuya principal motivación sea la provocación. Creo que los grandes provocadores lo son sin proponérselo.


Pedro Almodóvar


A Un Poeta Sajón

Tú cuya carne, hoy dispersión y polvo,
pesó como la nuestra sobre la tierra,
tú cuyos ojos vieron el sol, esa famosa estrella,
tú que viniste no en el rígido ayer
sino en el incesante presente,
en el último punto y ápice vertiginoso del tiempo,
tú que en tu monasterio fuiste llamado
por la antigua voz de la épica,
tú que tejiste las palabras,
yú que cantaste la victoria de Brunanburh
y no la atribuiste al Señor
sino a la espada de tu rey,
tú que con júbilo feroz cantaste,
la humillación del viking,
el festín del cuervo y del águila,
tú que en la oda militar congregaste
las rituales metáforas de la estirpe,
tú que en un tiempo sin historia
viste en el ahora el ayer
y en el sudor y sangre de Brunanburh
un cristal de antiguas auroras,
tú que tanto querías a tu Inglaterra
y no la nombraste,
hoy no eres otra cosa que unas palabras
que los germanistas anotan.
Hoy no eres otra cosa que mi voz
cuando revive tus palabras de hierro.

Pido a mis dioses o a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido,
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,
pero que algún verso perdure
en la noche propicia a la memoria
o en las mañanas de los hombres.


Jorge Luis Borges


Un intelectual es una persona cuya mente se mira a sí misma.


Albert Camus




Yo admiro al hombre que puede sonreír ante los problemas, que puede sacar fuerza de la desgracia, y que en la reflexión crece en valentía. Es característico de las mentes pequeñas encogerse, pero aquél que es firme en su corazón, y cuya conciencia aprueba su conducta, persevera en sus principios hasta la muerte.


Thomas Paine


Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotros no seria insultante si estuviéramos apenados.


Marcel Proust


El hombre, que juega perpetuamente entre los dos planos de la experiencia y la imaginación, querría profundizar en la vida ideal de la gente que conoce y conocer a las personas cuya vida ha tenido que imaginar.


Marcel Proust


Bendito aquel cuya fama no hace palidecer el brillo de la verdad.


Rabindranath Tagore




El diseño era, antes de convertirse en una magnitud predominantemente económica, un movimiento cultural cuya meta era superar la clásica cultura de la burguesía.


Otl Aicher


No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.


José Ortega Y Gasset


Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan.


Gustavo Adolfo Bécquer


Amigo es aquel cuya compañía no nos impide pensar en voz alta.


Ralph Waldo Emerson


En medio de este mar de angustia cuya marea crece en torno a ti, en medio de esa gente que muere de hambre, de esos cuerpos amontonados en las minas y esos cadáveres mutilados yaciendo a montones en las barricadas. . . Tú no puedes permanecer neutral; vendrás y tomarás el partido de los oprimidos, porque sabes que lo bello y lo sublime -como tú mismo- está del lado de aquellos que luchan por la luz, por la humanidad, por la justicia.


Piotr Kropotkin


Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora... Que muerda y vocifere vengadora, ya rodando en el polvo, tu cabeza!.


Almafuerte


Cuanto más crece nuestro conocimiento de los buenos libros, tanto más disminuye el círculo de los hombres cuya compañía nos resulta ingrata.


Ludwig Feuerbach


Me anuncian la muerte de uno cuya presencia no me entusiasmaba y pienso: yo no pedía tanto.


Sacha Guitry


A mi edad tengo una mala opinión del ser humano, cuya capacidad para el mal, para infligir dolor o abusar de los débiles es infinita.


Pacoyo


Verano 1966

Cuando me extiendo junto al mar,
existe el agua y su palpitación
y un cielo azul cuya profundidad
es demasiado grande para mí.

Sentir el mar, su lentitud viviente,
es la magnificencia y el olvido,
pero sentir la vida de los camaradas
en ser el camarada de uno mismo.

El cielo inmóvil tiene su razón, lo sé,
pero la razón que hay en nosotros
existirá aún cuando este cielo
hay sido borrado por el viento y el frío.


Antonio Gamoneda


Cancioncilla

Quise una vez y para siempre
-yo la quería desde antaño-
a ésa mujer, en cuyos ojos
bebí mi júbilo y mi daño...

Quise una vez -nunca así quise
ni así querré, como así quiero-
a ésa mujer, en cuyo espíritu
fundí mi espíritu altanero.

Quise una vez y desde nunca
-ya la querré y hasta que muera-
a ésa mujer, en cuya boca
gusté -otoñal- la Primavera.

Quise una vez -nadie así quiso
ni así querrá, que es arduo empeño-
a ésa mujer, en cuyo cálido
regazo en flor ancló mi ensueño.

Quise una vez -jamás la olvide
vivo ni muerto- a ésa mujer,
en cuyo ser de maravilla
remorí para renacer...

Y ésa mujer se llama... Nadie,
nadie lo sepa -Ella sí y yo-.
Cuando yo muera, digas -sólo-
quién amará como él amó?


León de Greiff


La Inmaculada Concepción de María Santísima: al deseo ardiente de no poner obstáculo entre Dios y mi alma, nada que sea pecado, ni mortal ni venial, ha de tener esta actitud; no por temor, sino por amor a nuestro Padre Dios cuya ley ha escrito Él en nuestras almas y a cuyo cumplimiento nos está cada día invitando con suavidad infinita.


Alberto Hurtado


La pena de muerte es la guerra de una nación contra un ciudadano cuya destrucción es para los jueces necesaria o útil.


Cesare Beccaria




A monomaniac es una persona enferma cuya mentalidad es perfectamente saludable en todos los aspectos excepto uno, que tiene un solo defecto, claramente localizado. A veces, por ejemplo, tiene un deseo irracional y absurdo de beber o robar o usar lenguaje abusivo, pero el resto de sus actos y todos sus otros pensamientos son estrictamente correcto.


