Despedida de un oficio ( 3 )
Despedida de un oficio. Encuentra docenas de despedida de un oficio con fotos para copiar y compartir.
El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.
Fray Antonio de Guevara
Alguien Pasa
Alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acuden
en mi ayuda, se esconden
en el fondo del pecho, por no subir vestidas
de luto hasta mi boca,
y derramarse luego
en un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdas
los días aún tempranos
en que ibas como un ángel
por el jardín, y dabas
a los lirios y rosas
su regalo de agua,
y las hojas marchitas
recogías en esa
tu manera tan suave
de tratar a las plantas
y a los que se acercaban
a tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre,
tu oficio de ser tierna
y fina como el aire.
Una tarde un poeta
recibió de tus manos
un jazmín que cortaste
para él. Con asombro
te miró largamente
y se llevó a los labios,
reverente, la flor.
Se me quedó en la frente
aquel momento, digo
la frente cuando debo
decir el corazón.
Y se me va llenando
de nostalgia la vida,
como un vaso colmado
de un lento vino pálido,
si alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acuden
en mi ayuda, se esconden
en el fondo del pecho, por no subir vestidas
de luto hasta mi boca,
y derramarse luego
en un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdas
los días aún tempranos
en que ibas como un ángel
por el jardín, y dabas
a los lirios y rosas
su regalo de agua,
y las hojas marchitas
recogías en esa
tu manera tan suave
de tratar a las plantas
y a los que se acercaban
a tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre,
tu oficio de ser tierna
y fina como el aire.
Una tarde un poeta
recibió de tus manos
un jazmín que cortaste
para él. Con asombro
te miró largamente
y se llevó a los labios,
reverente, la flor.
Se me quedó en la frente
aquel momento, digo
la frente cuando debo
decir el corazón.
Y se me va llenando
de nostalgia la vida,
como un vaso colmado
de un lento vino pálido,
si alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Meira Delmar
El Oficio Del Poeta
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.
La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.
La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.
José AgustÃn Goytisolo
Escribo Y Apareces Siempre
Este amor ¿canta o atestigua?
¿Confesión o hilos invisibles
sueño o verdad
la luz que visita
para hacerse vestido
tantos como mundos
que en este hermoso oficio
yo procuro?
Espiando tú mi pensamiento
aventuras:
canto y testimonio
no pueden separar
ave sobre velero
en el dominio mar y
siempre pagarás ser dueña
pues de agua llamaste un barco
que obedece.
No estoy conforme. Mira el ancho
de los versos:
Te amo bajo los astros
(testimonio sería)
o
Estamos abrazando al mundo
(canto parece).
Y te acercas a la mesa
para decirme
no pierdas más tiempo
de tus manos que escriben
cosa mejor conmigo
ni busques más amparo
que el de tu voz nunca indecisa
ni temerosa al lado de tu amor
que sabe el movimiento puro
del zarpazo cuando habitas
un rostro de escribiente
que me parece abismo
si acerco tu cintura
clavada en esta sala.
Ven, tu poema mejor
es el mío, lo mío, la esfera.
La presa en tus brazos
¿será este libro
puntada de la sangre
fisura del pensamiento
camino de sencillez
amor crecido las estrellas
pegadas a mi cuerpo
egoísmo salvación
condena manzana dulce?
De: Pasión inédita
Este amor ¿canta o atestigua?
¿Confesión o hilos invisibles
sueño o verdad
la luz que visita
para hacerse vestido
tantos como mundos
que en este hermoso oficio
yo procuro?
Espiando tú mi pensamiento
aventuras:
canto y testimonio
no pueden separar
ave sobre velero
en el dominio mar y
siempre pagarás ser dueña
pues de agua llamaste un barco
que obedece.
No estoy conforme. Mira el ancho
de los versos:
Te amo bajo los astros
(testimonio sería)
o
Estamos abrazando al mundo
(canto parece).
Y te acercas a la mesa
para decirme
no pierdas más tiempo
de tus manos que escriben
cosa mejor conmigo
ni busques más amparo
que el de tu voz nunca indecisa
ni temerosa al lado de tu amor
que sabe el movimiento puro
del zarpazo cuando habitas
un rostro de escribiente
que me parece abismo
si acerco tu cintura
clavada en esta sala.
Ven, tu poema mejor
es el mío, lo mío, la esfera.
La presa en tus brazos
¿será este libro
puntada de la sangre
fisura del pensamiento
camino de sencillez
amor crecido las estrellas
pegadas a mi cuerpo
egoísmo salvación
condena manzana dulce?
De: Pasión inédita
Pureza Canelo
Ars Poetica
Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.
Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.
Claribel AlegrÃa
Soneto
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, solo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;
Que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, solo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;
Que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.
Manuel Acuña
Despedida Al Pie de Un Rosal
Si no hay conocimientos en las cenizas
dejémoslas caer en la belleza frágil
de este rosal que tiembla en el otoño.
¿Amar, qué significa, si nada significa?
Huésped del tiempo esquivo, desnudo ya de mí,
retener el raído esplendor de la existencia
que una vez creí mía,
antes que, apresurado,
me ciegue en el reverso de esta luz.
Y aguardar esta espera sin alguna esperanza,
sentir la fe de nada, pues soplé en las cenizas
y nada hay fuera de ellas:
tan solo amar, sin pensamiento alguno,
el declinar pausado del Engaño.
Arde extraña la vida, como si contemplase
en mi extinción la ajena,
y no puedo apartar los ojos de su fuego.
