Autores

Populares

Recientes

Temáticas


Frases para Facebook

frases de amor

frases romanticas

frases cortas de amor

frases de desamor

te extraño

frases de despedida

poemas de desamor

frases para enamorar

frases tristes

frases de reflexion

frases de agradecimiento

frases lindas

frases de amistad

frases de aliento

frases para pensar

Dicha ( 3 )

Dicha. Encuentra docenas de dicha con fotos para copiar y compartir.


Xxxviii

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
nadie así te amará.


Gustavo Adolfo Becquer


Me pregunta usted: "Exactamente, ¿por qué no cree usted en Dios?". Porque no he encontrado argumento racional que apoye dicha creencia.


Ayn Rand




La moderación es un temor a caer en la envidia y en el desdén que merecen los que se embriagan con su dicha; es una vana ostentación de la fuerza de nuestro ánimo; y finalmente, la moderación de los hombres que se ven muy encumbrados es un deseo de parecer más grandes aún que su buena fortuna.


Francisco de La Rochefoucauld


La ley del talento, como la de la dicha verdadera, es el desinterés.


José Martí


Hermosas son las estaciones todas para el mortal que en sí guarda la dicha.


Rosalía De Castro


Ser feliz no cuesta nada, solo cuesta encontrar quien sepa valorar dicha Felicidad.


Pedro Pantoja Santiago




Elogio Del olvido

¿A qué grabar un nombre en las paredes,
manchar con torpes trazos la blancura
deslumbrante, impoluta, de la nada?
¿A qué este vano empeño de ir dejando señales,
de escribir en la arena, a resguardo del viento,
las triviales miserias que conforman tu vida?
Sobre las tercas líneas que dibujan un rostro
ha de pasar la mano piadosa de los años
borrando letras, sílabas, palabras sin sentido.
El papel en que escribes volverá a estar en blanco.
¿Y habrá dicha mayor que no haber sido?

De "El pasajero" 1992


José Luis García Martín


William Street

Las mujeres que quiero van con otros.

Cuando pasan prendidas de otros brazos
miro a la que se apoya en mí y compruebo
que yo me he equivocado de mujer.
La gracia enrojecida de una risa,

el rumor tembloroso de un silencio,
la mirada furtiva que nos dice
que está la dicha allí, en aquellos ojos...
Esas cosas descubro solo en otras.

Yo sé que lo que anhelo no anda lejos:
veo como ellas pasan de otros brazos.
Y trato de encontrarlo, incluso en ellas.
Mas siempre me equivoco de mujer.

Las mujeres que quiero van con otros.


José María Fonollosa


Primer Amor

¡Qué sorpresa tu cuerpo, qué inefable vehemencia!
Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo
sin haberlo soñado, sin que nunca
un ligero esperar prometiera la dicha.
Esta dicha de fuego que vacía tu testa,
que te empuja de espaldas,
te derriba a un abismo
que no tiene medida ni fondo.
¡Abismo y solo abismo de ti hasta la muerte!

¡Tus brazos! Son tus brazos los mismos de otros días,
y tiemblan y se cierran en torno de tu cuerpo.
Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido
de cosas que tú ignoras,
de mundos que lo mueven...
¡Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible
que un vaho lo pone turbio
y un beso lo traspasa!
¡Si nunca nadie dijo que así se amaba tanto!
¿Podías tú esperar que ardieran tus cabellos,
que toda cuanta eres cayeras como lumbre
en un grito sin cifra,
desde una cordillera gritada por la aurora?

¿Ceniza tú algún día? ¿Ceniza esta locura
que estrenas con la vida recién brotada al mundo?
¡Tú no te acabas nunca, tú no te apagas nunca!
Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo
para quemar el cielo subiéndole la tierra.


Carmen Conde




Entre La Fronda

Junto a la clara linfa, bajo la luz radiosa
del sol, como un prodigio de viviente escultura,
nieve y rosa su cuerpo, su rostro nieve y rosa
y sobre rosa y nieve su cabellera oscura.

