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Dejad

Dejad. Encuentra docenas de dejad con fotos para copiar y compartir.


Pensad por cuenta propia y dejad que los demás disfruten del derecho a hacer lo mismo.


Voltaire


El verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia, y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes.


Juan Pablo II




¡Menos batallas contra el hambre, y dejad de hacer las políticas que lo producen!


Andrés Rábago García


No os contentéis con demostrar amistad solo con palabras; dejad que vuestro corazón se encienda con amorosa bondad hacia todos los que se crucen en vuestro camino.


Abdu'l-Bahá


Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.


William Blake


Dejad que nuestros hijos crezcan, y dejad que unos crezcan más que los otros, si llevan en sí mismos el hacerlo


Margaret Thatcher




Cumplid vuestro deber y dejad obrar a los dioses.


Pierre Corneille


Dejad pensar al pueblo que gobierna y se dejará gobernar.


William Penn


Atrás la tierra, el agua, el fuego, el aire: dejad que diga el pensamiento solo la flor sin cuerpo de mi voz desnuda.


Sara De Ibáñez




Enterradme y dejad que descanse bajo el vasto y estrellado cielo. Gozoso viví y gozoso muero.


Robert Louis Stevenson


Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas.


William Shakespeare


Día del niño día de amor y cariño a los angelitos del hogar que son la alegría y el canto que llega a nuestros corazones por ser dulces y tiernos su amor en nuestra pasión su alegría la sentimos de noche y de día su ternura nos lleva a la luna son un jardín de flores y festín su felicidad no tiene fin

Son la ternura de una primavera que nos envuelve en armonía cuando los miramos llegar de la escuela corriendo con su picardía los miro y hacen sentir un amor en toda el arma mía son la poesía del tiempo viendo el varonsito crecer para nuevo amanecer y aquella niña que llena el hogar con su carisma impregnada de dulzura con su carita de ángel de ser una niña linda por su ternura y su bella hermosura

Sin ellos no hay felicidad se detendría el mundo y nos agoviaria la soledad son el futuro de un nuevo mundo conduciéndolos por el camino seguro nuestro Señor Jesus dijo dejad a los niños venir a mi y no se lo impidáis porque de los tales es el reino de Dios niños tan solo hay dos la hembra y el varón quien los tiene es un campion porque sin saberlo esta abrazando la gloria de Dios

Niño fue mi Cristo niño fui yo quien nos daba un cariño o un regalo de honor hoy mis niños son mi dulce pasión mi regalo para ellos hoy en su día es esta hermosa poesía que nace del arma mía no hay mirada mas tierna que viendo unos rostro de inocencias lleno de felicidad viendo su luz creciendo atravez de la naturaleza formándose con saviduria y fortaleza felicidades a la ternura del hogar


jonathan alexander silveira


Piense en toda la belleza todavía dejad a tu alrededor y ser feliz.


Ana Frank




Dejad esa tendencia de esperarlo todo de los gobernantes y grabad en vuestra conciencia la convicción de que este proceder rebaja el nivel moral de los pueblos.


Leandro Alem


Si un día para mi mal viene a buscarme la parca... Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas y a mí enterradme sin duelo, entre la playa y el cielo. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista. Cerca del mar porqué yo nací en el Mediterráneo


Joan Manuel Serrat


Dejad de tener miedo y abrazad el futuro de una vez por todas.


Juan Gómez-Jurado


Redondillas
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.



Sor Juana Inés de la Cruz