Canta en el aire un pájaro,
el pájaro invisible de mi infancia,
el que entonces cantaba ya sin vida.
Arde una brasa aún al pie de este rosal
y no quema mi mano.
Cuánto olor en el aire, y el aire se lo lleva.
Si no hay conocimientos en las cenizas
dejémoslas caer en la belleza frágil
de este rosal que tiembla en el otoño.
¿Amar, qué significa, si nada significa?
Huésped del tiempo esquivo, desnudo ya de mí,
retener el raído esplendor de la existencia
que una vez creí mía,
antes que, apresurado,
me ciegue en el reverso de esta luz.
Y aguardar esta espera sin alguna esperanza,
sentir la fe de nada, pues soplé en las cenizas
y nada hay fuera de ellas:
tan solo amar, sin pensamiento alguno,
el declinar pausado del Engaño.
Arde extraña la vida, como si contemplase
en mi extinción la ajena,
y no puedo apartar los ojos de su fuego.
Canta en el aire un pájaro,
el pájaro invisible de mi infancia,
el que entonces cantaba ya sin vida.
Arde una brasa aún al pie de este rosal
y no quema mi mano.
Cuánto olor en el aire, y el aire se lo lleva.
Francisco Brines
Nacimiento Del Potro
El potro negro del deseo
Ancho Impaciente Sudoroso
viene
Sus cascos firmes quiebran la hojarasca
La hierba tierna tiembla y se marchita
con la caricia humeante de sus belfos
Rompe el follaje
Avanza
En sus ojos se encabrita el fulgor:
un potro salvaje.
*
Primero es la mirada lento río
Superficie pulida sobre aguas turbulentas
que arrastran ramas troncos flores ahogadas lodo
La luna pez brillante sobre la calle larga
Otra vez la mirada
Me hundí en aguas donde peces terribles esperaban.
*
La tentación es la fruta más limpia
Despierta como la piel de las adolescentes
Enloquecida como un ángel loco
Como un demonio que se ríe y se burla
y se pone a llorar de pronto con las manos en llamas
y se rebela y grita
mientras el eco de su carcajada
resuena y marca el tiempo el tiempo el tiempo
"El Oficio de Arder" 1982 - 1997
El potro negro del deseo
Ancho Impaciente Sudoroso
viene
Sus cascos firmes quiebran la hojarasca
La hierba tierna tiembla y se marchita
con la caricia humeante de sus belfos
Rompe el follaje
Avanza
En sus ojos se encabrita el fulgor:
un potro salvaje.
*
Primero es la mirada lento río
Superficie pulida sobre aguas turbulentas
que arrastran ramas troncos flores ahogadas lodo
La luna pez brillante sobre la calle larga
Otra vez la mirada
Me hundí en aguas donde peces terribles esperaban.
*
La tentación es la fruta más limpia
Despierta como la piel de las adolescentes
Enloquecida como un ángel loco
Como un demonio que se ríe y se burla
y se pone a llorar de pronto con las manos en llamas
y se rebela y grita
mientras el eco de su carcajada
resuena y marca el tiempo el tiempo el tiempo
"El Oficio de Arder" 1982 - 1997
EfraÃn Bartolomé
Yo digo "el miedo te abraza como un amigo". Es un regalo de la naturaleza a nosotros. Es la mejor arma para la libertad... permite que nos escapemos o que luchemos con energía más allá de nuestra capacidad.
Gerry Spence
Despedida
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Jorge Luis Borges
Despedida
Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.
Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!
Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.
Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.
Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!
Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.
Gabriel Celaya
Hace días me encontraba escribiendo pensamientos de "AMOR"
Y hoy escribo mi trizte DESILUCION . . .
Adios, Amor en estas líneas me despido de ti. Ya que no tengo el valor
de hacerlo de frente,ni siquiera con una yamada.
agradesco las veces que mentiste diciendome:
Te Amo,solo para hacerme sentir bien,hoy renuncio a
esa fantasia,se que esto terminaria tarde o temprano
y prefiero que sea ahora.Antes de que el Amor que te Tengo
sea mas fuerte. y la despedida lastime mas.
sabes, mi corazon se desgarra con el solo hecho de
saber que no escuchara mas tu voz. Perdon por Enamorarme de ty
Por soñar contigo,por creer que podia inspirar amor en tu ser. . .
Por Amarte inmensamente. no te guardo rencor,como
hacerlo si despertaste en mi la ilusion.Amor es perdonar y yo te Perdono y te Bendigo .
Te Amare por Siempre
tu recuerdo perdurara siempre en my.
Y hoy escribo mi trizte DESILUCION . . .
Adios, Amor en estas líneas me despido de ti. Ya que no tengo el valor
de hacerlo de frente,ni siquiera con una yamada.
agradesco las veces que mentiste diciendome:
Te Amo,solo para hacerme sentir bien,hoy renuncio a
esa fantasia,se que esto terminaria tarde o temprano
y prefiero que sea ahora.Antes de que el Amor que te Tengo
sea mas fuerte. y la despedida lastime mas.
sabes, mi corazon se desgarra con el solo hecho de
saber que no escuchara mas tu voz. Perdon por Enamorarme de ty
Por soñar contigo,por creer que podia inspirar amor en tu ser. . .
Por Amarte inmensamente. no te guardo rencor,como
hacerlo si despertaste en mi la ilusion.Amor es perdonar y yo te Perdono y te Bendigo .