No altera una sonrisa su majestad de diosa,
ni la mancha el deseo con su mirada impura;
en el lago profundo de sus ojos reposa
su espíritu que aguarda la dicha y la amargura.

Sueño del mármol. Sueño del arte excelso, digno
de Escopas o de Fidias, que sorprende en un signo,
una actitud, un gesto, la suprema hermosura.

Y la ve destacarse, soberbia y armoniosa,
junto a la clara linfa, bajo la luz radiosa
del sol, como un prodigio de viviente escultura.


Ricardo Jaimes Freyre


Que la dicha de un nuevo amanecer te de la oportunidad de expresarle tus sentimientos a la persona amada.


Edvin Roberto Us De Paz


Muchas personas no creen en la existencia de las criaturas celestiales llamadas ángeles, pero yo tengo la dicha de compartir mi vida con una angelita llamada…


Edvin Roberto Us De Paz


Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.


Samuel Johnson




El ángel que presidió mi nacimiento dijo: Pequeña criatura, fruto de la dicha y de la risa, ve y esparce amor.


William Blake


Los Besos

No te olvides, temprana, de los besos un día.
De los besos alados que a tu boca llegaron.
Un instante pusieron su plumaje encendido
sobre el puro dibujo que se rinde entreabierto.

Te rozaron los dientes. Tú sentiste su bulto,
en tu boca latiendo su celeste plumaje.
Ah, redondo tu labio palpitaba de dicha.
¿Quién no besa esos pájaros cuando llegan, escapan?

Entreabierta tu boca vi tus dientes blanquísimos.
Ah, los picos delgados entre labios se hunden.
Ah, picaron celestes, mientras dulce sentiste
que tu cuerpo ligero, muy ligero, se erguía.

¡Cuán graciosa, cuán fina, cuán esbelta reinabas!
Luz o pájaros llegan, besos puros, plumajes.
Y oscurecen tu rostro con sus alas calientes,
que te rozan, revuelan, mientras ciega tú brillas.

No lo olvides. Felices, mira, van, ahora escapan.
Mira: vuelan, ascienden, el azul los adopta.
Suben altos, dorados. Van calientes, ardiendo.
Gimen, cantan, esplenden. En el cielo deliran.


Vicente Aleixandre


ROMPER EL CAPULLO


Como un gusano en capullo,

me enfrento conmigo mismo.

Peleando contra mi orgullo

y mi terrible egoísmo.


Juzgar el actuar del otro,

es el juego de mi mente,

que continua programado

en mi memoria inconciente


Me encuentro aún a diario,

con mi gran insensatez,

que me ha vuelto en usuario,

de mi propia estupidez.


Sigo en la obsesión frecuente,

de esperar que los demás

realicen lo conveniente

a mi forma de pensar.


Soy todavia presa fácil,

de las mil y un tormentas,

que solo en mi mente frágil,

suceden y se avejentan.


¡Basta ya de ser gusano!

¡Quiero transformar mi Ser!

Convertirme en mariposa

y este capullo romper.


Volar alto por el cielo,

contemplar la luz del sol.

Ver en el mundo lo bello,

que existe a mi alrededor.


Posarme en cada momento,

que la vida me regala,

y sentir el amor creciendo,

dentro y fuera de mi alma.


¡Ay Mariposa, mariposa!

De alas multicolor.

Emprende tu ansiado vuelo,

allá donde vive Dios.


Que fuiste un gusano olvida

y junto con él el dolor,

que te espera nueva vida,

llena de dicha y amor.


Gustavo Estrada Luque


A Una Flor

Cuando tu broche apenas se entreabría
para aspirar la dicha y el contento
¿te doblas ya y cansada y sin aliento,
te entregas al dolor y a la agonía?

¿No ves, acaso, que esa sombra impía
que ennegrece el azul del firmamento
nube es tan solo que al soplar el viento,
te dejará de nuevo ver el día?...

¡Resucita y levántate!... Aún no llega
la hora de que en el fondo de tu broche
des cabida al pesar que te doblega.

Injusto para el sol es tu reproche,
que esa sombra que pasa y que te ciega,
es una sombra, pero aún no es la noche.


