Cuyos
Cuyos. Encuentra docenas de cuyos con fotos para copiar y compartir.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Mario Vargas Llosa
Solo es libre aquello que existe por las necesidades de su propia naturaleza y cuyos actos se originan exclusivamente dentro de sí.
Baruch Spinoza
¿Para qué hacer cosas de las que luego tendrás que arrepentirte? No es necesario vivir con tantas lágrimas. Haz solo lo que esté bien, aquello de lo que no tengas que arrepentirte, aquello cuyos dulces frutos recogerás con alegría
Buda
Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última instancia, dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor.
Zygmunt Bauman
Además, para abolir el beneficio empresarial habrá que expropiar a los patronos, cuyos beneficios provienen precisamente de que han monopolizado los medios de producción.
Lenin
Sucede con frecuencia que la posesión mata los más grandes poemas del deseo, a cuyos sueños corresponde raramente el objeto poseído.
Honoré de Balzac
Los romanos adoptaban comúnmente los dioses de los pueblos conquistados y nunca discutían los atributos de las deidades locales y nacionales en cuyos territorios residían.
David Hume
La vida es un negocio cuyos ingresos no alcanzan, ni de lejos, a cubrir los gastos
Arthur Schopenhauer
Del seno de la pobreza es de donde por lo común salen la ciencia, el ingenio y los talentos. Homero, poeta inmortal de la Grecia, hizo inmortales a aquellos héroes famosos cuyos nombres, a no ser por él, estarían sepultados en un eterno olvido. Virgilio, Horacio, Erasmo, nacieron en la oscuridad.
Barón de Holbach
El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores.
BenjamÃn Disraeli
La Naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares, dejan a veces escapar confusas palabras
Charles Baudelaire
Amo a mis perrillos, cuyos ladridos podría distinguir desde lejos y cuyo humor puedo vaticinar, igual que ellos el mío. Mis perros y los de los demás ¿no son personas?
Antonio Gala
No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana. Tampoco creo que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo: esos no son más que pensamientos de miedo o egoísmo de lo mas ridículo.
Albert Einstein
A la compañera de viaje, cuyos ojos, encantador paisaje, hacen parecer corto el camino.
George Brassens
Palabras
Fui lenta, vaporosa,
alegre espectadora
de un noctámbulo teatro
a mirar risueñamente
a la cantante calva
cuyos cabellos había dejado
suspendidos
en la intimidad del tiempo.
Fui lenta, vaporosa,
alegre espectadora
de un noctámbulo teatro
a mirar risueñamente
a la cantante calva
cuyos cabellos había dejado
suspendidos
en la intimidad del tiempo.
Orietta Lozano
Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.
Rodolfo Walsh
Y Pasa Y No Sola...
Y pasas, y no sola, presintiendo dorados
orientes, los propicios a los enamorados,
como una novia enferma que evoca espirituales
promesas en las largas noches sentimentales;
o esperas al amado, sonriente, como algunas
heroínas que aguardan al amor de las lunas
hojeando florilegios alegres de la Galia,
con manos de Giocondas poéticas de Italia.
¡Oh, las divinas magas que comulgan misterios
en los ratos fugaces de indecibles imperios...
cuyos tiernos mandatos y ansiadas tiranías
de las claudicaciones saben las agonías!
Y pasas, y no sola, presintiendo dorados
orientes, los propicios a los enamorados,
como una novia enferma que evoca espirituales
promesas en las largas noches sentimentales;
o esperas al amado, sonriente, como algunas
heroínas que aguardan al amor de las lunas
hojeando florilegios alegres de la Galia,
con manos de Giocondas poéticas de Italia.
¡Oh, las divinas magas que comulgan misterios
en los ratos fugaces de indecibles imperios...
cuyos tiernos mandatos y ansiadas tiranías
de las claudicaciones saben las agonías!
Evaristo Carriego
Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado, sino aquel que no sueña.