Te Amare por Siempre
tu recuerdo perdurara siempre en my.
Nirvana
Un adiós sin despedida...
Un silencio entre voces...
Una mirada sin ser vista...
UN HASTA PRONTO MI NIÑA
Un beso a través de la brisa...
Una presencia sin cuerpo...
Una caricia que arropa mi alma...
Un recuerdo dulce...
Una sonrisa jamás olvidada...
Un amor con lazos eternos...
Un hasta pronto MI NIÑA...
Un silencio entre voces...
Una mirada sin ser vista...
UN HASTA PRONTO MI NIÑA
Un beso a través de la brisa...
Una presencia sin cuerpo...
Una caricia que arropa mi alma...
Un recuerdo dulce...
Una sonrisa jamás olvidada...
Un amor con lazos eternos...
Un hasta pronto MI NIÑA...
Maria Teresa Merelas
DESPEDIDA
Te digo adiós y acaso te kiero todavia, quizas no he de olvidarte, pero te digo adiós, no se si me kisistes... no se si te queria... oh tal vez nos quisimos demasiado los dos ....
Te digo adiós y acaso te kiero todavia, quizas no he de olvidarte, pero te digo adiós, no se si me kisistes... no se si te queria... oh tal vez nos quisimos demasiado los dos ....
liliana garza gonzalez
Lento
Un bosque de cuchillos ciñe un traje de novia.
Es la patria del fuego y la ignominia
que habita en los suburbios calcáreos de la memoria.
Los pájaros siempre son una despedida,
silente y pálida,
como ciertos atardeceres en el mar.
Crece un muro con la lumbre del abandono,
con las palabras del fango,
-tinta de la sangre o de la piedra-.
Las manos viven dentro del espejo,
desatan sin asombros la crueldad del estigma
negro, de mares de furia estéril.
El velo está roto y en silencio.
Los puentes se extienden como tigres
en el ocaso.
Pálidos musgos y pianos enredan un aire antiguo.
En la selva cantan los muslos tristes de una muchacha.
De "La epopeya del laberinto" 2001
Un bosque de cuchillos ciñe un traje de novia.
Es la patria del fuego y la ignominia
que habita en los suburbios calcáreos de la memoria.
Los pájaros siempre son una despedida,
silente y pálida,
como ciertos atardeceres en el mar.
Crece un muro con la lumbre del abandono,
con las palabras del fango,
-tinta de la sangre o de la piedra-.
Las manos viven dentro del espejo,
desatan sin asombros la crueldad del estigma
negro, de mares de furia estéril.
El velo está roto y en silencio.
Los puentes se extienden como tigres
en el ocaso.
Pálidos musgos y pianos enredan un aire antiguo.
En la selva cantan los muslos tristes de una muchacha.
De "La epopeya del laberinto" 2001
Beatriz Hernanz
Brava comparación -dijo Sancho-, aunque no tan nueva, que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
Miguel de Cervantes
Oficio de Amor
De la intimidad que ahora nos asusta
Sale el pasado,
Sale la espléndida nostalgia,
Ejercicio callado del ocaso;
De la valuación de Dios en la plegaria,
Para que no estemos uno fuera del otro,
Saldrá la amenaza,
Celosa corrosión de los gestos
Interrumpiendo nuestro abrazo.
¡Oh manoseados sentimientos!
Más y mejor seré yo mismo
Cuando guarde de tu boca la idea
Y aunque ya no pase del existir a la presencia
Igualmente me verás contra tu boca
Vigilando la mudanza de los días
Hasta que, siendo como yo reliquia,
Me ayudes a evitar esta agonía.
De "Obra poética IV"
De la intimidad que ahora nos asusta
Sale el pasado,
Sale la espléndida nostalgia,
Ejercicio callado del ocaso;
De la valuación de Dios en la plegaria,
Para que no estemos uno fuera del otro,
Saldrá la amenaza,
Celosa corrosión de los gestos
Interrumpiendo nuestro abrazo.
¡Oh manoseados sentimientos!
Más y mejor seré yo mismo
Cuando guarde de tu boca la idea
Y aunque ya no pase del existir a la presencia
Igualmente me verás contra tu boca
Vigilando la mudanza de los días
Hasta que, siendo como yo reliquia,
Me ayudes a evitar esta agonía.
De "Obra poética IV"
Alberto Girri
La Forma Del Vacío
Pienso que el sueño existe porque existo;
pero si contra el mundo cruzo rostros
y de ligeros vientos alzo vuelos,
túnicas que no han de vestir estatuas,
y con palabras que después desaparecen,
violadas de improviso,
evoco su mirada y sus palabras: "cielo", "vida"
que eran como un andar a oscuras,
tan tristes como yo y como mi alma,
como cuando la noche se derrumba
y viene hasta mis manos decaída,
pienso que existo porque el sueño existe.
Puedo encontrar las huellas que abandono:
la mujer que una vez amaba,
sus brazos, sus cansancios, su mirada
y su visible pensamiento,
olvidada columna en mi memoria,
y todo lo que puedo enumerar:
la tarde que a su lado había,
la noche de su voz y la desierta
despedida de entonces.
Pienso también: "La tierra es mi enemiga",
mas los seres que habitan su amargura
defienden mi existencia,
luchan con mi tristeza y cada día
presiento que he de hallar diversas tierras,
otras miradas, nuevas formas
hacia mi sueño transportadas,
hechas amor o cándidas caricias
como viajeras que en lo oscuro mueren
sin conocer la tierra donde yacen.