Manuel Acuña


Tu Cuerpo

Cuando beso tu cuerpo
siento latir el corazón
profundo de la vida.
Te recorro despacio
reviviéndome.
Hay hallazgos sutiles,
hay derrotas.
El extenso placer,
la abierta lucidez,
la dicha de tenerte.


Renata Durán


Amiga A La Que Amo...

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, prejuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.


Rubén Bonifaz Nuño


Bobby

No era el amor y se llamaba Antonio.
Hablaba como un indio del Far- West:
«hombre alto», «boca larga». Era de Fuengirola.
y siempre había un teléfono donde llamarlo cuando
-y reía-
la noche era más larga, más amarga, más lenta.
Por las villas de canos jubilados de Holanda,
por la «suite» de la vieja dama inglesa,
la viuda o divorciada más allá de los ácidos,
por el apartamento oscuro del borracho,
surgía su desnudo auroral como Jonia.
Era animal de dicha y entraba fiel, ruidoso,
un grueso calabrote de plata por el cuello...
Sobre muebles de Herraiz o lacas chinas,
biombo bermellón de zancudas doradas,
o en raída moqueta o taquillones
de castellano en serie,
iba dejando las botas deportivas,
los calcetines rojos,
el pequeño taparrabos celeste,
la camiseta como broquel de un pecho
sin defensa. Portador de alegría,
tal un dios de tobillos alados que bajara
a los orcos humanos
ahuyentaba la lágrima, la carta, los somníferos,
la desesperación y su lívida mecha.
Y una noche me dijo, su lengua por mi oído,
«Quisiera haberme muerto».


Pablo García Baena


Soneto

Quiere el Amor Feliz -el que se posa poco...-
arrancar un verso al alma oscura:
¿Cuándo la miel necesitó dulzura?
¿Quién esencia de pomo echa en la rosa?

Quédese en hojarasca temblorosa
lo que no pudo ser fruta madura:
No se rima la dicha; se asegura
desnuda de palabras, se reposa...

Si el verso es sombra, ¿qué hace con el mío
la luz?... Si es luz... ¿la luz por qué lo extraña?
¡Quien besar puede, bese y deje frío

símbolo, el beso escrito!... ¡En la maraña
del mapa no está el agua azul del río,
ni se apoya en su nombre la montaña!...


Dulce María Loynaz


Los Espinos

Verdor nuevo los espinos
tienen ya por la colina,
toda de púrpura y nieve
en el aire estremecida.

Cuántos cielos florecidos
les has visto; aunque a la cita
ellos serán siempre fieles,
tú no lo serás un día.

Antes que la sombra caiga,
aprende cómo es la dicha
ante los espinos blancos
y rojos en flor. Vé. Mira.


Luis Cernuda


Alicatado Para Una Tarde de Verano

Para traspasar las hojas,
la luz se pone de lado.
Se despereza el aroma
y hay un sopor que, despacio,
deshilachan las zumbonas
avispas del emparrado.
La paz del jardín se esparce
por el brillo del acanto
y la tarde se inaugura
al regarse el empedrado.

Hay rincones invisibles
con amores encalados
y persianas donde crece
la penumbra del verano.
El mirador se remira
en los reflejos más altos.
Alguna risa que llega
por el silencio rampando
y el agua, dueña y señora
por fuentes y por regatos.

El aire tiene un desgaire
de mimbre desangelado.
El arrayán cuadricula
la dicha de estar mirando.
Desde los poyetes, rastras
en macetas de geráneos
cuelgan hasta el arriate
buscando su olor mojado.
El silencio se despierta
picoteado de pájaros.

Las glicinias se retuercen
sobre sus pomos morados
y son de azulejo y frío
los zócalos y los bancos.
El chirrido del portón
anuncia el rito diario.
Las sillas, de recia anea.
El vino, de mano en mano.
La amistad, como beberse
la tarde de un solo trago.