Marie von Ebner-Eschenbach
A Un Poeta Sajón
Tú cuya carne, hoy dispersión y polvo,
pesó como la nuestra sobre la tierra,
tú cuyos ojos vieron el sol, esa famosa estrella,
tú que viniste no en el rígido ayer
sino en el incesante presente,
en el último punto y ápice vertiginoso del tiempo,
tú que en tu monasterio fuiste llamado
por la antigua voz de la épica,
tú que tejiste las palabras,
yú que cantaste la victoria de Brunanburh
y no la atribuiste al Señor
sino a la espada de tu rey,
tú que con júbilo feroz cantaste,
la humillación del viking,
el festín del cuervo y del águila,
tú que en la oda militar congregaste
las rituales metáforas de la estirpe,
tú que en un tiempo sin historia
viste en el ahora el ayer
y en el sudor y sangre de Brunanburh
un cristal de antiguas auroras,
tú que tanto querías a tu Inglaterra
y no la nombraste,
hoy no eres otra cosa que unas palabras
que los germanistas anotan.
Hoy no eres otra cosa que mi voz
cuando revive tus palabras de hierro.
Pido a mis dioses o a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido,
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,
pero que algún verso perdure
en la noche propicia a la memoria
o en las mañanas de los hombres.
Tú cuya carne, hoy dispersión y polvo,
pesó como la nuestra sobre la tierra,
tú cuyos ojos vieron el sol, esa famosa estrella,
tú que viniste no en el rígido ayer
sino en el incesante presente,
en el último punto y ápice vertiginoso del tiempo,
tú que en tu monasterio fuiste llamado
por la antigua voz de la épica,
tú que tejiste las palabras,
yú que cantaste la victoria de Brunanburh
y no la atribuiste al Señor
sino a la espada de tu rey,
tú que con júbilo feroz cantaste,
la humillación del viking,
el festín del cuervo y del águila,
tú que en la oda militar congregaste
las rituales metáforas de la estirpe,
tú que en un tiempo sin historia
viste en el ahora el ayer
y en el sudor y sangre de Brunanburh
un cristal de antiguas auroras,
tú que tanto querías a tu Inglaterra
y no la nombraste,
hoy no eres otra cosa que unas palabras
que los germanistas anotan.
Hoy no eres otra cosa que mi voz
cuando revive tus palabras de hierro.
Pido a mis dioses o a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido,
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,
pero que algún verso perdure
en la noche propicia a la memoria
o en las mañanas de los hombres.
Jorge Luis Borges
La historia parece propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.
Rodolfo Walsh
Solo el hombre sabio, solo aquel cuyos pensamientos son controlados y unificados, hace que le obedezcan los vientos y las tempestades del espíritu.
James Allen
Debemos hacer más para librar a nuestro mundo de las malévolas armas cuyos objetivo principal son los inocentes de cualquier conflicto, las mujeres y los niños.
Kofi Annan
La sociedad es un manicomio cuyos guardianes son los funcionarios de policía.
Johann August Strindberg
Pregunta:
Hay una frase de George Sand que dice: "La mujer no existe. Solo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito" y que aparece en este site, ahí dice que fue incluida por José. Quisiera saber en dónde dice eso George Sand, en qué libro o en que lugar está registrada esa frase. ¿Podrías ayudarme con eso José? Gracias espero con ansias tu respuesta.
Hay una frase de George Sand que dice: "La mujer no existe. Solo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito" y que aparece en este site, ahí dice que fue incluida por José. Quisiera saber en dónde dice eso George Sand, en qué libro o en que lugar está registrada esa frase. ¿Podrías ayudarme con eso José? Gracias espero con ansias tu respuesta.
JIAYALA
Cancioncilla
Quise una vez y para siempre
-yo la quería desde antaño-
a ésa mujer, en cuyos ojos
bebí mi júbilo y mi daño...
Quise una vez -nunca así quise
ni así querré, como así quiero-
a ésa mujer, en cuyo espíritu
fundí mi espíritu altanero.
Quise una vez y desde nunca
-ya la querré y hasta que muera-
a ésa mujer, en cuya boca
gusté -otoñal- la Primavera.