Encontraré también nuevas tristezas,
ojos que ya no miran, cadáveres vacíos
y otra vez el recuerdo de sus ojos,
el anhelar sediento que abandonaba en mí,
su muerta voz, su despedida.
Pero jamás conoceré mi propio sueño,
el alma que pretende defenderme,
mi corazón vacío, ni mi forma.
Pienso que el sueño existe porque existo;
pero si contra el mundo cruzo rostros
y de ligeros vientos alzo vuelos,
túnicas que no han de vestir estatuas,
y con palabras que después desaparecen,
violadas de improviso,
evoco su mirada y sus palabras: "cielo", "vida"
que eran como un andar a oscuras,
tan tristes como yo y como mi alma,
como cuando la noche se derrumba
y viene hasta mis manos decaída,
pienso que existo porque el sueño existe.
Puedo encontrar las huellas que abandono:
la mujer que una vez amaba,
sus brazos, sus cansancios, su mirada
y su visible pensamiento,
olvidada columna en mi memoria,
y todo lo que puedo enumerar:
la tarde que a su lado había,
la noche de su voz y la desierta
despedida de entonces.
Pienso también: "La tierra es mi enemiga",
mas los seres que habitan su amargura
defienden mi existencia,
luchan con mi tristeza y cada día
presiento que he de hallar diversas tierras,
otras miradas, nuevas formas
hacia mi sueño transportadas,
hechas amor o cándidas caricias
como viajeras que en lo oscuro mueren
sin conocer la tierra donde yacen.
Encontraré también nuevas tristezas,
ojos que ya no miran, cadáveres vacíos
y otra vez el recuerdo de sus ojos,
el anhelar sediento que abandonaba en mí,
su muerta voz, su despedida.
Pero jamás conoceré mi propio sueño,
el alma que pretende defenderme,
mi corazón vacío, ni mi forma.
Alà Chumacero
Decía también que era grande fealdad que uno que no sabe se ponga a ejercitar alguna arte ni oficio mecánico sin vergüenza, ni aun una canasta se da a hacer a quien no la sabe hacer, ni que sean admitidos y recibidos por gobernantes o regidores de la república aquellos que nunca supieron letras ni ciencia, sin la cual cosa no se puede gobernar ni tener oficio alguno en la república. Y decía que si alguno se asentase a gobernar el timón en algún navío no sabiendo el arte de navegar sería detestado y maldecido, cuanto más los que se llegan a gobernar la república ignorantes y poco sabidos.
Erasmo De Rotterdam
La Despedida
Aquí en lo oscuro
quedo pulsando mi dulcémele,
mientras veo que te alejas
feliz, contra la línea del horizonte.
Mueves el cuerpo al son de mis acordes,
cada vez más distante, más cómplice,
y un ritmo de secreto te hace tan diminuto.
sí, te alejas de esta pequeña hoguera
que hemos prendido juntos,
y en la alcoba, se extingue la ardentía,
como hermoso extinguirse era bajo tu cuerpo.
Hay un sol tibio que camina delante,
y una brisa en el rostro de quien amé;
mis besos lleva en él como prendidos,
hoy que se aleja,
feliz, contra la línea del horizonte.
Aquí en lo oscuro
quedo pulsando mi dulcémele,
mientras veo que te alejas
feliz, contra la línea del horizonte.
Mueves el cuerpo al son de mis acordes,
cada vez más distante, más cómplice,
y un ritmo de secreto te hace tan diminuto.
sí, te alejas de esta pequeña hoguera
que hemos prendido juntos,
y en la alcoba, se extingue la ardentía,
como hermoso extinguirse era bajo tu cuerpo.
Hay un sol tibio que camina delante,
y una brisa en el rostro de quien amé;
mis besos lleva en él como prendidos,
hoy que se aleja,
feliz, contra la línea del horizonte.
José Lupiáñez
Una Oscura Pradera Me Convida
Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.
Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.
José Lezama Lima
Lo Que Deje Por Ti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti
El Curso de La Luz
Trajo el aire la luz,
y nadie vigilaba, pues la robó en el sueño,
se originó en las sombras,
la luz que rodó negra debajo de los astros.
Casa desnuda, seno de la muerte,
rincón y vastedad, árida herencia,
vertedero sombrío, fértil hueco.
Tú estás donde las cosas lo parecen,
donde el hombre se finge,
ese que, a tus engaños, da en nombrarte
respiración, fidelidad.
Llegas hasta sus ojos,
y en ellos reconoces el nido en que nacieras,
piedra negra que está ignorando el mundo,
y ahondas tu furor, con belleza de rosas
o valle de palomos
o dormidos naranjos en la siesta del mar,
y agujeros callados se los tornas.
Débil es el sepulcro que así eliges,
no dura allí tu noche,
y vuelves a tu oficio, criatura inocente,
y esos que te aman lloran,
pues dejas de ser luz para llamarte tiempo.
nos tejiste con esa luz sombría
de tu origen, y en la carne que alienta
dejas el sordo soplo del olvido;
no es tu reino la humana oscuridad,
y en desventura existes.
Llega a ti el desconsuelo, la desdicha,
resignación del fuerte, y aun rencor,
y así nos acabamos:
extraño es el deseo de esa luz.
Extingue tu suplicio, ciega pronto;
si recobras la paz, no nos perturbes.