"De Mis amados odres viejos"


Rafael Guillén


Galán

Aquí está ya el amor.
La luna crece en el espacio virgen.
Desnudo, el desvelado hacia la aurora siente
resbalar por su cuerpo un agua de sonrisas.
Los álamos palpitan de finos corazones
y lento va el cortejo de los enamorados suspirante
en la noche,
deshojando el jazmín de las vihuelas.
Una mano enjoyada de anillos y serpientes
hunde sus uñas sabias de placer en los durmientes núbiles
y fría en su belleza la alta madrugada respira
en las glicinas.

Él piensa:
"Ah, caminar a solas bebiendo tu embeleso
por el vientre sombrío de la playa
donde el mar, a nuestros pies descalzos,
rompe en astros su voz amarga y su desdén.
Un rumor de guitarras perezosas
en los puertos azules donde la palma florecida mece,
ebria, su danza lánguida
nos dirá que el amor es tan solo un sorbo de verano.
Viviremos bajo un dolmen de yedras y de lluvias
en las suaves colinas enrojecidas de frutos
y la dicha fugaz apartará sumisa para vernos
los pámpanos silvestres dorados por el ala de
los abejarucos.
Ah, morir, quiero morir con tu nombre en mis labios."

La noche unge con sus sacros óleos los ojos del amante.
Juglares y doncellas
que ofrecían manzanas de amor entre columnas
duermen bajo una brisa de besos que deshace sus
cabellos floridos
y solo el ruiseñor, el príncipe nocturno,
asciende por las altas graderías de la luna
y en su pluma suave
una rosa de láudano crece esparciendo olvido.

El piensa entre los sueños:

"Quiero morir cantando junto al mar".


Pablo García Baena


Llama de Lluvia Maya

Estalla la poesía de tu piel, Juan, como la miel en un cedro
mojado; te veo y eres la luz, el brote oloroso que abre las
ventanas de un día feliz.
Ya ves, aquí me tienes jugando con los grillos del alba
porque a un lado está tu pecho encendido,
las manos se te posan en mi pelo cansado
y entonces nunca ha existido cansancio en mí;
todo lo rompes, Juan, te estableces en mi corazón y allí
fundas tu casa
de guacamayos blancos, viento y sal,
las violetas vuelan exasperadas por tu aroma
y el mar se rinde
-grandioso perdedor-
ante ese cabello dorado que a todo le pide cuentas:
al amor, a los encantados caminos,
a los dioses de fuego que alumbran tus ojos de indio desarraigado.
Siento que sufras bajo los cementos de Madrid,
que te falte espacio para cambiar tus lágrimas
por las de la luna llena,
pero el tenerte aquí, el vivir junto a un nagual único, inextinguible,
junto a una llama de lluvia que nunca se apaga…
¿A quién debo agradecerle tanta dicha?


Almudena Guzmán


Petit-cru

En Tintagel suena un cascabel. Petit-cru.
Vino de Avalón, la isla de las hadas. Tristán
para la rubia Iseu lo atrajo. Alegra el corazón
su música hechizada. La amiga es
por el embrujo, lejos del amigo, feliz. ¡Dios:
el desdichado envió a la desdichada la dicha! Renunció
al talismán para que pudiera la reina, separada de él,
vivir dichosa, y la rubia encuentra alegre el vivir.

Hermosos son los mantos forrados de blanco armiño,
gentiles las cabalgadas por el matorral en la corte de Marés,
y los torneos en los que los caballeros muestran amorosas divisas.

Dulce el recuerdo de Tristán como sonrisa del amanecer.
El cascabel del blanco cachorro es más fuerte
que la copa fatal que la imprudente prudencia materna
llenó de amor y de muerte y abrasadora pasión.

Pero ¿cómo la amiga en la ausencia del amigo se siente
con cuerpo ligero, con alas de alondra, con el espíritu
gracioso? La reina piensa. Desvela el secreto.
Hechizo de amor es. El desdichado desea
la dicha de aquella que es su dolor.
Petit-cru. Los labios adornados de dulce
amargura requieren el ser milagroso. Del regazo
le tira el cascabel. No quiero, amigo hermoso
la alegría mientras tú estas triste, señor;
la vida mientras tú mueres. Bebemos el vino
juntos, debemos morir o vivir.