Emile Durkheim


El Evangelio habla de los publicanos, o sea, cobradores de impuestos al servicio del poder extranjero. Pues el país de Jesús estaba dominado por el Imperio Romano, y los publicanos eran judíos que trabajaban para el extranjero. Los patriotas los consideraban traidores, el pueblo se daba cuenta de que se llenaban el bolsillo; hasta los mendigos se negaban a recibir sus limosnas. Y Jesús...Jesús los alabó, pero escogió a uno de ellos, a Leví-Mateo, para incorporarlo al equipo de sus apóstoles, cuya mayoría eran patriotas decididos. Los Maestros de la Ley eran algo así como catequistas y profesores de religión. Eran muy entendidos en cosas religiosas y admiraban la doctrina de Jesús, pero no se atrevían a considerar como hermanos suyos a los publicanos y a otros pecadores (o sea, gente que no tomaba en cuenta los preceptos de la religión).


Sagradas Escrituras


Se envidia una alegria, llena de fervor,
que obedecen a una vida segura.
No decae en ningún lamento, no
destruye su amorio en peleas incoherentes,
cuyas peleas no tienen etimologia en su ser.
Solo existe un significado en su rostro,a
un matiz de balnco y negro como la noche. Rasga
su piel delicada con un cabello ondulado,
pero delicado como las aguas del manatial.
Solo cabe pensar, que en un rostro cuyo deseo
es amor y expresar innata alegria, decaen
cuyos ojos parecidos a una luna en sus caricias,
aprecian una vista ejemplar, envidiada por su hermosura
perpendicular en una pestaña y en toda su vida aledaña.
Se averigua y se habla por la vida del amor. Se obtiene
y se piensa un noche con color, en las aguas
apasibles decae tu cuello de sisne, delicado y con
una base, cuya tronco es hermoso, como un arbol
en otoño. Mujer de fantasia, realidad no de fabula,
sino de hecho tras hecho, que cumple nuestro sentir, al hablar,
al oir, y al fascinar un verso susurrado al oido, en
tu delicada piel esta la nota alegre de la vida.
No existe ese bemol en el compaz de la harmonia, sino que
se ve esa nota sostenida, subiendo cada vez en el amor y descifrando
tu hermosa fantasia.


ALONSO


Evita la conversación de aquellas personas cuya palabra, en vez de ser trabajo, es placer. Los grandes parlanchines suelen ser espíritus refinadamente egoístas, que buscan nuestro trato, no para estrechar lazos sentimentales, sino para hacerse admirar y aplaudir.


Santiago Ramón y Cajal


Fue así que el rumor se desvaneció y la gente empezó a olvidarlo, como se olvida una cosa que nos incumbe muy poco, y cuya falsedad esperamos.


Daniel Defoe


En una losa, en el interior de un nicho, descubrió un ataúd viejo, pero vacío, en cuya deslustrada placa reza esta simple palabra: Jervas. En ese ataúd y en esa cripta me ha prometido que seré sepultado.


Howard Phillips Lovecraft


Ya no hay artistas como los de antaño, de aquellos cuya vida y alma eran el instrumento ciego del apetito de belleza, órganos de Dios mediante los cuales se probaba a sí mismo su existencia. Para ellos el mundo no importaba. Nadie supo nada de sus dolores. Se acostaban tristes todas las noches y contemplaban la vida humana con una mirada de asombro, igual que nosotros contemplamos un hormiguero.


Gustave Flaubert


Vivo en el país más rico del mundo, cuya única materia prima es el dinero de los demás.


Jean Ziegler


Nada existe de cuya naturaleza algún efecto no sigue.


Baruch Spinoza


Enamorarse es fácil, incluso permanecer enamorado no es difícil, nuestra soledad humana es causa suficiente. Pero es una misión difícil que vale la pena hacer para encontrar a un compañero a través de cuya presencia constante se convierte constantemente la persona que uno desea que sea.


Anna Louise Strong


Un amigo debe ser aquel en cuyo conocimiento y virtud podemos confiar, y cuya opinión valoramos por su equidad y su sinceridad.


Robert Hall


Sabemos algo de la historia de la expansión del cristianismo, pero pasamos mucho de la memoria registrada y mucho fue transmitido por la tradición cuya exactitud ha sido cuestionada repetidamente.


Kenneth Scott Latourette


Por supuesto, hay muchos, muchos músicos cuya música me da placer, pero hasta que haga contacto con ellos, musicalmente o personalmente, nunca asumen que nada maravilloso va a suceder.


Hugh Hopper


Ven a vivir conmigo y sé mi amor,

Y vamos a probar todos los placeres

Eso valles, bosques, colinas y campos,

Woods, o rendimientos de montaña empinada.



Y nos sentaremos sobre las rocas,

Al ver a los pastores alimentar a sus rebaños,

Por los ríos superficiales a cuya caídas

Aves melodioso cantar madrigales.



Y haré camas del thee de rosas

Y mil ramilletes fragantes,

Un tapón de flores y una saya

Bordado todo con hojas de mirto;



Un vestido hecho de la lana más fina

¿Qué de nuestra bonita corderos tiramos;

Zapatillas Feria alineados para el resfriado,

Con hebillas de oro puro;



Un cinturón de paja y brotes de hiedra,

Con broches de coral y ámbar soportes:

Y si estos placeres te pueden mover,

Ven a vivir conmigo y sé mi amor.



Zagales Los pastores deben bailar y cantar

Para tu deleite cada mañana de mayo:

Si estas delicias tu mente puede mover,

Entonces vivir conmigo y sé mi amor.


Christopher Marlowe