Trajo el aire la luz,
y nadie vigilaba, pues la robó en el sueño,
se originó en las sombras,
la luz que rodó negra debajo de los astros.
Casa desnuda, seno de la muerte,
rincón y vastedad, árida herencia,
vertedero sombrío, fértil hueco.
Tú estás donde las cosas lo parecen,
donde el hombre se finge,
ese que, a tus engaños, da en nombrarte
respiración, fidelidad.
Llegas hasta sus ojos,
y en ellos reconoces el nido en que nacieras,
piedra negra que está ignorando el mundo,
y ahondas tu furor, con belleza de rosas
o valle de palomos
o dormidos naranjos en la siesta del mar,
y agujeros callados se los tornas.
Débil es el sepulcro que así eliges,
no dura allí tu noche,
y vuelves a tu oficio, criatura inocente,
y esos que te aman lloran,
pues dejas de ser luz para llamarte tiempo.
nos tejiste con esa luz sombría
de tu origen, y en la carne que alienta
dejas el sordo soplo del olvido;
no es tu reino la humana oscuridad,
y en desventura existes.
Llega a ti el desconsuelo, la desdicha,
resignación del fuerte, y aun rencor,
y así nos acabamos:
extraño es el deseo de esa luz.
Extingue tu suplicio, ciega pronto;
si recobras la paz, no nos perturbes.
Francisco Brines
Ser Onda, Oficio, Niña, Es de Tu Pelo
Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.
Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!
Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.
Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!
Miguel Hernández
Dibujo Corporal
Cuando me llegas con tu luz y ordeno la gran copa caliente,
tus cabellos, tu novia mano de lebrel.
Y acuesto la carne junto a ti,
dejado el ventanal con sol, todo el silencio en sombra.
Y se deslumbra el aposento de un túnel sin color.
O bien tus dedos, arando mis mejillas con su lento
peregrinar -mirándome por dentro como al olor-
van a pastar sus ciervos en el pómulo,
alertan nómadas del corazón.
Sí, oculto, llega el sueño a sazonarse con el lugar y,
hondero, hace oficio del párpado con gesto de tórtola.
Y te duermes, y un almendro florece en ti.
Si luego, ya
despiertos,
te miro y nace el aire, abre un espejo de mocedad,
se sana el rostro enfermo de la sábana.
Y, dócil, quema el trébol del labio su poder,
se entrega al fuego la juventud.
Y si, después, volvemos, tal un jardín,
a contemplar el cielo con pájaros. Y cantas.
Y en el cuello sopla el alisio su esplendor, el cierzo
mueve la alcoba, anida así un jilguero, otra vez en tu mano.
Y ve el estruendo devastarse ciudades de piel, pueblos del tacto, sitios nobles y, a lo lejos, arde un pinar,
entonces se que cuerpo aventajado es mi vivienda,
el centro del amor. Y te amo.
Y sé del reino donde tengo mi exilio. Y mi alimento.
Cuando me llegas con tu luz y ordeno la gran copa caliente,
tus cabellos, tu novia mano de lebrel.
Y acuesto la carne junto a ti,
dejado el ventanal con sol, todo el silencio en sombra.
Y se deslumbra el aposento de un túnel sin color.
O bien tus dedos, arando mis mejillas con su lento
peregrinar -mirándome por dentro como al olor-
van a pastar sus ciervos en el pómulo,
alertan nómadas del corazón.
Sí, oculto, llega el sueño a sazonarse con el lugar y,
hondero, hace oficio del párpado con gesto de tórtola.
Y te duermes, y un almendro florece en ti.
Si luego, ya
despiertos,
te miro y nace el aire, abre un espejo de mocedad,
se sana el rostro enfermo de la sábana.
Y, dócil, quema el trébol del labio su poder,
se entrega al fuego la juventud.
Y si, después, volvemos, tal un jardín,
a contemplar el cielo con pájaros. Y cantas.
Y en el cuello sopla el alisio su esplendor, el cierzo
mueve la alcoba, anida así un jilguero, otra vez en tu mano.
Y ve el estruendo devastarse ciudades de piel, pueblos del tacto, sitios nobles y, a lo lejos, arde un pinar,
entonces se que cuerpo aventajado es mi vivienda,
el centro del amor. Y te amo.
Y sé del reino donde tengo mi exilio. Y mi alimento.
Ãngel GarcÃa López
Es Hora Ya de Levantar El Vuelo...
Es hora ya de levantar el vuelo,
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.
No hay tiempo de sentir el desconsuelo;
sigue la vida, urgente y transitoria.
Muda la meta de tu trayectoria,
y rasga del mañana el hondo velo.
Si el sentimiento, más desobediente,
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.
Tu oficio es cotidiano y decisivo:
mientras alumbre el sol, serás ardiente;
mientras dure la vida, estarás vivo.
Es hora ya de levantar el vuelo,
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.
No hay tiempo de sentir el desconsuelo;
sigue la vida, urgente y transitoria.
Muda la meta de tu trayectoria,
y rasga del mañana el hondo velo.
Si el sentimiento, más desobediente,
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.
Tu oficio es cotidiano y decisivo:
mientras alumbre el sol, serás ardiente;
mientras dure la vida, estarás vivo.
Antonio Gala
Administrar no es una tarea, ni un oficio, ni una profesión, administrar es un instinto psicológico impulsado por un aprecio al orden y a la organización.
AgustÃn Ulivarri Rodi
Despedida Al Piano
Tristes los ojos, pálido el semblante,
de opaca luz al resplandor incierto,
una joven con paso vacilante
su sombra traza en el salón incierto.