Desde la florida ventana arroja el cascabel al mar.

Arrastrando su larga cola bordada camina
por los pasajes del llanto al sombrío sepulcro del dolor.

De "Poemas colgados de un cabello"


Ricardo Carballo Calero




Si supiera en realidad lo que quisiera, estaria al pie de tu pena pero no me pidas que te espere,
pues mas no quisiera que estes en mis arterias de dolor,
el sufrimiento pesa mucho en mi
y ese adios enmudecido
en silencio yo te sigo, pero no te espero,
pues deseo de ti auqnue no estes conmigo esa dicha que DIOS ha creado en este mundo, aun ser humano el DON de ser feliz,como yo se que no pude hacerte feliz,otra persona lo hara en mi lugar con destellos y esperanzar te vere feliz en el regazo de otra persona que realmente te haga sentir un hombre, hombre ...


Paloma


A lguna vez pedí al cielo una mujer
L inda, leal con belleza interna y externa,
E spectacularmente me envió a un Serafín
X lo cual, la dicha está en la tierra…
A rmonizando con todos los elementos que conforman la vida
N o existiendo algún ser terrenal comparable,
D igno de ese toque mágico y encantador que la caracteriza
R ealmente llena de virtudes, dones cautivadores,
A morosos y especiales que le pertenecen.


Edvin Roberto Us De Paz


La tristeza ocupa el corazón y la mente de quienes tuvimos la dicha de conocerla y compartir con ella la vida.
Con esta partida la felicidad, ilusiones y esperanzas se truncan. Pero en nuestro corazón permanecerá siempre como paradigma de comprensión. Nobleza y fortaleza.


BRIYITH


HABLAME COMO ME HABLAS, QUE TU ACENTO PENETRE CARIÑOSAMENTE AMIS OIDOS, Y QUE ABRASE EN SU LLAMA EL PENSAMIENTO Y QUE EMBRIAGUE DE AMOR AMIS SENTIDOS.
MIRAME COMO MIRAS CON DULZURA, CON LA DULZURA DE TUS LINDOS OJOS, MIENTRAS RIEN ARDIENDO DE VENTURA PALPITANTE DE AMOR TUS LABIOS ROJOS.
MESIENTO TODO TUYO; NO TE ASOMBRE ¿QUÉ HAY EN MI SER QUE PARA TI NO SEA? DESDE MI DEBIL CORAZON DE HOMBRE HASTA MI SANTA Y POSTRIMER IDEA, TE SOY TODA ESPERANZA, LUZ, CONSUELO, DICHA Y AFAN DE UN ALMA ENAMORADA; MI ALMA PARA VIVIR BUSCABA EL CIELO, Y TU LEDAS UN CIELO EN TU MIRADA.
VIVO PRARA ADORARTE, MI EXISTENCIA MIS ILUSIONES TODAS, MIS DELICIAS BUSCAN EN EL ALTAR DE TU INOCENCIA LA GLOTRIA Y EL CALOR DE TUS CARICIAS.
EN SUEÑO VEO TU IMAGEN Y TEMBLANDO HE LLEGADO A SENTIR QUE TU ME MIRAS, QUE TE ESTOY HABLANDO QUE ME ARRODILLO Y QUE ME DAS UN BESO.