Quise una vez -nadie así quiso
ni así querrá, que es arduo empeño-
a ésa mujer, en cuyo cálido
regazo en flor ancló mi ensueño.
Quise una vez -jamás la olvide
vivo ni muerto- a ésa mujer,
en cuyo ser de maravilla
remorí para renacer...
Y ésa mujer se llama... Nadie,
nadie lo sepa -Ella sí y yo-.
Cuando yo muera, digas -sólo-
quién amará como él amó?
Quise una vez y para siempre
-yo la quería desde antaño-
a ésa mujer, en cuyos ojos
bebí mi júbilo y mi daño...
Quise una vez -nunca así quise
ni así querré, como así quiero-
a ésa mujer, en cuyo espíritu
fundí mi espíritu altanero.
Quise una vez y desde nunca
-ya la querré y hasta que muera-
a ésa mujer, en cuya boca
gusté -otoñal- la Primavera.
Quise una vez -nadie así quiso
ni así querrá, que es arduo empeño-
a ésa mujer, en cuyo cálido
regazo en flor ancló mi ensueño.
Quise una vez -jamás la olvide
vivo ni muerto- a ésa mujer,
en cuyo ser de maravilla
remorí para renacer...
Y ésa mujer se llama... Nadie,
nadie lo sepa -Ella sí y yo-.
Cuando yo muera, digas -sólo-
quién amará como él amó?
León de Greiff
Una mujer disfruta con la certeza de acariciar un cuerpo cuyos secretos conoce y cuyas preferencias son sugeridas por el suyo propio.
Colette
Cada día los sentimientos afloran relaciones entre personas que separan o unen almas. Cuyos sentimientos cambian a medida que actué el ser amado. Quizás seria menos doloroso no sentir un profundo querer hacia alguien para evitar las decepciones...
Ascanio Eudymar
Que escuche esa ciudad, cuyos ricos se enriquecen en base a crímenes, y cuyos habitantes mienten de tal forma que su lengua solo pronuncia mentiras. Yo mismo he empezado a maltratarte, a arruinarte debido a tus pecados. Comerás, pero quedarás con hambre; continuarás sucia por dentro; te reservarás cosas, pero no podrás guardar nada; y si logras salvar algo, se perderá en la guerra. Sembrarás pero no podrás cosechar; molerás las aceitunas pero no aprovecharás el aceite; exprimirás la uva, pero no beberás el vino. Si tú observas los decretos de Omri y todas las normas de la família de Ajab; si tú sigues sus consejos, es para ponerte como un ejemplo terrible, para que se burlen de tus habitantes y para que seas despreciada por todo el mundo.
Sagradas Escrituras
Fue una despedida dolorosa. Asi como un día me llevaste al cielo. Hubo días en que me hiciste oler azufre de tan bajo que me mandaste. Confieso que el odio estaba entre mis opciones. Pero te amé como a nadie ¿como llegar al otro extremo? Así que decidí canalizar mi ira y mi desilusión y he logrado situarte en mi mente como lo que fuiste: un ser maravilloso cuyos errores me hicieron, lo que es mas, nos hicieron llorar a ambos. La vida se encargará de cobrar factura, yo ya te perdoné. Que no te quede ninguna duda, en mi mente logré dibujarte ya como un hermoso recuerdo
puckett
Las listas de subversivos fueron integradas por “líderes sociales”, cuyos nombres fueron aportados por los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de Seguridad pero también por empresarios y ejecutivos, sindicalistas, funcionarios nacionales y provinciales, profesores y dirigentes políticos y estudiantiles
Jorge Rafael Videla
Nuestro gran símbolo de la Diosa es la luna, cuyos tres aspectos reflejan las tres etapas en la vida de las mujeres y cuyos ciclos de crecimiento y decrecimiento coincidir con los ciclos menstruales de las mujeres.
Carol P. Christ
En un país de esa civilización reciente como la nuestra, cuyos tesoros de riqueza material casi ilimitada invitar a los riesgos de capital y la industria de mano de obra, es natural que los intereses materiales deben absorber la atención de la gente en un grado desconocido en otras partes.
Felix Adler