Se sienta al piano: su mirada grave
fija en el lago de marfil que un día
aguardó el beso de su mano suave
para rizarse en olas de armonía.
Agitada, febril, con insistencia
evoca al borde del teclado mismo,
a las hadas que en rítmica cadencia
se alzaron otra vez desde el abismo.
Ya de Mozart divino ensaya el estro,
de Palestrina el numen religioso,
de Weber triste el suspirar siniestro
y de Schubert el canto melodioso.
-¡Es vano! -exclamó la joven bella,
y apagó en el teclado repentino
su último son, porque sabía ella
que era inútil luchar contra el destino.
-Adiós -le dice-, eterno confidente
de mis sueños de amor que el tiempo agota,
tú que guardabas en mi edad riente
para cada ilusión alguna nota;
hoy mudo estás cuando tu amiga llega,
y al ver mi triste corazón herido,
no puedes darme lo que Dios me niega:
¡la nota del amor o del olvido!
Tristes los ojos, pálido el semblante,
de opaca luz al resplandor incierto,
una joven con paso vacilante
su sombra traza en el salón incierto.
Se sienta al piano: su mirada grave
fija en el lago de marfil que un día
aguardó el beso de su mano suave
para rizarse en olas de armonía.
Agitada, febril, con insistencia
evoca al borde del teclado mismo,
a las hadas que en rítmica cadencia
se alzaron otra vez desde el abismo.
Ya de Mozart divino ensaya el estro,
de Palestrina el numen religioso,
de Weber triste el suspirar siniestro
y de Schubert el canto melodioso.
-¡Es vano! -exclamó la joven bella,
y apagó en el teclado repentino
su último son, porque sabía ella
que era inútil luchar contra el destino.
-Adiós -le dice-, eterno confidente
de mis sueños de amor que el tiempo agota,
tú que guardabas en mi edad riente
para cada ilusión alguna nota;
hoy mudo estás cuando tu amiga llega,
y al ver mi triste corazón herido,
no puedes darme lo que Dios me niega:
¡la nota del amor o del olvido!
Salvador DÃaz Mirón
Despedida
Se iba el tren, y quedaba,
en el aire una mancha
no sé si negra o blanca
de tu brazo...
¡Ay distancia
floridamente amarga!
que tajaba y borraba
aquella línea larga
Y corta y hielo y ascua
que era tu brazo...
Estaba
yo en el andén, sin alma,
y una saliva áspera,
fiera, me apretujaba
la tímida garganta
¡y la brisa borraba
tu brazo!
¡Ay fragancia
a brazo que se escapa
en la noche pintada!
Y qué hondo panorama
en esta vida ácida
de tu brazo...
¡Almohada
de mis noches infaustas,
y nivel de mi agua,
y escaparate para
mi pobre vida lacia,
y soporte de plata
de mi cansancio, y vara
de azucenas nevadas
en mi mortaja árida!...
¡Ay, tu brazo!
¡La traílla
del potro de mis ansias
y el estribo que alza
mi vida de la charca!
Pero se fue...
Clamaba
un resuello de máquina
y un arrastrarse, áspera-
mente, desigualmente
de madera compacta
y de muebles sin alma...
Y se perdió tu brazo...
¿Hasta cuándo? ¿Di?
¿Hasta cuándo?
Que caiga
de esta gran noche alta
toda una lluvia blanca
de estrellas de esperanza,
-¡estación negra y mala
reverso de estas ansias!
Sí: que caiga y que caiga
un estrellón de plata
para que mi esperanza
espere brava y ancha,
tu vuelta. ¡Tú! Mi almohada
y mi espuela y mi daga,
que hoy te vas, en la marcha
de un jardín que se acaba!
Se iba el tren, y quedaba,
en el aire una mancha
no sé si negra o blanca
de tu brazo...
¡Ay distancia
floridamente amarga!
que tajaba y borraba
aquella línea larga
Y corta y hielo y ascua
que era tu brazo...
Estaba
yo en el andén, sin alma,
y una saliva áspera,
fiera, me apretujaba
la tímida garganta
¡y la brisa borraba
tu brazo!
¡Ay fragancia
a brazo que se escapa
en la noche pintada!
Y qué hondo panorama
en esta vida ácida
de tu brazo...
¡Almohada
de mis noches infaustas,
y nivel de mi agua,
y escaparate para
mi pobre vida lacia,
y soporte de plata
de mi cansancio, y vara
de azucenas nevadas
en mi mortaja árida!...
¡Ay, tu brazo!
¡La traílla
del potro de mis ansias
y el estribo que alza
mi vida de la charca!
Pero se fue...
Clamaba
un resuello de máquina
y un arrastrarse, áspera-
mente, desigualmente
de madera compacta
y de muebles sin alma...
Y se perdió tu brazo...
¿Hasta cuándo? ¿Di?
¿Hasta cuándo?
Que caiga
de esta gran noche alta
toda una lluvia blanca
de estrellas de esperanza,
-¡estación negra y mala
reverso de estas ansias!
Sí: que caiga y que caiga
un estrellón de plata
para que mi esperanza
espere brava y ancha,
tu vuelta. ¡Tú! Mi almohada
y mi espuela y mi daga,
que hoy te vas, en la marcha
de un jardín que se acaba!
Rafael de León
Una lagrima rodara por tu mejilla,
y será el momento de la despedida,
por que un beso en tu mejilla,
dira adios vida mia.