arley


CADA EDAD TIENE SU MOMENTO DE DICHA, E HISTORIA... EN CADA AÑO CUMPLIDO DEJAMOS LA ESCENCIA DE NUESTRO PASO POR EL SENDERO LLAMADO VIDA. TRATO SIEMPRE DE DAR LOS PASOS FIRMES CON RECTITUD... PERO TAMBIEN DESVIANDO UN POCO EL RUMBO CON EQUIVOCACIONES, DIVERSIONES, Y CAIDAS... PERO REGRESO AL SENDERO SIEMPRE TRATANDO DE NO ARREPENTIRME DE NADA, TOTAL ESTA VIDA ES UNA Y HAY QUE VIVIRLA A PLENITUD SIN PERDER EL TIEMPO EN RECRIMINACIONES. MI EDAD ACTUALME TRAJO MADUREZ Y LA EMOCION DE SEGUIR EN EL CAMINO VIENDO AL HORIZONTE QUE ME ABRE SUS BRAZOS PARA LLENARME DE ENERGIA, Y PLENITUD... AMO MIS CUARENTAS!!!
Y ME DOY CUENTA QUE HE SIDO UNA GUERRERA DE LUZ... Y SIGO EN LA LUCHA ENFRENTANDOME A LO QUE VENGA, RECIBIENDOLO CON ALEGRIA PLENA. ALIMENTO MI CAMINO CON LECTURA... PERO DESDE QUE PAULO COELHO LLEGO A MI VIDA, SUS LIBROS DIERON RESPUESTAS A PREGUNTAS QUE ESTABAN SUSPENDIDAS... Y EL ARMA PARA SEGUIR EN LA LUCHA! GRACIAS INFINITAS...


EDDY ZERTUCHE


11. Vendrá, Vendrá El Amor, -seguro Laberinto-...

Vendrá, vendrá el amor, -seguro laberinto-.
Descorriendo sombras, jarcias escarlatas,
como julio mil espejos entreabiertos,
-dulces añicos de luz atrapados por la brisa-.

Huele a sol. La calle, cómplice y ensimismada,
nos conduce por los recodos verdes de la dicha.

Azul, demasiado azul en el lento horizonte,
impulso de mar hacia los estambres de la noche.

La calle, sabia; el paso confiado, sutilísimo,
hacia la ribera irresistible del sueño
-celeste llave de luna y de cometa -.

Con vértigo restaurado, pude leer su voz,
cerrado abanico, cercando al insomnio
en la palidez oculta de unos brazos.

De "La lealtad del espejo" 1993


Beatriz Hernanz


El hombre posee todo tipo de riquezas, excepto dos que posee Dios. Pero tú puedes conseguirlas rogándole a Dios que te las conceda. Estas dos riquezas son Shanti (Paz) y Ananda (Dicha). Puedes sentirte feliz con otras cosas también, pero debes saber que esa felicidad es transitoria. La paz eterna y la felicidad eterna son los dones de la Divinidad. Por lo tanto, debes rogar por estos dones. Tu plegaria debe ser esta: "Mi Señor, no quiero nada de lo que pueda encontrarse en el mundo. Concédeme aquello que solo Tú tienes, Shanti y Ananda. No quiero nada más que estas dos cosas". El placer y la felicidad que se obtienen de los objetos de este mundo son efímeros. No permitas que tu plegaria a Dios se relacione con estas cosas transitorias. Pídele a Dios, Shanti y Ananda. Con tal plegaria, puedes conseguir el amor y la gracia de Dios. Una vez que obtienes el amor de Dios, puedes conseguir el mundo entero. Cuando le ruegas a Dios que te conceda Su amor, también tus deseos mundanos se cumplen automáticamente.


Sathya Sai Baba


te quiero por saber que tu me quieres te quiero por que sin ti no hubiera podido vivir es una dicha estar junto ati tomar tu mano salir corriendo para vivir una aventura jamas quiero que se acabe y solo te digo que no llores por nadie solo que yo te quise por la razon de que eres mi ......


rigoberto(goldenheart)


Para Ti que hoy lees esto,recuerda que cada parte de ti esta monitoreada por tus decisiones, y que la vida e solamente el espacio especifico donde tu puedes desenvolverte y brillar dentro de tus anhelos cual paloma que alza el vuelo regocijando su alegre acento en una aurora fresca de invierno que su trinar alegra el canto de los amigos por allá lejos que con entusiasmo vienen sonriendo hacia un encuentro lleno de dicha a el encuentro de un ave fenix que renaciente trae esperanza de compartir lo importante de la vida...........