Tu dices, que nada se interpondra entre tu y yo,
pero tu miedo de seguir adelante es lo que nos separa hoy,
decides no enfrentarlo y simplemente uir,
y no decir que tu amor es para mi.
Pues bien digamos adios y buena suerte,
porque la vida tiene que seguir,
aunque uno de los dos, termine por decistir,
que lo que mata es el hecho de no decir...
Eres lo que quiero para mi...
y será el momento de la despedida,
por que un beso en tu mejilla,
dira adios vida mia.
Tu dices, que nada se interpondra entre tu y yo,
pero tu miedo de seguir adelante es lo que nos separa hoy,
decides no enfrentarlo y simplemente uir,
y no decir que tu amor es para mi.
Pues bien digamos adios y buena suerte,
porque la vida tiene que seguir,
aunque uno de los dos, termine por decistir,
que lo que mata es el hecho de no decir...
Eres lo que quiero para mi...
Pablo Colin
Canción de despedida para la mujer que se va y que nunca regresará,canción que deja una herida,que el tiempo no curará,sólo la muerte,con su manto delicado,esta tristeza de amor sanará
Miguel Visurraga Sosa
La palabra es huraña e indocil, para llegar a someterla, acen falta muchos años de dedicacion y perseverancia. para trascender como un literato original, hay que ser persistentes, aun sabiendo que la dedicacion al sublime oficio de la poesia, es vivir concentrado, en la mas desinterezada de las emprezas.......
Nora eliza sanchez jacquez
Fue imposible sacar tu recuerdo de mi mente
Fue imposible olvidar que algún día yo te quise
tanto tiempo paso desde el día que te fuiste
alli supe que las despedidas, son muy tristes
nunca me imagine que un tren se llevara en su viaje
aquellas ilusiones que de niños nos juramos
todos tus sentimientos los guardaste en tu equipaje
quisiste consolarme y me dijiste yo te amo
desde entonces no supe que seria de tu vida
desde entonces no supe si algún día regresabas
los amigos del pueblo preguntaron si volvias,
llorando di la espalda y no les supe decir nada
Ayer que regrese a mi pueblo,
alguien me dijo que ya te casaste
mirame y dime si ya me olvidaste
me marchare con los ojos aguados
despues le pregunte a la luna
me dio la espalda e intento ocultarse
hasta la luna sabe que me amaste
hasta la luna sabe que aun me amas
Y vuela vuela por otro rumbo
ve y sueña sueña que el mundo es tuyo
tu ya no puedes volar conmigo
aunque mis sueños se iran contigo
Es tan triste tener que decirte que me olvides
otro amor ha llegado a mi vida, y no te quiero
es muy tarde y no puedo negarte que me muero
pero no callaran mis palabras pa decirte
que soñare contigo siempre que cierre mis ojos
y entonare por ti mis cantos tristes noche a noche
que llorare sin ti cuando recuerde que estoy solo
y al recordar que duermes en los brazos de otro hombre
me pregunto si aun reflejas algo de mi vida
si en tu memoria vive aquel amor de tantos años
aquel hombre que siempre te ha querido desde niña
que hoy llora porque el amor de su vida se ha casado
que triste es ver que un tren se aleja
y en el se va lo mejor de tu vida
dime el motivo de tu despedida
porque te fuiste dejando mil penas
Un día recibi tu carta
quise leerla y era una hoja en blanco
pues de tu vida nunca supe nada
como preguntas que si aun te amoY vuela vuela por otro rumbo
ve y sueÃña sueña que el mundo es tuyo
tu ya no puedes volar conmigo
aunque mis sueños se iran contigo
Fue imposible olvidar que algún día yo te quise
tanto tiempo paso desde el día que te fuiste
alli supe que las despedidas, son muy tristes
nunca me imagine que un tren se llevara en su viaje
aquellas ilusiones que de niños nos juramos
todos tus sentimientos los guardaste en tu equipaje
quisiste consolarme y me dijiste yo te amo
desde entonces no supe que seria de tu vida
desde entonces no supe si algún día regresabas
los amigos del pueblo preguntaron si volvias,
llorando di la espalda y no les supe decir nada
Ayer que regrese a mi pueblo,
alguien me dijo que ya te casaste
mirame y dime si ya me olvidaste
me marchare con los ojos aguados
despues le pregunte a la luna
me dio la espalda e intento ocultarse
hasta la luna sabe que me amaste
hasta la luna sabe que aun me amas
Y vuela vuela por otro rumbo
ve y sueña sueña que el mundo es tuyo
tu ya no puedes volar conmigo
aunque mis sueños se iran contigo
Es tan triste tener que decirte que me olvides
otro amor ha llegado a mi vida, y no te quiero
es muy tarde y no puedo negarte que me muero
pero no callaran mis palabras pa decirte
que soñare contigo siempre que cierre mis ojos
y entonare por ti mis cantos tristes noche a noche
que llorare sin ti cuando recuerde que estoy solo
y al recordar que duermes en los brazos de otro hombre
me pregunto si aun reflejas algo de mi vida
si en tu memoria vive aquel amor de tantos años
aquel hombre que siempre te ha querido desde niña
que hoy llora porque el amor de su vida se ha casado
que triste es ver que un tren se aleja
y en el se va lo mejor de tu vida
dime el motivo de tu despedida
porque te fuiste dejando mil penas
Un día recibi tu carta
quise leerla y era una hoja en blanco
pues de tu vida nunca supe nada
como preguntas que si aun te amoY vuela vuela por otro rumbo
ve y sueÃña sueña que el mundo es tuyo
tu ya no puedes volar conmigo
aunque mis sueños se iran contigo
elizabeth rojas rumualdo
Bajo una noche que parecía suspendida en el tiempo, brilla con mayor intensidad una estrella radiante en plena oscuridad . Con ella se trazó un mapa que podría guiar a un perdido, consumando-lo a revivir frente al desastre de su pasado, haciendo aludir el porqué buscar una manera de desplegar sus alas y echar a volar, revelando-se así lo que realmente se es .