Lalita


TE ESPERABA

Saber que a mi vida vendrías, me hicieron sentir,
un cumulo de emociones desconocidas para mí.
Luz y color ha mi vida has traído, calor y amor a mi corazón,
eres un gran tesoro, que de regalo Dios me otorgó

Al sentirte por primera vez entre mis brazos,
de felicidad lloré.
Sentir tu piel tibia y suave, de dicha invadió mi ser.
Mi amor tendrás por siempre, jamás te dejaré de amar.
Me haces inmensamente feliz cuando de tus labios escucho
llamarme "mamá


phoinix


Muerte Nupcial

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana:
este lienzo de ahora sobre madera aún verde,
flota como la tierra, se sume en la besana
donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto;
como por dos ciudades que ni un amor contienen.
Mirada que va y vuelve sin haber descubierto
el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.
Se descubrieron mudos entre las dos miradas.
Sentimos recorrernos un palomar de arrullos,
y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos
se veían, más lejos, más en uno fundidos.
El corazón se puso, y el mundo, más redondos.
Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia
que va de hueso a hueso recorrida y unida,
al aspirar del todo la imperiosa fragancia;
proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Expiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!
¡Qué total fue la dicha de mirarse abrazados,
desplegados los ojos hacia arriba un momento,
y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Pero no moriremos. Fue tan cálidamente
consumada la vida como el sol, su mirada.
No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.


Miguel Hernández


Esterilidad real, es la que acompaña a los dos miembros de una pareja.
Esterilidad ficticia, la que resulta de la rutina de una pareja uno de ellos estéril o esterilizado, y el otro, que si es fértil.
Esta última la puede romper quien siendo fértil busca la persona que luego de la felicidad acostumbrada le proporciona la dicha de ser progenitor o progenitora de un descendiente.


dochanlu


El éxito, de Niña a Madre
Yuyún 07-05-10

Cuando la vi por primera vez.
Me cautivo su inmensa belleza.
Me obsesione en conocerla.
Persevere y lo pude alcanzar.

Éramos muy joven, los dos, aun.
Yo avispado, ella muy tierna.
Sentía en mi corazón, variar
entre el impulso y la etiqueta.

Dentro mis entrañas entendí.
Que ellas, se concibió, solo para mí.
Como águila, mi amor observe,
hasta ser correspondido y lo logre.

El día de mi boda, mi re-comienzo fue,
Pues no hicimos marido y mujer.
Mi vida se divide entre antes
Y después, del día, en que me case.

Superado tal acontecimiento, solo
por la bendición de nuestros vástagos.
Que catapulto el amor y el deseo,
A niveles nunca por mi sospechados.

Me disfrute, su hermosa preñez.
Que bella, deliciosa, deseada,
siempre mi amada esposa es.
Le cogí el gustito hasta 5, y ahí pare.

Ahora, blanqueada ya mi cabeza
Entendí, que no era solo para mí.
Su capacidad de amar es inmensa.
Sus hijos y nietos son, su gran evidencia.

No es sumisa, escoge sus luchas.
El éxito estriba en sus prioridades.
De cuna lo trae, esa es su dicha.
En eso estriba, su éxito de ser Madre.

Característica de familia, las prioridades.
Que por herencia, transmite el gen
Dominante, a su descendencia fiel.
Ahí estriba el éxito, de tú ser, Madre.


jar


Zebech

Tus pensamientos passiuos
Deuen ser contenplatiuos
Pedro de Veragoe

Ese
relamerse, esos labios
brillantes de saliva, ese mohín
entre infantil y disoluto,
esos ojos burlones que cruzan como un rayo
el universo de plástico del aeropuerto...

Su amiga, sin embargo,
aún siendo hermosa, acaso más hermosa, no
excita.

Y es que no es la belleza la que irradia
ese misterio que te hechiza,
esa lumbre de júbilo,
ese pájaro con las alas en llamas.

No es la belleza de esos ojos, sino su forma de mirar;
el desmadejamiento de esas piernas,
esa lengüecita incandescente,
esa lividez canalla bajo sus ojos,
cómo mueve el pelo,
cómo lo sabe.

Eso
que los Dioses conceden
sólo a muy pocas,
y a veces solo por poco tiempo.
Esa dicha a la que no puede
tocar
el Destino.


José María Álvarez