Al minuto siguiente sale despedida por los aires hasta casi poder alzar la capa más delicada de este cielo azul, y al instante se ve involucrada en una desesperante sensación de pánico al sentir que su cuerpo se cae por su propio peso y ella, sin poder hacer nada por mantenerlo en contra la gravedad .
Había sollozado y le había suplicado que no la abandonase, pero no se trataba de una opción o una decisión . El último consejo que le dio, fue que pensara en el futuro como en algo desconocido e inesperado, y que estuviera preparada para casi cualquier cosa .
Vivió cada vez más apesadumbrada; ahora, en cambio, se sentí liberada de todo peso, en ese estado de ingravidez que las personas experimentaban cuando ya no están seguras de cuál es el motivo por el que permanecen atadas a este mundo .
Una suave brisa habría bastado para llevársela muy lejos, hacia las profundidades de la noche, atravesando todo el universo .
Pero pese a todo lo que estaba viviendo, se sentía optimista .
Era lo bastante madura como para no ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino que más bien como un objeto hermoso en el que podía llegar a verterse de todo . Y en un susurro, hizo un trato consigo misma, como si ese susurro pudiera convertirlo en realidad . Dio dos vueltas sobre sí misma y contuvo la respiración, como si fuese la manera de firmar y sellar el trato .
Miró cómo el cielo que se oscurecía, quizás todavía estaba allí, oculto entre los demás, en su corazón, impidiendola respirar cada vez que pensaba cómo sería la vida sin él . Sentía desolación muy adentro, pero al mismo tiempo rebosaba de esperanzas. Con esto ponía punto final a su pasado . Ahora tenía la sensación de ser cual cristal, clara y transparente, de ser un instante de tiempo .
Se había convencido así misma de que el futuro arribaría, pero solo si era paciente en su espera, solo si realmente confiaba en el destino .
Al minuto siguiente sale despedida por los aires hasta casi poder alzar la capa más delicada de este cielo azul, y al instante se ve involucrada en una desesperante sensación de pánico al sentir que su cuerpo se cae por su propio peso y ella, sin poder hacer nada por mantenerlo en contra la gravedad .
Había sollozado y le había suplicado que no la abandonase, pero no se trataba de una opción o una decisión . El último consejo que le dio, fue que pensara en el futuro como en algo desconocido e inesperado, y que estuviera preparada para casi cualquier cosa .
Vivió cada vez más apesadumbrada; ahora, en cambio, se sentí liberada de todo peso, en ese estado de ingravidez que las personas experimentaban cuando ya no están seguras de cuál es el motivo por el que permanecen atadas a este mundo .
Una suave brisa habría bastado para llevársela muy lejos, hacia las profundidades de la noche, atravesando todo el universo .
Pero pese a todo lo que estaba viviendo, se sentía optimista .
Era lo bastante madura como para no ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino que más bien como un objeto hermoso en el que podía llegar a verterse de todo . Y en un susurro, hizo un trato consigo misma, como si ese susurro pudiera convertirlo en realidad . Dio dos vueltas sobre sí misma y contuvo la respiración, como si fuese la manera de firmar y sellar el trato .
Miró cómo el cielo que se oscurecía, quizás todavía estaba allí, oculto entre los demás, en su corazón, impidiendola respirar cada vez que pensaba cómo sería la vida sin él . Sentía desolación muy adentro, pero al mismo tiempo rebosaba de esperanzas. Con esto ponía punto final a su pasado . Ahora tenía la sensación de ser cual cristal, clara y transparente, de ser un instante de tiempo .
Se había convencido así misma de que el futuro arribaría, pero solo si era paciente en su espera, solo si realmente confiaba en el destino .
Flavia Caetano
Nose porque, la tristeza invadio mi mente, un fugaz recuerdo de tu mirada, de dos gotas de rocio que cayeron de los mios, y el no saber el motivo de nuestra despedida, sin volver la vista atras, solo el inmenso pesar de no encontrarnos nunca mas.-
nonis
En un rincón de mi alma, en un pedazo escondido y olvidado de mi corazón, en un espacio de mi mente, en un momento de olvido, aun esta ese deseo, aun guardo esa esperanza, esa idea que se niega a morir con el paso del tiempo, esa vana ilusión de que algún día, en algún momento y en algún espacio de tiempo el quizá y el tal ves vuelvan a coincidir, sean nuestros cómplices, y quizá y solo quizás gocemos de nuestros sueños, unidos, solitarios y ala ves tan acompañados del latido de nuestros corazones, de la fuerza de nuestro abrazo, de la intensidad de nuestro deseo, de la dulzura de nuestros besos, del dulce y agónico cansancio de la pasión. Aun que después y de eso sabremos y probaremos de nuevo el pausar cansado de nuestra despedida......
suzet35